En muchas ocasiones deseamos algo con tanta fuerza que luchamos por ello de modo frenético, para luego de haberlo conseguido, sentirnos cansados y aquello por lo que luchamos pierde su importancia inicial, la relevancia que le habíamos dado.
Así pues, forzar las cosas nunca lleva a buen puerto, pero visualizar lo que deseas, te puede ayudar a fijar un rumbo. Lo cual es muy diferente.
Permanecer atentos a los mensajes que nos da la vida, nos indica por donde es el camino a seguir, eso es realmente lo que significa fluir. Las cosas llegan en su momento, en el momento adecuado no cuando nuestro ego lo desea.
Por esto, cuando nos tomamos el tiempo para reflexionar y logramos visualizar hacia dónde queremos ir, estaremos listos para tomar buenas decisiones que incidan positivamente en nuestro futuro.
Luchar se convierte en algo innecesario, ya que si luchas estás en contra de la corriente, y no estás escuchando lo que la vida te está diciendo, de que «por ahí no va la cosa«. En su lugar si te detienes un momento y dejas que la situación fluya, la observas libre de juicios, seguramente sacarás una muy buena enseñanza de ello y podrás dar el siguiente paso en tu vida.
Ojo, Fluir no quiere decir no hacer nada al respecto, sino dejar que las cosas que tengan que pasar, simplemente pasen sin aferrarnos a resultados, ni expectativas preconcebidas. Todo toma su rumbo: en ti está el acomodarte a la situación y fluir con ella, o luchar y desgastarte en cosas que no puedes cambiar ya que no tiene sentido el tratar de controlarlas.