- Admite que no siempre tienes la razón y reconoce al otro su razón o su parte de razón.
- Respeta los derechos de los demás, iguales a los tuyos, y jamás abuses de los que te pertenecen.
- Tus intereses merecen ser defendidos, pero tienes que aceptar que los de los otros son igualmente valiosos.
- Muy pocas cosas, o ninguna, justifican el empleo de la fuerza, a menos que se atente contra tu vida.
- Busca las identidades, las afinidades y las coincidencias constructivas, haciendo a un lado lo que genera pugnas y encono.
- Témele al ventajoso, al aprovechado y oportunista, y tiéndele la mano al que carece de habilidades para la ganancia deshonesta.
- Dedica una parte de tu tiempo al servicio de la comunidad, devolviendo así algo de lo que de ella recibes.
- Corresponde a la frialdad con el compañerismo que aproxima y solidariza las voluntades y los corazones.
- Concierta, acuerda, dialoga, sin discutir estérilmente; que tus palabras tiendan puentes al entendimiento mutuo y la amistad.
- Reconoce a tu hermano y reconcíliate con tu enemigo; en ese sentido da siempre el primer paso».
Luis Carlos Sáchica