El deporte intenso y de larga duración es un oxidante que altera el ADN celular porque aumenta la producción de radicales libres, y acelera el envejecimiento muscular, celular y cerebral. Para los más descreídos, ya hay estudios recientes que sugieren que el yoga y la meditación pueden afectar al ADN, protegiéndolo del daño y también evitando y revirtiendo los cambios negativos que afectan al proceso de envejecimiento del cuerpo.
Un estudio analizando los telómeros, o finales de los cromosomas, que se van acortando con cada división celular hasta que la célula ya no puede dividirse y muere, ha encontrado que una hora diaria de yoga, seis días a la semana, provocaba un aumento del 30% en la actividad de una enzima telomerasa, clave para la proteger los telómeros en cada división.
Estos beneficios que el yoga aporta para el antienvejecimiento, también podrían evitar el deterioro cognitivo relacionado con la edad, especialmente cuando se combina con meditación.
El estudio dirigido por el Dr. Khalsa ha demostrado que la zona de la corteza cerebral asociada con el procesamiento de la información y razonamiento que adelgaza al envejecer, suele ser más gruesa en las personas que llevan años de meditación.