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Un ejemplo de que con perseverancia, disciplina y dedicación podemos lograr todo lo que nos propongamos es el del atleta sudafricano Oscar Pistorius, quien participó representando a su país en los juegos olímpicos de Londres 2012 sin limitarle el hecho de que para correr utiliza prótesis transtibiales construídas en fibra de carbono.

Oscar Pistorious, nació sin sus huesos peronés, por lo cual a sus once meses de vida le fueron amputadas sus dos piernas. Pero esto no fue impedimento para que Pistorious se desenvolviera en diferentes deportes a pesar del esfuerzo que requería y las burlas de sus compañeros de colegio. Primero rugby y waterpolo, luego natación y por último (sin dudas con el que más éxitos logró) atletismo.

Con el atletismo participó en:

  • Los Juegos Paraolímpicos de Atenas 2004 consiguiendo medalla de oro en 400m y medalla de bronce 100m.
  • En 2008 en los Juegos Paralímpicos de Pekín logró tres medallas doradas en los 100, 200 y 400 metros.

Pero él quería desempeñarse en los juegos olímpicos pues se considera igual que cualquier otro atleta y dice: «Yo no soy un inválido, simplemente no tengo piernas. Además, todo el mundo tiene alguna discapacidad… las peores son las del espíritu”.

Y para lograr su sueño además de su esfuerzo físico, le tocó superar barreras  legales ante el Tribunal de Arbitraje del Deporte demostrando a la Federación Internacional de Atletismo que sus piernas ortopédicas no le otorgaban “alguna una ventaja” con respecto a otros atletas no discapacitados.

Después de aclarado ese asunto, el apodado “Blade runner” o “el hombre más rápido sin piernas”, fue seleccionado para participar en los el Mundial de Atletismo de Daegu de Corea del Sur 2011 en 400 metros y en el relevo 4×400, donde llegó hasta las semifinales y ganó la medalla de plata con el equipo sudafricano en el relevo 4×400.

El 4 de julio de 2012 el Comité Olímpico Sudafricano confirmó al atleta para asistir a los Juegos Olímpicos Londres 2012 convirtiéndose en el primer atleta con doble amputación que logra estar en una cita olímpica.

Su participación en los olímpicos de Londres tuvo quienes estaban a su favor y otros en contra y aunque no consiguió medallas abrió las puertas para continuar su exitosa carrera con pasión demostrando que los únicos límites que tenemos son los que nosotros mismos nos trazamos; que los obstáculos se pueden convertir en incentivos y motivaciones y que todo es posible.

También dio a conocer las palabras que su madre le escribió cuando era pequeño y que lleva grabadas en su mente y alma: «Un perdedor no es quien llega  último sino aquél que se sienta y mira y nunca ha intentado correr».

El presidente Mujica hace una sincera reflexión sobre la crisis política y nuestro actual modelo de sociedad, conocido popularmente como Pepe Mujica es conocido también como el presidente mas pobre ya que dona a fondos de ayuda social un 90% de su salario cada mes y Dice a los cuatro vientos que «con ese dinero me alcanza, y me tiene que alcanzar porque hay otros uruguayos que viven con mucho menos».

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A continuación la transcripción de su discurso:

Autoridades presentes de todas las latitudes y organismos, muchas gracias. Y muchas gracias y nuestro agradecimiento al pueblo de Brasil y a su señora presidente. Y muchas gracias a la buena fe que seguramente han manifestado todos los oradores que me precedieron. Expresamos la íntima voluntad como gobernantes de acompañar todos los acuerdos que esta nuestra pobre humanidad pueda suscribir.

Sin embargo, permítasenos hacernos algunas preguntas en voz alta. Toda la tarde se ha estado hablando del desarrollo sustentable, de sacar inmensas masas de la pobreza. ¿Qué es lo que aletea en nuestras cabezas? El modelo de desarrollo y de consumo es el actuar de las sociedades ricas. Me hago esta pregunta: ¿qué le pasaría a este planeta si los hindúes tuvieran la misma proporción de autos por familia que tienen los alemanes? ¿Cuánto oxígeno nos quedaría para poder respirar?

Más claro: ¿el mundo tiene los elementos hoy, materiales, como para hacer posible que 7.000, 8.000 millones de personas puedan tener el mismo grado de consumo y de despilfarro que tienen las más opulentas sociedades occidentales? ¿Será posible? ¿O tendremos que dar algún día otro tipo de discusión? Porque hemos creado una civilización, en la que estamos, hija del mercado, hija de la competencia, que ha deparado un progreso material portentoso y explosivo. Pero lo que fue economía de mercado ha creado sociedades de mercado, y nos ha deparado esta globalización. ¿Y estamos gobernando a la globalización o la globalización nos gobierna a nosotros? ¿Es posible hablar de solidaridad y de que estamos todos juntos en una economía que está basada en la competencia despiadada? ¿Hasta dónde llega nuestra fraternidad?

