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Diversos estudios apuntan a que ser optimista y tener emociones positivas permite mejorar nuestras relaciones sociales, intelectuales y físicas.

Al parecer aunque según investigación realizadas en la Universidad de Texas que hallaron un gen relacionado con la serotonina, el cual aumenta una región específica del tálamo cerebral denominada pulvinar, en donde radican las emociones negativas y esto inclinaría a un persona hacia el pesimismo, la actitud tomada ante los diferentes sucesos en la vida puede marcar una notable diferencia, que influye en diversos aspectos incluyendo la salud.

Según el psicólogo C.R. Zinder, de la Universidad de Kansas, los resultados en los exámenes académicos dependen más de una actitud optimista que del coeficiente intelectual del alumno.

Según estudios realizados en la Universidad de Wisconsin el pesimismo nos vuelve más vulnerables a infecciones, mientras que el ser optimista activa nuestro sistema inmunológico, endocrino y nervioso haciendo que enfermemos menos.

La esperanza de vida de los pesimistas se reduce hasta 19%, de acuerdo con una investigación de la Clínica Mayo, mientras que los optimistas se enfrentan a menos factores de estrés, tienen postoperatorios más fáciles y su recuperación es más rápida. Los varones con una percepción positiva de su salud cardiovascular tienen un índice de mortalidad tres veces menor.

El pensamiento positivo también puede proteger contra cáncer de mama según una investigación de Ronit Peled, de la Universidad israelí Ben-Gurion del Negev.

Así que si quieres vivir más, empieza a ser más optimista!

Un acontecimiento traumático es un suceso que es vivido como aterrador, con un miedo intenso y sensación de impotencia, del cual no hay nada que se pueda hacer para evitarlo.

Casi la totalidad de las personas expuestas a un suceso traumático desarrollan síntomas típicos del trastorno de estrés postraumático (TEPT), durante los días siguientes al trauma.

Esta es una reacción normal encaminada a asimilar lo sucedido y aprender lo más posible de dicho acontecimiento, como un modo de mejorar la supervivencia en el futuro. En muchos casos estos síntomas vas disminuyendo paulatinamente hasta desaparecer. Sin embargo, si los síntomas perduran después de un mes, se considera que existe un trastorno de estrés postraumático.

Puede ocurrir a cualquier edad, en ambos sexos y en personas psicológicamente sanas y bien ajustadas. Tiene un efecto acumulativo. Es decir, cuanto mayor sea el número de traumas vividos, mayor probabilidad existe de desarrollar un TEPT.

Alrededor del 30% de las personas se ven expuestas a lo largo de su vida a algún acontecimiento traumático, entre un 10% y un 20% desarrolla el trastorno. Los hombres experimentan más acontecimientos traumáticos que las mujeres, pero las mujeres tienen más probabilidades de sufrir experiencias que tienen una probabilidad más alta de provocar este trastornos en ambos sexos, como es la violación, que da lugar a un TEPT en el 50 % de las mujeres y el 65 % de los hombres.

Acontecimientos traumáticos prevalentes

  • Entre las mujeres es más común la violación y acoso sexual.
  • Entre los hombres son más prevalentes la amenaza con arma, presenciar una agresión o asesinato y un accidente de tráfico grave.
  • En ambos sexos: muerte inesperada de un ser querido, accidente de tráfico con riesgo para la vida, presenciar una agresión o asesinato, asalto con violencia, amenaza con arma y catástrofe natural.

Se acerca el fin del año y con ello las promesas del año entrante. Con seguridad usted ya tiene su propia lista, pero en esta oportunidad queremos agregarle un par de sugerencias a su repertorio de juramentos.

Hace poco, la popular red de creatividad The Behance Network, fundada por el graduado de Harvard, Scott Belsky (ver Dinero No. 351), presentó una serie de recomendaciones poco convencionales para estar mejor y ser más creativos. Tome nota de estas ocho sugerencias para arrancar con pie derecho el año 2012.

1. Desayune bien

Pocas cosas en la vida tienen un impacto inmediato en el bienestar como desayunar bien: mejora la salud, aumenta la productividad y contribuye a la pérdida de grasa corporal. No obstante, según The New York Magazine, “el porcentaje de adultos que se salta el desayuno aumentó de 14% a 25% en los últimos años”. Dedique tiempo a desayunar con calma y verá un gran cambio en su vida.

2. Siéntese menos

Un trabajador promedio pasa 9,3 horas diarias sentado, mucho más del tiempo que dedica a dormir. Eso acarrea efectos negativos como la obesidad, la diabetes, los problemas cardiovasculares e, incluso, aumenta el riesgo de muerte. Según la American Cancer Society, una persona que permanece sentada más de 6 horas al día tiene una tasa de mortalidad 20% superior al resto.

