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Los sentidos son un regalo de la naturaleza y  conectan nuestra esencia con el exterior, los sentidos llevan los mensajes de cómo está el ambiente, el calor, el frío, el gusto, el olor.

Edúcalos para aprovechar las hermosas cosas de la vida, pues es también a través de los sentidos  que podemos decir que estamos viviendo y «sintiendo» . Los sentidos son los mejores ayudantes que tenemos para conectarnos con nuestro presente y vivir el aquí y el ahora.

Aquí hay una forma de sacarles provecho, disfrutando y agradeciendo de todo lo que puedes sentir:  Puedes concentrarte en tus sentidos, si quieres con los ojos cerrados o cuando los tengas más educados lo puedes hacer con los ojos abiertos para que puedas también apreciar de tu visión. Concéntrate en tu respiración, escucha todo lo que te rodea, pero no te quedes en un sólo sonido sino que sigue escuchando tu presente cada instante y siente que eres uno con tu alrededor. Siente la respiración a través de los poros de tu piel. Siente el aroma de tu ambiente y disfrútalo, vive tu regalo, tu presente, tu vida ahora mismo.

Otra situación en la que podemos practicar el sentir es por ejemplo a la hora de comer, para que se te haga más placentera y nutritiva tu cena, antes de poner los alimentos en tu boca puedes deleitarte mirando sus colores, la forma en que está presentada, escuchar su sonido, oler el aroma que desprende. Esto hará que tengas completa disposición y toda tu atención en ese momento, así mismo cuando ingresas tu alimento podrás completar tu deleite con tu sentido del gusto.

Por algo hay una frase popular que dice que vivas con los cinco sentidos bien puestos pues los sentidos conectan nuestra parte física con nuestra parte más sutil y son  los mensajeros del alma.

Nos alimentamos como nos lo ha enseñado nuestra cultura o la cultura en la que nacimos. Si analizamos las diferentes partes del planeta la variedad gastronómica y forma de preparación en todo el mundo es infinita.

Cuando no investigamos un poco más allá de nuestro entorno comemos lo que nos hemos acostumbrado siempre sin cuestionarnos si es conveniente o si al realizar algunos cambios nos sentiremos diferentes. Esto es porque tenemos miedo al cambio a las cosas nuevas.

Algunos cambian su alimentación por salud, otros por religión, otros por filosofía, y aunque se trata de opciones y poder elegir la decisión con la  que más a gusto se sienta aquí hay algunas diferencias fisiológicas que nos muestran nuestra naturaleza humana respecto a los animales carnívoros y frugívoros.

Los animales frugívoros (del latín frux, frugis, «fruto» y -vorus, «que come») son aquellos que se alimentan de frutos,

CARNÍVORO
FRUGÍVORO
Extremidades con garras, para cazar y desgarrar. Mano prensil,para trepar y recolectar frutas.
Transpira por la lengua, piel sin poros. Transpira por los poros de la piel.
Dientes delanteros puntiagudos,  molares en cuchilla. Paradesgarrar. Dientes delanteros rectos, molares planos. Para cortar vegetales y mascar semillas.
Mandíbula sin desplazamiento lateral. Mandíbula condesplazamiento lateral, para mascar.
Intestino 1,5a  3 veces el largo de su cuerpo, así la carne en descomposiciónse elimina rápidamente. Su intestino tienede 10 a12 veces el largo de su cuerpo.
Poderoso ácido clorhídrico, para digerir la carne. Ácidos estomacales 20 veces más suaves que enlos carnívoros.

A diferencia de los animales carnívoros que son atraídos por el olor a sangre, el ser humano necesita el fuego y condimentos para transformar y disimular el olor y aspecto de la carne cruda. Al observar una vaca pastando, simplemente la vemos así, no se nos hace agua la boca como le pasa a un animal carnívoro que comenzaría de inmediato su ejecución. Pero si observamos una fruta jugosa o dulce, nuestro instinto hace que  sí nos provoque incluso sin necesidad de cocción.

¿Y las proteínas? Uno de los argumentos más usado por los carnívoros, es que no se pueden obtener las proteínas necesarias del reino vegetal, esto es falso.
Las proteínas son componentes de nuestro organismo, son usadas en los procesos de crecimiento y reparación del mismo. Al digerir una proteína nuestro cuerpo la descompone en aminoácidos. Estas unidades constructivas son usadas por nuestras células para sintetizar sus propias proteínas.

