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La lluvia de ideas es una forma con la que muchos gerentes animan a sus empleados a crear e innovar. El objetivo es conseguir nuevos elementos que ayuden a crecer cualquier tipo de organización o proyecto.

La forma tradicional de reunir a los empleados con una hoja en blanco, no es tan productiva como dejar que los empleados sean los que tengan la iniciativa de generar las ideas. Según los expertos, la crítica anima a los empleados a participar más plenamente con el trabajo de otros y evaluar sus propios puntos de vista. Esto al final hará más creativas las propuestas que se generen en este tipo de reuniones.

Hay formas entonces de lograr el objetivo. Por ejemplo, cuando una persona está cómoda, su cerebro también lo está, pues dedica toda su atención a la tarea que está haciendo.

A la hora de generar ideas, se recomienda escoger unos zapatos cómodos, pantalones largos en vez de falda para las mujeres, escoger una mesa donde se pueda ver el tablero o el computador con facilidad y procurar que el clima sea ideal.

De igual manera, entre más preguntas sobre el tema mucho mejor. Tenga un banco de preguntas, es la mejor manera de innovación. Las básicas son: lo que se necesita, quiere y desea.

Genere debates por medio de preguntas, así se lograrán muy buenos resultados. La estrategia de refutar puede ser una buena arma para lograr mejores resultados de los que espera.

Finalmente, ocupe todo el tiempo que sea necesario a la generación de ideas. Las ideas finales serán las que mayores avances produzcan. Anímese y anime a su equipo a generar ideas todo el tiempo, no solamente en las reuniones que hagan para este fin, a que hagan anotaciones de las ideas que ya tienen.


El 4 de abril de 1968, Martin Luther King fue asesinado en Memphis. Tenía 39 años y ya era una figura dominante en Estados Unidos y en el panorama mundial. Fue conocido como un líder de los derechos civiles, pero también fue un activista por la eliminación de la pobreza y un fuerte crítico de los EE.UU. en la guerra de Vietnam.

King siguió los pasos de Gandhi, creyó en la no violencia y la paz, y en contra de la opinión de muchos de sus seguidores habló poderosamente en contra de la guerra. El compromiso de King con la paz y sus fuertes declaraciones en contra de los EE.UU. en la guerra de Vietnam han sido a menudo omitidos al recordar su legado.

Tres semanas después del asesinato, su viuda, Coretta Scott King, pronunció un discurso en la ciudad de Nueva York que King  había previsto dar. En ese discurso, leyó algunas notas que su esposo había escrito en la preparación de su  lectura, Diez Mandamientos en Vietnam. Estos son:

1. No has de creer en una victoria militar.

2. No has de creer en una victoria política.

3. No has de creer que el pueblo vietnamita nos ama.

4. No has de creer que el gobierno de Saigón cuenta con el apoyo del pueblo.

5. No has de creer que la mayoría de los vietnamitas del Sur ven al Viet Cong como terroristas.

6. No has de creer en las cifras oficiales de norteamericanos o enemigos muertos.

7. No has de creer que los generales son los que saben mejor.

8. No has de creer que la victoria del enemigo significa el triunfo del comunismo.

9. No has de creer que el mundo apoya a los Estados Unidos.

10. No matarás.

King sabía hablar sobre la verdad del poder, y en su valor y  compromiso radica su propio poder. Si hubiera vivido más años, habría sido una enorme fuerza para imponer la paz en Estados Unidos y el mundo. Sus mandamientos contrastan con la cómoda actitud de nuestros dirigentes que mienten sobre la guerra, las que son tan ampliamente aceptadas sin cuestionamiento.

A ninguna mujer le puede gustar pasar al lado de una manada de hombres, que lo único que hacen es mirarla y hacerla sentir incómoda con frases como «Mamita rica«, «Mamacita«, o «Te comería con papitas fritas«; la verdad es que a ellas les produce una furia interna y acumulable hacia el sexo opuesto.

Otra cosa pasa cuando un hombre saca su estampa de galán y lanza piropos que hace que la dama esboce una sonrisa después de tener un mal día, seguramente levantará el autoestima por el cielo.

Estadísticas de piropos

Según un estudio realizado, más de 6 millones de hombres piensan en decirle a una mujer entre 18 y 45 años un piropo. Mientras que ellas, a su vez, esperaron más de 4 millones de piropos; lo que indica que a la mujer de hoy le gusta recibir piropos.

