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La mejor manera de superar algo, es enfrentarse a ello. No debemos perder la oportunidad de enfrentarnos a nuestros peores temores y hacer algo al respecto. Si bien lidiar con lo que tememos puede ser un poco violento para nosotros, podriamos comenzar a trabajar con temores menores, asociados al primero.

En el caso de miedo al fracaso, podríamos intentar asistir a entrevistas laborales para puestos que no nos interesan, practicando como seria nuestra respuesta, nuestro comportamiento, sin importar el resultado porque es algo que no queremos de todas maneras.

En cuanto al amor, siempre podemos invitar a salir a alguien, ¿qué puede ser lo peor que puede pasar? Sé que la sola idea de hablar con una mujer puede aterrar a algunos, pero podemos practicar con una amiga, tanteando el terreno, interesándose por saber más del mundo femenino.

La clave es actuar, hacer algo para comenzar a construir nuestra confianza. Tampoco debemos sentirnos culpables o castigarnos por ser nuestros propios saboteadores, tenemos que identificar la raíz de nuestro miedo y estar determinados a luchar contra él, teniendonos paciencia y buscando ayuda de ser necesario.

Uno siempre debe preguntarse, ¿vale la pena vivir con miedo, cuál es el beneficio que obtengo de esto? ¿Hay algo que pueda hacer para cambiarlo? ¿Por qué prefiero vivir desde la impotencia y no desde la plenitud?

El miedo puede ser superado. Uno debe estar dispuesto a trabajar en los obstáculos que quiebran la armonía de una vida que puede llegar a ser muy satisfactoria, si simplemente nos permitimos ser felices.

 

Querer mejorar o hacer las cosas bien es un deseo que nos ayuda a crecer y permite disfrutar de la vida y del éxito. Querer ser perfectos, es una actitud que nos hace sufrir, nos vuelve vulnerables a la critica y nos hace vivir estresados.

Aparentemente, el perfeccionismo nos lleva a perseverar para mejorar y alcanzar nuestras metas. Sin embargo, podría ser una trampa que nos ponemos a nosotros mismos.

Dado que no existe el ser humano perfecto, luchamos por alcanzar un nivel inalcanzable y al no lograrlo, nos desgastamos y devaluamos inútilmente.

El perfeccionismo niega la realidad, porque el ser humano es imperfecto por naturaleza. Para ser perfecto, debería hacer siempre perfectamente bien todo lo que hace, sin cometer error alguno. Y esto no sucede, ni siquiera en un solo aspecto de su vida.

Cuando se es perfeccionista:

  • Vivimos más estresados.
  • Somos más vulnerables a la crítica de los demás y de nosotros mismos.
  • Tendemos a culparnos y castigarnos fácilmente.
  • Evitamos las actividades en las que no estamos seguros de tener éxito.
  • Nos frustramos fácilmente.
  • Nos volvemos intolerantes hacia los demás y hacia nosotros mismos.

 

Hay hombres que luchan un día y son buenos.

Hay otros que luchan un año y son mejores.

Hay otros que luchan muchos años y son muy buenos.

Pero hay quienes luchan toda la vida, esos son imprescindibles.

Bertolt Brecht (dramaturgo y poeta alemán).