Al hablar de los alimentos que se deben comer o no, son variadas las respuestas que se encuentran. Hay hábitos que pasan de generación en generación alrededor de los alimentos.

Aquí hay algunas aclaraciones sobre lo que es verdad y lo que debe consumir.

1) Comer limón antes de la comida o en la mañana disminuye la grasa corporal y ayuda a adelgazar. Ni el limón ni ningún otro alimento tienen la propiedad de disminuir la grasa corporal, las personas adelgazan o engordan de acuerdo a la cantidad de calorías que ingieran y gasten en el día.

2) Los alimentos integrales no engordan. Los alimentos integrales aportan la misma cantidad de calorías que los refinados, la diferencia está en que los integrales aportan fibra que ayuda a reducir el colesterol, evita la constipación, entre otras cosas.

3) Los alimentos dietéticos pueden ser consumidos en grandes cantidades ya que no engordan. También los alimentos dietéticos aportan calorías.

4) Si combino pastas con carne es perjudicial para la salud porque el organismo no puede digerir ambos alimentos a la vez. El organismo está preparado para digerir todos los tipos de alimentos en una misma comida.

5) El aceite de oliva no engorda. El aceite es 100% grasa, si lo consume en exceso puede ocasionar un aumento del peso corporal.

6) Hay que eliminar el consumo de carne de vaca porque posee mucho colesterol. Aunque su colesterol sanguíneo sea elevado, no es necesario suprimir el consumo de este tipo de carne, sólo hay que racionarlo.

7) Las tostadas tienen menos calorías que el pan. Al tostar el pan sólo se le extrae el agua, pero no modifica su aporte calórico.

8) El queso blanco tiene pocas calorías. El queso blanco entero tiene un aporte de grasas bastante elevado, los que tienen un aporte energético realmente bajo son aquellos que tienen «0% de grasa».

9) Las galletas de sal son más sanas que el pan. No sólo aportan más cantidad de grasa sino que además tienen aceite vegetal hidrogenado el cual es perjudicial para la salud.

10) No se debe tomar agua con las comidas porque entorpece la digestión. No sólo no entorpece la digestión, sino que es necesario un adecuado aporte de agua a lo largo de todo el día, inclusive en el momento de las comidas.


Las enfermedades cardiacas son responsables de 2.200 muertes cada año en Estados Unidos, índice que podría reducirse simplemente dejando de fumar, manteniendo niveles bajos de estrés y llevando una dieta balanceada y saludable.

¿Cómo se podrían prevenir?

  • Los alimentos ricos en Omega 3, como el salmón, pueden reducir el riesgo de arritmias, la acumulación de placa en las arterias y bajar el colesterol.
  • Un estudio concluyó que consumir nueces en reemplazo de carnes rojas disminuye las posibilidades de apoplejía y puede ayudar a disminuir el colesterol.
  • Consumir aceite de oliva en lugar de mantequilla o aceite tradicional, reduce considerablemente los niveles de colesterol.
  • Las bayas (uva o tomate) pueden bajar la presión sanguínea y promover el buen colesterol, pues posee un antioxidante llamado polifoneles. Además te protegen contra la hipertensión.
  • La avena ayuda a mantener las arterías libres, pues reduce la absorción del colesterol.
  • En tanto la soya es una fuente de proteína baja en grasa comparada con la carne roja.
  • El chocolate oscuro es un antioxidante y colabora con reducir la presión sanguínea y prevenir coágulos de sangre.
  • Las crispetas son una sorprendente fuente antioxidante, siempre y cuando no estén bañadas en mantequilla y hayan sido reventadas por aire caliente.
  • La papa posee antioxidantes que combaten las enfermedades, además de fibra y potasio, importantes para el funcionamiento del corazón.
  • El té verde es una gran fuente de antioxidantes, por lo que resultaría beneficioso para combatir las enfermedades cardiacas.

Engordar no sólo tiene una causa, tener kilos de más es multifactorial y se debe tanto a factores genéticos como a ambientales. La genética, alimentación, deportes y habitos de vida van a condicionar que nuestro cuerpo engorde, se mantenga o adelgace.

Engordar tiene un factor genético importante. El número y tipo de células que almacena la grasa y el ritmo metabólico es algo crucial en un organismo, de ahí que a unas personas le sea más fácil coger kilos que a otras.

Los hábitos de alimentación es un aspecto que está en nuestras manos controlar. Un alto consumo de grasas y calorías van a hacer que día a día nuestro organismo acumule energía que no necesitamos, y eso se traduce en más ‘llantas’. Comenzar a comer frutas, cereales, hortalizas y verduras mayoritariamente es la mejor opción.