El estudio desmontó el mito de que a la mujer de hoy ya no le gusta recibir piropos, ya que el 78,4% de las mujeres encuestadas declararon sentirse valoradas y reconocidas cuando lo reciben.

Siete de cada diez mujeres reconocen que los piropos subidos de tono les desagradan. La ocasión en la que la mujer agradece más un piropo es cuando está triste (88,5%). No obstante, las mujeres encuestadas también valoraron el componente de sorpresa del piropo, así a 8 de cada 10 les hace más ilusión cuando menos se lo espera.

¿Qué tal estos 10 piropos de alto nivel?

  • Dios debe estar distraído, porque los ángeles se le están escapando.
  •  Se te cayó un papel… ¡El que te envuelve bombón!
  •  ¿Ya empezo la primavera?, ¡porque eres la primera flor que veo!
  •  ¿De qué juguetería te escapaste muñeca?
  •  Estoy buscando diosas para una nueva religión… y acabo de elegirte.
  •  ¿Crees en el amor a primera vista o tengo que volver a pasar delante tuyo?
  •  Si Colón te viera diría: ¡Santa María que preciosa pinta tiene esa niña!
  • ¡Si tú eres el pecado dispuesto estoy a cumplir la penitencia!
  • Dichosa la mañana en que aparezcan tus hermosos zapatos debajo de mi cama.
  • Si verde te caes de buena, ¿qué será cuando estés madura?

En este divertido video realizado por la usuario de vimeo CUALCA! queda bastante claro eso de «No quiero tu piropo, quiero tu respeto»

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Algunos lo llamaban el niño murciélago, Ben Underwood fue diagnosticado con cáncer retiniano a la temprana edad de dos años y, por dicha causa, le tuvieron que ser extirpados ambos ojos cuando tenía solo tres años.

Sin embargo, Ben desarrollo la eco-localización a la edad de cinco años, con la ayuda de Daniel Kish, quien le mostró cómo usaba el golpeteo de su bastón para orientarse. La ecolocalización es el mismo método que utilizan los delfines y los murciélagos para orientarse, una especie de sonar.

De este modo Ben es capaz de usar la eco-localizacion para ver sin ojos. De la misma manera que ven los delfines, los murciélagos o los submarinos con su sonar.
Para poder «ver», Ben producía pequeños chasquidos con su lengua y se volvió tan hábil que conseguía correr, jugar basketball, andar en patineta, esquiar e incluso jugar videojuegos.

Ben murió el 19 de enero del 2009, a los 16 años, a causa de la misma enfermedad que le quitó la vista. Pero su ceguera no le impidió llevar una buena calidad de vida.

Otro caso interesante de eco-localización (y el más antiguo del que se tiene noticia) es el de James Holman (1786-1857), quien fue un viajero imparable y que usaba el sonido de su bastón para orientarse mientras daba la vuelta al mundo.

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Enlace: http://www.benunderwood.com/

Del filósofo Michel Lacroix, quien evoca los principios de la palabra, pensada para un mundo donde proliferan los «heridos por el lenguaje», estas son las 8 reglas de la ética del lenguaje:

1. Mi palabra debe ser cordial: debo saludar, despedirme, dar las gracias.

2. Mi palabra debe ser amable: debo dejar en el aire una suerte de puntos suspensivos para que el otro se exprese; no debo ridiculizar a nadie en público.

3. Mi palabra debe ser positiva: debo ser una fuente de inspiración para los demás.

4. Mi palabra debe ser respetuosa de los ausentes: debo evitar el encadenamiento incesante de juicios sobre los demás, como si la conversación fuera un tribunal virtual.

5. Mi palabra debe ser tolerante: debo exponer mi punto de vista de manera no violenta, escuchar las opiniones distintas a la mía; la buena voluntad de hablar y escuchar es el fundamento de la democracia.

6. Mi palabra debe ser la guardiana del mundo: debo mostrar admiración por lo que me rodea, el mundo natural y el social. Es mejor el exceso de admiración que el exceso de desprecio.

7. Mi palabra debe ser responsable del lenguaje: debo hablar bien mi lengua materna, emplear la palabra exacta, respetar la gramática y la pronunciación, tratar de expresarme con elegancia y refinamiento.

