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No fumar, hacer ejercicio, controlar cuatro factores que son la presión arterial, el nivel de glucosa y colesterol y el peso corporal, y consumir una dieta sana, harán que su corazón tenga larga vida.

Sin embargo, una nueva investigación en Estados Unidos que siguió a 45.000 adultos encontró que sólo 1,2% de los participantes seguía estas conductas. Como era de esperarse, fue este grupo el que mostró el menor riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares o del corazón.

También se ha demostrado que reducir estos siete factores de riesgo está asociado a un menor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer y diabetes tipo 2. Las enfermedades cardiovasculares se han convertido ya en la primera causa de muerte en todo el mundo.

Según la Organización Mundial de la Salud cada año mueren más de 17 millones de personas a causa de estos trastornos, principalmente (80%) en países de medianos y bajos ingresos.

Los investigadores utilizaron datos del Sondeo Nacional de Salud y Nutrición que siguió a 44.959 individuos de 20 años o más de 1988 a 1994, 1999 a 2004 y de 2005 a 2010. Durante los tres períodos de la investigación los científicos encontraron en promedio que sólo 1,2% había cumplido con todos los siete hábitos del corazón sano.

Entre 1988 y 1994, 7.2% de los participantes habían seguido más de una de las recomendaciones y de 2005 y 2010, esa cifra aumentó ligeramente a 8,8%. Los resultados mostraron que durante el estudio la prevalencia de tabaquismo se redujo de 28% a 23% desde 1988, pero no se notaron cambios para lograr niveles deseables de presión arterial, colesterol o índice de masa corporal (IMC) de los participantes.

Cuando se analizaron las tasas de mortalidad, se encontró que los que habían seguido seis o más hábitos mostraron 51% menos riesgo de morir por cualquier causa, 76% menos riesgo de morir por trastornos cardiovasculares y 70% menos riesgo de morir por cardiopatía isquémica (varios trastornos del corazón) que aquéllos que siguieron sólo uno o ningún hábito.

Asimismo, los investigadores observaron que los participantes más jóvenes, las mujeres, los individuos blancos no hispanos, y aquéllos con los niveles más altos de educación fueron los que siguieron el mayor número de hábitos para un corazón sano.


Los científicos subrayan el hecho de que el número de hogares formados por una sola persona en los países occidentales se ha multiplicado en las últimas tres décadas. En la actualidad, una de cada tres personas en Estados Unidos y Reino Unido viven solas.

Según una investigación, a los participantes se les preguntó si vivían solos o con otras personas. También se les cuestionó sobre el apoyo social con el que contaban, su ambiente laboral, educación, ingresos y las condiciones de su vivienda, así como sobre sus hábitos de consumo de alcohol y tabaco, y el ejercicio físico que practicaban.

Los investigadores descubrieron que la gente que vive sola compró un 80% más de antidepresivos en los años que duró el estudio que los que vivían acompañados.

El riesgo real de sufrir problemas mentales para la gente que vive sola podría ser incluso mayor. Este tipo de estudio por lo general subestima algunos riesgos, ya que la gente más propensa a sufrir problemas mentales son los que menos se prestan a que se les haga seguimiento. Tampoco fuimos capaces de averiguar cuán comunes eran las depresiones no tratadas.

Los investigadores creen que vivir con otras personas puede proporcionar soporte emocional y sentimientos de integración social, así como otros elementos que protegen contra los problemas de salud mental.

Vivir solo puede estar asociado con sentimientos de aislamiento y a una falta de integración social y confianza, que son factores de riesgo para la salud mental.

El estudio asegura que todos los factores involucrados deben ser tratados para reducir la incidencia de la depresión en las personas en edad de trabajar. El aumento en el número de personas que viven solas tiene un impacto en la salud mental de países como Reino Unido.

La soledad y el aislamiento hacen que la gente tenga menos oportunidades de hablar sobre cómo se sienten, que es algo que sabemos puede ayudar a solucionar los problemas de salud mental.

Si usted vive solo, visite o invite amigos a su casas, trate de hacer reuniones y ampliar su circulo social.

El ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani estuvo en Colombia y le concedió una entrevista a la periodista Paola Ochoa, quien le preguntó qué hacer frente al problema de inseguridad en las grandes ciudades.

Giuliani respondió haciendo referencia a la “teoría de las ventanas rotas”… ¿De qué se trata esta teoría?

En 1969, en la Universidad de Stanford, el profesor Philip Zimbardo realizó un experimento de psicología social. Dejó dos autos idénticos, de la misma marca, mismo modelo y hasta mismo color; abandonados en la calle. Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York y el otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. Dos autos idénticos abandonados, dos barrios con poblaciones muy diferentes y un equipo de especialistas en psicología social estudiando las conductas de la gente en cada sitio.

Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser desvalijado en pocas horas: se perdieron las llantas, el motor, los espejos, el radio, etc. Todo lo aprovechable se lo llevaron, y lo que no, lo destruyeron.

En cambio, el auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto.

Es común atribuir a la pobreza las causas del delito. Sin embargo, el experimento en cuestión no finalizó ahí: cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable, los investigadores decidieron romper un vidrio del automóvil de Palo Alto, California.

El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx de Nueva York y el robo, la violencia y el vandalismo terminaron por dejar el vehículo en el mismo estado que el del barrio pobre.

¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente seguro es capaz de disparar todo un proceso delictivo?

No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología, con el comportamiento humano y con las relaciones sociales. Un simple vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación; que va rompiendo códigos de convivencia y deja la sensación de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que todo vale nada.

En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron la ‘teoría de las ventanas rotas’, misma que desde un punto de vista criminológico concluye que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.

Si se rompe un vidrio en el ventanal de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos todos los demás.

Si una comunidad exhibe signos de deterioro, y esto es algo que parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Si se cometen ‘esas pequeñas faltas’ como estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja y estos comportamientos no son sancionados, entonces comenzarán a desarrollarse faltas mayores y luego delitos cada vez más graves.

Si los parques y otros espacios públicos son deteriorados progresivamente y nadie toma acciones al respecto, estos lugares serán abandonados por la mayoría de la gente y serán progresivamente ocupados por los delincuentes.

La respuesta de los estudiosos fue más contundente aún, indicando que ante el descuido y el desorden, crecen mucho los males sociales y se degenera el entorno cualquiera que éste sea.

Tan solo tomemos un ejemplo en casa: Si un padre de familia deja que su casa tenga algunos desperfectos, como falta de pintura en las paredes, puertas en mal estado, falta de limpieza, malos hábitos alimenticios, malas palabras, falta de respeto entre los miembros del núcleo familiar, etc., entonces poco a poco se caerá en un descuido de las relaciones inter personales de los familiares y a su vez comenzarán a crear malas relaciones con la sociedad en general.

La solución a este problema yo no la tengo, pero he comenzado a reparar las ventanas de mi casa, estoy tratando de mejorar los hábitos alimenticios, les he pedido a todos los miembros de la familia que evitemos decir malas palabras y también hemos acordado no mentir. Así mismo hemos decidido aceptar las consecuencias de nuestros actos con valor y responsabilidad pero sobre todo, dar una muy buena dosis de educación a nuestros hijos.

Con esto espero comenzar a cambiar en algo lo que antes hubiera hecho mal, he soñado que los míos algún día repitan esto, con la finalidad de que los hijos de mis hijos, o los nietos de mis hijos vean una nueva ciudad y un nuevo país sin ventanas rotas.

 

Erróneamente algunos confunden a las personas arrogantes con los que tienen una alta autoestima, y a la gente tranquila, de perfil bajo, con aquellos que tienen una baja autoestima. En general, las personas que más confían en si mismas, en sus valores y capacidad de logro y superación, son tranquilas, siguen adelante con sus vidas, hacen lo que quieren y se divierten.

De acuerdo a los psicoterapeutas Rex Johnson y David Swindley, muchos de los que ven afectada su autoestima buscan ocultar esta experiencia, en forma consciente o inconsciente. Según los investigadores, cuando nos sentimos amenazados en nuestra autoestima nos podemos ubicar en alguno de los siguientes cinco patrones de comportamiento a los que solemos recurrir como estrategias defensivas:

1. Quien disfruta criticando, juzgando y menospreciando a la gente, especialmente a quienes considera más exitosos que él, a veces como una manera de justificarse no logra dar una sugerencia constructiva, o porponer una acción positiva. En el fondo, sus esfuerzos están dirigidos a proyectar en el otro y en el mundo, la opinión que se ha formado de sí mismo.

2. Quien pone un montón de energía para evitar llamar la atención, trata de pasar lo más desapercibido posible, pues está convencido de que no es digno de dicha atención. No es capaz de aceptar un cumplido porque durante muchos años alimentó una autoimagen de alguien inadecuado, no merecedor de aprecio.

3. Quien no puede evitar quejarse, y suele sentir placer al hacerlo, y aprovecha toda oportunidad que encuentra para practicar esta especialidad. No importa lo que la vida le traiga, siempre es capaz de encontrar la falta, focalizarse en ella y quejarse sin cesar.

4. Quien se daña mediante hábitos adictivos, trastornos de la alimentación, o fobias.

5. Quien tiene miedo de exponer sus verdaderos sentimientos porque no puede enfrentar un posible rechazo. Nunca pide  ayuda y también evita quejarse o reclamar incluso cuando tenga todos los motivos válidos para hacerlo.

