Encuentra un lugar donde puedas estar solo y tranquilo. Puedes sentarte con las piernas cruzadas en el suelo si es posible, o en una silla. Siéntate con la espalda recta. Realiza algunas respiraciones profundas y tranquilas luego relaja tu cuerpo. Dirige la atención a tu cuerpo y relaja cada músculo y parte de él.

Practica durante unos 10 minutos, y después de unas semanas de entrenamiento, aumenta el tiempo a 15 minutos. Comienza con el primer ejercicio, practicando todos los días, hasta que puedas hacerlo sin ningún tipo de distracciones u olvidos, y sin pensar en nada más, al menos durante tres minutos seguidos. Cada vez que te distraigas,  vuelve a empezar, hasta que pasen los 10 o 15 minutos destinados para la práctica. Debes ser honesto contigo y proceder al siguiente ejercicio, sólo después de estar convencido de que has practicado correctamente y con plena concentración.

Ejercicio 1:

Toma un libro y cuenta las palabras en cualquier párrafo. Cuenta de nuevo para asegurarte de que has contado correctamente. Comienza con un párrafo y cuando llega a ser más fácil, cuenta las palabras en una página entera. Realiza el recuento mental y sólo con los ojos, sin señalar con tu dedo en cada palabra.

Ejercicio 2:

Cuenta hacia atrás en tu mente, de un cien a uno.

Ejercicio 3:

Cuenta en tu mente de un cien a uno, saltando cada tres números, osea 100, 97, 94, etc

Ejercicio 4:

Elije una palabra inspiradora, o un sonido simple, y repítelo en silencio en tu mente durante cinco minutos. Cuando tu mente pueda concentrarse con mayor facilidad, trata de llegar a los diez minutos de concentración ininterrumpida.

Ejercicio 5:

Toma una fruta, puede ser una manzana, naranja o cualquier otra fruta, y sostenla en tus manos. Examina la fruta de todos sus lados, manteniendo toda tu atención centrada en ella. Si te llegan pensamientos irrelevantes asociados que puedan surgir, como por ejemplo sobre la tienda donde la compraste, cómo y dónde se cultiva, su valor nutritivo ignóralos con calma pues no estás interesado en ellos. Sólo observa la fruta, concentra tu atención en ella sin pensar en nada más, y examina su forma, olor,  sabor y la sensación que da al tocarla.

Ejercicio 6:

Esto es lo mismo que el ejercicio número 5, sólo que esta vez visualiza la fruta en lugar de mirarla. Dale un vistazo a la fruta y examínala  durante unos 2 minutos, al igual que en el ejercicio número 5. Luego cierra los ojos y trata de ver, oler, gustar y tocar el fruto de tu imaginación. Trata de ver la imagen clara y bien definida. Si la imagen se vuelve borrosa, abre los ojos, mira la fruta por un tiempo corto, y luego cierra los ojos y continúa con el ejercicio.

 El secreto del éxito es la práctica constante. Cuanto más tiempo le dedicas a los ejercicios más rápido el éxito llega. Vamos poco a poco, diez minutos al principio y con el tiempo a medida que adquieras la capacidad de concentración, dale más tiempo. Cuando veas que  tienes éxito, podrás disfrutar los ejercicios, y con el tiempo se convertirán en un hábito. Serás capaz de concentrar tu atención fácilmente y sin esfuerzo en todo lo que quieras.