Entradas


Según los neurocientíficos, algún día podremos ser mucho más inteligentes de lo que somos ahora. ¿Qué pasaría si tenemos un coeficiente intelectual de 200?

Vida más sana. Un coeficiente intelectual de 200 nos permitiría llevar a cabo las actividades y carreras que más nos interesan, no sólo las que estamos mentalmente más preparados para hacer.

Podríamos aprender idiomas en pocas semanas y hasta ser cirujanos cardiacos en pocos meses. Los seres humanos más inteligentes también tendríamos una vida más larga y más saludable, según los científicos.

Sociedad más corrupta. La sociedad no se beneficiaría tanto como los individuos de un aumento de la inteligencia de las masas. A la gente le gusta culpar de los problemas sociales a la ignorancia y la estupidez humana, estos científicos dicen que la eliminación de estos factores no daría lugar a la aparición de una utopía armoniosa.

Mientras que la pequeña delincuencia sí que caería por los suelos, los delitos de cuello blanco, tales como las estafas bancarias y fraudes entre las grandes compañías podría aumentar e incluso volverse más sofisticados.

Pérdida de la fe. No hay evidencias que sugieran que muchos seres humanos, si son apreciablemente más inteligentes, pierdan su creencia en Dios. Es cierto que existe una pequeña tendencia para las personas con altos C.I a ser más liberales en sus actitudes sociales y menos propensos a aceptar las creencias religiosas fuertes.

Las personas continuarán aceptando la fe basada en las cosmologías. Además ha habido muchos ejemplos en la historia de gran inteligencia y personas muy religiosas, así que no está muy claro que la fe se precipite al abismo de la indiferencia con el crecimiento de nuestra materia gris.


Desmitifiquemos un poco lo que es Innovar,  Innovar proviene del latín innovare, que significa el efecto de tornarse nuevo o renovar, introducir una novedad.

Asi pues,  Innovar obliga a salirte de tu zona de comodidad. No innovamos (casi nunca) por placer.  Solo se innova por necesidad, porque no queda más remedio.

Ser “innovador” una vez que lo consigues ,parece glamoroso, pero el proceso es agotador, y es bueno que lo sepas para que estés preparado antes de intentarlo.

De lo anterior se deduce que la innovación no es un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar determinados objetivos. Esto se olvida a menudo, y termina pagándose caro.

Parafraseando a la Ley de Gordon: “Si una innovación no merece la pena, tampoco merece la pena hacerla bien”.

No te olvides que en cuestiones de innovación: “las cosas empeoran antes de mejorar” (Ley de Murphy). Por eso, no te asustes, es cuestión de ser perseverante.

No esperes a estar “motivado” para innovar. Empieza haciendo cosas nuevas. Al contrario de lo que muchos piensan: primero es la acción y después la motivación.

Los innovadores se notan por el lenguaje. No les gusta la palabra “imposible”. Para ellos está claro que “Difícil no significa imposible”.