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Les comparto un video que me ha encantado sobre  transformación y superación.  Juan Anton era adicto al cigarrillo, hasta que se dio cuenta de que  la misma cantidad de dinero que él invertía en sus cigarrillos lo recibía otra persona como su salario diario.

Este increíble valenciano nos muestra una forma muy productiva de manejar las adicciones. Empezó a ahorrar este  dinero y tiempo que se gastaba en su adicción y lo canalizó mejor construyendo un bosque de alimentos que actualmente le da de comer a su familia, nietos, amigos y ahora incluso ayuda a una familia de nueve integrantes del Congo en África a construir un proyecto de bosque de alimentos para que se sostengan también.

Todo lo cultiva de manera orgánica y cuida su salud de manera totalmente natural también (ajo como antibiótico, agua de mar para limpiar su garganta, hace su propio licor de naranja, hace ejercicio corriendo dia de por medio), lo que le da autosuficiencia.

Empezó a hacer esto a los 58 años y ahora tiene setenta y tantos y según dice: «El tiempo no es oro El tiempo es vida«. Y mientras tengamos vida tenemos el poder de decidir qué queremos  hacer, nunca es tarde para comenzar.

Cuando muera Juan Anton,   dejará los árboles que ha sembrado en su ciudad, en África y seguirá sosteniendo a dos familias y  ¿nosotros cuántos árboles sembraremos?

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La humanidad ha buscado diferentes soluciones en los últimos cien años. Pero tanto el avance tecnológico como la industrialización, han fallado en mejorar el carácter del hombre y en crear un medio ambiente equilibrado. No estamos dejando un planeta saludable, ni mucho menos un sistema que funcione, como para vivir tal como hemos estado acostumbrados hasta ahora.

La vida sofisticada de alta tecnología que nos han presentado como la meta, no es posible concretarla ya que no existen los suficientes recursos naturales como para que cada ser humano pueda «disfrutar» de una vida al estilo europeo o americano. Por ello, la necesidad de un cambio se ha hecho inevitable. Siempre hemos deseado ser progresistas y exitosos, y ahora es nuestra última oportunidad para hacer lo correcto. En teoría esto es fácil, tan sólo basta con aceptar una forma de vida espiritual donde no se permita hacer daño a los demás.

Debemos también aprender, de la mejor forma posible, a construir casas económicas con elementos naturales que no perjudiquen la salud. La nueva tecnología ya está adoptando el uso de materiales naturales tales como barro, bambú, paja y piedra pómez, y éstos se están popularizando.

  • Trate de vivir sin electricidad siempre que le sea posible. Use energía alternativa como la proporcionada por el sol y el viento. Coma en tal forma que se preserve la energía para otros.
  • No se vista con fibras artificiales, pues el material sintético no permite respirar a los poros del cuerpo. Apoye la industria casera y los oficios de artesanía, ya que de las cosas naturales emanan vibraciones saludables. El algodón, yute, cáñamo, son muy buenas fibras naturales para vestidos y muchos otros utensilios. Usted sentirá la diferencia tan pronto se deshaga de todo material no natural que lo rodee.
  • No use pinturas venenosas. Muchas pinturas y materiales artificiales despiden veneno en forma constante, y éstos poco a poco afectan la salud.
  • No destruya la capacidad auditiva con sonidos ensordecedores. Desarmonía sin sentido, a muy alto volumen, daña nuestra capacidad meditativa e intelectual. Muchos grupos de música moderna causan efectos indeseados, y perturban nuestra salud y equilibrio.
  • No apoye las compañías que perjudican la naturaleza y a nuestros semejantes.
  • No más televisión, pues contamina a los niños y a los adultos de muchas maneras, como por ejemplo: aumenta la violencia, causa pérdida de imaginación  y disminuye la comunicación familiar.
  • Evite el uso de muebles innecesarios, que sólo por vanidad, acaban con los árboles. Utilisemos sólo lo indispensable y dediquemos más tiempo a nuestra vida espiritual y a nuestros niños. La adquisición de bienes suntuosos es muestra de nuestra ignorancia y es un intento por competir con otros adoradores solitarios de la materia.
  • No preste atención a los avisos económicos. Invierta parte de su dinero en algo útil para Dios, el mundo y las necesidades propias. No conservemos más intereses separados del interés universal.