El hombre se “habituó” a comer carne, y se convirtio en Omnívoro, más por imposición social y cultural que por su naturaleza.

Es cuestión de decisión, como se puede observar en este video nos podemos alimentar bien sin necesidad de sufrimiento a otros seres y derramamiento de sangre.  Como es una opción personal, sea el camino que se escoja, lo importante es que debe estar muy bien balanceado con ingestas diarias de diferentes grupos de alimentos como frutas, verduras, cereales, semillas, etc., en diferentes comidas teniendo en cuenta la trofología o compatibilidades entre alimentos.

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Enlace: dragonecologista.com.ar

Si te has dado cuenta todo en la naturaleza y en el universo constantemente tiene cambios y transformaciones, el agua de los ríos corre y a su paso lleva piedras, cambia el camino y se va acomodando de acuerdo a las circunstancias que se le van presentando.

Incluso lo que visiblemente no parezca  en movimiento, lo está. Por ejemplo en los seres humanos aunque aparentemente  nos veamos estáticos nuestras células van reemplazándose constantemente por nuevas. Cada clase de tejido tiene su tiempo de renovación, que depende del trabajo desempeñado por sus células. Las células que recubren el estómago, duran sólo cinco días. Las células de los glóbulos rojos, magulladas y golpeadas después de viajar casi 1500 kilómetros a través del laberinto del sistema circulatorio, sólo duran alrededor de 120 días antes de ser enviadas al cementerio del bazo. La epidermis, la capa superficial de la piel, se recicla más o menos cada dos semanas.

En general renovamos totalmente nuestro cuerpo aproximadamente entre cada siete a cada diez años pero conservando  la forma y el lienzo de nuestro ADN como lo han comprobado los estudios de  Jonas Frisen biólogo celular del Instituto Karolinska, de Estocolmo.

Al trasladar y aplicar la observación de este ciclo natural de renovación a nuestra trayectoria en la vida  podríamos concluir que:

  • Debemos alimentar nuestro cuerpo y nuestra mente muy bien diariamente para que esta renovación se realice con los mejores materiales.
  • Así como todo cambia en la naturaleza debemos fluir con los acontecimientos y circunstancias(renovar nuestra forma de pensar y actuar)  y  volvernos maleables conservando siempre nuestra esencia(asi como conservamos nuestro ADN).
  • Si nos quedamos estáticos y no aceptamos el cambio, vamos en contravía del ciclo haciendo cada vez más difícil la trayectoria por nuestra vida, seria como nadar contra la corriente.

El trigo germinado posee más propiedades alimenticias que cuando se consume en forma de grano o cereal. La germinación incrementa de modo considerable los nutrientes del trigo, y durante este proceso el trigo:

  • Aumenta su contenido de vitamina B y ácidos grasos.
  • Aumenta hasta 500 veces la vitamina C .
  • La vitamina E se triplica.
  • Aumenta su cantidad de fósforo: de 420 mg, por cada 100 gramos en grano, a 1050 mg.
  • Aumenta su cantidad en magnesio: de 130mg a 330 mg.
  • Aumenta el calcio: de 15 mg. a 70 mg.

¿Cómo se puede consumir?

Hay que decir que es un alimento económico, que puede usarse de muchas formas en la cocina: en ensaladas, en jugos, para complementar guisados, se puede agregar a las croquetas, y hasta en las sopas.

En tiendas naturistas lo venden en forma de tabletas, en jugo, o cosechado de forma orgánica.

Hablando de salud, ¿para qué es bueno?

  • Anemia
  • Problemas de nutrición
  • Problemas intestinales
  • Purificar la sangre
  • Alergias
  • Depurar el cuerpo en general
  • Rejuvenecer
  • El cabello y la piel

Elaboración del trigo germinado

  • Dejar dos cucharadas soperas de semilla de trigo (el grano del trigo), bien lavado en remojo (con agua templada) durante 24 horas, tapado con un paño.
  • Luego se extiende el trigo sobre un plato. Podemos aclararlo un par de veces al día con agua templada. La idea es que esté siempre ligeramente húmedo. Demasiada humedad pudre el grano y la falta de agua lo reseca y tampoco germina.
  • Siempre tapado con un paño conseguimos que no se llene de polvo, no le caigan bichitos.
  • En unos cuatro o cinco días, depende de las condiciones ambientales, podemos tener nuestro germinado.
  • Para comerlos es importante que no tengan más de 4 ó 5 centímetros ya quese vuelven demasiado fibrosos.
  • Una vez alcanza esa medida adecuada lo más conveniente es ponerlos en la nevera ya que así se detiene su crecimiento.


