Segundo a segundo vamos tejiendo el hilo de nuestra vida y de las decisiones que tomamos y llevamos a la acción se desencadena el resto de nuestra existencia.

En el día tenemos 86.400 segundos, son 86.400 nuevas oportunidades para aprovechar y tomar decisiones. Cuando tomamos estas decisiones desde lo más profundo de nuestro ser, desde nuestra esencia y no desde nuestra mente impulsada por condicionamientos externos, logramos desarrollarnos plenamente auténticos: Fortalecemos nuestro ser y no nuestro «tener que».

Utiliza cada segundo que pasa por tu vida para hacer las cosas que te hagan feliz. En este cortico video puedes observar gráficamente lo que pasa cuando aprovechas o no la mayor riqueza que tenemos a nuestra disposición: el tiempo.

No existe algo llamado verdad objetiva. Nosotros mismos hacemos nuestra propia verdad.

No existe una realidad objetiva. Nosotros hacemos nuestra propia realidad.

Hay caminos de conocimiento espiritual, místico o interior que son superiores a nuestros caminos de conocimiento ordinarios.

Si una experiencia parece real, lo es. Si una idea parece correcta, lo es. Somos incapaces de adquirir conocimiento de la verdadera naturaleza de la realidad.

La propia ciencia es irracional o mística. No es más que otra fe o sistema de creencia o mito, sin más justificación que cualquier otra.

No importa que las creencias sean ciertas o no, siempre que sean significativas para uno

Un resumen de creencias de la Nueva Era, de THEODORE SHICK, Jr., y LEWIS VAUGHN,

How to Think About Weird Things: Critical Thinking for a New Age

(Mountain View, CA; Mayfield Publishing Company, 1995)

 

Después de nacer es lo que más seguro tenemos todos.

Sabemos que pasará en algún momento aunque no lo queremos aceptar y el hablar sobre el tema con nuestros seres más queridos para algun@s resulta ser traumático y prefieren no tocar el tema o simplemente ignorarlo. Otra opción que tomamos es asumir que la muerte sólo pasará a los vecinos, amigos o a las personas externas alrededor pero nunca nos imaginamos que pudiera pasarnos a nosotros. Lo cierto del caso es que es lo más seguro que tenemos en vida: todos vamos a morir y nuestros familiares, amigos, vecinos todos.

¿Pero por qué eludimos el tema?  Podría ser miedo a lo desconocido, a lo que pudiera pasar después o miedo a la ausencia. Bueno todo depende de la forma en que pensemos acerca de ello. Aquí compartimos una entrevista realizada al Maestro Zen Thich Nhat Hanh que nos muestra una explicación acerca de este cambio ineludible para todos desde la amorosa perspectiva budista.

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En el universo existen varias leyes que rigen todo cuanto existe, una de ellas es la dualidad o polaridad. Esta ley se manifiesta en todos los seres y acontecimientos, y ha sido explicada en varias culturas de diferentes maneras pero con el mismo fondo.

Está expresada como una de las leyes Universales del Kybalión, también es el principio del Ying y el Yang, el cual promulga que no hay algo que sea totalmente negro o totalmente blanco, siempre lo frío tiene algo de calor y el calor tiene algo de frío, en la salud hay enfermedad y en la enfermedad hay salud, y en un determinado momento se pueden revertir estas condiciones. Por ello al juzgar estamos viendo solamente una parte del todo, solamente un grado.

Este principio de dualidad lo podemos observar aún más claro en el comportamiento humano pues al mismo tiempo que tenemos inmensas y abundantes virtudes podemos tener infinidad de defectos, de nosotros depende qué lado vamos a escoger para seguir el camino de nuestra vida.

En la siguiente historia que aparece en el libro “La culpa es de la Vaca 2” se puede ver un ejemplo de este comportamiento, si la historia es verídica, no lo sabemos, pero de acuerdo a la ley de dualidad cabría en el mar de posibilidades.

LA ÚLTIMA CENA

La obra titulada La última cena, de Leonardo Da Vinci, fue pintada en un período de siete años. Las imágenes que representan a los doce apóstoles y a Jesús al parecer fueron retratos de personas reales. Cuando se supo que Da Vinci pintaría esta obra,  cientos de jóvenes se presentaron ante él para ser seleccionados. La persona que sería el modelo para ser Cristo fue la primera en ser seleccionada.

Da Vinci buscaba un rostro que reflejara una personalidad inocente, pacífica y que a  la vez fuera bien parecido. Buscaba un rostro libre de los duros rasgos que deja la vida intranquila del pecado. Finalmente, después de algunos intentos, seleccionó a un joven de 19 años de edad como modelo para representar la figura de Jesús.

Casi durante seis meses Leonardo trabajó para pintar al personaje principal de esta formidable obra. Durante los siguientes seis años continuó su obra buscando personas que representarían a doce apóstoles, dejando para el final a aquel que representaría a Judas.

Por muchas otras semanas estuvo Leonardo buscando a un hombre con una expresión fría y dura. Un rostro marcado por la decepción, la traición, la hipocresía y el crimen. Un rostro que identificara a una persona que sin duda traicionaría a su mejor amigo.