Siempre me ha impresionado ver cómo algunas personas al servirles un plato de comida dejan un poco en el plato. Algunas argumentan que es por «buena educación» porque si dejan el plato «limpio» osea sin restos de comida quedarían ante los demás como si estuvieran hambrientos.

Me he imaginado que si sumas todos los bocados que dejas en una semana puedes llegar a completar un plato completo, entonces, estás desperdiciando: votando comida y dinero.

Pero esto es  apenas una mínima cantidad de la comida que se desperdicia en el mundo, pues los agricultores, industrias, restaurantes, supermercados, etc, también votan comida, no porque esté en malas condiciones o a punto de putrefacción sino porque porque estéticamente no son alimentos «de formas perfectas».

Tristram Stuart fué un poco más allá, investigando este fenómeno desde hace varios años viajando por todo el mundo. Los resultados de su trabajo nos permiten concluir que:

  1. Con la producción actual de alimentos se puede perfectamente atender la alimentación de todos los habitantes de la tierra, sin desperdiciar ya que se vota más del 50% de la producción.
  2. Los que más desperdician son los que más recursos tienen a su disposición (esto lo explica en un cuadro donde los países más ricos son los que más generan desperdicio)
  3. El cambio, como siempre, está en cada persona, empieza por casa.

Esto se encuentra documentado en la siguiente conferencia que nos permite  reflexionar al respecto y animar a tomar los correctivos necesarios a nivel personal.

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El miedo a lo desconocido es una cosa difícil de manejar para la mayoría de la gente. Este sentimiento nos paraliza y es el responsable de mantenernos atrapados en situaciones que no nos hacen felices. Malas relaciones, carreras ingratas y sueños ahogados a menudo vienen a la mente.

Pero, si quieres salir del atasco, romper con las cadenas del miedo y, finalmente, ponerte en el camino  hacia lo que quieres en la vida, aquí hay tres preguntas que puedes hacer para ayudarte a poner las cosas en perspectiva cuando tienes ante ti una decisión que te produce miedo:

¿Qué es lo peor que podría suceder si haces esto y fallas?

Es comprensible que nadie quiere centrarse en lo negativo. Siempre hay un riesgo de fracaso, y es importante sopesar ese riesgo. Por lo general, el riesgo es bastante pequeño (que no obtengas los resultados a tiempo, podrías perder algún dinero, o perder un par de horas). Otras veces, el riesgo puede ser realmente grande, y es importante tener claridad sobre eso también (por ejemplo que si tu paracaídas no se abre, que puedas ir a la cárcel, o tu carrera o tu reputación queden arruinadas). De cualquier manera, es importante mencionar realmente el peor de los casos aquí, así puedes tener una idea real sobre el fundamento de tu temor.

¿Cuáles son las consecuencias de no hacerlo?

Puede ser difícil tomar acción y hacer frente a las cosas que nos asustan. A menudo, puede parecer más fácil simplemente no tomar medidas, pero se trata de una elección en sí misma que trae otras consecuencias. Si optas por no hacer nada debes preguntarte:¿Qué oportunidades te pierdes y lamentarás? ¿Cómo te sentirás en 5, 10, o 20 años de tiempo, mirando hacia atrás al preguntarte acerca de lo que podría haber sido?

Muchas veces no actuar puede dar lugar a un patrón de pasividad en nuestras vidas. Nos acostumbramos a no tomar medidas y que nos hagan dudar, posponer las cosas, y seguir igual en todos los ámbitos de nuestra vida.

¿Qué pasaría si lo haces y consigues éxito?

La última pregunta que debes realizarte, ¿Vale la pena el esfuerzo? ¿Vale la pena la batalla para abrazar tus miedos y comenzar tu propio negocio, ganar una vida cómoda haciendo algo que te gusta, y trabajar en tus propios términos? ¿Vale la pena decir que por fin ya es suficiente y empezar  la dieta, perder todo ese peso que  te ha acomplejado y evitado vivir una vida más larga y saludable?
Si te centras en el beneficio, te podrás sentir mucho más motivado para seguir adelante y tomar las medidas para dejar que el miedo te detenga.