Por supuesto los hábitos de actividad física también influirán. Está más que demostrado que una actividad física frecuente ayuda a mantener el peso, ya que gastamos parte de la energía que ingerimos y que de no ser así se almacenaría un día tras otro.

Y los sociólogos también apuntan al ambiente social de cada uno. Si estamos rodeados de gente que hace deporte, se alimenta bien y se cuida tenderemos más a mantener nuestro peso porque el hombre, al igual que muchos animales, tiende a hacer lo que hacen sus similares en el entorno más próximo.

En conclusión, ¿por qué engordamos? Porque día a día la ingesta abusiva de calorías y la falta de actividad física hace a nuestro cuerpo acumular aquello que no le hace falta, ya que en algún sitio lo tiene que guardar.

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Llamamos enfermedades a aquellos síntomas o dolencias físicas que traen alguna complicación orgánica la cual nos hace sentirnos mal.

En este video Ronald Moscoso nos explica por qué enfermamos y como la medicina tradicional solo suprime los síntomas, hasta que finalmente estos revientan y desembocan en alguna enfermedad más grave.

La mejor manera de tratar la enfermedad es sin lugar a dudas prevenirla, por tanto es muy importante cuidar de una buena alimentación.

Si comemos algo y nos cae mal diremos acertadamente que esa comida nos enfermó. ¿Pero, por qué no pensamos que otras enfermedades provienen también de una alimentación inadecuada? Esta es una buena pregunta para reflexionar.

Una desintoxicación basada en frutas y verduras logra alcalinizar el cuerpo, para que se boten los tóxicos internos, mientras el cuerpo halla su camino a la curación.

En palabras de Ronald: “Una dieta basada en frutas y verduras sana lo que sea, el mejor remedio que tienes es el cuerpo mismo”.

Los médicos tratan el órgano afectado con medicinas alópatas que focalizan la enfermedad, tratando los síntomas los cuales son alertas que usualmente no sabemos interpretar, y al hacer desaparecer el síntoma nos olvidamos de la raíz del problema. Cuando deberíamos preguntarnos ¿Qué fue lo que causo realmente este sintoma?

La alimentación, los estado de ánimo, el estrés, las exigencias y presiones socioculturales, colaboran grandemente en el proceso degenerativo de las enfermedades.

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La inactividad física o falta de ejercicio es uno de los mayores factores de riesgo en el desarrollo de la enfermedad cardiaca e incluso se ha establecido una relación directa entre el estilo de vida sedentario y la mortalidad cardiovascular. Una persona sedentaria tiene un mayor riesgo de sufrir arterioresclerosis, hipertensión y enfermedades respiratorias.

¿Cómo prevenir el sedentarismo?

El sedentarismo es un factor de riesgo modificable, lo que significa que la adopción de un estilo de vida que incluya la práctica de ejercicio físico interviene en la mejora de la salud de la persona sedentaria y reduce su riesgo cardiovascular. Importante en este punto, la prevención desde la infancia.

Los niños tienen malos hábitos de alimentación, ejercicio físico y ocio. La práctica deportiva se suele reducir a las horas que dan en los colegios al tiempo que el computador, los videojuegos y la televisión se convierten en sus principales vías de esparcimiento.

Educar a los más pequeños en la necesidad de tener una vida activa, con ejercicio moderado y actividades al aire libre es el único método para ayudarles a convertirse en adultos sanos. Sin olvidar que esa prevención colaboraría en la mejora de las cifras de colesterol y sobrepeso de los más pequeños.

Tratamiento

El sedentarismo sólo se combate con actividad física. La clave está en modificar los hábitos sedentarios de vida y ocio y transformarlos de forma que se incremente nuestro nivel de actividad física y deporte. En el caso de los adultos sedentarios que llevan mucho tiempo sin hacer ningún tipo de ejercicio es conveniente que consulten a su médico: tan peligroso es para la salud no hacer nada de deporte como, en esa situación, lanzarse a un ejercicio exhaustivo y desmedido de forma aislada.

Existen creencias populares sobre la lactancia materna. Aquí van algunos:

Beber mucha leche durante el tiempo que se da el pecho, hace que se produzca más leche. La hipótesis se basa en la suposición de que la mejor forma de reponer los nutrientes que pierde la madre al fabricar leche, es tomar también leche.

Curiosamente, en ninguna especie de mamíferos las madres consumen leche mientras amamantan, aunque fabriquen grandes cantidades. La mejor forma de mantener bien nutrida a una madre lactante es mediante una dieta variada.