3. Haga ejercicio al medio día

De acuerdo con la publicación británica Daily Mail, hacer ejercicio al medio día mejora el estado de ánimo, alivia el estrés y la capacidad para resolver problemas. Gracias al ejercicio, 72% de la gente reportó una mejora en el manejo del tiempo y 74% dijo estar más contenta con el trabajo.

4. Compre una mascota para la oficina

Todo el mundo sabe que los fundadores de Google, Sergey Brin y Larry Page, sienten gran orgullo por los perros Golden Retriever que hay en sus instalaciones. Y no es casualidad. Las mascotas en la oficina, particularmente los perros, aumentan el compañerismo y la productividad, según estudios recientes de la Universidad de Michigan.

5. Viva más cerca del trabajo

Hoy los bogotanos gastan en promedio 64 minutos para llegar a cualquier destino en la ciudad, once minutos más que hace dos años. Según la publicación The Atlantic Cities, el tiempo que uno pasa en un trancón es el más infeliz del día. Si usted es de los afortunados que puede vivir más cerca del trabajo, no dude en hacerlo.

6. Tómese todas sus vacaciones

Un estudio de Ernst & Young revela que entre más días de vacaciones se toma la gente, mejor será su desempeño durante el año. Aproveche para tomarse hasta el último día de sus vacaciones y aumente su productividad.

7. Aléjese de los problemas

Según estudios recientes, quienes sienten los problemas más de cerca tienden a enredarse en ellos. En cambio, quienes los sienten más lejanos, logran ser más creativos para enfrentarlos y resolverlos. Tome distancia de todo lo que lo aqueja.

8. Explore su lado oscuro

La rabia y la tristeza pueden ser grandes aliados de la creatividad. Para la profesora Modupe Akinola, de la Escuela de Negocios de Columbia, las emociones “negativas” son fuerzas extraordinarias en el desarrollo de ciertas disciplinas como las artes y la música. Déjese seducir por su lado oscuro y capitalice los malos momentos.


Dicen que los índices de estrés y ansiedad se disparan durante estas fiestas. Cenas de empresa, encuentros familiares, comprar regalos a diestro y siniestro, obligaciones sociales, trabajo acumulado por los días de vacaciones, esos kilos de más. Estas son algunas de las razones por las que nos estresamos y agobiamos en Navidad.

Frente a los villancicos y a la aparente alegría que transmite la época navideña, se encuentra el agobio por ser el anfitrión perfecto, por tener todos los regalos a tiempo o el cargo de conciencia por comer y beber sin medida. Lejos de disfrutar del sentido estricto de de esta época, nos estresamos. Se supone que debería ser un tiempo de gozo y alegría, un momento para compartir sincera y relajadamente con familiares y amigos, pero no es así.

Y es que la ansiedad es una de las enfermedades del siglo XXI, junto al cáncer y la depresión. Según cifras oficiales, este desorden mental afecta al 20% de las personas y más ahora, en tiempos de crisis o desordenes de rutina y calendario. La ansiedad no entiende de edades ni de sexo y puede llegar en cualquier momento, incluso mientras estamos sentados en el sofá.

Dicen los psicólogos que los síntomas pueden variar pero los comparan con los de un ataque al corazón con la sensación de perder el conocimiento. La descarga de adrenalina que produce un ataque de pánico es tal que algunos lo equiparan al que se produce cuando se practica deporte de riesgo.

El sentimiento de depresión que provoca la Navidad es otro problema bastante común entre la sociedad. Durante estas fechas de celebración es frecuente recordar a los seres queridos que ya no están, este es el principal motivo de la tristeza que sienten muchas personas.

La publicidad engañosa puede ser otro de los factores que influyen en el estado de ánimo; el bombardeo de anuncios que reflejan familias felices y colmadas de regalos, invita a reflexionar sobre nuestra propia situación bien personal, económica o de cualquier otra índole. Empeñados en hacer un balance del año que termina, muchas personas se ven incapaces de cambiar de golpe y predisponerse para ser feliz.

Según los datos, la tasa de suicidios disminuye en Navidad pero constatan que las admisiones en los hospitales por problemas psiquiátricos aumentan en las semanas que siguen a estas fiestas.


El estrés es una defensa natural del organismo contra algunas circunstancias de tensión que se presentan cotidianamente. Pero la sobrecarga del mismo termina teniendo consecuencias nefastas a nivel psicológico, social y físico para quienes la padecen. Conoce aquí más acerca de ellas.

El estrés es un problema cada vez más recurrente en nuestra sociedad. Si bien se trata de una defensa natural del organismo ante determinadas circunstancias, lo cierto es que cuando se genera una sobrecarga de la misma, las consecuencias pueden llegar a ser nefastas.