Llevar un estilo de vida saludable no garantiza que una persona no vaya a tener cáncer, pero el estudió mostró que «podemos aumentar significativamente las probabilidades a nuestro favor».

En total 14 factores de estilo de vida y del ambiente, tales como el lugar donde uno vive y el trabajo que desempeña, se combinan para provocar 134.000 casos de cáncer en Reino Unido anualmente.

«No esperábamos encontrar que comer frutas y vegetales resultase tan importante en proteger a los hombres contra el cáncer. Entre las mujeres no esperábamos que tener sobrepeso representara un factor de mayor riesgo que el alcohol»

Cerca de 100.000 casos (el 34%) de cáncer están relacionados con el tabaco, la dieta, el alcohol y el sobrepeso.

La doctora Rachel Thompson, del World Cancer Research Fund, señaló que el informe se suma a la «ahora abrumadoramente fuerte evidencia de que nuestro riesgo de padecer cáncer se ve afectado por nuestro estilo de vida».

Los investigadores basaron sus cálculos en las cifras pronosticadas para caso de 18 tipos diferentes de cáncer en 2010, utilizando índices de cifras en Reino Unidos para un período de 15 años comprendido entre 1993 y 2007.

En los hombres el 6,1% (9.600) de casos se vinculó a la falta de frutas y vegetales, 4,9% (7.800) al tipo de trabajo, 4,6% (7.300) al alcohol, 4,1% (6.500) al sobrepeso y la obesidad y 3,5% (5.500) a la excesiva exposición del sol y uso de camas solares.

En las mujeres, el 6,9% (10.800) se vinculó al sobrepeso y la obesidad, 3,7% (5.800) a infecciones como el HPV (que causa la mayoría de casos de cáncer cervical), 3,6% (5.600) a la excesiva exposición al sol y a las camas solares, 3,4% (5.300) a la falta de frutas y vegetales y 3,3% (5.100) al alcohol.

«Si hay cosas que podemos hacer para reducir nuestro riesgo de padecer cáncer, deberíamos tratar de hacer todo lo que esté a nuestro alcance».


Durante años, los médicos han advertido que el exceso de sal es malo para el corazón. Un nuevo estudio de la Universidad McMaster de Canadá sugiere que tanto los niveles altos como los bajos de consumo de sal puede predisponer a las personas con enfermedad cardiaca o diabetes a tener un mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares.

El estudio ha viso que la ingesta moderada de sal se asociaba con un menor riesgo de eventos cardiovasculares, mientras que una mayor ingesta de sodio se asociaba con un mayor riesgo de ictus, ataque cardíaco y otros eventos cardiovasculares, mientras que una baja ingesta se asociab con un mayor riesgo de muerte cardiovascular y hospitalización por insuficiencia cardíaca congestiva.

La investigación aborda una cuestión importante para la salud de la población como es la asociación entre la ingesta de sal y la enfermedad cardiovascular. Para el estudio se examinó a 28.880 personas con el mayor riesgo de enfermedad cardiaca en los ensayos clínicos realizados entre 2001 y 2008.

Los hallazgos ponen en cuestión las directrices actuales para el consumo de sal, que recomiendan a menos de 2,3 gramos por día. Las directrices se basan principalmente en los ensayos clínicos previos que encontraron que la presión arterial disminuye ligeramente cuando la ingesta de sodio se reduce a este nivel, algo que también se encontró en el presente estudio.

Los investigadores creen que aclarar cúal es la dosis óptima diaria de sodio es particularmente importante en pacientes con enfermedad coronaria, ya que pueden ser especialmente vulnerables a los efectos cardiovasculares de una ingesta muy alta o baja de sal y tienen más probabilidades de recibir recomendaciones sobr

En años pasados, investigadores e inventores en varias disciplinas, jamás imaginaron el potencial de sus inventos y el cambio que éstos generarían. Se pueden citar algunos inventos que fueron menospreciados por los que estaban a su alrededor y hasta por sus mismos creadores:
  • “Máquinas voladoras más pesadas que el aire son imposibles.” – Lord Kelvin, 1895.
  • “ En el siglo XIX, Louis Pasteur fué ridiculizado por sugerir que los minúsculos organismos a los que llamó microbios podían causar enfermedad ”…
  • “El verdadero valor del fonógrafo era permitirle a las personas que agonizaban registrar sus últimos deseos…” , esto lo dijo Thomas Edison.
  • «El teléfono es un invento maravilloso, pero no podría servir para el mercado de negocios por anular las negociaciones personales…” esto lo dijo en 1880 Rutherford B. Hayes.
  • “La demanda mundial de equipos de cómputo para procesamiento de información no será mayor de 50…”  Lo dijo Thomas Watson, fundador de IBM,  en 1940’s.
  • “Taladro para extraer el petróleo? ¿Quieres decir perforar el suelo para tratar de encontrar petróleo? Estás loco.” Asociados de Edwin L. Drake rechazar su propuesta de extracción de petróleo en 1859.
  • “Un cohete nunca será capaz de salir de la atmósfera de la Tierra.”– New York Times, 1936.

