Una vez un hombre perdió su empresa ya que fue consumida por el fuego en un incendio.
Entró en una terrible depresión, y le comento a un amigo entre sollozos que lo había perdido todo.
El amigo le replico ¿Lo perdiste todo?
Si, todo, le contestó el hombre.
Pero el buen amigo le siguió preguntando:
¿Entonces perdiste a tu esposa? No, contestó.
¿Perdiste a tus hijos? No, contestó.
¿Perdiste tu salud? No.
¿Perdiste tu conocimiento? No.
¿Perdiste tu experiencia? No.
Entonces te tengo buenas noticias: ¡No lo has perdido todo!