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«En la vida de cada día presta atención a las cosas menudas:
enciende el fuego de los demás, con tu fuego;
abre el corazón de los demás, con tu corazón.
La vida es espléndida, inmensa y donde hay vida, hay un tesoro»

Saludo Maya.

Una vez un hombre perdió su empresa ya que fue consumida por el fuego en un incendio.

Entró en una terrible depresión, y le comento a un amigo entre sollozos que lo había perdido todo.

El amigo le replico ¿Lo perdiste todo?  

Si, todo, le contestó el hombre.

Pero el buen amigo le siguió preguntando:

¿Entonces perdiste a tu esposa?  No, contestó. 

¿Perdiste a tus hijos?  No, contestó. 

¿Perdiste tu salud?  No. 

¿Perdiste tu conocimiento?  No. 

¿Perdiste tu experiencia?  No. 

Entonces te tengo buenas noticias: ¡No lo has perdido todo!


«Cuando se encuentran dos seres son como dos pájaros delante de una llama. Esta llama tiene dos lados, uno que calienta y otro que quema. El lado que te calienta es el lado que te gusta de la otra persona. El lado que te quema es el lado que no te gusta de ella. Si tienes la paciencia de sentarte al fuego y de aguantar la quemadura hasta que poco a poco se va apagando la llama que quema, hallarás la llama que calienta y estarás bien. Si no tienes esa paciencia tendrás que dejar el fuego, o quemarte más allá de lo que quieres. Tendrás que dejar muchos fuegos, quemarte muchas veces y quizá un día te quemarás en tu propio fuego».(Leyenda Amaisi-Yaqui, La voz del viento).