Nada de esto lo digo para negar la importancia de este evento. No. Por el contrario. El desafío que tenemos por delante es de una magnitud de carácter colosal y la gran crisis no es ecológica, es política. El hombre no gobierna hoy las fuerzas que ha desatado. Sino que las fuerzas que ha desatado gobiernan al hombre.

¿Y la vida? Porque no venimos al planeta para desarrollarnos en términos generales. Venimos a la vida intentando ser felices. Porque la vida es corta y se nos va. Porque ningún bien vale como la vida y esto es elemental. ¿Pero si la vida se me va a escapar trabajando y trabajando para consumir? La sociedad de consumo es el motor, porque en definitiva, si se paraliza el consumo o se detiene, se detiene la economía, y si se detiene la economía, es el fantasma del estancamiento para cada uno de nosotros.

Pero ese hiperconsumo a su vez es el que está agrediendo al planeta. Y tiene que generar ese hiperconsumo cosas que duren poco porque hay que vender mucho. Y una lamparita eléctrica no puede durar más de mil horas prendida. Pero hay lamparitas eléctricas que pueden durar 100.000, 200.000 horas. Pero ésas no se pueden hacer. Porque el problema es el mercado. Porque tenemos que trabajar. Porque tenemos que tener una civilización de uso y tire. Y estamos en un círculo vicioso.

Estos son problemas de carácter político que nos están diciendo la necesidad de empezar a luchar por otra cultura. No se trata de plantearnos volver al hombre de las cavernas ni tener un monumento del atraso. No podemos indefinidamente continuar gobernados por el mercado, sino que tenemos que gobernar el mercado. Por eso digo que el problema es de carácter político.

En mi humilde manera de pensar, porque los viejos pensadores lo definían, Epicúreo, Séneca, los aymaras, pobre no es el que tiene poco, sino que, verdaderamente, pobre es el que necesita infinitamente mucho y desea y desea y desea más y más. Esta es una clave de carácter cultural.

Entonces, quiero saludar el esfuerzo y los acuerdos que se hacen. Y lo voy a acompañar como gobernante. Porque sé que algunas cosas de las que estoy diciendo rechinan. Pero tenemos que darnos cuenta de que la crisis del agua, que la crisis de la agresión al medio ambiente, no es una causa. La causa es el modelo de civilización que hemos montado y lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir.

Pertenezco a un pequeño país muy bien dotado de recursos naturales para vivir. En mi país hay tres millones de habitantes. Poco más de tres millones doscientos mil. Pero hay trece millones de vacas de las mejores del mundo. Cerca de ocho o diez millones de ovejas estupendas. Mi país es exportador de comida, de lácteos, de carne. Es una plenillanura. Casi el 80% de su territorio es aprovechable.

Mis compañeros trabajadores lucharon mucho por las ocho horas de trabajo. Ahora están consiguiendo seis horas. Pero el que consigue seis horas se consigue dos trabajos y por lo tanto trabaja más que antes. ¿Por qué? Porque tienen que pagar una cantidad de cuotas. La motito que compró. El autito que compró. Y pague cuotas y pague cuotas. Y cuando quiere acordar es un viejo reumático como yo y se le fue la vida.

Uno se hace estas preguntas: ¿ese es el destino de la vida humana? Estas cosas son muy elementales. El desarrollo no puede ser en contra de la felicidad, tiene que ser a favor de la felicidad humana, del amor, de las relaciones humanas, de cuidar a los hijos, de tener amigos, de tener lo elemental. Precisamente porque eso es el tesoro más importante que se tiene. Cuando luchamos por el medio ambiente, el primer elemento del medio ambiente se llama la felicidad humana. Gracias.

Un maestro y su alumno caminaban de un pueblo a otro, cuando de repente se oyó un rugido detrás de ellos. Volviendo su mirada en la dirección del ruido, vieron a un gran tigre después de ellos. La primera cosa que el alumno quería hacer era salir corriendo, pero como  había estado estudiando y practicando la auto-disciplina, fue  capaz de detenerse para observar lo que su maestro iba a hacer.

«¿Qué vamos a hacer maestro?» Preguntó el alumno.

