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“Ser desapegados no significa que no podamos disfrutar nada o no podamos disfrutar estar con alguien. Mas bien, se refiere al hecho de que aferrarnos fuertemente a algo o a alguien, nos causa problemas. Nos volvemos dependientes de ese objeto o persona y pensamos, “Si lo pierdo, o nunca lo obtengo, entonces seré miserable”.

El desapego significa: “Si obtengo la comida que me gusta, qué bueno; si no la obtengo, está bien. No es el fin del mundo. No hay apego o aferramiento.”

Dalai Lama.

Bruce Lee no solamente era un gran artista marcial, también estudió filosofía en la Universidad de Washington lo que en conjunto le permitió vivir lo que enseñaba e interesarse por todos los aspectos que abarca la vida de los seres humanos incluso el dinero. Y sobre éste decía que es sólo una herramienta útil, nada más. Estas son algunas de sus ponencias:

  1. La naturaleza del dinero:  El dinero por sí mismo no tiene una naturaleza explícita. El dinero es lo que uno hace de él. Muchos de nosotros le damos un cierto poder al dinero. Eso no está bien. El dinero en sí no tiene poder. Si cambiamos nuestra percepción sobre el dinero y entendemos que se trata de una herramienta solamente para conseguir lo necesario, ya no tiene el mismo poder. El dinero no está sólo para ser guardado, no se puede hacer nada de él teniéndolo guardado. De hecho, se puede vivir la vida con una visión más equilibrada al entender que el dinero es una parte de la vida y no el centro de la existencia.
  2. El dinero es un medio para llegar a un fin.  A los niños se les debe enseñar desde pequeños que el dinero es sólo un medio, un tipo de utilidad, una aplicación. Al igual que todos los instrumentos tiene ciertos fines pero no va a ser todo en la vida. Hay que aprender cómo usuarlo, lo se podrá conseguir con el dinero   y sobre todo lo que no se podrá conseguir.Todos hemos oído decir que el dinero no pueden comprar el amor. En realidad, no se pueden comprar un montón de cosas en la vida. Mientras que los medios de comunicación y publicitarios anuncian que los nuevos vehículos, bolsos, zapatos, ropa  y productos que compramos pueden traer felicidad, prestigio, etc. , conocemos que esto es de momento. La felicidad no se compra, es un estado interno.

    Una vez se entienda que el dinero no puede comprar las emociones, relaciones o sentimientos que realmente llevan a la felicidad, el dinero (y las posesiones materiales) serán cada vez menos importantes.

  3. El dinero viene indirectamente.  Cuando disfrutas tu trabajo y te diviertes realizando tus labores el dinero llega por añadidura, pero lo más importante es ese momento de felicidad que vives al ejecutar tu trabajo. Y ese gozo te permite que se prolongue por más tiempo aún y que aparezcan nuevos negocios, nuevos retos y por consiguiente más dinero.
  4. Una participación equitativa de los beneficios.  Cuando estas realizando un proyecto en el que están vinculadas varias personas lo más justo es que las utilidades sean repartidas de manera equitativa. Ya que si quieres sacarle la máxima tajada, los otros integrantes podrían sentirse desmotivados  y finalmente verse afectado el éxito del proyecto.  Si eres justo y todos los integrantes son justos y equitativos el grupo trabaja como un solo engranaje y fluye  mejor el funcionamiento del proyecto.
  5.  No siempre hay bonanza.  Se debe aprovechar los buenos tiempos, dejando un ahorro, en caso de que vengan tiempos menos provechosos. Es cuestión de hábito, así sea un poco cada vez pero siempre ahorrar.

Interesante artículo del New York Times, merecedor de incluirlo en nuestro artículos: ¿Son motivo de vergüenza celulares sencillos?

El texto cuenta la experiencia de Chris Glionna, supervisor de restaurantes de una conocida compañía, con su viejo celular. Como el teléfono le daba el servicio necesario, no le preocupaba que estuviera fuera de moda. Pero… (siempre hay un pero) sus colegas lo molestaban y se burlaban cuando extraía su «pisapapeles» del maletín. Llegó a sentirse tan avergonzado que hace un par de meses lo cambió por un BlackBerry.

Dice así el Dr. Alejandro Morton: la Crisis  en el mundo se debe, entre otras cosas, a la inseguridad que las personas tienen en ellos mismos; su continua necesidad de comprar jamás será satisfecha porque esperan que la satisfacción personal venga de lo comprado, y jamás será así.

