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Por razones socioculturales, estamos acostumbrados a que los hombres ganan más que las mujeres. Ellos son quienes, a lo largo de la historia, se han encargado de cumplir con la totalidad, o por lo menos con la mayoría, de las obligaciones financieras del hogar.

Sin embargo, en las últimas décadas el panorama cambió, y ya es más común que algunas mujeres ganen más que los hombres, tengan vidas profesionales exitosas y una mayor independencia. Es un hecho que las mujeres ya no se quedan en la casa, haciendo las tareas del hogar, sino que están buscando asumir desafíos en el campo laboral y en muchos casos, combinar sus tareas de madre con las de empleadas o empresarias.

Cuando la mujer gana más en el hogar, pueden presentarse dificultades en la relación de pareja. Los problemas pueden comenzar con un detonante diferente al relacionado con el dinero, pero con el tiempo sí se evidencia que algo está pasando en casa.

Aunque no es un hecho para generalizar, comúnmente el hombre empieza a mostrar comportamientos propios que demuestran inseguridad, frustración y depresión. Estos sentimientos se dan a partir de ideas o reglas que ya se tienen como que la persona que gana un mejor sueldo es porque es más inteligente y puede lograr mejores oportunidades. Todo esto es producto de la relación de equivalencia que se ha hecho entre sueldo-poder, sueldo-éxito, éxito-admiración.

Las consecuencias de esa situación pueden derivar en comportamientos agresivos, infidelidad o búsqueda de nuevos hobbies. Todo como una manera de darle equilibrio a esos sentimientos de bajo auto-concepto.

Por otro lado, la mujer también puede mostrar cambios al estar mejor remunerada que su pareja, aunque vale aclara que obviamente esto depende de la dinámica que se dé en cada pareja, dice Zabala.

Algunas empiezan a sentir que aumenta el control en la toma de decisiones y por lo tanto, el valor de opinión de su pareja se reduce y que sus actividades se vuelven más importantes que las del otro. De esta manera, para llegar a una conciliación casi siempre termina involucrándose el factor dinero, dándosele a este, el papel de exclusividad para ganar la pelea.

 

La ley de la atracción es la idea o supuesto de que los pensamientos influyen sobre las vidas de las personas, argumentando que son unidades energéticas que devolverán a la persona una onda similar.

La frase «ley de la atracción» ha sido utilizada por algunos escritores esotéricos, aunque el sentido con el que se usa actualmente es diferente del original. La mayoría de los autores asocian a la ley de la atracción con la frase «te conviertes en lo que piensas», usualmente aplicado al estado mental del ser humano: Esto significa que los pensamientos que una persona posee, las emociones, las creencias y las acciones atraen consecuencias que corresponden a experiencias positivas o negativas.

Hágala realidad

1. Al levantarse dedique 5 minutos a enfocarte en su deseo

2. Use imágenes externas para representar sus deseos. Recorte frases e imágenes que estén relacionadas con sus deseos y archívelas en una carpeta. Vale la pena repetir: Esto es mio ahora, esto es quien soy ahora.

3 – Preste atención a todas aquellas respuestas emocionales que impiden tener todo lo que se desea; recuerde que los sentimientos reflejan su realidad.

4 – Hay que tener una actitud de gratitud; es muy importante que en todo momento se enfoque en lo bueno que tiene y agradezca por ello.

5 – Póngale acción a sus deseos. Por ejemplo, si deseas un auto, aprenda a manejar, saca la licencia de conducir, etc.

6 – Si comienzas a ver q todo empieza a mejorar pues hay que reconocer. Si le aprobaron el crédito para comprar el auto, reconozca que la ley de atracción está funcionando.

Video: http://www.youtube.com/watch?v=AeQY3t_SHEs

La ortorexia define un desorden alimenticio relacionado con la fanatismo por mantener una cierta calidad alimentaria, consumiendo únicamente alimentos considerados saludables, buscando la dieta perfecta.

Se peude considerar como una obsesión perjudicial para la salud, como el trastorno obsesivo-compulsivo, con lo que el paciente considera alimentación saludable. El problema que conlleva este trastorno es que el paciente puede seguir teniendo una mala alimentación, aun cuando ha omitido de su dieta alimentos que contienen grasas, preservantes o productos animales. La desnutrición suele ser un común denominador entre los seguidores estrictos de dietas saludables.

¿Cuáles son sus síntomas?

