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Engordar no sólo tiene una causa, tener kilos de más es multifactorial y se debe tanto a factores genéticos como a ambientales. La genética, alimentación, deportes y habitos de vida van a condicionar que nuestro cuerpo engorde, se mantenga o adelgace.

Engordar tiene un factor genético importante. El número y tipo de células que almacena la grasa y el ritmo metabólico es algo crucial en un organismo, de ahí que a unas personas le sea más fácil coger kilos que a otras.

Los hábitos de alimentación es un aspecto que está en nuestras manos controlar. Un alto consumo de grasas y calorías van a hacer que día a día nuestro organismo acumule energía que no necesitamos, y eso se traduce en más ‘llantas’. Comenzar a comer frutas, cereales, hortalizas y verduras mayoritariamente es la mejor opción.

Por supuesto los hábitos de actividad física también influirán. Está más que demostrado que una actividad física frecuente ayuda a mantener el peso, ya que gastamos parte de la energía que ingerimos y que de no ser así se almacenaría un día tras otro.

Y los sociólogos también apuntan al ambiente social de cada uno. Si estamos rodeados de gente que hace deporte, se alimenta bien y se cuida tenderemos más a mantener nuestro peso porque el hombre, al igual que muchos animales, tiende a hacer lo que hacen sus similares en el entorno más próximo.

En conclusión, ¿por qué engordamos? Porque día a día la ingesta abusiva de calorías y la falta de actividad física hace a nuestro cuerpo acumular aquello que no le hace falta, ya que en algún sitio lo tiene que guardar.

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Llamamos enfermedades a aquellos síntomas o dolencias físicas que traen alguna complicación orgánica la cual nos hace sentirnos mal.

En este video Ronald Moscoso nos explica por qué enfermamos y como la medicina tradicional solo suprime los síntomas, hasta que finalmente estos revientan y desembocan en alguna enfermedad más grave.

La mejor manera de tratar la enfermedad es sin lugar a dudas prevenirla, por tanto es muy importante cuidar de una buena alimentación.

Si comemos algo y nos cae mal diremos acertadamente que esa comida nos enfermó. ¿Pero, por qué no pensamos que otras enfermedades provienen también de una alimentación inadecuada? Esta es una buena pregunta para reflexionar.

Una desintoxicación basada en frutas y verduras logra alcalinizar el cuerpo, para que se boten los tóxicos internos, mientras el cuerpo halla su camino a la curación.

En palabras de Ronald: “Una dieta basada en frutas y verduras sana lo que sea, el mejor remedio que tienes es el cuerpo mismo”.

Los médicos tratan el órgano afectado con medicinas alópatas que focalizan la enfermedad, tratando los síntomas los cuales son alertas que usualmente no sabemos interpretar, y al hacer desaparecer el síntoma nos olvidamos de la raíz del problema. Cuando deberíamos preguntarnos ¿Qué fue lo que causo realmente este sintoma?

La alimentación, los estado de ánimo, el estrés, las exigencias y presiones socioculturales, colaboran grandemente en el proceso degenerativo de las enfermedades.

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La inactividad física o falta de ejercicio es uno de los mayores factores de riesgo en el desarrollo de la enfermedad cardiaca e incluso se ha establecido una relación directa entre el estilo de vida sedentario y la mortalidad cardiovascular. Una persona sedentaria tiene un mayor riesgo de sufrir arterioresclerosis, hipertensión y enfermedades respiratorias.

¿Cómo prevenir el sedentarismo?

El sedentarismo es un factor de riesgo modificable, lo que significa que la adopción de un estilo de vida que incluya la práctica de ejercicio físico interviene en la mejora de la salud de la persona sedentaria y reduce su riesgo cardiovascular. Importante en este punto, la prevención desde la infancia.

Los niños tienen malos hábitos de alimentación, ejercicio físico y ocio. La práctica deportiva se suele reducir a las horas que dan en los colegios al tiempo que el computador, los videojuegos y la televisión se convierten en sus principales vías de esparcimiento.

Educar a los más pequeños en la necesidad de tener una vida activa, con ejercicio moderado y actividades al aire libre es el único método para ayudarles a convertirse en adultos sanos. Sin olvidar que esa prevención colaboraría en la mejora de las cifras de colesterol y sobrepeso de los más pequeños.

Tratamiento

El sedentarismo sólo se combate con actividad física. La clave está en modificar los hábitos sedentarios de vida y ocio y transformarlos de forma que se incremente nuestro nivel de actividad física y deporte. En el caso de los adultos sedentarios que llevan mucho tiempo sin hacer ningún tipo de ejercicio es conveniente que consulten a su médico: tan peligroso es para la salud no hacer nada de deporte como, en esa situación, lanzarse a un ejercicio exhaustivo y desmedido de forma aislada.

