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¿Llegas? Saluda. ¿Te vas? Despídete. ¿Recibes un favor? Agradece. ¿Prometes? Cumple. ¿Ofendes? Discúlpate. ¿No entiendes? Pregunta. ¿Tienes? Comparte. ¿No tienes? No envidies.  ¿Ensucias? Limpia. ¿No te cae bien? Respeta. ¿Amas? Demuéstralo. ¿No vas a ayudar? No estorbes. ¿Rompes? Repara. ¿Pides prestado? Devuélvelo. ¿Te hablan? Contesta. ¿Enciendes? Apaga.  ¿Abres? Cierra. ¿Compras? Paga.

Estas sencillas reglas que aparecen el el cartel de la foto, pueden ayudarte sin lugar a dudas a tener una mejor convivencia con los demás, parece muy fácil seguirlas.

“No se guíen por revelaciones o tradiciones,

no se guíen por el rumor o por las escrituras sagradas,

no se guíen por habladurías o por la lógica pura,

no se guíen por la inclinación hacia una idea o

por la capacidad de apreciación de otra persona y

no se basen en la idea «El es nuestro maestro»,

sino cuando ustedes mismos sepan que una cosa es buena,

que no es censurable, que es alabada por el sabio y

que cuando es practicada ésta conduce a la felicidad,

entonces síganla”
De: Buda Sidartha Gautama

La diferencia entre la mediocridad y la excelencia radica en aquellas pequeñas cosas a las que no queremos  darle la importancia que la tienen.

«Si no tienes religión: Yo te recomiendo una: Laverdad»

Mahatma Gandhi.

  • Nunca dejes de soñar
  • Jamás te burles de los sueños de los demás
  • Recuerda que el más grande amor y los más grandes logros involucran mayores riesgos
  • Cuando Pierdas, No pierdas la lección
  • Recuerda las 3R…Respeto a ti mismo, Respeto a los demás y Responsabilidad para todas las acciones
  • Cuando te des cuenta que has cometido un error toma medidas inmediatas para corregirlo
  • Sonríe cuando respondas al teléfono, quien llama lo podrá escuchar en tu voz.
  • Abre tus brazos al cambio pero no te desprendas de tus valores
  • Mantén una atmósfera amorosa en tu hogar, es muy importante
  • Comparte tu conocimiento, es una manera de lograr la inmortalidad
  • Los sueños que se convierten en objetivos se hacen realidad

Interesante artículo del New York Times, merecedor de incluirlo en nuestro artículos: ¿Son motivo de vergüenza celulares sencillos?

El texto cuenta la experiencia de Chris Glionna, supervisor de restaurantes de una conocida compañía, con su viejo celular. Como el teléfono le daba el servicio necesario, no le preocupaba que estuviera fuera de moda. Pero… (siempre hay un pero) sus colegas lo molestaban y se burlaban cuando extraía su «pisapapeles» del maletín. Llegó a sentirse tan avergonzado que hace un par de meses lo cambió por un BlackBerry.

Dice así el Dr. Alejandro Morton: la Crisis  en el mundo se debe, entre otras cosas, a la inseguridad que las personas tienen en ellos mismos; su continua necesidad de comprar jamás será satisfecha porque esperan que la satisfacción personal venga de lo comprado, y jamás será así.

A nivel social no nos hemos dado cuenta de que ese impulso descontrolado por comprar es, en el fondo, la causa profunda de la crisis económica que ha cundido ya por todo el mundo, alimentada por un sistema financiero insaciable que facilitó recursos para que compraran quienes no tenían con qué».

Pocas cosas hay más tensionantes que tratar de mantenerse a la moda en ropa, calzado, accesorios, tecnología, viajes, comidas, restaurantes, casas, muebles, autos y todo lo añadible. Quien tiene dinero en exceso puede comprar, usar y desechar, pero quienes vivimos sujetos a un presupuesto debemos cuidar qué compramos y entender por qué y para qué lo compramos.

En efecto, la presión social existe, pero debemos preguntarnos cuánto nos presiona y cuánto nos dejamos presionar???

¿Cuál es el problema de que se rían de nuestro celular viejo? La risa es buena y si no les gusta el celular pueden bromear a costa de él y criticar
el aparato, a su dueño o a ambos. El problema es de ellos, no del dueño del celular, a menos que éste lo acepte.

