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Proyecta lo difícil partiendo de donde aún es fácil.

Realiza lo grande partiendo de donde aún es pequeño.

Todo lo difícil comienza siempre fácil.

Todo lo grande comienza siempre pequeño.

Por eso el Sabio nunca hace nada grande. Y realiza lo grande, sin embargo.

El árbol de ancho tronco está ya en el pequeño brote.

Un gran edificio se basa en una capa de tierra.

El viaje hacia lo eterno…Comienza ante tus pies.

LAO TSE

 

«Tengo mi propia versión del optimismo: Si no puedo cruzar una puerta, cruzaré otra o haré otra puerta. Algo maravilloso vendrá, no importa lo oscuro que esté el presente».

Rabindranath Tagore

 

La humanidad ha buscado diferentes soluciones en los últimos cien años. Pero tanto el avance tecnológico como la industrialización, han fallado en mejorar el carácter del hombre y en crear un medio ambiente equilibrado. No estamos dejando un planeta saludable, ni mucho menos un sistema que funcione, como para vivir tal como hemos estado acostumbrados hasta ahora.

La vida sofisticada de alta tecnología que nos han presentado como la meta, no es posible concretarla ya que no existen los suficientes recursos naturales como para que cada ser humano pueda «disfrutar» de una vida al estilo europeo o americano. Por ello, la necesidad de un cambio se ha hecho inevitable. Siempre hemos deseado ser progresistas y exitosos, y ahora es nuestra última oportunidad para hacer lo correcto. En teoría esto es fácil, tan sólo basta con aceptar una forma de vida espiritual donde no se permita hacer daño a los demás.

Debemos también aprender, de la mejor forma posible, a construir casas económicas con elementos naturales que no perjudiquen la salud. La nueva tecnología ya está adoptando el uso de materiales naturales tales como barro, bambú, paja y piedra pómez, y éstos se están popularizando.

  • Trate de vivir sin electricidad siempre que le sea posible. Use energía alternativa como la proporcionada por el sol y el viento. Coma en tal forma que se preserve la energía para otros.
  • No se vista con fibras artificiales, pues el material sintético no permite respirar a los poros del cuerpo. Apoye la industria casera y los oficios de artesanía, ya que de las cosas naturales emanan vibraciones saludables. El algodón, yute, cáñamo, son muy buenas fibras naturales para vestidos y muchos otros utensilios. Usted sentirá la diferencia tan pronto se deshaga de todo material no natural que lo rodee.
  • No use pinturas venenosas. Muchas pinturas y materiales artificiales despiden veneno en forma constante, y éstos poco a poco afectan la salud.
  • No destruya la capacidad auditiva con sonidos ensordecedores. Desarmonía sin sentido, a muy alto volumen, daña nuestra capacidad meditativa e intelectual. Muchos grupos de música moderna causan efectos indeseados, y perturban nuestra salud y equilibrio.
  • No apoye las compañías que perjudican la naturaleza y a nuestros semejantes.
  • No más televisión, pues contamina a los niños y a los adultos de muchas maneras, como por ejemplo: aumenta la violencia, causa pérdida de imaginación  y disminuye la comunicación familiar.
  • Evite el uso de muebles innecesarios, que sólo por vanidad, acaban con los árboles. Utilisemos sólo lo indispensable y dediquemos más tiempo a nuestra vida espiritual y a nuestros niños. La adquisición de bienes suntuosos es muestra de nuestra ignorancia y es un intento por competir con otros adoradores solitarios de la materia.
  • No preste atención a los avisos económicos. Invierta parte de su dinero en algo útil para Dios, el mundo y las necesidades propias. No conservemos más intereses separados del interés universal.

  1. Tengamos pensamientos de paz, valor, salud y esperanza porque “nuestras vidas son la obra de nuestros pensamientos”.
  2. No tratemos nunca de pagar a nuestros enemigos con la misma moneda, porque, si lo hacemos, nos haremos más daño del que les hagamos. “No perdamos un minuto pensando en las personas que nos desagradan”.
  3. No nos preocupemos por la ingratitud. Jesús sanó a diez leprosos en un día y sólo uno le agradeció. ¿por qué hemos de esperar más gratitud de la que Jesús obtuvo?
    El único modo de ser feliz no es esperar gratitud, sino dar por el placer de dar.
    La gratitud es un rasgo “cultivado”; por tanto, si queremos que nuestros hijos sean agradecidos, hay que educarles para ello.
  4. Cuenta tus bienes y bendiciones no tus males y dificultades.
  5. No imitemos a los demás. Encontrémonos y seamos nosotros mismos, porque “la envidia es ignorancia” y “la imitación es suicidio”.
  6. Cuando el destino nos entregue un limón, tratemos de hacer una limonada.
  7. Olvidemos nuestra falta de felicidad tratando de crear un poco de felicidad para los demás. “Cuando eres bueno para los demás, eres mejor para ti mismo”

Extraído del libro “Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida” del autor Dale Carnegie