A nivel social no nos hemos dado cuenta de que ese impulso descontrolado por comprar es, en el fondo, la causa profunda de la crisis económica que ha cundido ya por todo el mundo, alimentada por un sistema financiero insaciable que facilitó recursos para que compraran quienes no tenían con qué».

Pocas cosas hay más tensionantes que tratar de mantenerse a la moda en ropa, calzado, accesorios, tecnología, viajes, comidas, restaurantes, casas, muebles, autos y todo lo añadible. Quien tiene dinero en exceso puede comprar, usar y desechar, pero quienes vivimos sujetos a un presupuesto debemos cuidar qué compramos y entender por qué y para qué lo compramos.

En efecto, la presión social existe, pero debemos preguntarnos cuánto nos presiona y cuánto nos dejamos presionar???

¿Cuál es el problema de que se rían de nuestro celular viejo? La risa es buena y si no les gusta el celular pueden bromear a costa de él y criticar
el aparato, a su dueño o a ambos. El problema es de ellos, no del dueño del celular, a menos que éste lo acepte.

Desafortunadamente hoy dia uno se refiere a las personas por sus posesiones: «Es el chavo del convertible rojo» o «La señora que usa ropa de
marca y tiene una casa enorme» o «Es el director que siempre anda a la moda». Es decir, su personalidad no emana de lo imprescindible, sino de lo prescindible. Lo  primero no se compra en ningún lado; lo segundo en cualquiera, si se tiene los medios para hacerlo.

Un amigo muy cercano es multimillonario, pero nosotros lo averiguamos por accidente tras años de conocerlo. Es sencillo, generoso, adaptable a todo y  disfruta lo disfrutable. Jamás presume y nunca hace alarde de nada porque tiene muy claro qué cosas son importantes en su vida.

Las trampas de la presión social siempre han estado ahí. Caen en ellas quienes no se conocen a sí mismos y tienen una escala de valores centrada en lo social y en su desarrollo han tenido carencias afectivas.

El vacío personal no lo llena ni los closets repletos, ni los carros lujosos, ni las joyas exclusivas, ni los accesorios de lujo. La satisfacción
de los consumidores insaciables no viene de poseer las cosas, sino de presumirlas ante los demás.

¿Tiene usted un celular del que sus «amigos» se ríen cuando lo usa? Ríase  con ellos y úselo hasta que guste.  ¿Le duelen las burlas? Entonces CAMBIE de AMIGOS, NO DE CELULAR… Es lo justo.

La envidia se basa en el ego, el orgullo, la capacidad de auto-superación, la felicidad y actitud positiva. Estas son las 5 características principales que forman la envidia. Y por lo tanto ésta se va desarrollando a lo largo de toda la vida y como la persona ha afrontado las complicaciones a lo largo de la misma.

Para superar la envidia negativa, muy negativa o neutral tendrás que aprender a dominar tu ego en vez de que él te domine a ti.

Tendrás que ser humilde, admitir cuando alguien te ha ganado y elogiarlo por ello. Tendrás que admitir que puedes fracasar porque no eres perfecto, eres humano. Deberás guardar tu orgullo, tienes que estar muy por encima de tu orgullo y tu ego, deberás controlarlos en vez de que ellos te controlen a ti.

Tendrás que motivarte en auto-superarte constantemente, ver la vida de forma más positiva y las circunstancias también, tendrás que ser alguien a quién le satisface su vida.
Como vemos tienes que adoptar una serie de cualidades en ti que garantizarán que tengas una envidia muy positiva hacia las demás personas.

Lo siento, no hay fórmula mágica, yo te doy las claves para cambiar, eres tú quién tiene que decidir cambiar y hacerlo. Ahora tienes las herramientas, úsalas.

Estas son algunas de las características de las personas envidiosas:

  • Estar comparándose constantemente con los demás, ya sea por la personalidad o posesiones de la otra persona.
  • Estar inconforme consigo mismo.
  • Molestarse ante la felicidad o éxito de los demás, desear que todo le vaya mal a los demás para sentirse menos infeliz.
  • La persona envidiosa no vive en torno a ella sino a lo que otros tienen, lo desearían tener o de lo que carece.
  • Se torna una persona burlona, mal hablada, pesimista, crítica.
  • No reconoce la envidia.