Una de las dudas que más preocupa al principiante es la elección de los ejercicios más adecuados y su ordenación en un programa que le permita lograr los objetivos que se haya marcado.

Si se acude a un centro deportivo hay que esperar que el profesonal que está a cargo de la sala de musculación esté lo suficientemente cualificado como para asumir la responsabilidad de diseñar un programa de ejercicios que nos permita optimizar nuestro tiempo y esfuerzo.

La mayoría de personas desean aprender con la única finalidad de ser autosuficientes porque en sus centros deportivos no encuentran respuestas a sus problemas de entrenamiento o a sus dudas en el campo de la alimentación o la suplementación dietética.

Entrenamiento en circuitos. Manten tus pulsaciones elevadas mientras se pasa de un ejercicio a otro, en vez de sentarte y descansar entre series. Esto es muy recomendable para el estado físico y además puede ahorrarte un montón de tiempo porque estarás moviéndote entre series rápidamente. Pero eso no es todo, también serás más rápido.

Entrenamiento por intervalos. Hay que ejercitarse en intérvalos de máxima intensidad, junto a intervalos de recuperación activa. Es efectivo, pero también doloroso. Una rutina típica de intérvalos dura 20 o 30 minutos y se queman calorías durante dos días.

Calentamiento y enfriamiento. Si eres de los que llega al gimnasio y comienza con todo, termina y se va a su casa piénsalo dos veces, porque te estás poniendo en serio riesgo de lesionarte y de empeorar tu salud en vez de mejorarla.

Es importante pasar al menos diez minutos preparando tu cuerpo para el ejercicio, y que luego de entrenar te pases otros diez minutos como mínimo enfriando a una intensidad menor a la de tu rutina. Durarás más, te recuperarás más rápido, no te lesionarás y tu cuerpo mejorará rápidamente con este pequeño detalle de 20 minutos en total.

Fuerza/Cardio/Flexibilidad. Mucha gente se concentra solamente en una o dos de estas, pero no en las tres categorías como debe ser. Si realmente quieres desarrollar un estado físico asombroso, entoncees asegúrate de que tu rutina semanal incluya ejercicios de fuerza, ejercicios de cardio o aeróbicos, y un entrenamiento de flexibilidad.

Bajar de peso o mantener un peso saludable consiste más en llevar una alimentación equilibrada que en seguir una dieta estricta y baja en calorías.

Resulta que con las tentaciones que a diario enfrentamos, comemos más calorías de las que quemamos, ya sea porque trabajamos frente a un computador, porque caemos en la tentación de comer ‘chucherías‘ o porque nos da pereza realizar una actividad física diaria.

Aquí va un listado de hábitos saludables de alimentación, para mantener una dieta equilibrada:

1. Variar al máximo la alimentación, incluyendo alimentos de todos los grupos.

2. Ingiera las tres comidas principales (desayuno, comida y cena) y dos más pequeñas a media mañana y a media tarde.

3. Respete los horarios de comida.

4. Comer poco a poco, masticando bien.

5. Procurar más alimentos crudaos en forma de ensalada  y frutas.

6. Procurar exluir los embutidos, dulces, bollería, snacks, bebidas azucaradas.

El consumo de azúcar blanca refinado, ya sea en forma directa o bien a través de platos elaborados, también en repostería, caramelos, helados, galletas, tortas, facturas, mermeladas, chocolate, gaseosas y otros tipo de bebidas azucaradas, afectan la salud psico-física de los seres humanos.

El azucar no es un alimento

Es una sustancia química pura, extraída de fuentes vegetales, más pura que la cocaina. Su verdadero nombre es sucrosa o sacarosa, y su fórmula química es C12H22O11. El azúcar refinada no tiene vitaminas, no tiene minerales útiles, no tiene enzimas, no tiene microelementos, no tiene fibra, no tiene proteínas no tiene grasas y no es de ningún beneficio en la alimentación humana.

El azúcar afecta al sistema nervioso

Las enfermedades del sistema nervioso afectan a muchas personas y el consumo de azúcar está relacionado con ello. Cuando una persona padece depresión, ataque de pánico o algún tipo de sicosis, puede comprobarse que su dieta consta de una gran cantidad de azúcar refinado.

Un cambio de alimentación, prescindiendo de alimentos que pueden ser nocivos para la salud, genera cambios en el comportamiento sicológico y muchas veces ayuda en la resolución del conflicto tanto psíquico como físico.

La abstinencia de azúcar blanca refinada y el agregado de alimentos que contienen carbohidratos de otra calidad, modifica la química interna, ayudando a mejorar la condición emocional.

