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La ley de la atracción es la idea o supuesto de que los pensamientos influyen sobre las vidas de las personas, argumentando que son unidades energéticas que devolverán a la persona una onda similar.

La frase «ley de la atracción» ha sido utilizada por algunos escritores esotéricos, aunque el sentido con el que se usa actualmente es diferente del original. La mayoría de los autores asocian a la ley de la atracción con la frase «te conviertes en lo que piensas», usualmente aplicado al estado mental del ser humano: Esto significa que los pensamientos que una persona posee, las emociones, las creencias y las acciones atraen consecuencias que corresponden a experiencias positivas o negativas.

Hágala realidad

1. Al levantarse dedique 5 minutos a enfocarte en su deseo

2. Use imágenes externas para representar sus deseos. Recorte frases e imágenes que estén relacionadas con sus deseos y archívelas en una carpeta. Vale la pena repetir: Esto es mio ahora, esto es quien soy ahora.

3 – Preste atención a todas aquellas respuestas emocionales que impiden tener todo lo que se desea; recuerde que los sentimientos reflejan su realidad.

4 – Hay que tener una actitud de gratitud; es muy importante que en todo momento se enfoque en lo bueno que tiene y agradezca por ello.

5 – Póngale acción a sus deseos. Por ejemplo, si deseas un auto, aprenda a manejar, saca la licencia de conducir, etc.

6 – Si comienzas a ver q todo empieza a mejorar pues hay que reconocer. Si le aprobaron el crédito para comprar el auto, reconozca que la ley de atracción está funcionando.

Video: http://www.youtube.com/watch?v=AeQY3t_SHEs

La ortorexia define un desorden alimenticio relacionado con la fanatismo por mantener una cierta calidad alimentaria, consumiendo únicamente alimentos considerados saludables, buscando la dieta perfecta.

Se peude considerar como una obsesión perjudicial para la salud, como el trastorno obsesivo-compulsivo, con lo que el paciente considera alimentación saludable. El problema que conlleva este trastorno es que el paciente puede seguir teniendo una mala alimentación, aun cuando ha omitido de su dieta alimentos que contienen grasas, preservantes o productos animales. La desnutrición suele ser un común denominador entre los seguidores estrictos de dietas saludables.

¿Cuáles son sus síntomas?

Los expertos pueden detectarla cuando el paciente presenta desordenes alimentarios en los que lo importante no es la cantidad de comida consumida, como en la anorexia, sino la calidad de la misma.

•    Dedicar tiempo excesivo para organizar una dieta

•    Preocuparse más por la dieta que por el placer de consumir los alimentos

•    Predominante preocupación por la composición bioquímica de los alimentos

•    Disminución de la calidad de vida por la pseudoalimentación

•    Sentimientos de culpabilidad al no cumplir las creencias dietarias propias

•    Planificación estricta y obsesiva de los alimentos que se consumirán a futuro

•    Aislamiento social por el tipo de alimentación que se consume

•    Se siente juzgado por los demás por el tipo de dieta que lleva

No se conoce el funcionamiento de este trastorno, y como todo problema alimentario, proviene de una combinación de la personalidad, el entorno y la manera como la persona maneja los conflictos internos. Se ha encontrado que la ortorexia suele ser más común en personas psicorrígidas.


Según los neurocientíficos, algún día podremos ser mucho más inteligentes de lo que somos ahora. ¿Qué pasaría si tenemos un coeficiente intelectual de 200?

Vida más sana. Un coeficiente intelectual de 200 nos permitiría llevar a cabo las actividades y carreras que más nos interesan, no sólo las que estamos mentalmente más preparados para hacer.

Podríamos aprender idiomas en pocas semanas y hasta ser cirujanos cardiacos en pocos meses. Los seres humanos más inteligentes también tendríamos una vida más larga y más saludable, según los científicos.

Sociedad más corrupta. La sociedad no se beneficiaría tanto como los individuos de un aumento de la inteligencia de las masas. A la gente le gusta culpar de los problemas sociales a la ignorancia y la estupidez humana, estos científicos dicen que la eliminación de estos factores no daría lugar a la aparición de una utopía armoniosa.

Mientras que la pequeña delincuencia sí que caería por los suelos, los delitos de cuello blanco, tales como las estafas bancarias y fraudes entre las grandes compañías podría aumentar e incluso volverse más sofisticados.

