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El liderazgo se configura como una cualidad natural de quienes mejor lo practican y tiene un alto componente de inteligencia emocional. Se ha establecido que un líder necesita de los tres siguientes niveles:

  • El liderazgo individual (hacer lo mejor que cada uno sabe y alcanzar lo que se anhela).
  • El liderazgo grupal (lograr que las personas actúen en función de habilidades como la creatividad, la diversidad, la fuerza y la comunicación)
  • El liderazgo organizativo (requiere que las personas que hacen parte de la organización sean congruentes en su actuar).

Para liderar se debe escoger un camino especifico a seguir basado en un plan que contenga metas claras y precisas. Acorde con diversas investigaciones se estableció un modelo que contiene cinco dimensiones de la personalidad con las características de un buen líder, estas son:

1. Dimensión emocional, donde se encuentra el rasgo de extroversión, por lo tanto la persona comúnmente quiere hacerse cargo de las situaciones.

2. Dimensión de la empatía que se refiere a la armonía interpersonal y a la sensibilidad que permite respetar las diferencias, comunicarse adecuadamente  y entender al otro a partir de lo que se observa, de la información verbal o de información accesible desde la memoria.

3. Dimensión de ajuste, se relaciona con los rasgos de estabilidad emocional, autocontrol, tranquilidad y autoconocimiento.

4. Dimensión de la escrupulosidad, contiene los rasgos de logro, la responsabilidad, confianza percibida por los otros, credibilidad, accesibilidad, organización, resistencia, tolerancia a la tensión y a la frustración, toma de iniciativa, seguridad en sus ideas, decisiones y capacidades, realismo e integridad.

5. Dimensión de apertura a la experiencia, contiene rasgos relacionados con la disposición a cambiar y vivenciar cosas nuevas, la capacidad cognoscitiva de razonar en forma crítica, resolver problemas y tomar decisiones y la flexibilidad.

En una tarde nublada y fría, dos niños patinaban sin preocupación sobre una laguna congelada, de repente el hielo se rompió uno de ellos cayó al agua. El otro cogió una piedra y comenzó agolpear el hielo con todas sus fuerzas, hasta que logro quebrarlo y así salvar a su amigo.

Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron: «¿Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso, es imposible que haya podido quebrarlo con esa piedra y sus manos tan pequeñas…»

En ese instante apareció un abuelo y, con una sonrisa, dijo:

– Yo sé cómo lo hizo.
– ¿Cómo? – le preguntaron
– No había nadie al su alrededor para decirle que no podía hacerlo.

*Historia atribuida a Albert Einstein.