En el mundo toda creación del hombre debe ser  puesta al servicio de todas las personas sin ningún distingo o diferencia.

Hay que considerar al mundo desde una perspectiva positiva. Se pueden desviar las personas de ésta perspectiva, pero la responsabilidad moral, ética y humana es reorientarlas.

En este mundo todo debe ser pensado para que las personas seamos llamadas a la felicidad.

El hombre es un ser libre, llamado a la libertad y a contribuir a la generación de condiciones para la libertad de todas las personas.

El hombre tiene el deber de construirse permanentemente en compañía de otros, en búsqueda de la perfección.