Pesar tus opciones

Una vez que tengas las respuestas a estas preguntas,  pregúntate cuál pesa más y una vez tengas claridad sobre la realidad de las circunstancias, puedes estar en una posición mucho mejor para hacer una elección informada.

«La acción no siempre trae felicidad;. Pero no hay felicidad sin acción» – Benjamin Desraili

El presidente Mujica hace una sincera reflexión sobre la crisis política y nuestro actual modelo de sociedad, conocido popularmente como Pepe Mujica es conocido también como el presidente mas pobre ya que dona a fondos de ayuda social un 90% de su salario cada mes y Dice a los cuatro vientos que «con ese dinero me alcanza, y me tiene que alcanzar porque hay otros uruguayos que viven con mucho menos».

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A continuación la transcripción de su discurso:

Autoridades presentes de todas las latitudes y organismos, muchas gracias. Y muchas gracias y nuestro agradecimiento al pueblo de Brasil y a su señora presidente. Y muchas gracias a la buena fe que seguramente han manifestado todos los oradores que me precedieron. Expresamos la íntima voluntad como gobernantes de acompañar todos los acuerdos que esta nuestra pobre humanidad pueda suscribir.

Sin embargo, permítasenos hacernos algunas preguntas en voz alta. Toda la tarde se ha estado hablando del desarrollo sustentable, de sacar inmensas masas de la pobreza. ¿Qué es lo que aletea en nuestras cabezas? El modelo de desarrollo y de consumo es el actuar de las sociedades ricas. Me hago esta pregunta: ¿qué le pasaría a este planeta si los hindúes tuvieran la misma proporción de autos por familia que tienen los alemanes? ¿Cuánto oxígeno nos quedaría para poder respirar?

Más claro: ¿el mundo tiene los elementos hoy, materiales, como para hacer posible que 7.000, 8.000 millones de personas puedan tener el mismo grado de consumo y de despilfarro que tienen las más opulentas sociedades occidentales? ¿Será posible? ¿O tendremos que dar algún día otro tipo de discusión? Porque hemos creado una civilización, en la que estamos, hija del mercado, hija de la competencia, que ha deparado un progreso material portentoso y explosivo. Pero lo que fue economía de mercado ha creado sociedades de mercado, y nos ha deparado esta globalización. ¿Y estamos gobernando a la globalización o la globalización nos gobierna a nosotros? ¿Es posible hablar de solidaridad y de que estamos todos juntos en una economía que está basada en la competencia despiadada? ¿Hasta dónde llega nuestra fraternidad?

Nada de esto lo digo para negar la importancia de este evento. No. Por el contrario. El desafío que tenemos por delante es de una magnitud de carácter colosal y la gran crisis no es ecológica, es política. El hombre no gobierna hoy las fuerzas que ha desatado. Sino que las fuerzas que ha desatado gobiernan al hombre.

¿Y la vida? Porque no venimos al planeta para desarrollarnos en términos generales. Venimos a la vida intentando ser felices. Porque la vida es corta y se nos va. Porque ningún bien vale como la vida y esto es elemental. ¿Pero si la vida se me va a escapar trabajando y trabajando para consumir? La sociedad de consumo es el motor, porque en definitiva, si se paraliza el consumo o se detiene, se detiene la economía, y si se detiene la economía, es el fantasma del estancamiento para cada uno de nosotros.

Pero ese hiperconsumo a su vez es el que está agrediendo al planeta. Y tiene que generar ese hiperconsumo cosas que duren poco porque hay que vender mucho. Y una lamparita eléctrica no puede durar más de mil horas prendida. Pero hay lamparitas eléctricas que pueden durar 100.000, 200.000 horas. Pero ésas no se pueden hacer. Porque el problema es el mercado. Porque tenemos que trabajar. Porque tenemos que tener una civilización de uso y tire. Y estamos en un círculo vicioso.

Estos son problemas de carácter político que nos están diciendo la necesidad de empezar a luchar por otra cultura. No se trata de plantearnos volver al hombre de las cavernas ni tener un monumento del atraso. No podemos indefinidamente continuar gobernados por el mercado, sino que tenemos que gobernar el mercado. Por eso digo que el problema es de carácter político.