Después de muchos fallidos intentos en la búsqueda de este modelo, llegó a oídos de Da Vinci que existía un hombre con esas características en el calabozo de Roma. Este hombre estaba sentenciado a muerte por haber llevado una vida llena de robos y asesinatos. Leonardo vio ante él a un hombre cuyo maltratado cabello largo caía sobre su rostro escondiendo unos ojos llenos de rencor, odio y ruina: al fin había encontrado a quien modelaría a Judas en su obra.

Gracias a un permiso de sus carceleros, el prisionero fue trasladado a Milán al estudio del maestro. Por varios meses este hombre se sentó silenciosamente frente a Leonardo mientas el artista continuaba con la ardua tarea de plasmar en su obra al personaje que había traicionado a Jesús. Cuando le dio la última pincelada a su obra, se dirigió a los guardias del prisionero y les dijo que se lo llevaran.

Cuando salían del recinto, el prisionero se soltó de los guardias y corrió hacia Leonardo Da Vinci gritándole:

-¡Da Vinci! ¡Obsérvame! ¿No reconoces quién soy?

Leonardo Da Vinci lo estudió cuidadosamente y le respondió:

-Nunca te había visto en mi vida hasta aquella tarde en el calabozo de Roma.

El prisionero levantó los ojos al cielo, cayó de rodillas y gritó desesperadamente:

-Leonardo Da Vinci, ¡Mírame nuevamente: yo soy aquel joven cuyo rostro escogiste para representar a Cristo hace siete años…!

Para ver el mundo en un grano de arena,

Y el Cielo en una flor silvestre,

Abarca el infinito en la palma de tu mano

Y la eternidad en una hora.

William Blake

“No se guíen por revelaciones o tradiciones,

no se guíen por el rumor o por las escrituras sagradas,

no se guíen por habladurías o por la lógica pura,

no se guíen por la inclinación hacia una idea o

por la capacidad de apreciación de otra persona y

no se basen en la idea «El es nuestro maestro»,

sino cuando ustedes mismos sepan que una cosa es buena,

que no es censurable, que es alabada por el sabio y

que cuando es practicada ésta conduce a la felicidad,

entonces síganla”
De: Buda Sidartha Gautama

“Ser desapegados no significa que no podamos disfrutar nada o no podamos disfrutar estar con alguien. Mas bien, se refiere al hecho de que aferrarnos fuertemente a algo o a alguien, nos causa problemas. Nos volvemos dependientes de ese objeto o persona y pensamos, “Si lo pierdo, o nunca lo obtengo, entonces seré miserable”.

El desapego significa: “Si obtengo la comida que me gusta, qué bueno; si no la obtengo, está bien. No es el fin del mundo. No hay apego o aferramiento.”

Dalai Lama.

Los seres humanos somos una pequeña parte de un gran organismo vivo llamado planeta tierra.

Así mismo como nuestro cuerpo, que está formado de pequeñas células y microorganismos que juntos forman nuestro físico.

Para dejar de ser células cancerosas que enferman poco a poco nuestro planeta debemos tratar de que nuestro impacto de estadía en él sea lo menos agresivo posible, para ello podemos aplicar la ley universal de cero desperdicio y realizar algunos cambios concretos en nuestras acciones como los siguientes:

  1. Evitar comprar agua en botellas que se desechan una y otra vez.  Es mejor utilizar termos o contenedores portátiles de agua que puedas reutilizar. Compra garrafones reciclables.
  2. Evitar las bolsas de plástico  del supermercado,  utiliza las bolsas reutilizables que se adquieren ya en la mayoría de las tiendas  para cargar los enseres.
  3. Reutilizar los envases y comprar repuestos. Ahora es mucho más fácil encontrar productos con envases reutilizables que  ofrecen repuestos contenidos en materiales que se degradan con mayor facilidad.
  4. No usar el automóvil para recorrer distancias cortas. Además de hacer  bien a la naturaleza, caminar y andar en bicicleta contribuyen a mejorar la salud y rendimiento físico.

Si aún te parece exagerado y no te convences, es bueno saber cuánto el tiempo que tarda la basura que generas en descomponerse:

  • Una cáscara de banano tarda entre 2 y10 días y una cáscara de naranja puede tardar hasta 6 meses.
  • El periódico se descompone en un lapso de 2 a 4 semanas.
  • Las bolsas de papel se degradan en un tiempo de 2 a 5 meses.
  • Las colillas de cigarro tardan en descomponerse hasta 12 años.
  • Los zapatos de cuero se degradan en 40 años.
  • Las bolsas de plástico se descomponen en condiciones favorables en 15 años, sin embargo pueden tardar hasta 1000 años.
  • Las latas de aluminio se degradan en un lapso de 80 a 200 años.
  • Las toallas sanitarias y pañales desechables tardan para degradarse entre 500 a 800 años.
  • Las botellas de vidrio pueden tardar hasta 1, 000,000 de años.

Afortunadamente siempre tenemos opciones de elegir y teniendo conocimiento se puede tomar una mejor decisión.