Suele ocurrir que los síntomas de ansiedad o perturbación emocional estén íntimamente relacionados con un desequilibrio de la glucosa en sangre, debido, justamente, al consumo de sacarosa o azúcar refinada.

¿Dependencia al azucar?

La dependencia de la sacarosa es algo nuevo en la historia del ser humano. Cuando se dice que es importante el azúcar como componente esencial del cuerpo humano y la importancia que tiene éste como fuente de energía y su metabolización para producir calor, se está hablando de la glucosa, que nuestro propio cuerpo fabrica.

Los médicos y nutricionistas no hablan sobre la alteración emocional que es generada por el descenso de la glucosa en sangre. Pero hay investigaciones que demuestran cómo el dejar el azúcar blanco y todas sus preparaciones, ayuda en el sentido de equilibrar la condición psicológica de la persona.

La alimentación influye en el desempeño y aprendizaje de los niños. Se recomienda la alimentación fraccionada; que incluya por lo menos cinco comidas al día: desayuno, medias nueves, almuerzo, onces y cena.

Si realmente le importa la salud de su hijo lo primero que no debe permitir es que vayan a clase sin haber consumido el desayuno o almuerzo. Está comprobado que alimentarse antes de comenzar la jornada escolar permite mayor concentración y favorece el rendimiento.

De igual forma es importante que realice frecuentemente un control médico o de crecimiento y desarrollo, donde se le valora el estado nutricional del menor.

La combinación perfecta

Un conjunto de nutricionistas realizaron una lista de alimentos que diariamente pueden ser una mejor opción para la lonchera:

  • Lunes – Jugo de fruta en leche de almendras o soya y pan integral con huevo (sándwich)
  • Martes – Bebida láctea (avena, leche de almendras o soya, yogurt, kumis), croissant y fruta.
  • Miércoles – Avena, arepa con queso, fruta o ensalada de frutas (dos frutas).
  • Jueves – Jugo de fruta, galletas de sal o dulce, queso y bocadillo o arequipe.
  • Viernes – Yogur, fruta y sándwich de verduras con queso.

Cabe decir que se puede evitar incluir en la lonchera alimentos que no aportan nutrientes, como dulces, productos procesados de paquete, gaseosas y refrescos industriales.

Comer un poco de todo no es sinónimo de comer bien. La trofología es una ciencia que enseña la forma como hay que mezclar los alimentos aprovechando al máximo el valor nutritivo de los mismos.

La trofología es una novedosa rama de la nutrición que tiene un efecto desmitificador sobre las costumbres alimenticias que se toman como saludables, cuando la verdad es que así no sean dañinas, pueden ser no recomendables.

Esta ciencia investiga cuáles son las mejores combinaciones que pueden realizarse en una dieta para aprovechar al máximo el poder nutritivo de los alimentos, frente a la creencia de que llevar una alimentación equilibrada es consumir de todo un poco.

Necesitamos consumir hidratos de carbono (féculas y azucares), proteínas (carnes y lácteos), lípidos (grasas), vitaminas y minerales. La combinación correcta de la comida tiene una importancia decisiva para una buena metabolización. Sin una digestión completa el cuerpo no puede extraer ni asimilar los nutrientes, aun los de los alimentos más saludables.

Hay que recordar que existen trastornos digestivos por la acidez estomacal o dolores de estomago frecuentes. La realidad es que una frecuencia considerable de estos síntomas trae a larga consecuencias mas molestas. Muchas alergias son consecuencia directa de la mala combinación de alimentos.

Otro punto a destacar es que no es recomendable comer y beber a la vez. La trofología explica que cualquier bebida que se ingiera en grandes cantidades junto a la comida diluye los jugos gástricos dificultando la digestión.

Tabla de Combinación de Alimentos

Para utilizar esta tabla tengan en cuenta que los alimentos que no tienen una buena combinación hay que separarlos por lo menos 3 horas (eso si la comida anterior fue bien combinada, en caso contrario la digestión y salida del estómago puede durar mucho más tiempo). Las frutas tardan menos en salir del estómago, con una hora ya es suficiente. Por lo que deben consumirse, mínimo 1 hora antes de las comidas, y mínimo 3 horas después.

Dulces: Frutas dulces (manzana*, papaya*, sandía**, melón**, banana, uva, pera, durazno, damasco, mango, chirimoya, cereza, caqui, higo, dátil, yaca, níspero, etc); zanahoria y remolacha; frutas deshidratadas (pasas de uva, de ciruela, etc); mieles vegetales (de arroz, de malta, de caña, de cebada, de maíz, etc); arropes (de chañar, de tuna, de higo, etc); siropes (de maple, miel de abeja (innecesariamente robada); azúcares.