Los expertos pueden detectarla cuando el paciente presenta desordenes alimentarios en los que lo importante no es la cantidad de comida consumida, como en la anorexia, sino la calidad de la misma.

•    Dedicar tiempo excesivo para organizar una dieta

•    Preocuparse más por la dieta que por el placer de consumir los alimentos

•    Predominante preocupación por la composición bioquímica de los alimentos

•    Disminución de la calidad de vida por la pseudoalimentación

•    Sentimientos de culpabilidad al no cumplir las creencias dietarias propias

•    Planificación estricta y obsesiva de los alimentos que se consumirán a futuro

•    Aislamiento social por el tipo de alimentación que se consume

•    Se siente juzgado por los demás por el tipo de dieta que lleva

No se conoce el funcionamiento de este trastorno, y como todo problema alimentario, proviene de una combinación de la personalidad, el entorno y la manera como la persona maneja los conflictos internos. Se ha encontrado que la ortorexia suele ser más común en personas psicorrígidas.

No hay ingredientes especiales para que una pareja no discuta. Eso es imposible. Lo que si se puede lograr es construir una gran atmósfera para alimentar el amor y la tolerancia. Téngalos en cuenta.

No hay lugar para interrogantes. Tratar a la otra persona como si siempre estuviera escondiendo algo, demuestra inseguridad y desconfianza de tu parte. Usted es su pareja, no su padre o su madre y estar controlando su tiempo y todo lo que hace no hará que seas su confidente.

Hay que atreverse para hablar de todo. No siempre ser arriesgados es sinónimo de darlo todo en la cama. Los hombres quieren a una mujer segura de sí misma, de sus sentimientos y de su capacidad de amar. Eso los hace sentirse queridos, apreciados y valorados. Un «te amo» se demuestra y se expresa sin temores cuando se siente.

Sexo y amor. El sexo sí importa sin que tenga que ser una prioridad. La cama no se puede convertir en el sitio donde se resuelven los conflictos. Una conexión física, química sexual, una intimidad sentimental y corporal son los ingredientes principales para que al amor y la atracción se mantengan vivos.

Basta de amenazas. Darle un ultimátum cada vez que hay un mal entendido o una discusión, no es una forma adecuada de retenerlo. De hecho, esa no es la idea en una relación. Unos hacen exigencias de más cuando el tema del compromiso sale a colación, otras para chantajearlos.

El físico no es primordial. Nadie puede negar que a ellos les gusta que te pongas un vestidito sexy, que compres lencería especial para una noche romántica o que cuando salgan a una fiesta deslumbres por tu belleza y elegancia. Pero si hay una cosa que les molesta es una mujer preocupada por su aspecto las 24 horas del día.

A la hora de convivir con su pareja, hay que tener presente que la situación cambia y hay que compenetrarse para que todo sea óptimo.

Cuando el amor llega hay que tener en cuenta que también llegan los defectos, sin embargo por estar tan enamorados pues no los vemos. Mientras más temprano sepamos asimilirlos será mejor para nosotros. Este mismo trabajo tiene nuestra pareja.

A medida que la pareja se consolida, sus miembros deben tomar decisiones en común y en este punto es donde pueden aparecer temas de tipo familiar. La familia de alguno de los miembros quiere seguir teniendo una parte lo suficientemente grande como para influenciar a la pareja y esto puede llegar a originar problemas.

Las decisiones de pareja se toman por los miembros de la pareja, que no pueden seguir involucrándose de forma obligada. Los padres pueden dar su opinión sobre algún tema determinado, pero la pareja no puede convertirse en una marioneta de estas decisiones. Esto no significa que debamos dejar de hablar con nuestros familiares sino saber separar sentimientos.

Debemos aprender a compartir las cosas de este modo si en nuestra vida aparecen problemas o algún tipo de crisis, será mucho más fácil resolverlo entre los dos que uno solo. La carga será menor si la compartimos. Cuando los problemas llaman a la puerta debemos afrontarlos juntos, nunca huir de ellos porque aparecerán de nuevo hasta que consigamos resolverlo.

La comunicación es un factor importante y suele ser una de las primeras cosas que falla, si mantenemos una comunicación fluida con nuestra pareja todo será mucho más fácil. Si te enfadas con tu pareja será más fácil que le digas qué es lo que te ha molestado a que esperes a ver si descubre qué te ocurre, ya que probablemente no acertará nunca.

