«Amar es fundamentalmente dar, no recibir», así lo explicó científicamente hace 50 años Erich Fromm en El arte de amar. Hoy, un estudio científico lo confirma y sugiere que el amor altruista puede forjar mejores amistades y matrimonios.
En un estudio realizado por General Social Survey (GSS) del Nacional Opinion Research Center de la Universidad de Chicago, una serie de encuestas a 1329 adultos, se concluyó que el amor altruista estaba asociado con una mayor felicidad, especialmente con la matrimonial.
A los participantes se les preguntó si estaban de acuerdo con frases que denotaban altruismo como «Preferiría sufrir yo antes que deja sufrir a un ser amado» o «Puedo sacrificar mis propios deseos para que la persona que amo consiga los suyos«.
Asimismo, se hacía preguntas que reportaran indicios de intenciones o conductas altruistas como «Cada cuanto tiempo dona sangre?» o «Devuelve el dinero cuando se equivocan en darle el vuelto?«. Entre aquellos que estuvieron de acuerdo con estas frases, se encontró una tendencia a reportar felicidad con sus parejas.
Dentro de los más altruistas, el 67% calificó su matrimonio como «muy feliz» y entre aquellos que fueron calificados como menos altruistas, solo el 50% dijo que eran»muy felices» en su matrimonio.
¿Cómo alcanzar el amor altruista?
Para alcanzarlo, primero debemos aprender a amarnos a nosotros mismos, a crear armonía entre el propio cuerpo y alma. Esto significa comprender quiénes somos en realidad y para hacer qué hemos sido puestos en la Tierra. Significa sentirse cómodos con nuestra misión y no estar buscando distracciones. Si estamos en conflicto con nosotros mismos, ¿cómo podemos esperar alcanzar el amor con otra persona?
¿Qué es dar?
La esfera más importante del dar no es la de las cosas materiales, sino el dominio de lo específicamente humano. ¿Qué le da una persona a otra? Da de si misma, de lo más precioso que tiene, de su propia vida. Ello no significa necesariamente que sacrifica su vida por la otra, sino que da lo que está vivo en él – da de su alegría , da su interés , da su comprensión, da su conocimiento, da su humor, da su tristeza-, da todas las expresiones y manifestaciones de lo que está vivo en él.
Al dar así de su vida, enriquece a la otra persona, realza el sentimiento de vida de la otra al exaltar el suyo propio. No da con el fin de recibir; dar es de por si una dicha exquisita. Pero, al dar, no puede dejar de llevar a la vida algo en la otra persona, y eso que nace a la vida se refleja a su vez sobre ella; cuando da verdaderamente, no puede dejar de recibir lo que se le da en cambio.
Dar implica hacer de la otra persona una dador, y ambas comparten la alegría de lo que han creado. Algo nace en el acto de dar, y las dos personas involucradas se sienten agradecidas a la vida que nace para ambas. En lo que toca específicamente al amor, eso significa. El amor es un poder que produce amor; la impotencia es la incapacidad de producir amor.
¿Cuáles son las ventajas del amor altruista?
Amar es fundamentalmente dar, no recibir», así lo explicó científicamente hace 50 años Erich Fromm en El arte de amar. Hoy, un estudio científico lo confirma y sugiere que el amor altruista puede forjar mejores amistades y matrimonios.
En un estudio realizado por General Social Survey (GSS) del Nacional Opinion Research Center de la Universidad de Chicago, una serie de encuestas a 1329 adultos, se concluyó que el amor altruista estaba asociado con una mayor felicidad, especialmente con la matrimonial.
A los participantes se les preguntó si estaban de acuerdo con frases que denotaban altruismo como «Preferiría sufrir yo antes que deja sufrir a un ser amado» o «Puedo sacrificar mis propios deseos para que la persona que amo consiga los suyos«. Asimismo, se hacía preguntas que reportaran indicios de intenciones o conductas altruistas como «Cada cuanto tiempo dona sangre?» o «Devuelve el dinero cuando se equivocan en darle el vuelto?». Entre aquellos que estuvieron de acuerdo con estas frases, se encontró una tendencia a reportar felicidad con sus parejas.
Dentro de los más altruistas, el 67% calificó su matrimonio como «muy feliz» y entre aquellos que fueron calificados como menos altruistas, solo el 50% dijo que eran»muy felices» en su matrimonio.
¿Cómo alcanzar el amor altruista?
Para alcanzarlo, primero debemos aprender a amarnos a nosotros mismos, a crear armonía entre el propio cuerpo y alma. Esto significa comprender quiénes somos en realidad y para hacer qué hemos sido puestos en la Tierra. Significa sentirse cómodos con nuestra misión y no estar buscando distracciones. Si estamos en conflicto con nosotros mismos, ¿cómo podemos esperar alcanzar el amor con otra persona?
¿Qué es dar?
La esfera más importante del dar no es la de las cosas materiales, sino el dominio de lo específicamente humano.
¿Qué le da una persona a otra?
Da de si misma, de lo más precioso que tiene, de su propia vida. Ello no significa necesariamente que sacrifica su vida por la otra, sino que da lo que está vivo en él – da de su alegría , da su interés , da su comprensión, da su conocimiento, da su humor, da su tristeza-, da todas las expresiones y manifestaciones de lo que está vivo en Al dar así de su vida, enriquece a la otra persona, realza el sentimiento de vida de la otra al exaltar el suyo propio. No da con el fin de recibir; dar es de por si una dicha exquisita. Pero, al dar, no puede dejar de llevar a la vida algo en la otra persona, y eso que nace a la vida se refleja a su vez sobre ella; cuando da verdaderamente, no puede dejar de recibir lo que se le da en cambio.
Dar implica hacer de la otra persona una dador, y ambas comparten la alegría de lo que han creado. Algo nace en el acto de dar, y las dos personas involucradas se sienten agradecidas a la vida que nace para ambas. En lo que toca específicamente al amor, eso significa. El amor es un poder que produce amor; la impotencia es la incapacidad de producir amor.