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El liderazgo se configura como una cualidad natural de quienes mejor lo practican y tiene un alto componente de inteligencia emocional. Se ha establecido que un líder necesita de los tres siguientes niveles:

  • El liderazgo individual (hacer lo mejor que cada uno sabe y alcanzar lo que se anhela).
  • El liderazgo grupal (lograr que las personas actúen en función de habilidades como la creatividad, la diversidad, la fuerza y la comunicación)
  • El liderazgo organizativo (requiere que las personas que hacen parte de la organización sean congruentes en su actuar).

Para liderar se debe escoger un camino especifico a seguir basado en un plan que contenga metas claras y precisas. Acorde con diversas investigaciones se estableció un modelo que contiene cinco dimensiones de la personalidad con las características de un buen líder, estas son:

1. Dimensión emocional, donde se encuentra el rasgo de extroversión, por lo tanto la persona comúnmente quiere hacerse cargo de las situaciones.

2. Dimensión de la empatía que se refiere a la armonía interpersonal y a la sensibilidad que permite respetar las diferencias, comunicarse adecuadamente  y entender al otro a partir de lo que se observa, de la información verbal o de información accesible desde la memoria.

3. Dimensión de ajuste, se relaciona con los rasgos de estabilidad emocional, autocontrol, tranquilidad y autoconocimiento.

4. Dimensión de la escrupulosidad, contiene los rasgos de logro, la responsabilidad, confianza percibida por los otros, credibilidad, accesibilidad, organización, resistencia, tolerancia a la tensión y a la frustración, toma de iniciativa, seguridad en sus ideas, decisiones y capacidades, realismo e integridad.

5. Dimensión de apertura a la experiencia, contiene rasgos relacionados con la disposición a cambiar y vivenciar cosas nuevas, la capacidad cognoscitiva de razonar en forma crítica, resolver problemas y tomar decisiones y la flexibilidad.

Nuestro tiempo es el capital más valioso que tenemos. No puede recuperarse una vez este ha ido, sólo nos permite usarlo o dejarlo escapar de nuestras manos.  Entonces, tenemos que aprender a usarlo provechosamente y a controlarlo de la misma manera que aprendemos a controlar nuestros gastos.

Todos tenemos la misma cantidad de tiempo, El secreto está en saberlo usar bien!

Para esto puedes seguir las siguientes recomendaciones que te damos a continuación:

  • Aprende a planificar  las actividades que vas a realizar, de este modo podrás decidir con anticipación lo que harás durante el día. Para esto, fíjese metas claras y escríbalas en forma simple.
  • Determina debidamente qué es urgente y qué es importante.
  • Controla el uso de tu tiempo, esto te ayudará a identificar y eliminar lo que te hace perder este valioso recurso.
  • Utiliza cada momento, trate de rendir cada minuto y sacarle todo el provecho. Por ejemplo: Lava los utensilios que utilizaste mientras que la comida se esta cocinando, con esto puedes ahorrar tiempo.
  • Trata de dividir las tareas grandes en pasos pequeños, por ejemplo: en vez de limpiar toda la casa, limpia un cuarto a la vez.
  • Identifica la parte del día en que eres más productivo y utiliza estas horas para hacer las cosas de mayor importancia, más difíciles o menos satisfactorias.
  • Se ordenado y cultiva buenos hábitos los cuales te permitan encontrar las cosas en su sitio. Esto te evitará perder tiempo buscado algo que puedes llegar a necesitar.
  • Aprende a decir “NO” esto puede ayudarte a usar mejor tu tiempo. Si alguien te pide que haga algo no temas a decir que “No” y ofrézcete a hacerlo en el momento que te sea más conveniente.
  • Cuenta con un lugar en la oficina, y un momento en el día, destinados a trabajar sin interrupción de ninguna clase, donde puedas concentrarse al máximo sobre ciertos temas.