«Es importante tener un sentido de seguridad, la sensación de estar preparado, el conocimiento pleno de que, venga lo que venga, podrás enfrentarte a ello, manejarlo … e incluso disfrutar haciéndolo».

«También es una buena enseñanza encontrarte frente a una situación que no puedes manejar y, al reflexionar sobre ello más tarde, darte cuenta de que esa enseñanza te resultó útil en muchas, muchas formas distintas. Te permitió medir tus fuerzas».

«También te permitió descubrir áreas en las que necesitabas emplear más a fondo la seguridad en ti mismo, sacar más de tu potencial interior…Reaccionar ante lo bueno y lo malo y manejar ambas cosas adecuadamente: ahí es donde reside el verdadero gozo de vivir».

Palabras del psiquiatra Milton H. Erickson

Aquí lo hemos simplificado y exponemos tres sencillas razones:

  1. ¿Se puede confiar?
    Al establecer un nuevo hábito habilidad, o una relación, necesitamos consistencia. La consistencia es la acción de repetición regular de la misma conducta o acción. Esta repetición regular crea confianza.
    Así que cuando se trata de hacer dieta, y cuando llega el momento de hambre y no lo atendemos crea desconfianza en nuestro cuerpo, por consiguiente almacena grasa listo para periodos de hambre. Lo que el cuerpo necesita es el equilibrio con todos los grupos de alimentos adecuados y regulares comer poco y a menudo, lo que significa cada 3 horas máximo, y adicionar una rutina de ejercicio diario, donde tome la energía y la libere, para relajarse y evitar el acaparamiento en caso de hambre.
    Las relaciones también necesitan consistencia. Sólo siento que alguien es digno de confianza si lo que dice, hace y cómo se comporta es coherente. Si no es así, y no hay consistencia es natural que ser cauteloso, desconfiado e incluso ansioso a su alrededor. Sin confianza no puede haber una relación.
    Cuando se trata de la fijación de metas debemos concentrarnos en nuestros objetivos y tener consistencia en el trabajo para realizarlos sin esperar resultados inmediatos, pues a veces cuando tenemos ansiedad de estos resultados y no aparecen, el esfuerzo se detiene por temor al fracaso. Esto se puede comparar con el trabajo de un atleta olímpico, que debe practicar constantemente, repetir las cosas una y otra vez para entrenar su cuerpo y que responda de la manera que tiene como objetivo.
  2. Paciencia: Dale tiempo
      «Adopte el ritmo de la naturaleza: su secreto es la paciencia.» ~ Ralph Waldo Emerson
    ¿Cómo sabemos si realmente funciona, si no le damos tiempo para tener éxito?
    Disminuye la velocidad del ritmo y sus expectativas y dale tiempo para establecer la confianza y la consistencia para que pueda empezar a ver resultados pequeños.
    Dar a las cosas el tiempo permite la evaluación, modificación y repetición, por lo que las asociaciones sólidas pueden ser establecidas. No se puede construir una casa sin cimientos fuertes y esto requiere su tiempo. Igual es en la vida.
    Necesitamos paciencia para que esto suceda y dejar que las cosas se desarrollen.
  3. No hay placer, ¿Por qué molestarse?
    La paciencia es difícil, pero la clave es disfrutar del proceso. Si no hay recompensa, es probable que deje de hacerlo.
    Auto alabar los logros pequeños y disfrutar de los pequeños placeres es lo que nos mantiene felices día a día.
    Cuando sea el momento de comer, concéntrate conscientemente sin distracciones, sólo tú y tu comida, sin televisión, sin música, sin leer o hablar en ese momento. Permítete disfrutar con cada bocado la sensación del olfato y el gusto, despacio, masticando pausadamente y sin prisa. Verás cómo te llenas con menos cantidad de comida y sientes que te estás alimentando bien, también aprendes a ser más consciente de las percepciones físicas de hambre, no de ansiedad. Esto te permite bajar de peso ya que te permitirá sentirte saciado.
    Tener la intención de elegir estar totalmente presente en el momento es el primer paso. Dejarse sentir el placer es el segundo paso.
    Lo mismo ocurre con el desarrollo de una relación: enfocando tu atención en disfrutar el tiempo con esa persona y cómo se siente estar en su compañía, sin pensar en donde va y si te gusta. Ellos están contigo porque te gusta, así que a relajarse y disfrutar de su compañía. Permítete estar verdaderamente en el momento y dejar de preocuparte por el mañana.
    Cuando se trata de desarrollo personal o metas profesionales, es muy importante recompensar y elogiarte a ti mismo en los pequeños logros que se realizan todos los días, añadirlos a juntas y enfocarlos como un paso para lograr su objetivo.