El maestro lo miró y respondió con voz tranquila:

«Hay varias opciones. Podemos llenar nuestras mentes con el miedo paralizante que nos impide movernos, y dejar que el tigre haga con nosotros lo que quiera. No podemos desmayar. Podemos huir, pero luego el tigre irá después por nosotros. Podemos luchar con él, pero físicamente es más fuerte que nosotros».

«Podemos orar a Dios para salvarnos. Podemos elegir usar el poder de nuestra mente para influir en el tigre , si nuestra concentración es lo suficientemente fuerte.  También podemos concentrarnos y meditar en nuestro poder interior, y en el hecho de que somos uno con el universo entero, como el tigre, y de esta manera influir en su alma. »

«¿Qué opción eliges?»

«Tú eres el maestro. Tú me dirás qué hacer. No tenemos mucho tiempo». El alumno respondió.

El maestro volvió su mirada sin temor hacia el tigre, vació su mente de todo pensamiento, y entró en un profundo estado de meditación. En su conciencia, abrazó a todo en el universo, como el tigre. En este estado la conciencia del maestro se convirtió en uno con la conciencia del tigre.

Mientras tanto, el alumno comenzó a temblar de miedo, pues el tigre ya estaba muy cerca, listo para dar un salto hacia ellos. Se sorprendió al ver cómo su maestro podía quedarse tan tranquilo y distante en la cara del peligro.

Mientras tanto, el maestro continuó meditando sin miedo. Después de un rato, el tigre paulatinamente bajó la cabeza y la cola y se fue.

El alumno preguntó a su maestro con asombro: «¿Qué hiciste?»

«Nada. Sólo limpié todos los pensamientos de mi mente y me uní en el espíritu con el tigre. Nos hicimos unidos en la paz en el plano espiritual. El tigre sintió la calma interior, la paz y la unidad y no sentía la amenaza o la necesidad de expresar la violencia , y así fue. »

«Cuando la mente está en silencio y  calma, su paz se transmite automáticamente a todo y a todos a su alrededor, influyendo en ellos profundamente», concluyó el maestro.

La percepción de tí mismo tiene un enorme impacto en cómo te perciben los demás. Confianza en sí mismo es la diferencia entre sentirse imparable y sentirse asustado de su ingenio.

Aquí te relacionamos algunas estrategias que ayudan para construir y aumentar la confianza en sí mismo.

1. Viste Bien

Aunque la ropa no hace al hombre, sin duda la forma en que te vistes afectará  la forma en que te sientes. Nadie es más consciente de tu apariencia física que tú mismo. Cuando no te ves bien, cambia la manera en que te comportas e interactúas con otras personas. En la mayoría de los casos, las mejoras significativas se pueden hacer por bañarse y afeitarse con frecuencia, usar ropa limpia, y conocer los estilos más recientes. Además de vestirte adecuadamente para la ocasión en que estés.

Esto no significa que tengas que gastar mucho en ropa. En lugar de comprar un montón de ropa barata, compra la mitad de muchos artículos selectos y de alta calidad. En el largo plazo, este gasto disminuye debido a que ropa de buena calidad se desgasta menos y te dura más tiempo. Comprar menos también ayuda a reducir el desorden en el armario.

2. Camina más rápido

Una de las maneras más fáciles para contar cómo una persona se siente acerca de sí misma es la de examinar su paso. ¿Es lento? ¿cansado? ¿O es enérgico y decidido? Las personas con alta confianza  caminan rápido. Tienen lugares para visitar, personas para ver, y  trabajo importante por hacer. Incluso si no tienes prisa, puedes aumentar tu confianza poniendo un poco de ánimo en tu paso.

3.
Lleva una buena postura

Del mismo modo, la forma en que una persona lleva su cuerpo, cuenta una historia. Las personas con los hombros caídos y movimientos letárgicos muestran una falta de confianza en sí mismos. Ellos reflejan que no están muy entusiasmados con lo que están haciendo y que no se consideran importantes. Al practicar una buena postura, automáticamente te sentirás más seguro. Párate derecho, mantén la cabeza erguida, y haz contacto visual. Vas a hacer una impresión positiva en los demás y al instante te sientes más alerta y con poder.

4. Realiza tu propio comercial

Una de las mejores maneras de construir la confianza está escuchando un discurso de motivación. Por desgracia, las oportunidades para escuchar a un gran orador son pocas y distantes entre sí. Puedes cubrir esta necesidad mediante la creación de un comercial personal. Escribir un discurso 30-60 segundos que pone de relieve tus puntos fuertes y tus objetivos. A continuación, recítalo frente al espejo en voz alta (o en el interior de tu cabeza, si lo prefieres) cada vez que necesites una inyección de confianza.