Beber cerveza aumenta la producción de leche. Hay trabajos que demuestran que la cerveza estimula la liberación de prolactina. El efecto estimulador no depende del alcohol, sino de un polisacárido de la cebada, ya que también lo produce la cerveza sin alcohol. Sin embargo no hay estudios que demuestren la influencia de la cerveza sobre la lactogénesis.

Se admite que el efecto relajante tanto del alcohol como de los componentes del lúpulo, pueda ayudar a algunas mujeres durante la lactancia, pero no es prudente recomendar el consumo generalizado de cerveza. No hay que despreciar el riesgo del alcohol, si las cantidades ingeridas superan un consumo moderado.

Se deben evitar determinados alimentos porque cambian el sabor a la leche y no se deben consumir. Es cierto que el sabor de la leche puede ser modificado por algunos alimentos, pero esto no es malo para el lactante. Puede incluso ayudarle a tolerar otros sabores más adelante.

Un estudio demostró que el consumo de ajo por la madre mejoraba la succión, y algunos profesionales recomiendan a la madre consumir ajo en casos de lactancia inducida o relactación, para mejorar la aceptación del pecho por el niño. Se recomienda una dieta lo más variada posible dentro de los gustos de la madre.

La madre no debe ingerir alcohol durante la lactancia materna. La cantidad de alcohol que pasa a la leche es baja. El nivel más elevado se alcanza entre 30 y 60 minutos después de la ingesta y luego va disminuyendo.

Las madres no deberían tomar nada de alcohol, pero cantidades moderadas y de forma esporádica son tolerables, procurando alejarlas de las tomas. El efecto eufórico de dosis bajas de alcohol puede ser positivo para las madres lactantes y que estas pequeñas cantidades no tienen repercusión significativa sobre la producción de leche.

No se pueden tomar café o bebidas excitantes. Al igual que con el alcohol, no se debe exceder en su consumo, pero hacerlo moderadamente no origina ningún riesgo para el bebé. No obstante, si se observa que está más nervioso o duerme menos de lo normal, reduce el consumo diario de café y otros estimulantes: té, mate, chocolates, refrescos de cola, etc.

Una de las dudas que más preocupa al principiante es la elección de los ejercicios más adecuados y su ordenación en un programa que le permita lograr los objetivos que se haya marcado.

Si se acude a un centro deportivo hay que esperar que el profesonal que está a cargo de la sala de musculación esté lo suficientemente cualificado como para asumir la responsabilidad de diseñar un programa de ejercicios que nos permita optimizar nuestro tiempo y esfuerzo.

La mayoría de personas desean aprender con la única finalidad de ser autosuficientes porque en sus centros deportivos no encuentran respuestas a sus problemas de entrenamiento o a sus dudas en el campo de la alimentación o la suplementación dietética.

Entrenamiento en circuitos. Manten tus pulsaciones elevadas mientras se pasa de un ejercicio a otro, en vez de sentarte y descansar entre series. Esto es muy recomendable para el estado físico y además puede ahorrarte un montón de tiempo porque estarás moviéndote entre series rápidamente. Pero eso no es todo, también serás más rápido.

Entrenamiento por intervalos. Hay que ejercitarse en intérvalos de máxima intensidad, junto a intervalos de recuperación activa. Es efectivo, pero también doloroso. Una rutina típica de intérvalos dura 20 o 30 minutos y se queman calorías durante dos días.

Calentamiento y enfriamiento. Si eres de los que llega al gimnasio y comienza con todo, termina y se va a su casa piénsalo dos veces, porque te estás poniendo en serio riesgo de lesionarte y de empeorar tu salud en vez de mejorarla.

Es importante pasar al menos diez minutos preparando tu cuerpo para el ejercicio, y que luego de entrenar te pases otros diez minutos como mínimo enfriando a una intensidad menor a la de tu rutina. Durarás más, te recuperarás más rápido, no te lesionarás y tu cuerpo mejorará rápidamente con este pequeño detalle de 20 minutos en total.

Fuerza/Cardio/Flexibilidad. Mucha gente se concentra solamente en una o dos de estas, pero no en las tres categorías como debe ser. Si realmente quieres desarrollar un estado físico asombroso, entoncees asegúrate de que tu rutina semanal incluya ejercicios de fuerza, ejercicios de cardio o aeróbicos, y un entrenamiento de flexibilidad.

Bajar de peso o mantener un peso saludable consiste más en llevar una alimentación equilibrada que en seguir una dieta estricta y baja en calorías.

Resulta que con las tentaciones que a diario enfrentamos, comemos más calorías de las que quemamos, ya sea porque trabajamos frente a un computador, porque caemos en la tentación de comer ‘chucherías‘ o porque nos da pereza realizar una actividad física diaria.