Desafortunadamente hoy dia uno se refiere a las personas por sus posesiones: «Es el chavo del convertible rojo» o «La señora que usa ropa de
marca y tiene una casa enorme» o «Es el director que siempre anda a la moda». Es decir, su personalidad no emana de lo imprescindible, sino de lo prescindible. Lo  primero no se compra en ningún lado; lo segundo en cualquiera, si se tiene los medios para hacerlo.

Un amigo muy cercano es multimillonario, pero nosotros lo averiguamos por accidente tras años de conocerlo. Es sencillo, generoso, adaptable a todo y  disfruta lo disfrutable. Jamás presume y nunca hace alarde de nada porque tiene muy claro qué cosas son importantes en su vida.

Las trampas de la presión social siempre han estado ahí. Caen en ellas quienes no se conocen a sí mismos y tienen una escala de valores centrada en lo social y en su desarrollo han tenido carencias afectivas.

El vacío personal no lo llena ni los closets repletos, ni los carros lujosos, ni las joyas exclusivas, ni los accesorios de lujo. La satisfacción
de los consumidores insaciables no viene de poseer las cosas, sino de presumirlas ante los demás.

¿Tiene usted un celular del que sus «amigos» se ríen cuando lo usa? Ríase  con ellos y úselo hasta que guste.  ¿Le duelen las burlas? Entonces CAMBIE de AMIGOS, NO DE CELULAR… Es lo justo.

Actualmente la crisis que vivimos no es solo económica sino de valores también. Algo está fallando fuera del bolsillo y es algo que, si no se cambia, nos empujará cuesta abajo cuando ya hayamos el mundo se nos venga encima.

No se trata de ideales políticos, indignación o revoluciones, simplemente consiste en aterrizar de nuevo a este mundo, ver quiénes somos y que estamos rodeados por iguales que con solo un poco más o menos suerte podrían haber llegado a nuestro lugar si hubieran tenido la oportunidad.

El miedo se ha instalado en nuestras vidas: miedo a amar, a ser vulnerable, a no tener, a las enfermedades, al cansancio mental y físico, al paso de los años, al exceso de obligaciones y a la falta de sentido de la vida, etc. Y en este miedo muchos buscan la excusa para robar, matar, mentir, traicionar, no trabajar, sobornar, para ser cruel con otros.

Nada es suficiente, siempre se quiere más…se han perdido los parámetros. La codicia forma parte de nuestra realidad cotidiana.

Hoy, debemos recuperar el contacto con la naturaleza y confiar en nuestro conocimiento interior, escuchar sus consejos. Como lo dice el libro Las voces del desierto: «sólo cuando se haya talado el último árbol, sólo cuando se haya envenenado el último río, sólo cuando se haya pescado el último pez; sólo entonces descubrirás que el dinero no es comestible. Nací con las manos vacías, moriré con las manos vacías. He visto la vida en su máxima expresión, con la manos vacías«.

No hay que culpar a los demás de nuestra forma de ser, de nuestro malestar, enfrentemos amorosamente las sensaciones negativas, nuestros malestares. Como dice David Richo: «sólo cuando tengas el valor de enfrentar las cosas como son, sin ningún autoengaño o ilusión, brillará una luz a partir de los sucesos y se abrirá el camino» .

Alfonso Fouce, psicólogo infantil y Marc Giner, psicopedadgogo y logopeda, han realizado un amplio listado donde enumeran los errores que los padres cometen frecuentemente con sus hijos; muy negativos para su desarrollo y equilibrio emocional.

1. Comprarle todo aquello que nos pida.

2. Darle siempre la razón cuando tenga un problema.

3. Dejarle que hable mal, todos sus amigos lo hacen.

4. Ponerle un televisor y/o un ordenador en su habitación (con acceso ilimitado a internet por supuesto y si puede ser con la playstation)

5. Avergonzarnos cuando hace una rabieta.

6. No darle abrazos ni besos, ni decirle lo importante que es para nosotr@s.

7. No exigirle en relación a la escuela ni en las tareas de la escuela.

8. No castigarle ni llamarle la atención sobre su conducta nunca.

9. Castigarle cada día.

10. Que la madre le diga que no a una cosa y el padre la consienta o viceversa.

11. Chillarle o estresarnos cada día para que haga lo que le exigimos.

12. No jugar ni hablar tranquilamente nunca con él o ella.

13. No establecer ni unos horarios ni unas reglas del juego mínimas.

14. No pedirle que colabore con la casa en las cosas que están a su alcance.

15. Permitirle las mismas cosas que a sus hermanos mayores, o prohibirles a estos porque sino el pequeño se enfada o hace una rabieta.