Pérdida de la fe. No hay evidencias que sugieran que muchos seres humanos, si son apreciablemente más inteligentes, pierdan su creencia en Dios. Es cierto que existe una pequeña tendencia para las personas con altos C.I a ser más liberales en sus actitudes sociales y menos propensos a aceptar las creencias religiosas fuertes.

Las personas continuarán aceptando la fe basada en las cosmologías. Además ha habido muchos ejemplos en la historia de gran inteligencia y personas muy religiosas, así que no está muy claro que la fe se precipite al abismo de la indiferencia con el crecimiento de nuestra materia gris.

Existen creencias populares sobre la lactancia materna. Aquí van algunos:

Beber mucha leche durante el tiempo que se da el pecho, hace que se produzca más leche. La hipótesis se basa en la suposición de que la mejor forma de reponer los nutrientes que pierde la madre al fabricar leche, es tomar también leche.

Curiosamente, en ninguna especie de mamíferos las madres consumen leche mientras amamantan, aunque fabriquen grandes cantidades. La mejor forma de mantener bien nutrida a una madre lactante es mediante una dieta variada.

Beber cerveza aumenta la producción de leche. Hay trabajos que demuestran que la cerveza estimula la liberación de prolactina. El efecto estimulador no depende del alcohol, sino de un polisacárido de la cebada, ya que también lo produce la cerveza sin alcohol. Sin embargo no hay estudios que demuestren la influencia de la cerveza sobre la lactogénesis.

Se admite que el efecto relajante tanto del alcohol como de los componentes del lúpulo, pueda ayudar a algunas mujeres durante la lactancia, pero no es prudente recomendar el consumo generalizado de cerveza. No hay que despreciar el riesgo del alcohol, si las cantidades ingeridas superan un consumo moderado.

Se deben evitar determinados alimentos porque cambian el sabor a la leche y no se deben consumir. Es cierto que el sabor de la leche puede ser modificado por algunos alimentos, pero esto no es malo para el lactante. Puede incluso ayudarle a tolerar otros sabores más adelante.

Un estudio demostró que el consumo de ajo por la madre mejoraba la succión, y algunos profesionales recomiendan a la madre consumir ajo en casos de lactancia inducida o relactación, para mejorar la aceptación del pecho por el niño. Se recomienda una dieta lo más variada posible dentro de los gustos de la madre.

La madre no debe ingerir alcohol durante la lactancia materna. La cantidad de alcohol que pasa a la leche es baja. El nivel más elevado se alcanza entre 30 y 60 minutos después de la ingesta y luego va disminuyendo.

Las madres no deberían tomar nada de alcohol, pero cantidades moderadas y de forma esporádica son tolerables, procurando alejarlas de las tomas. El efecto eufórico de dosis bajas de alcohol puede ser positivo para las madres lactantes y que estas pequeñas cantidades no tienen repercusión significativa sobre la producción de leche.

No se pueden tomar café o bebidas excitantes. Al igual que con el alcohol, no se debe exceder en su consumo, pero hacerlo moderadamente no origina ningún riesgo para el bebé. No obstante, si se observa que está más nervioso o duerme menos de lo normal, reduce el consumo diario de café y otros estimulantes: té, mate, chocolates, refrescos de cola, etc.

Al principio de toda relación de pareja, la relación pasa por una etapa de enamoramiento donde las expectativas románticas, fantásticas e idealizadas son la base sobre la que se construyen las expectativas de futuro de la relación de pareja.

Es en esta etapa donde los enamorados viven en un sueño en el que todo es fantástico y maravilloso, incluso aquellas cosas que no les agradan las ven hermosas.

En el momento en que la pareja decide compartir una vida en común “convivir”, el enamoramiento y la fantasía disminuyen y la realidad que hasta ahora no veían empieza a hacerse más clara. Es entonces cuando la pareja empieza a descubrir las dificultades que existen en la convivencia con la otra persona.

Compartir el espacio, compartir el tiempo y compartir gran parte de todo aquello que configura a cada persona no es fácil y requiere tiempo y esforzó.

Por otro lado el hecho que cada individuo sea un mundo en particular y haya vivido una experiencias concretas conlleva, en muchas ocasiones, a que los dos individuos de la pareja tengan puntos de vista diferentes a cerca del concepto o de relación de pareja, del matrimonio, de los roles, de la familia, etc. y esta oposición de idea, creencias y perjuicios causan discrepancias y provocan que la relación entre en conflicto.

