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¿Estás trabajando ocho horas diarias de tu vida sólo por el dinero que genera esa labor? ¿Eres feliz con ello? ¿Qué harías en tu vida si el dinero no importara?

El siguiente video acompañado de un discurso del filósofo y orador británico Alan Watts, nos hace reflexionar sobre el tiempo que  dedicamos en nuestra vida para ser  felices. Es genial disfrútalo dura sólo 3 minutos pero deja una gran enseñanza.

“Aquel que quiera aprender a volar algún día, debe primero aprender a ponerse en pie y caminar y correr y trepar y bailar; no se puede ir volando a volar”

Friedrich Nietzsche

En mi infancia y adolescencia cuando veía películas orientales en las que hacían unos saludos inclinando el cuerpo con una pequeña o gran reverencia me parecía que eran demasiado exagerados y que los que lo hacían mostraban señales de inferioridad ante quien le hacían el saludo.

¡Cómo cambia la forma de ver las mismas situaciones a lo largo de la vida!, ahora veo que el Gassho como se llama este saludo es una forma de mostrar respeto hacia uno mismo y hacia quien lo hace desde lo más profundo del ser. Si todos aprendiéramos y practicáramos el gassho, o las formas de saludar que nos enseñan las culturas ancestrales nos soltaríamos de tantos condicionamientos que nos separan del corazón de los demás seres y podríamos tener un mundo más armonioso y lleno de respeto.

Gassho es un gesto de respeto hacia los demás y hacia todas las existencias. Dirige el espíritu por encima del ego y de las consideraciones personales. Gassho crea armonía entre los seres, por muy diferentes que sean. Cuando la acción es la justa, el mundo se vuelve justo. Cuando hacemos sinceramente gassho por los demás, se crea una mutua simpatía. Si lo hacemos por el universo entero, incluso los árboles, las montañas y los ríos sienten esta simpatía y nos la devuelven a su vez.