En mi humilde manera de pensar, porque los viejos pensadores lo definían, Epicúreo, Séneca, los aymaras, pobre no es el que tiene poco, sino que, verdaderamente, pobre es el que necesita infinitamente mucho y desea y desea y desea más y más. Esta es una clave de carácter cultural.

Entonces, quiero saludar el esfuerzo y los acuerdos que se hacen. Y lo voy a acompañar como gobernante. Porque sé que algunas cosas de las que estoy diciendo rechinan. Pero tenemos que darnos cuenta de que la crisis del agua, que la crisis de la agresión al medio ambiente, no es una causa. La causa es el modelo de civilización que hemos montado y lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir.

Pertenezco a un pequeño país muy bien dotado de recursos naturales para vivir. En mi país hay tres millones de habitantes. Poco más de tres millones doscientos mil. Pero hay trece millones de vacas de las mejores del mundo. Cerca de ocho o diez millones de ovejas estupendas. Mi país es exportador de comida, de lácteos, de carne. Es una plenillanura. Casi el 80% de su territorio es aprovechable.

Mis compañeros trabajadores lucharon mucho por las ocho horas de trabajo. Ahora están consiguiendo seis horas. Pero el que consigue seis horas se consigue dos trabajos y por lo tanto trabaja más que antes. ¿Por qué? Porque tienen que pagar una cantidad de cuotas. La motito que compró. El autito que compró. Y pague cuotas y pague cuotas. Y cuando quiere acordar es un viejo reumático como yo y se le fue la vida.

Uno se hace estas preguntas: ¿ese es el destino de la vida humana? Estas cosas son muy elementales. El desarrollo no puede ser en contra de la felicidad, tiene que ser a favor de la felicidad humana, del amor, de las relaciones humanas, de cuidar a los hijos, de tener amigos, de tener lo elemental. Precisamente porque eso es el tesoro más importante que se tiene. Cuando luchamos por el medio ambiente, el primer elemento del medio ambiente se llama la felicidad humana. Gracias.

Victoria Grant es una chiquilla delgada que juega con su cabello cuando está nerviosa, tiene las uñas pintadas de azul, y le gustaría ser una diseñadora cuando crezca. Pero lo que comenzó como un discurso para su clase de 6 º grado se ha convertido en una crítica del sistema bancario de Canadá y una sensación en Internet.

Con tan solo 12 años de edad, esta pequeña fue invitada por el Public Banking Institute, en donde comienza a hablar como toda una economista y nos explica cómo nos engañan los bancos.

En palabras de Victoria:

“He descubierto que los bancos y el Gobierno se han confabulado para esclavizar financieramente a las personas”, criticando al sistema financiero y finaliza diciendo que “solo un pequeño grupo de personas puede cambiar el mundo”.

Nos están robando, dice esta pequeña.

«¿Te has preguntado por qué los banqueros son cada vez más ricos y el resto de nosotros no?»  Victoria le pregunta, su voz pura y clara, en una charla que ha dado en el Public Banking Institute de Canadá  y que su padre colgado en YouTube.

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Un día, un Maestro y su discípulo llegaron a la gran ciudad. No tenían dinero con ellos, pero sabían que necesitaban comida y un lugar para quedarse. El discípulo estaba seguro de que iban a mendigar su comida, y dormir en el parque por la noche.

«Hay un gran parque, no lejos de aquí. Podemos dormir allí por la noche», dijo el discípulo.
«¿Al aire libre?» -Preguntó el Maestro.
«Sí», respondió el estudiante.

El Maestro sonrió y dijo: «No, esta noche vamos a dormir en un hotel y comer allí también».

El estudiante fue sorprendido y exclamó: «¡No nos podemos permitir eso!»
«Ven y siéntate», dijo el Maestro.

Ambos se sentaron en el suelo, y dijo el Maestro:
«Cuando enfocas tu mente intensamente sobre cualquier tema, te unes en armonía al Universo para que se materialice».

El Maestro cerró los ojos y comenzó a meditar con plena concentración. Después de unos diez minutos se levantó y comenzó a caminar, con su discípulo después de él. Caminaron por varias calles y callejones, hasta que llegaron a un hotel.

«Ven, vamos a entrar en el interior», el Maestro le dijo a su discípulo.

Acababan de poner un pie en la entrada, cuando un hombre bien vestido se acercó a ellos.