Existen unos pilares que son básicos para fomentar una buena relación de pareja, estos son básicamente:

  • La motivación (una actitud positiva de cara a la relación).
  • Afecto y sexualidad (dar tanto como recibir, y disfrutar de una vida sexual sana).
  • La comunicación (el diálogo equilibrado y positivo en busca de soluciones).
  • El Respeto y la confianza (respetar y cuidar les espacios y las necesidades propias de la pareja).
  • Empatia (ponerse en la situación del otro y ser comprensivo).
  • Cooperar (compartir las tareas propias de la vida de pareja en todo momento).


Saber manejar lo que sentimos requiere de un factor crucial, que determina si nuestro manejo de emociones es adecuado o no: la autoestima. Normalmente se cree que el trabajo de autoestima es siempre para elevar el nivel de autoestima, sin embargo la autoestima es una emoción muy importante en la generación de emociones negativas y aprender a manejarla es clave para el desarrollo de la personalidad y el manejo de las emociones.

Lo que es importante entender entonces es que conforme más sepas manejar tu autoestima, más sepas sobre qué debes basar tu autoestima en las diferentes situaciones y más sepas identificar cuando estás contactando con tu autoestima y cuando la emoción que estás usando no es de autoestima sino que es un mecanismo de defensa para no sentirte menos que los demás, entonces mejorarás más tu manejo emocional, personalidad y tu manera de sentirte contigo mismo, con la vida y con los demás.

Hablemos ahora de la base de un buen programa de autoestima y por qué es esencial en el manejo de emociones negativas. La primera idea a considerar es que estas emociones se producen cuando nos sentimos amenazados, es decir, cuando nuestro cerebro activa lo que llamamos el Modo de Emergencia. Por lo tanto, una persona que no se siente amenazada por alguna circunstancia, no desarrollará emociones negativas frente a esa circunstancia.

Nos sentimos amenazados por una situación si de alguna manera percibimos que aquello a lo que nos estamos enfrentando o nos está sucediendo nos es de cualquier forma dañino o desagradable y nosotros no podemos hacer nada para impedir que nos ataque o afecte.

Si al hacer la evaluación, nuestra mente duda de que podamos dominar la situación con facilidad, entonces se disparan las reacciones de emergencia, es decir las emociones negativas. En resumen, las emociones negativas se disparan dependiendo de que tan capaces o incapaces nos sentimos para dominar una situación que nos es desagradable o dañina.

El trabajo central de Autoestima es el fomentar las ideas positivas respecto de uno mismo y las emociones más profundas que nos conectan con la sensación de valía personal. A la vez hay que desarmar las creencias que nos devalúan y las emociones autoagresivas y devaluatorias que han sido cultivadas dentro de nuestra educación o nuestras experiencias de vida.


A menos que tengamos una extensa práctica de meditación y hayamos logrado silenciar el diálogo interno que ocurre en nuestra mente, todo el día nos estamos diciendo algo, a veces positivo, aunque la mayor parte del tiempo, negativo.

Defensores del poder de las afirmaciones como Louise L. Hay y Burt Goldman señalan que repetirnos frases sin darnos cuenta afecta nuestra vida en la medida en que “nos digamos” algo positivo o negativo.

Muchas de estas cadenas de afirmaciones que nos decimos repetidamente son creencias o deseos arraigados por años, pero sobre todo automáticos, a los cuales no les prestamos atención consciente, pero que influyen de manera sutil en nuestra forma de pensar y comportarnos.

De esta forma estaríamos atrayendo a nuestro entorno lo que nos repetimos sin cesar. Entonces, ¿por qué no hacer de ello algo positivo y que impacte nuestra vida para bien?

Para usar afirmaciones en tu vida lo primero es construirlas de manera que ayuden a cambiar los patrones negativos y a instalar nuevas formas de pensar más positivas y adecuadas.En ese sentido, las emociones son la mejor guía para saber si lo estás haciendo bien.

Cuando una frase, ya sea negativa o positiva, resuena en tu interior y sabes que es cierta, te darás cuenta que es una creencia que tienes arraigada.

Por ejemplo, si la frase “Nadie es digno de confianza” te da una sensación de seguridad, de estar en lo correcto, quiere decir que tienes esa idea arraigada, a pesar de que la frase no sea verdad o no la hayas comprobado como cierta.