Las fricciones y presiones realizados con la palma y los dedos de la mano pertenecen a las formas más antiguas de terapias curativas: en todas las culturas se desarrollaron distintas técnicas de masajes con fines precisos. Por lo general, los masajes sirven para la regeneración del cuerpo y favorecen su curación.

Cada una de las diversas técnicas se basa en una teoría o filosofía diferente: según la tradición occidental, el masaje normaliza alteraciones patológicas como las de la piel o el aparato muscular. La tradición oriental se basa, por su parte, en la idea de flujos de energía que circulan por el cuerpo y que los músculos rígidos pueden bloquear; por lo que el masaje facilitaría esta circulación.

Las primeras referencias al masaje se remontan al ocaso del tercer milenio antes de Cristo, en los recetarios médicos de la antigua Mesopotamia, el país entre los ríos Tigris y Éufrates, como los griegos llamaron a la extensa región que comprende hoy día el territorio de Irak y partes de Siria y Turquía.

Conservadas hasta el día de hoy en resistentes tablillas de arcilla con escritura cuneiforme de esta civilización extinguida, las prescripciones dan testimonio de las distintas aplicaciones de masajes. Estos masajes se realizaron mediante el uso de aceites en el tratamiento de migraña, tortícolis, lumbago, espasmos, parálisis, agotamiento muscular o rigidez de distintas partes del cuerpo.

Las primeras referencias al masaje se remontan al ocaso del tercer milenio antes de Cristo. Sin embargo, las recetas médicas cuneiformes no explican cómo efectuaron las fricciones. La descripción la encontramos en la obra de un médico babilónico que vivió hace algo más de 3.000 años. Combinó la técnica del masaje con la recitación de conjuros y plegarias.

Por desgracia, no se conoce ni su nombre ni se conservan sus escritos originales. No obstante, su teoría fue tan popular e influyente que en casi todas las bibliotecas de las grandes ciudades de la antigua Mesopotamia, como Ur, Uruk, la gran Babilonia, Sippar, o las capitales asirias de Asur, Nínive y Nimrud, se guardaron y transmitieron celosamente desde finales del segundo milenio antes de Cristo hasta el siglo tercero antes de Cristo textos cuneiformes relativos a esta idea.

Las más recientes investigaciones sobre la salud y belleza de nuestra piel muestran que podemos encontrar en la alimentación y los productos naturales tres componentes con efectos protectores de la piel.

Estos componentes son:

Los Beta-Carotenos: Presentes especialmente en las zanahorias, los tomates y ciertos frutos «coloreados, los beta-carotenos aceleran la producción de melanina, pigmento natural fabricado por los meloncitos, células protectoras de nuestra piel; Los beta-carotenos preparan y prolongan el proceso de bronceado, permiten una coloración armoniosa de la piel y protegen el organismo contra los radicales libres, reconocidos hoy como uno de los principales responsables del envejecimiento de la piel.

Vitamina E: Esta vitamina participa a la protección de la piel muy especialmente a la defensa de las membranas celulares. La vitamina E es particularmente especializada en atrapar los radicales libres. Junto con el beta-caroteno la vitamina E permite una óptima protección de la piel expuesta al sol. La vitamina E se encuentra en varias frutas como la naranja, el melón, la papaya y la fresa.

Los O.P.C. (oligomeros procianidólicos): Estos preciosos Flavonoides, extraídos de las cascaras de las uvas, estabilizan las fibras de colágeno de la piel y refuerzan la elasticidad y solidez de la piel.

Recuerde antes de exponerse al sol utilizar siempre un bloqueador solar de buena calidad y utilizar gafas de sol pues los ojos también necesitan una protección adecuada.

Después de un día de exposición al sol en la playa, en la montaña o en un paseo, debe aplicar una crema humectante en su piel.