Aquí va un listado de hábitos saludables de alimentación, para mantener una dieta equilibrada:

1. Variar al máximo la alimentación, incluyendo alimentos de todos los grupos.

2. Ingiera las tres comidas principales (desayuno, comida y cena) y dos más pequeñas a media mañana y a media tarde.

3. Respete los horarios de comida.

4. Comer poco a poco, masticando bien.

5. Procurar más alimentos crudaos en forma de ensalada  y frutas.

6. Procurar exluir los embutidos, dulces, bollería, snacks, bebidas azucaradas.

El consumo de azúcar blanca refinado, ya sea en forma directa o bien a través de platos elaborados, también en repostería, caramelos, helados, galletas, tortas, facturas, mermeladas, chocolate, gaseosas y otros tipo de bebidas azucaradas, afectan la salud psico-física de los seres humanos.

El azucar no es un alimento

Es una sustancia química pura, extraída de fuentes vegetales, más pura que la cocaina. Su verdadero nombre es sucrosa o sacarosa, y su fórmula química es C12H22O11. El azúcar refinada no tiene vitaminas, no tiene minerales útiles, no tiene enzimas, no tiene microelementos, no tiene fibra, no tiene proteínas no tiene grasas y no es de ningún beneficio en la alimentación humana.

El azúcar afecta al sistema nervioso

Las enfermedades del sistema nervioso afectan a muchas personas y el consumo de azúcar está relacionado con ello. Cuando una persona padece depresión, ataque de pánico o algún tipo de sicosis, puede comprobarse que su dieta consta de una gran cantidad de azúcar refinado.

Un cambio de alimentación, prescindiendo de alimentos que pueden ser nocivos para la salud, genera cambios en el comportamiento sicológico y muchas veces ayuda en la resolución del conflicto tanto psíquico como físico.

La abstinencia de azúcar blanca refinada y el agregado de alimentos que contienen carbohidratos de otra calidad, modifica la química interna, ayudando a mejorar la condición emocional.

Suele ocurrir que los síntomas de ansiedad o perturbación emocional estén íntimamente relacionados con un desequilibrio de la glucosa en sangre, debido, justamente, al consumo de sacarosa o azúcar refinada.

¿Dependencia al azucar?

La dependencia de la sacarosa es algo nuevo en la historia del ser humano. Cuando se dice que es importante el azúcar como componente esencial del cuerpo humano y la importancia que tiene éste como fuente de energía y su metabolización para producir calor, se está hablando de la glucosa, que nuestro propio cuerpo fabrica.

Los médicos y nutricionistas no hablan sobre la alteración emocional que es generada por el descenso de la glucosa en sangre. Pero hay investigaciones que demuestran cómo el dejar el azúcar blanco y todas sus preparaciones, ayuda en el sentido de equilibrar la condición psicológica de la persona.

El cuerpo necesita de 8 horas mínimas de sueño a diario para reponer energías, descansar adecuadamente, e incrementar la productividad.Investigando al respecto, esta premisa está en duda.

Los investigadores han desmentido la necesidad de dormir 8 horas como mínimo, ya que, según los mismos, el cuerpo físico no requiere recargar las pilas mediante ciertas horas de sueño, sino que quién necesita descanso es nuestro cerebro.

Por otra parte, un estudio de 1913 asegura que el cerebro de los adultos puede descansar adecuadamente con sólo entre 5 y 7 horas de sueño.

Aunque la explicación científica nos permite decir que «el cuerpo no necesita el descanso«, si podemos afirmar que si no dormimos lo suficiente, el cerebro no responde correctamente y por lo tanto, las actividades motoras, así como las mentales, no pueden realizarse de la mejor manera.

Además, muchas son las investigaciones que aseguran que dormir lo suficiente mejora las funciones físicas, previene enfermedades, favorece el trabajo mental, incrementa el rendimiento deportivo, entre otros beneficios para la salud.

Lo que hoy se puede debatir es cuánto es lo mínimo e indispensable que debemos dormir para vivir con salud. No obstante, nuestro cuerpo funciona muy asociado a las horas de luz solar que orienta nuestro «reloj biológico«, y ésto significaría un mínimo de entre 7 y 8 horas de sueño si dormimos en ausencia de sol.

Sumado a ésto, si bien el cerebro sólo requiere dormir, el estrés que puede causar un descanso inadecuado y poco reparador, puede iniciar el desarrollo de afecciones que perjudican severamente la salud. Por lo tanto, yo preferiría continuar con la premisa de que dormir un mínimo de 8 horas diarias protege mi cuerpo, mi mente y mi calidad de vida.