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Maia Helles es una bailarina rusa de ballet quien nos comparte sus secretos para mantener una vida larga totalmente saludable y feliz.

Estas claves o señales que deben estar presentes diariamente en nuestra vida son: Sencillez, trabajo y placer.

La aplicación continua de estas tres secretos ha permitido que Maia a sus 95 años, edad en la que fueron filmados los videos a continuación, pueda seguir siendo decididamente independiente y saludable como cuando tenía 40 años y tener una maravillosa flexibilidad que se compara a una niña de 10 años (en el segundo video) .

Maia además piensa que su bienestar tiene mucho que ver con su alimentación y los beneficios de su rutina diaria de ejercicios, que perfeccionó, junto con su madre, de 60 años, mucho antes de que se inventaran las clases de ejercicio, incluso.

Es bastante inspirador y nos deja a través de su experiencia una grandiosa enseñanza y esperanza de que se puede vivir siempre con una excelente calidad de vida, sin importar la edad, depende sólo de cada uno lograrlo.

Una estimación aceptable es que hay que hacer ejercicio entre 15 (quince) y 45 (cuarenta y cinco) minutos diarios, todos los días, de esta manera ayudas a mantener tu peso corporal entre cinco y ocho kilos más ligero que el que tendrías si no practicaras ningún ejercicio.

Por curioso que pueda parecer, no debemos olvidarnos de la actividad que realizamos de forma espontánea mientras nos ocupamos de nuestras tareas cotidianas, puesto que puede suponer entre 100 y 800 calorías diarias (kcal/día).29,30

Las personas muy activas, que habitualmente “van de aquí para allá”, están muy por delante de aquellas que se han quedado atrapadas en un estilo de vida sedentario.

Esto además de:

  • Tomar abundante líquido, por lo menos dos litros por día, en forma de agua o jugos de frutas y verduras.
  • Comer una porción abundante de vegetales, preferentemente crudos.
  • No consumir productos procesados, ni refinados. Tales como la azúcar blanca y harina blanca.
  • Preferir los cereales integrales, así como las semillas y nueces.
  • Llevar un estilo de vida saludable.

Si observas las personas exitosas siempre están “sacando el pecho”, erguidas.

A veces, sin darnos cuenta, tomamos como costumbre ciertas posturas que nos tuercen la columna y nos encogen de hombros afectando no solamente nuestra parte física, ya que con la repetición nos generan dolores de espalda y hasta enfermedades, sino también la parte emocional ya que nos comprime el pecho y no nos deja respirar libremente.

Los seres humanos tenemos muchas maneras de comunicarnos y una de las más importantes es la corporal, con la postura de tu cuerpo hablas más que con palabras. Por eso y por salud es importante ser conscientes de corregir la postura, pues al tener una correcta postura todos tus huesos, músculos y tejidos podrán hacer sin obstáculos su trabajo. A nivel emocional el estar erguidos nos permite sentirnos más seguros.

Acomoda tu postura: Abre tu pecho, endereza tu espada, estira tus hombros y abre tu corazón para recibir toda la grandeza que el universo tiene para ti. Deja que tu caja toráxica se abra al máximo para respirar todo el amor que hay a tu alrededor. Que el centro del pecho-tu corazón- sea tu escudo y que sea el primer contacto con los que te rodean, recuerda que con amor todo es posible.

El amor te protege, te llena, te sana y te acompaña siempre. De ti depende dejarlo entrar y disfrutarlo. Abre tu corazón a nivel físico, mental y espiritual y acepta la luz que guía en tu camino.

Encuentra un lugar donde puedas estar solo y tranquilo. Puedes sentarte con las piernas cruzadas en el suelo si es posible, o en una silla. Siéntate con la espalda recta. Realiza algunas respiraciones profundas y tranquilas luego relaja tu cuerpo. Dirige la atención a tu cuerpo y relaja cada músculo y parte de él.

Practica durante unos 10 minutos, y después de unas semanas de entrenamiento, aumenta el tiempo a 15 minutos. Comienza con el primer ejercicio, practicando todos los días, hasta que puedas hacerlo sin ningún tipo de distracciones u olvidos, y sin pensar en nada más, al menos durante tres minutos seguidos. Cada vez que te distraigas,  vuelve a empezar, hasta que pasen los 10 o 15 minutos destinados para la práctica. Debes ser honesto contigo y proceder al siguiente ejercicio, sólo después de estar convencido de que has practicado correctamente y con plena concentración.

Ejercicio 1:

Toma un libro y cuenta las palabras en cualquier párrafo. Cuenta de nuevo para asegurarte de que has contado correctamente. Comienza con un párrafo y cuando llega a ser más fácil, cuenta las palabras en una página entera. Realiza el recuento mental y sólo con los ojos, sin señalar con tu dedo en cada palabra.

Ejercicio 2:

Cuenta hacia atrás en tu mente, de un cien a uno.

Ejercicio 3:

Cuenta en tu mente de un cien a uno, saltando cada tres números, osea 100, 97, 94, etc

Ejercicio 4:

Elije una palabra inspiradora, o un sonido simple, y repítelo en silencio en tu mente durante cinco minutos. Cuando tu mente pueda concentrarse con mayor facilidad, trata de llegar a los diez minutos de concentración ininterrumpida.