Esto nos indica que nunca se podrán hacer predicciones exactas sobre el futuro.  Así que, si alguien alguna vez se burla o ridiculiza alguna idea tuya, pues no te preocupes y nno te dejes decaer, ya que hasta a los grandes les ha pasado!

El experimento de la cárcel de Stanford fue realizado por el psicólogo Philip George Zimbardo,  la idea era probar  la influencia de un ambiente extremo como lo es la vida en prisión, en la conducta desarrollada por el hombre, dependiendo de sus roles sociales en este caso: presos vs. guardias.

Varios estudiantes de la Universidad de Stanford se sometieron de modo voluntario en 1971 a un experimento en el que fueron separados aleatoriamente entre presos y carceleros. Se construyó una prisión especial para el experimento, que comenzó con el arresto público de los estudiantes en sus domicilios, acusados de robo con armas. A los acusados se les aplicó el procedimiento habitual de entrada a prisión, inspección, identificación y aislamiento.

Al poco tiempo se vio como los guardias inventaban técnicas de persuasión y de castigo para controlar a los presos, separándolos en grupos de bueno/malos o quitándoles los colchones para hacerles dormir en el suelo etc. Tenían prohibida la violencia física pero por las noches se pasaban con los presos pensando que los investigadores no les observaban. A los presos se les puso en toda clase de situaciones humillantes: vivir desnudos, limpiar letrinas o incluso poses homosexuales.

A las 36 horas de comenzar el experimento, un preso empezó a sufrir estrés emocional y comenzó a llorar y experimentar ataques de rabia. Los guardas pensaron que se trataba de una táctica para que lo dejaran salir. El preso fue liberado, aunque al poco tiempo los guardas escucharon grabaciones sobre un plan externo para liberar a los estudiantes de la falsa cárcel al día siguiente.

El experimento estaba inicialmente planeado para 2 semanas, pero tuvo que cancelarse a los 6 días debido al exceso de humillación y inhumanización que recibían los presos y a que los guardas se habían metido excesivamente en sus papeles. Cuando el experimento se canceló los guardias incluso mostraron gran enfado.

Se pretendía concluir como se responde ante la autoridad y se concluyó que el papel no se desarrollaba por la propia forma de ser del individuo sino para cumplir con su rol. En palabras del Dr. Zimbardo:

Fue mi intento para determinar qué ocurre cuando pones a gente buena en un lugar malvado: ¿Triunfa la humanidad, o la fuerza de la situación puede acabar dominando hasta al más bueno de nosotros? Mis estudiantes de Stanford, Craig Haney y Curt Banks, y yo creamos un ambiente carcelario muy realista, una «mala cesta» en la que colocamos a 24 individuos voluntarios seleccionados entre estudiantes universitarios para un experimento de dos semanas. Les elegimos de entre 75 voluntarios que pasaron una batería de tests psicológicos. Tirando una moneda al aire, se decidía quién iba a hacer el papel de preso y quién el de guarda. Naturalmente, los prisioneros vivían allí día y noche, y los guardas hacían un turno de 8 horas. Al principio, no pasó nada, pero la segunda mañana los prisioneros se rebelaron, los guardas frenaron la rebelión y después crearon medidas contra los «prisioneros peligrosos». Desde ese momento, el abuso, la agresión, e incluso el placer sádico en humillar a los prisioneros se convirtió en una norma. A las 36 horas, un prisionero tuvo un colapso emocional y tuvo que ser liberado, y volvió a ocurrir a otros prisioneros en los siguientes cuatro días.
Chicos buenos y normales se habían corrompido por el poder de su papel y por el soporte institucional para desempeñarlo que les diferenciaba de sus humildes prisioneros. Se probó que la «mala cesta» tenía un efecto tóxico en nuestras «manzanas sanas». Nuestro estudio de dos semanas tuvo que parar antes de tiempo después de sólo seis días porque cada vez estaba más fuera de control.

Pueden ver el video de este experimento:

La película de Adrien Brody y Forest Whitakerde 2010, «The Experiment» se basada en ese experimento.

La conclusión fue clara: el poder tóxico de una mala “cesta” puede corromper cualquier “manzana” sana. Es decir, que el poder de las situaciones sociales puede llevar a mucha gente corriente, incluso a buenas personas tomar el camino del mal. Bien decian los abuelos: «Dime con quien andas y te dire quien eres».

Enlace: prisonexp.org