Las consecuencias del estrés tranquilamente podrían dividirse en dos áreas. Una dimensión psicológica y actitudinal, donde se advierten claramente en la personalidad del que padece de este problema cambios severos y, a su vez, un plano físico, donde el estrés termina repercutiendo invariablemente en el organismo.

Consecuencias psicológicas y en la personalidad:

  • Ansiedad
  • Depresión
  • Cambios de humor repentinos
  • Disminución del autoestima
  • Dificultad en la toma de decisiones
  • Cambios en el estilo de vida
  • Problemas en sus relaciones con los demás, tanto en el trabajo como en la familia
  • Aumento del consumo de alcohol, drogas y tabaco

Consecuencias físicas:

  • Cansancio, agotamiento o pérdida de energía
  • Dolores y contracturas en la espalda
  • Estreñimiento o diarrea
  • Dolores de cabeza frecuentes y migrañas
  • Hipertensión
  • Insomnio
  • Sofocos recurrentes
  • Caída del cabello
  • Malestares estomacales
  • Subir o bajar de peso
  • Presión de dientes o mandíbula
  • Problemas respiratorios como asma o alergias
  • Infartos y otros problemas coronarios

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No hay nada mejor para el estrés que lograr encontrar el balance y dejar de darle tanta importancia a las cosas que no son tan importantes. Cuando veas que estás demasiado estresado piensa: ¿Puedo resolver esta situación de mejor manera si me estreso tanto

Algunas cosas que puedes hacer para reducir el estrés son:

1. Distraerte un poco. Deja de pensar por un momento en el problema que te aqueja. Entre más pienses mientras estás estresado menos vas a poder llegar a buenas soluciones. Para mi las mejores respuestas a mis problemas me llegan mientras estoy dormida, descansando, haciendo ejercicio o haciendo algo que me gusta como andar en bicicleta. Trata de hacer algo que te gusta antes de irte a dormir.

3. Escribe tus preocupaciones con probables opciones y déjalas en un papel lejos de tu cama para que las atiendas hasta el día siguiente. Cuando te vas a dormir con todas las preocupaciones en tu cabeza lo más probable es que no te puedas dormir porque te llevas a la cama todos tus pendientes. Una vez que los escribes los dejas en santa paz hasta el día siguiente.

4. Usa remedios caseros. Puedes tomar té de tila que es relajante o hasta una copa de vino para dejar los problemas a un lado por un momento.

5. Oler aromas relajantes. Estudios hechos en Japón dicen que una substancia llamada linalool que se encuentra en mangos, limones, lavanda y albaca reducel los niveles de inflamación en la sangre. Con tan solo oler esencias de estas plantas te puedes sentir mucho más relajado.

6. Practica Meditación. 10 ó 15 minutos pueden ser suficientes para poner la mente en blanco, inicialmente puedes empezar con un tiempo más corto y extender la duración en lo sucesivo, una vez que se ha alcanzado un buen ritmo de disfrute, la práctica puede ser gradualmente alargada.


¿Tu trabajo constituye el centro de tu vida? ¿Tu empleo resta importancia a todo lo demás, incluida la familia, el ocio y la vida social? ¿Es tu refugio? ¿Llevarte trabajo a casa para acabarlo por la noche o los fines de semana es algo habitual en ti? Si es así, puede que seas un adicto al trabajo.

Esta situación define a aquellos trabajadores que, de forma gradual, van perdiendo estabilidad emocional y se convierten en adictos al control y al poder, en un intento por lograr el éxito.

Cómo detectarlo:

Aquí es donde surgen los primeros problemas porque, muchas veces, el entorno de dicha persona no ve mal su comportamiento. Si una persona practica juegos de azar, toma drogas o bebe de forma descontrolada, estas conductas son consideradas reprobables ante uno mismo y ante los demás. Pero trabajar más de la cuenta, incluso en fines de semana o renunciando a las vacaciones, parece algo respetable.

¿Cómo saber si has pasado de trabajar para vivir a vivir para trabajar? Se trata de un proceso gradual: suele oscilar entre los cinco y los veinte años. Comienza como una ambición profesional mayor de la media, que para poder llegar a conseguir sus metas necesita de una dedicación laboral que también está bastante por encima de la media.

Síntomas:

Hay tres grupos diferentes. En primer lugar los cognitivos o mentales: ansiedad e irritabilidad; depresión; necesidad creciente de trabajar más y dedicarle más tiempo al trabajo; preocupación constante por el rendimiento laboral; la sensación continua de estar agobiado, de no llegar a todo; sensación de vacío emocional; la infravaloración de otros tipos de actividad distintos a la laboral.