Igualmente si una frase positiva como “La vida me sonríe siempre” te hace sentir rar@, como que te estás diciendo una mentira, quiere decir que en el fondo no lo crees realmente.

La clave para comenzar a trabajar con afirmaciones que te ayuden a progresar es diseñar frases que al principio resuenen contigo aunque sea sólo un poco, ayudando a cambiar las creencias más arraigadas.

Las afirmaciones deben retar a tus opiniones negativas y cambiarlas, llevándote a un proceso de autoexamen en el que tomes conciencia de lo profundas que son tus ideas negativas y opiniones personales.

 


Los problemas emocionales tienen mucho que ver con nuestro sistema de creencias y la manera como estructuramos nuestros pensamientos. Muchas veces un problema emocional persiste ya que tenemos una creencia que lo mantiene ahí.

Y por más que intentemos cambiar esa creencia de manera consciente, muchas veces existe una parte de nosotros que se resiste a ese cambio, y la creencia disfuncional continúa afectándonos.

Uno de los sistemas menos entendidos y más controversiales son los audios subliminales. La palabra subliminal se ha llegado a asociar con manipulación y mensajes de anunciantes sin escrúpulos, pero sólo significa algo que está por debajo del nivel de percepción conciente, no es ni bueno ni malo.

Los audios subliminales, como cualquier herramienta de autoayuda son sólo eso, una herramienta. No pueden convertir a las personas en algo que no son o no quieran ser, pero sí ayudan en el trabajo de superación personal diario y constante.

La mente humana es compleja y ha sido objeto de estudio desde hace cientos de años, y en ese sentido, la influencia de mensajes subliminales en ella no ha estado exenta de investigación.

Universidades como la de Cornell, en Nueva York, tiene un programa permanente de estudio sobre el tema, otorgan credibilidad a la teoría de que la mente puede apoyarse en mensajes subliminales para lograr sus objetivos.

Otros experimentos célebres incluyen el de Palmatier y Bornstein, en el reporte publicado en The Journal of Nervous and Mental Disease de 1980, donde 34 personas recibieron exitosamente mensajes subliminales para dejar de fumar durante tres semanas, apoyando una terapia con tal fin.

Es posible afirmar que los audios subliminales por sí solos no resuelven mágicamente las situaciones a las que nos enfrentamos, pero definitivamente son una herramienta de apoyo en los cambios que deseamos lograr.

 

La hipnosis es un estado alterado de conciencia, en el que la persona alcanza un estado de profunda conciencia, pero dirige toda su atención hacia adentro, a emociones y sensaciones internas. Se desconecta del exterior, lo que no significa que no se da cuenta de lo que está sucediendo afuera; simplemente tiene su atención puesta en procesos internos.

No es necesario que una persona llegue a inducirnos el trance. Cuando estamos leyendo una novela, por ejemplo, y nos metemos tanto en la lectura que no notamos nada de lo que está sucediendo en el exterior, o cuando vamos conduciendo nuestro auto, tan concentrados en algún pensamiento, que nos sorprendemos de darnos cuenta que llegamos a nuestro destino y ¡no recordamos nada del camino!

La hipnoterapia es un proceso en el que se le ayuda a la persona a utilizar sus propias asociaciones mentales, recuerdos y recursos para lograr un objetivo. Las sugestiones hipnóticas ayudan a activar habilidades y recursos potenciales que ya existen en la persona, pero que no están siendo utilizados por falta de entrenamiento o de entendimiento.

El trance terapéutico es un estado en el que las limitaciones de nuestros pensamientos y nuestras creencias, son temporalmente alteradas, lo cual permite a la persona ser receptiva a nuevos patrones de pensamiento que le facilitan resolver un problema determinado.

La hipnosis es una herramienta efectiva para comunicarnos con la mente inconsciente. Pocas personas se dan cuenta del poder que su mente inconsciente tiene sobre sus vidas. Muchas conductas y hábitos están basados en vivencias que nuestra mente consciente tal vez ya no recuerda, sin embargo en la mente inconsciente se quedan grabadas esas vivencias como recuerdos inconscientes.

Un maestro oriental que vio cómo un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó.

Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el alacrán lo picó.

Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo:

Perdone, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?»

El maestro respondió:

«La naturaleza del alacrán es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar».

Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.

No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma precauciones.