Pablo Herreros, experto en primates,  nos muestra a través de la observación de experimentos que en los primates hay muchos comportamientos similares de bondad, altruísmo, compañerismo, cooperación y ayuda a los seres que más lo necesitan, que se encuentran intrínsecos en la naturaleza. Estos conductas no son  aprendidas ahora sino que es como si viniera escrito en los genes de los primates en general.

Los diferentes experimentos que nos muestra en el siguiente video fueron realizados con primates, orangutanes, bonobos, chimpancés, monos capuchinos y niños humanos entre 10 y 15 meses de edad y su reacción espontánea  viendo a alguien que no conocen con anterioridad pero que necesita ayuda.

Como resultado se puede concluir que:

  • Nos sentimos muy bien siendo altruístas. Se pierde la motivación cuando se obtiene una recompensa por ello
  • El altruísmo engendra más altruísmo.
  • A partir de los tres años de edad se empieza a ser selectivo con quien ser altruísta o egoísta

Llevamos miles de años fijándonos en lo negativo, pero debemos mirar cuales son los comportamientos innatos de la naturaleza para ver otras realidades. El tener un mundo lleno de respeto, armonía y  cooperación está en nosotros, incluso grabado en nuestros comportamientos y genes.

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«La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual»

Miguel de Unamuno

Una forma de practicar la auto-sanación es imaginar los órganos internos dentro de nosotros con una sonrisa amplia y alegre.

Es una manera de estimular a nuestras células para que se encuentren mejor. Nosotros mismos al imaginar este nuevo estado en los órganos estamos logrando dar un dosis de positivismo a nuestro interior, logrando como consecuencia elevar nuestro nivel interior tanto físico como mental.

Por ejemplo si uno se encuentra con depresión podemos imaginarnos la zona de los pulmones y corazón con una gran sonrisa.

Si uno tiene dolor de cabeza, nos imaginamos nuestro cerebro con una gran sonrisa que nos ayudará a quitar el fruncido del entrecejo y así actuaremos en cada órgano que necesitemos activar positivamente.

Un ejemplo de que con perseverancia, disciplina y dedicación podemos lograr todo lo que nos propongamos es el del atleta sudafricano Oscar Pistorius, quien participó representando a su país en los juegos olímpicos de Londres 2012 sin limitarle el hecho de que para correr utiliza prótesis transtibiales construídas en fibra de carbono.

Oscar Pistorious, nació sin sus huesos peronés, por lo cual a sus once meses de vida le fueron amputadas sus dos piernas. Pero esto no fue impedimento para que Pistorious se desenvolviera en diferentes deportes a pesar del esfuerzo que requería y las burlas de sus compañeros de colegio. Primero rugby y waterpolo, luego natación y por último (sin dudas con el que más éxitos logró) atletismo.

Con el atletismo participó en:

  • Los Juegos Paraolímpicos de Atenas 2004 consiguiendo medalla de oro en 400m y medalla de bronce 100m.
  • En 2008 en los Juegos Paralímpicos de Pekín logró tres medallas doradas en los 100, 200 y 400 metros.

Pero él quería desempeñarse en los juegos olímpicos pues se considera igual que cualquier otro atleta y dice: «Yo no soy un inválido, simplemente no tengo piernas. Además, todo el mundo tiene alguna discapacidad… las peores son las del espíritu”.

Y para lograr su sueño además de su esfuerzo físico, le tocó superar barreras  legales ante el Tribunal de Arbitraje del Deporte demostrando a la Federación Internacional de Atletismo que sus piernas ortopédicas no le otorgaban “alguna una ventaja” con respecto a otros atletas no discapacitados.

Después de aclarado ese asunto, el apodado “Blade runner” o “el hombre más rápido sin piernas”, fue seleccionado para participar en los el Mundial de Atletismo de Daegu de Corea del Sur 2011 en 400 metros y en el relevo 4×400, donde llegó hasta las semifinales y ganó la medalla de plata con el equipo sudafricano en el relevo 4×400.

El 4 de julio de 2012 el Comité Olímpico Sudafricano confirmó al atleta para asistir a los Juegos Olímpicos Londres 2012 convirtiéndose en el primer atleta con doble amputación que logra estar en una cita olímpica.

Su participación en los olímpicos de Londres tuvo quienes estaban a su favor y otros en contra y aunque no consiguió medallas abrió las puertas para continuar su exitosa carrera con pasión demostrando que los únicos límites que tenemos son los que nosotros mismos nos trazamos; que los obstáculos se pueden convertir en incentivos y motivaciones y que todo es posible.

También dio a conocer las palabras que su madre le escribió cuando era pequeño y que lleva grabadas en su mente y alma: «Un perdedor no es quien llega  último sino aquél que se sienta y mira y nunca ha intentado correr».