«Yo soy el gerente de este hotel. Se ven como peregrinos de viaje, y creo que no tienen dinero. ¿Les gustaría trabajar en la cocina, y a cambio darles comida y un lugar para quedarse?»

«Bien», respondió el Maestro.

El discípulo se quedó perplejo y le preguntó al Maestro: “¿Has usado alguna magia? ¿Cómo lo hiciste?»

El Maestro sonrió y dijo: «Yo quería mostrarte cómo obra el poder de los pensamientos. Cuando piensas con plena concentración y fuerte sobre algo que quieres que suceda, y tu mente la dejas fluir sin resistirte al objeto de tu pensamiento, ineludiblemente tu pensamiento se materializa».

«El secreto está en concentrarse, visualizar, ver los detalles, teniendo fe y la proyección de la energía mental y emocional en la escena mental. Estos son los requisitos previos generales. Cuando tu mente está vacía de pensamientos, y sólo le permites entrar a un único pensamiento, gana un poder muy grande. Hay que tener mucho cuidado con lo que se piensa. Un pensamiento concentrado es de gran alcance, y ejerce una influencia muy fuerte».

El discípulo miró a su maestro y le dijo: «. Veo que tengo que afinar mi concentración con el fin de poder utilizar este poder»

«Sí, este es el primer paso», dijo el Maestro.

 

«Cuando el último árbol sea cortado, el último río envenenado, el último pez pescado, sólo entonces el hombre descubrirá que el dinero no se come»

Proverbio de la tribu aborigen norteamericana Cree

Bruce Lee no solamente era un gran artista marcial, también estudió filosofía en la Universidad de Washington lo que en conjunto le permitió vivir lo que enseñaba e interesarse por todos los aspectos que abarca la vida de los seres humanos incluso el dinero. Y sobre éste decía que es sólo una herramienta útil, nada más. Estas son algunas de sus ponencias:

  1. La naturaleza del dinero:  El dinero por sí mismo no tiene una naturaleza explícita. El dinero es lo que uno hace de él. Muchos de nosotros le damos un cierto poder al dinero. Eso no está bien. El dinero en sí no tiene poder. Si cambiamos nuestra percepción sobre el dinero y entendemos que se trata de una herramienta solamente para conseguir lo necesario, ya no tiene el mismo poder. El dinero no está sólo para ser guardado, no se puede hacer nada de él teniéndolo guardado. De hecho, se puede vivir la vida con una visión más equilibrada al entender que el dinero es una parte de la vida y no el centro de la existencia.
  2. El dinero es un medio para llegar a un fin.  A los niños se les debe enseñar desde pequeños que el dinero es sólo un medio, un tipo de utilidad, una aplicación. Al igual que todos los instrumentos tiene ciertos fines pero no va a ser todo en la vida. Hay que aprender cómo usuarlo, lo se podrá conseguir con el dinero   y sobre todo lo que no se podrá conseguir.Todos hemos oído decir que el dinero no pueden comprar el amor. En realidad, no se pueden comprar un montón de cosas en la vida. Mientras que los medios de comunicación y publicitarios anuncian que los nuevos vehículos, bolsos, zapatos, ropa  y productos que compramos pueden traer felicidad, prestigio, etc. , conocemos que esto es de momento. La felicidad no se compra, es un estado interno.

    Una vez se entienda que el dinero no puede comprar las emociones, relaciones o sentimientos que realmente llevan a la felicidad, el dinero (y las posesiones materiales) serán cada vez menos importantes.

  3. El dinero viene indirectamente.  Cuando disfrutas tu trabajo y te diviertes realizando tus labores el dinero llega por añadidura, pero lo más importante es ese momento de felicidad que vives al ejecutar tu trabajo. Y ese gozo te permite que se prolongue por más tiempo aún y que aparezcan nuevos negocios, nuevos retos y por consiguiente más dinero.
  4. Una participación equitativa de los beneficios.  Cuando estas realizando un proyecto en el que están vinculadas varias personas lo más justo es que las utilidades sean repartidas de manera equitativa. Ya que si quieres sacarle la máxima tajada, los otros integrantes podrían sentirse desmotivados  y finalmente verse afectado el éxito del proyecto.  Si eres justo y todos los integrantes son justos y equitativos el grupo trabaja como un solo engranaje y fluye  mejor el funcionamiento del proyecto.
  5.  No siempre hay bonanza.  Se debe aprovechar los buenos tiempos, dejando un ahorro, en caso de que vengan tiempos menos provechosos. Es cuestión de hábito, así sea un poco cada vez pero siempre ahorrar.

