La vida la debes vivir paso a paso y no desesperarte; porque es como una escalera, que tú la subes peldaño por peldaño, paso a paso, empezando por la base y luego sigues al segundo y el tercer escalón y así hasta que llegas a subirla toda.
Pero no debes subirla toda de un solo esfuerzo porque te desesperarías, te agotarías y al final no lograrías tu cometido.
Cuando te desesperas, te ciegas y no te das cuenta de todo lo que tienes a tu alrededor y no disfrutas de las cosas más sencillas que son las que realmente valen y condimentan tu vida.
Al desesperarte no te das cuenta de lo privilegiado que eres, porque lo eres. Si pones en una balanza tus dones y bendiciones comparando lo que te aqueja, verás que pesa más lo que tienes por agradecer que lo que te molesta. Además siempre tienes posibilidades de cambiar lo que te disgusta y puedes empezar corrigiendo el prisma de visualización: algo que para ti pudiera ser terrible, el universo lo tiene allí por una razón, busca cuál es esa razón, aprende de la experiencia y sigue adelante.
Entonces, vive este momento que es el único que puedes disfrutar de todos, porque el pasado no lo puedes devolver aunque quisieras y, el futuro es incierto: no sabes si siquiera llegará.
Luego, el único momento que puedes modificar y vivir haciendo lo que realmente tú quieres es AHORA, en este preciso momento que estás leyendo. Y de lo que vivas AHORA en tu presente depende que puedas tener un pasado grato y un futuro cada vez mejor lleno de oportunidades.