16. No enseñarle unas normas y/o valores, sean del tipo que sean.

17. Creer que nuestro hijo siempre nos miente, acabará haciéndolo.

18. Creer que nuestro hijo es malo, acabará siéndolo.

19. No darle buen ejemplo.

20. No hacer lo que les decimos a ellos que deben hacer.

Erróneamente algunos confunden a las personas arrogantes con los que tienen una alta autoestima, y a la gente tranquila, de perfil bajo, con aquellos que tienen una baja autoestima. En general, las personas que más confían en si mismas, en sus valores y capacidad de logro y superación, son tranquilas, siguen adelante con sus vidas, hacen lo que quieren y se divierten.

De acuerdo a los psicoterapeutas Rex Johnson y David Swindley, muchos de los que ven afectada su autoestima buscan ocultar esta experiencia, en forma consciente o inconsciente. Según los investigadores, cuando nos sentimos amenazados en nuestra autoestima nos podemos ubicar en alguno de los siguientes cinco patrones de comportamiento a los que solemos recurrir como estrategias defensivas:

1. Quien disfruta criticando, juzgando y menospreciando a la gente, especialmente a quienes considera más exitosos que él, a veces como una manera de justificarse no logra dar una sugerencia constructiva, o porponer una acción positiva. En el fondo, sus esfuerzos están dirigidos a proyectar en el otro y en el mundo, la opinión que se ha formado de sí mismo.

2. Quien pone un montón de energía para evitar llamar la atención, trata de pasar lo más desapercibido posible, pues está convencido de que no es digno de dicha atención. No es capaz de aceptar un cumplido porque durante muchos años alimentó una autoimagen de alguien inadecuado, no merecedor de aprecio.

3. Quien no puede evitar quejarse, y suele sentir placer al hacerlo, y aprovecha toda oportunidad que encuentra para practicar esta especialidad. No importa lo que la vida le traiga, siempre es capaz de encontrar la falta, focalizarse en ella y quejarse sin cesar.

4. Quien se daña mediante hábitos adictivos, trastornos de la alimentación, o fobias.

5. Quien tiene miedo de exponer sus verdaderos sentimientos porque no puede enfrentar un posible rechazo. Nunca pide  ayuda y también evita quejarse o reclamar incluso cuando tenga todos los motivos válidos para hacerlo.

Ser líder es tener la capacidad de comunicarse con un grupo de personas, influir en sus emociones para que se dejen dirigir, compartan ideas y ejecuten las acciones necesarias para el cumplimiento de uno o varios objetivos.

1. Excelencia en las actividades básicas del día a día: actúa apasionadamente, es optimista, motiva y valora a su gente, demuestra sus valores en pequeños actos con todos.

2. Excelencia en relaciones personales: el liderazgo no tiene nada que ver con el cargo o el título, el liderazgo se demuestra con las relaciones interpersonales. Cumple promesas, escucha atentamente, fomenta el respeto y logra relaciones de confianza duraderas.

3. Adaptación al cambio: los líderes no dirigen personas sino que tienen actitudes que inspiran a las personas de su entorno y las mueven para actuar.

4. Eficacia personal: se enfoca en lo valioso, prioriza, reclasifica las metas, tiene momentos de reflexión solo o sola.

5. Creatividad e innovación: las ideas se han convertido en la materia prima de los proyectos exitosos, pero no son más que eso, materia prima.

6. Ser el entrenador del equipo: aconseja, observa cosas que se pueden mejorar, comparte experiencias pasadas generosamente.

7. Conciencia social: el proyecto contribuye a la organización, la organización contribuye a la sociedad. Si esos tres elementos no están alineados, ¿para qué trabajás?