El miedo a lo desconocido es una cosa difícil de manejar para la mayoría de la gente. Este sentimiento nos paraliza y es el responsable de mantenernos atrapados en situaciones que no nos hacen felices. Malas relaciones, carreras ingratas y sueños ahogados a menudo vienen a la mente.

Pero, si quieres salir del atasco, romper con las cadenas del miedo y, finalmente, ponerte en el camino  hacia lo que quieres en la vida, aquí hay tres preguntas que puedes hacer para ayudarte a poner las cosas en perspectiva cuando tienes ante ti una decisión que te produce miedo:

¿Qué es lo peor que podría suceder si haces esto y fallas?

Es comprensible que nadie quiere centrarse en lo negativo. Siempre hay un riesgo de fracaso, y es importante sopesar ese riesgo. Por lo general, el riesgo es bastante pequeño (que no obtengas los resultados a tiempo, podrías perder algún dinero, o perder un par de horas). Otras veces, el riesgo puede ser realmente grande, y es importante tener claridad sobre eso también (por ejemplo que si tu paracaídas no se abre, que puedas ir a la cárcel, o tu carrera o tu reputación queden arruinadas). De cualquier manera, es importante mencionar realmente el peor de los casos aquí, así puedes tener una idea real sobre el fundamento de tu temor.

¿Cuáles son las consecuencias de no hacerlo?

Puede ser difícil tomar acción y hacer frente a las cosas que nos asustan. A menudo, puede parecer más fácil simplemente no tomar medidas, pero se trata de una elección en sí misma que trae otras consecuencias. Si optas por no hacer nada debes preguntarte:¿Qué oportunidades te pierdes y lamentarás? ¿Cómo te sentirás en 5, 10, o 20 años de tiempo, mirando hacia atrás al preguntarte acerca de lo que podría haber sido?

Muchas veces no actuar puede dar lugar a un patrón de pasividad en nuestras vidas. Nos acostumbramos a no tomar medidas y que nos hagan dudar, posponer las cosas, y seguir igual en todos los ámbitos de nuestra vida.

¿Qué pasaría si lo haces y consigues éxito?

La última pregunta que debes realizarte, ¿Vale la pena el esfuerzo? ¿Vale la pena la batalla para abrazar tus miedos y comenzar tu propio negocio, ganar una vida cómoda haciendo algo que te gusta, y trabajar en tus propios términos? ¿Vale la pena decir que por fin ya es suficiente y empezar  la dieta, perder todo ese peso que  te ha acomplejado y evitado vivir una vida más larga y saludable?
Si te centras en el beneficio, te podrás sentir mucho más motivado para seguir adelante y tomar las medidas para dejar que el miedo te detenga.

Pesar tus opciones

Una vez que tengas las respuestas a estas preguntas,  pregúntate cuál pesa más y una vez tengas claridad sobre la realidad de las circunstancias, puedes estar en una posición mucho mejor para hacer una elección informada.

«La acción no siempre trae felicidad;. Pero no hay felicidad sin acción» – Benjamin Desraili

La concentración es la capacidad de dirigir la atención a un solo pensamiento o sujeto, con exclusión de todo lo demás. Cuando nuestra mente está concentrada, nuestras energías no se disipan en actividades irrelevantes o pensamientos. Por ello, el desarrollo de la concentración es crucial para cualquier persona que aspira a hacerse cargo de su vida.

Esta habilidad es esencial para todo tipo de éxito. Sin ella, nuestros esfuerzos se dispersan, pero con ella, podemos lograr grandes cosas.

El poder de la concentración se puede describir vívidamente en un simple experimento físico: con una lupa, un trozo de papel o viruta de madera y los rayos del sol. Cuando los rayos del sol se enfocan a través de la lupa y se reflejan en el papel o la viruta pueden quemarlo. El incendio puede comenzar sólo cuando los rayos del sol se concentran en un punto pequeño. Cuando la lupa se mueve demasiado lejos o demasiado cerca del papel, los rayos no se centran lo suficiente y no pasa nada.

Esta potencia puede ser descrita como el poder de la atención. La concentración tiene muchos usos y beneficios. Ayuda a estudiar y comprender más rápido, mejora la memoria y ayuda a enfocarse en cualquier tarea, trabajo, actividad u objetivo, y lograr que sea más fácil y eficiente. También se requiere para el desarrollo de poderes psíquicos, y es una herramienta de gran alcance para el uso eficiente de la visualización creativa.

Cuando esta capacidad se desarrolla, la mente nos obedece más fácilmente y no se involucra en pensamientos inútiles, negativos o preocupaciones. Ganamos dominio mental y experimentamos la verdadera paz de la mente.

Esta capacidad también juega un papel importante en la meditación. Sin ella, la mente sólo salta sin cesar de un pensamiento a otro.