Eso sí, no hay que olvidar la individualidad de cada uno, comparte, pero hay que poner límites para tener una autonomía y dependencia, es decir, ser uno en cuestión de pareja pero sin olvidar que está formada por dos seres individuales que tienen necesidades.

Tenga muy presente que si usted tiene buenos hábitos mentales será una persona exitosa. De hecho, la historia dice que los hombres más exitosos tienen excelentes hábitos mentales.

Desde pequeños nos enseñan a tener buenos hábitos de higiene: cepillarse los dientes, bañarse bien y demás. Lo anterior hizo que usted se volviera una persona limpia e higiénica.

Pasa lo mismo con la mente. Si usted desarrolla buenos hábitos mentales pues tendrá éxito. Lo más probable es que ni se de cuenta cuando ya esté actuando como una persona de éxito en todo lo que haga. Estará emprendiendo, retando a la vida y logrando victoria tras victoria gracias a los hábitos instaurados.

¿Cómo lograrlo entonces? Encuentre un hábito para fortalecer su mente y repítalo constantemente. Usted se irá acostumbrando a que su mente trabaje de una cierta manera y verá resultados positivos.

Podemos decir que los hábitos se dividen en tres: emocionales, mentales y físicos. Para tener una buena salud mental, hay que tener muy buenos hábitos mentales. Para llegar a ser grande, tiene que pensar en que ya es grande. El secreto del éxito en la vida, radica en los hábitos que se tengan.

Es necesario entonces modificar algunos hábitos mentales y emocionales, especialmente, aquellos que le hacen ser inseguro. Para adquirir seguridad personal, simplemente, actúe y compórtese como si ya la tuviera; porque existe una relación directa entre su comportamiento, su pensamiento y sus sentimientos.

Es decir, si usted piensa en algo positivo, y lo siente verdaderamente, su comportamiento será directamente proporcional a ello, y así se manifestará. Hay que recordar, que nuestros pensamientos y sentimientos del pasado, son los que han creado nuestro mundo actual.

Erróneamente algunos confunden a las personas arrogantes con los que tienen una alta autoestima, y a la gente tranquila, de perfil bajo, con aquellos que tienen una baja autoestima. En general, las personas que más confían en si mismas, en sus valores y capacidad de logro y superación, son tranquilas, siguen adelante con sus vidas, hacen lo que quieren y se divierten.

De acuerdo a los psicoterapeutas Rex Johnson y David Swindley, muchos de los que ven afectada su autoestima buscan ocultar esta experiencia, en forma consciente o inconsciente. Según los investigadores, cuando nos sentimos amenazados en nuestra autoestima nos podemos ubicar en alguno de los siguientes cinco patrones de comportamiento a los que solemos recurrir como estrategias defensivas:

1. Quien disfruta criticando, juzgando y menospreciando a la gente, especialmente a quienes considera más exitosos que él, a veces como una manera de justificarse no logra dar una sugerencia constructiva, o porponer una acción positiva. En el fondo, sus esfuerzos están dirigidos a proyectar en el otro y en el mundo, la opinión que se ha formado de sí mismo.

2. Quien pone un montón de energía para evitar llamar la atención, trata de pasar lo más desapercibido posible, pues está convencido de que no es digno de dicha atención. No es capaz de aceptar un cumplido porque durante muchos años alimentó una autoimagen de alguien inadecuado, no merecedor de aprecio.

3. Quien no puede evitar quejarse, y suele sentir placer al hacerlo, y aprovecha toda oportunidad que encuentra para practicar esta especialidad. No importa lo que la vida le traiga, siempre es capaz de encontrar la falta, focalizarse en ella y quejarse sin cesar.

4. Quien se daña mediante hábitos adictivos, trastornos de la alimentación, o fobias.

5. Quien tiene miedo de exponer sus verdaderos sentimientos porque no puede enfrentar un posible rechazo. Nunca pide  ayuda y también evita quejarse o reclamar incluso cuando tenga todos los motivos válidos para hacerlo.

¿Quién no se ha sentido culpable en su vida? Lastimas a otra persona sin querer y luego sientes gran culpa. Todos cometemos errores, algunos insignificantes y otros importantes.

La culpa es un indicador de que estamos rompiendo una regla social. Ya sean reglas establecidas formalmente, como respetar las señales de alto en la calle, o reglas implícitas o autoimpuestas como evitar herir los sentimientos de otros.