Otro grupo de síntomas son los fisiológicos: estrés, insomnio y, a largo plazo, hipertensión arterial y aumento de sufrir enfermedades vasculares. El tercer grupo son los síntomas de comportamiento: la necesidad casi compulsiva de realizar listas de cosas por hacer y de anotar en la agenda hasta el más mínimo detalle; incapacidad de estar sin trabajar durante un período prolongado sin experimentar ansiedad, inquietud e irritabilidad; alejamiento de la familia y los amigos.

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El fisiólogo Hans Seyle describe el estrés como una respuesta orgánica de tres fases:

Fase de Alarma: Preparación de respuestas adaptativas.

Fase de Resistencia: presentación de respuestas y participación de procesos emocionales y psíquicos, para restablecer el equilibrio.

Fase de Agotamiento: cuando el organismo ya no es capaz de generar más respuestas adaptativas, se satura la capacidad de adaptación y se presenta la desadaptación alterándose la homeostasis orgánica.

Las anteriores fases indican lo nocivo que puede llegar a ser el estrés, pero aún así no es causa directa de enfermedades. El estrés no causa la enfermedad sino que impide la recuperación porque baja las defensas del cuerpo y aumenta la sensibilidad de la persona a los problemas físicos que han existido anteriormente.

Múltiples estudios clínicos han demostrado que la palabra más adecuada para describir la relación entre estrés y salud es impacto, pues los factores psicosociales no son causa de enfermedad, sino que desempeñan un rol en la alteración de la susceptibilidad del paciente a las enfermedades.

Estudios han demostrado que estresores potenciales como: grandes cambios en la vida, situaciones vitales crónicas y pérdida del apoyo social, están relacionados con enfermedades cardiovasculares, debido a que la secreción de hormonas durante el estrés parecen contribuir en este tipo de enfermedades, ya que: incrementan la tendencia de coagulación de la sangre.

En cuanto a la contracción de enfermedades infecciosas como virus del herpes o de la gripe, el estrés influye ya que debilita la acción del sistema inmunológico.


Hablar de adicción no es solo tratar temas alrededor del alcohol, nicotina o heroína. Según lo explica el doctor Mark Griffiths, experto en adicciones de la Universidad de Nottingham Trent, es posible hacernos adictos a casi cualquier cosa.

«Durante los últimos 25 años he estado estudiando los juegos de azar y creo apasionadamente que estos juegos en su forma más extrema son tan adictivos como cualquier droga», dice Griffiths.

El costo social y de salud de los problemas de juego es enorme y tiene mucho en común con las adicciones más tradicionales; como los cambios en el estado de ánimo, problemas de relación, absentismo laboral, violencia doméstica y bancarrota.

Los efectos en la salud, para los jugadores y sus parejas, incluyen ansiedad y depresión, insomnio, trastornos intestinales, migraña, problemas vinculados al estrés, malestares estomacales y pensamientos suicidas.

Si las conductas como el juego de azar pueden convertirse en una adicción genuina, en teoría tampoco hay razón que impida que algunas personas se conviertan en adictos genuinos a actividades como los videojuegos, el trabajo o el ejercicio.

La investigación sobre jugadores patológicos muestra que estas personas, cuando se ven sometidas a abstinencia de juego, presentan al menos un efecto secundario físico, que puede ser insomnio, dolor de cabeza, pérdida de apetito, debilidad física, palpitaciones, dolor muscular, dificultad para respirar y escalofrío.

De hecho, comparados con los adictos a drogas, los jugadores patológicos parecen experimentar más efectos físicos por abstinencia cuando intentan dejar su conducta.


La meditación se usa de diferentes maneras para referirse a ciertos ejercicios emocionales y de manejo del pensamiento que se han utilizado en diferentes  disciplinas de desarrollo personal desde hace muchos años.

Son ejercicios que provocan un estado mental muy placentero, de profunda lucidez y conciencia, y que además generan un poderoso estado de bienestar emocional. Existen diversas técnicas y escuelas de meditación, sin embargo, al final todas buscan generar ese estado mental, que abre las posibilidades para que aquella persona que lo practica se vaya convirtiendo en una persona más segura, sensible y abierta al entendimiento del mundo y su propio ser.

Beneficios físicos de practicar meditación:

  • Relajación física.
  • Alivio de malestares causados por tensión muscular.
  • Alivio de problemas gastrointestinales relacionados a estrés.
  • Respiración más lenta y profunda.
  • Mejor circulación de la sangre.
  • Mejor oxigenación de órganos y tejidos.
  • Ritmo cardiaco más lento (menos riesgo de problemas cardiacos).

Beneficios psicológicos de la meditación:

  • Aumenta autoestima.
  • Aumenta la seguridad y confianza en uno mismo.
  • Se reduce la depresión.
  • Se reduce la ansiedad.
  • Se logra una visión de la vida más optimista y centrada.
  • Se aprende a mantenerse estable frente a los problemas y obstáculos cotidianos.
  • Las personas se sienten más felices.

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