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El sabor dulce llena nuestra vida, lo disfrutamos al máximo, piensa en algo dulce en tu boca y de inmediato sientes como empiezas a secretar saliva «haciéndose agua en tu boca».

Y es porque el dulce llena nuestra vida de calor y energía.

A nivel más sutil también decimos que una persona es dulce cuando es amorosa y cariñosa. Una dulce sonrisa es una sonrisa que recibimos con agrado y sentimos que nos llena también el alma de lindos sentimientos que nos recargan de energía y bienestar. Pero cuando una sonrisa o una caricia es fingida, sentimos que no está completa, que no se da con toda la mejor intención, la notamos y la sentimos incompleta, poco creíble.

Igual es en nuestra alimentación: necesitamos consumir alimentos enteros tal como vienen en la naturaleza. Cuando consumimos alimentos refinados, consumimos sólo una parte del alimento, está fraccionado y nuestro organismo lo recibe como incompleto y para su absorción necesita sacar de otras fuentes, incluso a veces del propio cuerpo para asimilarlo.

Dentro de los alimentos refinados más comunes que encontramos diariamente y que debiéramos evitar son el azúcar, aceites, harinas blancas de cereales como el trigo, sal de mesa.

Los encontramos completos en:

  • Azúcar: frutas en su estado natural o secas, panela, hojas de estevia.
  • Aceites refinados por aceites que sean de primera presión en frío. También alimentos que naturalmente tienen grasa son el aguacate, nueces, ajonjolí, linaza, coco.
  • Harinas blancas refinadas por harinas integrales sacadas del grano entero.
  • Sal de mesa por sal marina.

Si quieres sentirte saludable aliméntate completo en todos los niveles.

Procesar las grasas le tarda mucho al sistema digestivo, incluso esta es aún mayor que la de carbohidratos y un poco más que la digestión de las proteínas.

El cuerpo humano utiliza las grasas como fuente de calor y energía, como una capa de  aislamiento de los órganos y nervios. También para la absorción de vitaminas solubles en grasas como la A, D, E y K pero los que utilizamos son las llamadas grasas buenas que provienen de alimentos como ls nueces y de los vegetales ricos en grasas.

En el caso de los fritos las grasas se saturan y se vuelven difíciles de digerir. Asi los almidones contenidos en estas frituras, como las papas, yuca son más difíciles de convertir en azúcares y finalmente estos alimentos de esta manera se vuelven nutritivamente inútiles y difícil de ser eliminados por el cuerpo.

Lo ideal es que minimices la cantidad de grasas en preparación de los alimentos, procura que la principal fuente de grasas en tu dieta sea proveniente de las nueces, las semillas y de los vegetales ricos en grasas tales como el  aguacate y el  coco.

Lo mejor es usar el aceite de oliva de ser posible de primera presión en frio y si vas a sofreír algo que el tiempo en que se caliente este sea el mínimo posible, para que no alcance la temperatura de saturación.