La concentración al igual que todas las facultades que desarrollamos como seres humanos se puede y debe ejercitar y entrenar diariamente.

Así como vigilamos diariamente los alimentos que ingerimos y cuando tomamos conciencia eliminamos al máximo los alimentos tóxicos, igualmente debemos vigilar y permear las emociones negativas o tóxicas que actúan  generando desequilibrio en nuestro ser a nivel mental y más adelante reflejado en enfermedades físicas y mentales.

Según el aryurveda el estado de salud es la armonía y el equilibrio. Y la enfermedad es un desequilibrio del estado natural. Y como no solamente somos la parte física sino energética, mental y espiritual debemos manejar un equilibrio en todo nuestro ser para conservar una buena salud.

Cuando permitimos albergar en nuestro ser sentimientos de resentimiento, hostilidad, remordimiento, tristeza o aflicción, vemos afectada nuestra armonía y damos pie a generar enfermedades.

Aquí hay una técnica a través de la meditación que podemos practicar diariamente o cuando lo necesitemos para liberar esas emociones tóxicas que nos desequilibran.

  •  Busca un sitio tranquilo, siéntate cómodamente y cierra tus ojos.
  • Calma tu mente enfocándote en tu respiración, respira siempre por la nariz. Concéntrate en la entrada y salida del aire y todo elcamino que realiza dentro de tu cuerpo ese aire vital.
  • Después de unos minutos, enfoca tu atención en tu cuerpo y detecta puntos que estén tensionados. Si identificas alguna parte de tu cuerpo resistente o congestionada, déjala que se suelte libremente.
  • Lleva luego tu atención al corazón y reconoce todo por lo que te sientes agradecido.
  • Escucha a tu corazón y pregúntante: ¿Qué llevo de mi pasado que ya no me sirve en el presente?
  • Si encuentras algún peso en tu corazón, formula la intención de soltarlo en este momento. Deja ir los resentimientos, reproches, remordimiento, todas las emociones negativas que puedas tener.
  • Mientras liberas estas emociones tóxicas, identifica el regalo que se ocultaba detrás de ellas. Por ejemplo, si sufrías a causa del comportamiento de alguien, el regalo podría ser aprender a tener más confianza en sí mismo.
  • Establece el compromiso de reconocer regularmente tu gratitud y dejar ir todos los reproches de tu corazón.

Un corazón agobiado por las emociones tóxicas impide experimentar la magia, el misterio y la dicha del momento presente. Libéralo y cumple la misión principal de tu vida: Ser Feliz.

Basado en fragmento del libro Rejuvenezca y Viva más tiempo del autor Deepak Chopra

En una singular entrevista realizada al diario El tiempo, el médico neurofisiólogo colombiano Rodolfo Llinás, nos revela según su visión qué es el amor, el amor a primera vista y el amor eterno.

Llinás actualmente es profesor de neurociencia en la escuela de medicina de la Universidad de Nueva York, en la que es además director del departamento de Physiology & Neuroscience, y desempeña la cátedra «Thomas y Suzanne Murphy» en el centro médico de la Universidad de Nueva York.

En definitiva, ¿qué es el amor?

Es un estado funcional, como una golosina, y los enamorados son golosos («que me ame, que me ame»). Eso hace que se sienta rico y que se activen los sistemas de gratificación. Por eso gusta. Claro, eso es indistinto de lo que se ame o a quién se ame. Amar la plata o a alguien del mismo sexo es, funcionalmente, la misma vaina. Eso sí, nunca es demasiado, nadie se muere por exceso de amor. No es como la epilepsia.

¿Y el amor a primera vista?

Funciona como en el cerebro de los pájaros: el patrón de acción fijo estaba activado, disponible y listo cuando apareció la persona que le gustó, y listo.

¿Y el amor eterno?

Ese es de inteligentes que estructuran y modulan los patrones de acción fijos sobre la base de ver al otro como la mano de uno. Cuidarla es mi responsabilidad y viceversa. Saber que no habrá puñalada trapera es la norma. ¡Nunca, primero me matan tres veces! Esa es la clave neuronal del amor eterno, la que mantiene el estado funcional activo y bloquea cualquier cosa que le sea contraria. Es una calidad de estado mental. Si se entiende no hay otra posibilidad que amar al otro; en cambio, querer acostarse con otro y pasarla rico no es amor. Amor es compromiso y cerebralmente está en el cerebro truhán. Uno no se enamora de una mujer porque tiene unas tetas buenísimas, uno se enamora de su cerebro, porque con él se interactúa y se avanza, con las tetas no. Amar es cerebralmente un baile y hay que bailar con el que pueda danzar con el cerebro de uno. Amar es bailar, no hacer gimnasia. Encontrar eso es muy difícil; hallarlo es un tesoro.

Fuente: eltiempo.com