Alguna vez has pensado en lo que realmente significa frugalidad?

Para muchos no es una palabra muy atractiva porque lo relacionan con represión de los placeres de la “sociedad normal”, por consiguiente con una vida triste y deprimida.
Pero mirándolo desde otro punto de vista y desde la filosofía que encierra es aprovechar inteligentemente los recursos que tenemos a nuestra disposición. No se trata de ser tacaño o miserable es sencillamente tomar el control de nuestra economía personal.

Por qué debemos darle una oportunidad a esta filosofía de vida?

Te molesta cuando pierdes constantemente mucho dinero debido a un error tonto?

Tal vez dejaste tu celular olvidado en el asiento de tu autobús o taxi y tuviste que comprar uno nuevo. O se te olvidó  depositar un cheque en el banco durante tanto tiempo que cuando lo hiciste ya no era válido. O tienes que pagar una multa por que se te olvidó devolver los libros que prestaste en la biblioteca a tiempo. O se te olvidó pagar los servicios un mes y al mes siguiente te viene facturado con recargo extra. O sales cada mañana tarde para tu trabajo y en vez de abordar el autobús te toca pagar taxi para llegar a tiempo.

Te encanta cuando con un poco de inteligencia ahorras un montón de dinero?

Tal vez puedas encontrar un vestido hermoso que querías a precio de outlet. O compraste un televisor nuevo en una tienda donde te ahorraste el 30% comparado con el precio del mercado. O tal vez has encontrado la manera de arreglar algo en vez de comprar uno nuevo.
Si te encanta esto, ya tienes una personalidad frugal

Algunos hábitos frugales

  • Abastecerse de los alimentos favoritos los días de descuento especial en las tiendas
  • Preocuparse por tu dinero y tratar de no perderlo ya sea de manera notable (como la pérdida de tu billetera)o las menos obvias (como pagar por medio de cheque cuando se podría conseguir un descuento pagando con tarjeta)
  • Préstamo de libros de tu biblioteca local o rotarlos con amigos en lugar de comprar uno nuevo cada vez
  • Desconectar todos los enchufes de los aparatos que no uses. De verdad ahorras energía pues se deja el gasto fantasma
  • Pensar cuál será el destino final de lo que vamos a comprar y analizar si realmente se justifica su compra, o vamos a “acumularlo” como un objeto adicional a nuestro mobiliario.

Se trata de la valoración del dinero y obtener el máximo provecho de el para garantizar que puedas gastarlo en cosas que realmente deseas.

No conozco a nadie que le disgustaría tener dinero extra en el banco, sin tener que trabajar una hora extra. Eso es lo que puede traer la Frugalidad incluso si tienes un salario muy bajo.
A diferencia, si ganas muchísimo dinero, y no tienes idea de controlar tus gastos para que no sean superiores a tus ingresos, podrías tener muchos problemas financieros.

Y es que esta filosofía es más que una palabra o estilo de moda, desde muchos años atrás algunos famosos ya se referían a ella, como una manera de llevar una vida rica y feliz,  por ejemplo algunas citas:

“Sin la frugalidad nadie llega a ser rico, y con la frugalidad poquísimos llegarían a ser pobres”.     Samuel Johnson.

“Gracias a la frugalidad y el trabajo nos liberamos económicamente”   Benjamin Franklin.

Pero…no debes confundirte, la frugalidad no significa ser tacaño.

Ser tacaño es cuando tienes suficiente dinero pero aún así:

  •  Te niegas a gastar dinero lo que realmente necesitas (por ejemplo ropa o zapatos nuevos).
  • Comprar con materiales de baja calidad, que a la larga terminan costándole más porque hay que reemplazar más rápido.
  • Negarse a pagar propina en los restaurantes.
  • No encontrarse con amigos con tal de no pagar una comida en un restaurante

El tacaño crea una realidad donde la escasez es la protagonista, ser frugal significa tener más dinero para lo que realmente quieres.