8. Mi palabra debe ser verdadera: debo evitar la mentira, los eufemismos hipócritas y las exageraciones injustas.

Todos sabemos que permanecer varias horas frente al ordenador no es algo recomendado y a la larga nos puede ocasionar diversas molestias y enfermedades en las manos, codos, espalda y cuello. Por esta razón debemos acostumbrarnos a mantener posturas adecuadas y hacer pausas para relajar el cuerpo y la mente.

Ajustar la silla y la pantalla de modo que se obtenga una postura confortable.

• La distancia entre los ojos y la pantalla debe estar entre 40 y 70 centímetros.

• Asegurar que la iluminación mínima del sector de trabajo oscile entre 500 y 1000 lux.

• Ajustar el brillo y el contraste de la pantalla, para acomodarlos a la iluminación del local.

• Asegurar que existe suficiente espacio debajo de la mesa para permitir el movimiento de las piernas.

Regular el respaldo de la silla de modo que se adapte a la parte inferior de la espalda.

Ajustar el teclado de modo que se obtenga una posición cómoda al teclear tratando de mantener la mano, muñeca y brazo en línea recta.

• Ubicar el mouse de modo que se pueda alcanzar fácilmente y que se pueda utilizar con la muñeca recta.

• Al utilizar el software, elegir unos caracteres de texto lo suficientemente grandes de modo que permitan una lectura fácil cuando se está sentado en una posición normal.

• Elegir los colores de modo que sean confortables a la vista, evitando letras rojas sobre un fondo azul o viceversa.

Es importante cambiar de postura regularmente. Por ejemplo, es preferible realizar pausas de 10 minutos cada hora de trabajo continuo con la pantalla que realizar pausas de 20 minutos cada dos horas.

La siguientes imágenes presentan consejos para mantener una ergonomía adecuada en nuestro puesto de trabajo.

¿Alguna vez jugado hacer un “Serio” con los ojos como de niño? La idea es mirar directamente a los ojos a otra persona, durante el mayor tiempo posible, manteniendo la cara seria. Lo que suele suceder es que termina el juego con un ataque de risa nerviosa.

Hay algo acerca del contacto visual prolongado que hace sentir vulnerables y expuestas a las personas, es como si la persona que mira a los ojos tuviera acceso a tus pensamientos y a tus sentimientos.  Es por esto que los enamorados se miran a los ojos.

Una larga mirada de un ser querido puede provocar una oleada de felicidad interna, pero también un contacto visual prolongado con un extraño puede provocar malestar. Ante esto surge la pregunta ¿Cómo nos afecta exactamente el contacto visual?

Un viejo adagio dice  que los ojos son la ventana del alma y esto no está lejos de ser verdad. Podemos fingir un gesto o una sonrisa, pero es muy difícil sostener una expresión falsa cuando miramos directamente a los ojos de alguien. Aprendemos mucho mirando a los ojos de otra persona, y en general utilizamos la mirada para saber si alguien es digno de nuestra confianza.

En un estudio del año 2002 publicado en Developmental Psychology, investigadores encontraron que los niños siguen la dirección de los ojos de las personas, en lugar de dirección de la cabeza. El contacto con los ojos también nos ayuda con la memoria, investigadores del MIT descubrieron que las personas eran más propensas a reconocer a alguien, si él o ella habían tenido un contacto visual directo.

Cuando se realiza un contacto con los ojo de modo directo, cierta química interna es liberada en nuestros cuerpos, esto hace que nuestros corazones se agiten un poco más. La oxitocina, o también conocida la hormona del «amor«, esta molécula es generada de forma natural por el hipotálamo en la base del cerebro que regula varios procesos fisiológicos como las emociones y juega un papel importante en este proceso. Ya que, esta sustancia química nos hace sentirnos bien y usualmente se libera cuando nos sentimos a gusto con alguien, ya sea emocional o físicamente.

Un reciente artículo publicado en Biological Psychiatry ha postulado de que la oxitocina es la razón por la que las personas se sienten inclinadas a sostener un contacto visual prolongado con sus seres queridos. Y la Dra. Kerstin Moberg, el autora de El Factor Oxitocina, asegura que el contacto visual puede dar lugar a la liberación de esta hormona.

Esto podría explicar el porqué mirar a los ojos de alguien extraño puede hacernos sentir mal.