Ejercicio 5:

Toma una fruta, puede ser una manzana, naranja o cualquier otra fruta, y sostenla en tus manos. Examina la fruta de todos sus lados, manteniendo toda tu atención centrada en ella. Si te llegan pensamientos irrelevantes asociados que puedan surgir, como por ejemplo sobre la tienda donde la compraste, cómo y dónde se cultiva, su valor nutritivo ignóralos con calma pues no estás interesado en ellos. Sólo observa la fruta, concentra tu atención en ella sin pensar en nada más, y examina su forma, olor,  sabor y la sensación que da al tocarla.

Ejercicio 6:

Esto es lo mismo que el ejercicio número 5, sólo que esta vez visualiza la fruta en lugar de mirarla. Dale un vistazo a la fruta y examínala  durante unos 2 minutos, al igual que en el ejercicio número 5. Luego cierra los ojos y trata de ver, oler, gustar y tocar el fruto de tu imaginación. Trata de ver la imagen clara y bien definida. Si la imagen se vuelve borrosa, abre los ojos, mira la fruta por un tiempo corto, y luego cierra los ojos y continúa con el ejercicio.

 El secreto del éxito es la práctica constante. Cuanto más tiempo le dedicas a los ejercicios más rápido el éxito llega. Vamos poco a poco, diez minutos al principio y con el tiempo a medida que adquieras la capacidad de concentración, dale más tiempo. Cuando veas que  tienes éxito, podrás disfrutar los ejercicios, y con el tiempo se convertirán en un hábito. Serás capaz de concentrar tu atención fácilmente y sin esfuerzo en todo lo que quieras.

Los pensamientos reclaman nuestra atención sin cesar, y a veces nos hacen perder nuestro tiempo y energía en asuntos sin importancia e inútiles. Ellos realmente gobiernan nuestra vida. Nos hemos acostumbrado tanto a esta esclavitud, que lo damos por sentado, y se han convertido en un hábito inconsciente, excepto en ciertas ocasiones.

Si bien en la respiración, no es necesario prestar atención a cada inhalación y exhalación. Llegamos a ser conscientes del proceso de la respiración, sólo cuando tenemos alguna dificultad con ésta, por ejemplo, cuando la nariz está obstruida, debido a un resfriado, o cuando estamos en una habitación sin ventilación.

Lo mismo sucede con el pensamiento. Llegamos a ser conscientes de la constante agresión de nuestros pensamientos y de nuestra incapacidad para calmarlos, sólo cuando es necesario concentrarse, resolver un problema o estudio. También somos muy conscientes de ellos cuando tenemos preocupaciones o temores.

El trabajo que requiere de fuerza física, como el transporte de cargas pesadas, por ejemplo, desarrolla la fuerza física. Sin embargo, no es como hacer ejercicio todos los días al gimnasio de manera sistemática. Es lo mismo con la concentración. Leyendo, estudiando y tratando de prestar atención a lo que hacemos, desarrollamos parte de esta capacidad, pero la práctica de ejercicios diligentemente cada día es algo más, es como un entrenamiento en un gimnasio.

A veces, podemos encontrar grandes poderes de concentración en nosotros mismos. Cuando de verdad y sinceramente deseamos sobresalir en nuestros estudios, aprobar un examen importante o resolver un problema, este poder se hace disponible. En estos casos la concentración surge debido a alguna necesidad o deseo, pero el desarrollarla de una manera sistemática, nos permite controlarla, y tener la posibilidad de utilizarla intencionalmente, cada vez que sea requerida.

Para ello, es necesario practicar ejercicios especiales a diario. Desarrollando este poder de concentración se puede lograr:

  • Control de tus pensamientos.
  • La capacidad de enfocar tu mente.
  • La paz de la mente.
  • Liberarte de pensamientos inútiles y molestos.
  • La capacidad de elegir tus pensamientos.
  • Mejor memoria.
  • Confianza en ti mismo.
  • Fortalecer la voluntad.
  • Rapidez en tomar decisiones
  • La capacidad para estudiar y comprender con mayor rapidez.
  • Aumento de felicidad.
  • Mayor capacidad para desarrollar habilidades psíquicas.
  • Uso más potente y eficiente de la visualización creativa.
  • Mayor capacidad de meditar.
  • Y mucho más …

 Cuando crecemos y tomamos responsabilidad de nuestra vida  ya no tenemos los padres, maestros o personas que cuando éramos niños nos llamaban la atención para realizar lo que debíamos en el momento adecuado.

Es de ese punto de nuestras vidas en adelante  que debemos practicar y fortalecer la autodisciplina, habilidad que nos permite:

  • Evitar actuar impulsivamente.
  • Continuar trabajando en un proyecto, incluso si la primera oleada de entusiasmo se ha desvanecido.
  • Ir al gimnasio, caminar o nadar, cuando lo único que se quiere es acostarse o sentarse y ver la televisión.
  • Mantener una rutina de ejercicios físicos que permita estar en forma.
  • Aprender a despertar y levantarse temprano.
  • Superar el hábito de ver televisión en exceso.
  • Continuar trabajando en la dieta, y se resistirse a la tentación de comer alimentos que engordan.
  • Comenzar a leer un libro y leerlo hasta la última página.
  • Para meditar con regularidad.
  • Para superar la pereza y la desidia.
  • Cumplir las promesas que haces a ti mismo y a los demás.

 

La bicicleta es la máquina más eficiente alguna vez creada: convirtiendo calorías en combustible, una bicicleta consigue el equivalente de tres mil millas por galón. Una persona pedaleando una bicicleta usa la energía más eficientemente que una gazela o un águila y las bicicletas con marco triangular pueden cargar unas 10 veces su propio peso, algo que ningún automóvil o avión pueden igualar.

Bill Strickland