La culpa se define como el estado emocional que surge de pensar que hemos actuado de manera indebida. La culpa es una actitud formada por emociones y pensamientos, que nos llevan a una sensación de auto devaluación. Es decir, la persona que siente culpa, se califica negativamente como persona, se siente mal consigo misma y se siente devaluada de alguna manera.

Generalmente, la culpa surge de manera automática, y nos puede servir como indicador de que algo en nuestra conducta no está en armonía con lo que nosotros consideramos adecuado. Sin embargo, quedarse con el sentimiento de culpa una vez que nos hemos dado cuenta de la situación no sirve de nada. Ni nos sirve a nosotros ni a la persona a quien hemos lastimado.

De lo que se trata realmente es de asumir nuestros actos, y hacernos responsables de enmendar las situaciones, hasta donde sea posible. Hay una gran diferencia entre sentirme culpable y sentirme responsable. La culpa me hace sentirme mal conmigo y me devalúa. Hacerme responsable me hace sentir mal hacia la conducta, pero me sigo sintiendo bien conmigo, aceptando que cometí un error, pero que eso no me devalúa como individuo.


Es normal tener conflictos con otros. Este no es el problema sino el saber cómo manejarlos cuando suceden. Un mal manejo del conflicto puede hacer que lo que era un simple malentendido se convierta en un verdadero problema.

Aquí van algunos tips de comunicación para poner en práctica la próxima vez que entres en conflicto con tu pareja, jefe o algún compañero, los cuales te ayudarán a tener una comunicación mucho más efectiva y productiva:

1. Escucha. Escuchar no significa dejar que el otro hable sin interrumpirlo, esperando a que termine para entonces yo decirle en qué está mal. Escuchar es realmente ponerme en los zapatos de la otra persona. Entender qué siente y por qué lo siente. Entender qué de lo que yo he hecho o dicho le está afectando de qué manera.

2. Resuelve el problema presente. No hay que traer 10 ejemplos pasados que se parecen al problema presente. No van a poder resolver todos y solamente va a hacer que el enojo aumente.

3. Habla de lo que sientes, no critiques a la otra persona. No juzgues al otro con calificativos como: estás mal, siempre te equivocas, eres muy malgeniado. Habla de lo que tú sientes. Hazte responsable de tus sentimientos, en vez de atacar al otro.

4. No reacciones a la crítica. Si la otra persona te critica, mantén tu tranquilidad. Se trata de que no te sientas vulnerable a los comentarios de la otra persona. Que entiendas que el otro está alterado y por lo tanto va a tratar de defenderse. No es nada fácil no tomarse personal este tipo de críticas en medio de un conflicto.

5. Reconoce tus errores. Una vez que hayas escuchado lo que la otra persona tiene que decir, reconoce la parte que sí te corresponde. En la gran mayoría de los conflictos, las dos partes tienen parte de la responsabilidad. A veces queremos hacernos víctimas y poner a la otra persona como la causante absoluta del conflicto, pero si somos objetivos y realmente aprendemos a escuchar, podrás darte cuenta de cual es tu parte en el conflicto.

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La depresión es una enfermedad, un problema médico más frecuente de lo que se pueda una imaginar. Durante mucho tiempo las personas creían que la depresión era un signo de debilidad mental y no lo veían como un problema de salud.

Las personas con depresión tienen niveles anormalmente bajos de algunas sustancias químicas del cerebro que controlan el estado anímico, el apetito, el sueño y en ocasiones la función sexual.

La depresión no respeta raza, ocupación, nivel socioeconómico o sexo, pero estadísticamente se ha visto que afecta en mayor proporción a las mujeres. La edad en que se presenta el primer episodio de depresión está entre los 25 y 44 años de edad, es menos frecuente en las personas casadas o que tienen una relación de pareja duradera, la gente divorciada o separada es más propensa a padecer depresión.

Síntomas característicos de la depresión:

+ Estado anímico deprimido (sentirse inútil, triste, desesperado, baja autoestima y falta de confianza en uno mismo, sentimientos de culpa).

+ Afectar el pensamiento (dificultad para concentrarse y memoria afectada).

+ Mal funcionamiento físico: (desordenes de sueño y alimentación, baja de actividad sexual, cansancio).

+ Cambios en el comportamiento (ser irritable, impaciente, y ser muy negativos).