* Son bastante neutras y no generan tanta incompatibilidad con otros grupos, por eso se toleran de postre.
** Se digieren en el duodeno, es decir que pasan de largo por el estómago (a los 20 minutos ya se puede ingerir otro alimento) Son una excepción y no combinan con nada, deben tomarse solos y con el estómago vacío.
*** Si no está bien madura se considera fécula.

Ácidos: Frutas ácidas (lima, pomelo, naranja, piña, ananá, kiwi, maracuyá, etc); limón; vinagre, tomate.

Verduras: Hojas verdes y hortalizas no feculentas.

Féculas:
Harinas (panificados, pastas, galletitas, tartas pasteles, pizzas, etc); cereales integrales o refinados (trigo, avena, cebada, centeno, arroz, maíz, mijo, sorgo, trigo sarraceno y otros); raíces (mandioca, papa, batata; etc); hortalizas feculentas (zapallo, anco, etc), castañas (de castaño), maní, pistacho.

Proteínas:
Hongos y levaduras (50% proteína); quínoa, amaranto, etc (40%); soja y derivados (30%), legumbres (porotos negros, alubia, payares, lentejas, garbanzos, aduki, mung, arvejas y otras), carnes (15% a 20%), frutos secos (nuez, almendra, avellana; castaña de cajú, etc).

Grasas:
Aceites vegetales, aceitunas, coco, castaña de pará, lino, chía, sésamo, girasol (y otras semillas), grasa de leche robada y tejido adiposo de carnes.

 

Desde pequeños es mejor comer menos y que la comida sea rica en carbohidratos, contenga un tercio de grasas y el resto que sea cubierto por proteínas. Paralelamente a lo anterior vale la pena practicar alguna actividad física.

Los padres deben tener presente que la comida no es un premio ni un castigo, tampoco es un desahogo a las tensiones de una persona; esta debe tener su lugar, hora y control. Vale la pena decir que los directos responsables por el sobrepeso de un niño son sus padres.

Por obsesiones o por el desconocimiento e ignorancia de los padres, los niños consumen más cantidad de alimentos de la que necesitan, y su alimentación es muy rica en grasas, azúcares, presentes en grandes cantidades de carne, en alimentos precocinados, y en los dulces y comida chatarra. Son niños que no consumen verduras, legumbres, frutas. A eso también se suma a que muchos niños ignoran y acaben saliendo de casa sin desayunar.

Cuando los padres dan a los hijos la atención debida y se preocupan por su alimentación, las posibilidades de que sufran sobrepeso son bajas. El control de los adultos es fundamental a la hora de prevenir la obesidad infantil.

Pautas de alimentación:

  • A los bebés no hay que darles el pecho totalmente según la demanda que presente; desde el principio se debe enseñarles a alimentarse bien y a su momento debido.
  • Cuidar para que los niños no salten las comidas, organizando una rutina de comida y siendo constante.
  • Preparar las comidas con ingredientes frescos y naturales.
  • Sea un buen ejemplo para su hijo comiendo de forma saludable. La mejor forma de enseñar buenos hábitos alimentarios a su hijo es comiendo bien.
  • Reducir las horas de televisión también reducen su porcentaje de grasa corporal. Cuando se les limita el tiempo de televisión, los niños encuentran formas más activas de pasar el tiempo.
  • Jugos naturales, en lugar de Gaseosas.

Regresar a la oficina tras unas agradables vacaciones de fin de año puede generarle a muchas personas un conjunto de síntomas, conocido como síndrome posvacacional. Evitre el estrés y la depresión.

Aquí van varios pasos:

Tenga espacios para relajarse. Vale la pena tomarse 15 minutos del día para realizar ejercicio de respiración y relajación muscular, con el objetivo de ponerse en contacto con usted mismo. La relajación es la mejor forma de liberar la tensión nerviosa que nos produce el trabajo diario.

Lo bueno no ha terminado todavía. Así las vacaciones hayan terminado no quiere decir que la diversión se acabó. Haga un plan donde especifique los espacios para realizar las actividades que más le gustan, con su familia y amigos.

Retome puntos de su trabajo. Esto no significa que deba trabajar, mientras se encuentra en su tiempo de vacaciones. Lo aconsejable es recordar qué es lo que debe hacer en la primera semana de regreso al trabajo y planee cómo podría hacerlo.

Recupere horas de sueño. Las horas de sueño se ven afectadas con las fiestas de diciembre. Es recomendable que tres días antes de entrar a su trabajo normalice los horarios para acostarse y levantarse para que el cambio no lo afecte tanto.

Cuidado con la alimentación. Si su alimentación se vio afectada durante las vacaciones, es hora de que coma de forma balanceada y normalice el ritmo para consumir el desayuno, almuerzo y comida. Una dieta equilibrada, que nos aporte los nutrientes que necesitamos.