5. Gratitud

Cuando te centras demasiado en lo que quieres, la mente crea razones por las que no se puede tener. Esto te lleva a vivir en tus debilidades. La mejor manera de evitar esto es centrarte conscientemente en la gratitud. Dedica un tiempo cada día a realizar una lista mental de todo lo que tienes que estar agradecido. Recuerda tus éxitos del pasado, las habilidades únicas, las relaciones amorosas, y el impulso positivo. Te sorprenderás de lo mucho que tienes a tu favor y te motivará para dar el siguiente paso hacia el éxito.

6. Saluda a otras personas

Cuando pensamos en forma negativa acerca de nosotros mismos, a menudo proyectamos que sentir a los demás en forma de insultos y chismes. Para romper este ciclo de negatividad, adquiere el hábito de alabar a otras personas. Niégate a participar en chismes y comentarios degradantes, por el contrario busca resaltar lo más bonito o admirable de las personas que te rodean. Cuando buscas lo mejor en los demás, indirectamente, sacas lo mejor de ti mismo.

7. Siéntate en primera fila

En las escuelas, oficinas, y las asambleas públicas en todo el mundo, las personas se esfuerzan constantemente por sentarse en la parte posterior de la habitación. La mayoría de la gente prefiere la parte de atrás porque tienen miedo de ser notado. Esto refleja una falta de confianza en uno mismo. Al decidir sentarte en la primera fila,  puedes superar este miedo irracional y construir confianza en ti mismo. También serás más visible para las personas importantes que hablan de la parte frontal de la habitación.

8. Habla

Durante las discusiones de grupo muchas personas nunca aportan nada porque tienen miedo a que la gente los juzgue por decir algo estúpido. Este temor no está realmente justificado. De hecho la mayoría de la gente está luchando con los mismos temores. Al hacer un esfuerzo para hablar al menos una vez en cada grupo de discusión, te convertirás en un mejor orador público, ganarás más confianza en tus propios pensamientos, y podrás ser reconocido como un líder por tus compañeros.

9. Resuelve

La condición física tiene un efecto enorme en la confianza en uno mismo. Si estás fuera de forma, te sentirás inseguro, poco atractivo, y menos energético. Tener la disciplina para hacer ejercicio no sólo te hace sentir mejor, también te crea un impulso positivo que permanece constante en el resto del día.

10. Enfócate en el aporte

Con demasiada frecuencia nos vemos atrapados en nuestros propios deseos. Nos centramos demasiado en nosotros mismos y no lo suficiente en las necesidades de otras personas. Si dejas de pensar en ti mismo y te concentras en qué le estás dejando, enseñando o aportando al resto del mundo, no te preocuparás tanto en los defectos propios. Esto aumentará la confianza en ti mismo y tu aporte a la sociedad será más eficiente. Cuanto más aportes al mundo más serás recompensado con el éxito personal y el reconocimiento.

Qué es el Éxito? En la sociedad de consumo en que vivimos tener éxito es tener “un buen empleo” con una buena remuneración laboral, tener casas, fincas,(bienes terrenales), autos, almacenes, empresas, propiedades.

Ser un alto ejecutivo, una persona con muy poco tiempo, una persona demasiado ocupada e importante a la que todo el mundo admira con respeto porque es recta, excelente en su trabajo. Esa persona además tiene una familia bien constituída ante la sociedad.

Es una persona que “cuida su imagen”, una persona que siempre se ve bien, rosagante, poderosa con la satisfacción de haber logrado sus metas.

Todos en cierta medida y según nuestra capacidad  buscamos alcanzar este nivel, incluso muchas veces sin detenernos a pensar si es realmente lo que nos gusta o lo que nos hace sentir bien pero como la sociedad  ha “catalogado” que se llega a una satisfacción absoluta alcanzándolo, lo hacemos y luchamos por conseguirlo.

Y en la mayoría de los casos, cuando llegamos allí se siente que “no llena” que en realidad  lo que se había visionado experimentar al llegar a este punto no se logra. Se consigue sólo una satisfacción parcial y nos damos cuenta que hemos sido “muñecos” de la sociedad porque en lugar de aprovechar todo nuestro tiempo en analizar qué sería lo que nos llenaría, esforzándonos hacia una realización personal en donde podemos evolucionar mental y espiritualmente, nos hemos dedicado a conseguir lo que la sociedad nos impone.

Por eso es que muchas personas que supuestamente han alcanzado el  éxito, caen inmediatamente, no duran mucho en la cima, ya que se enteran que eso no cuenta, lo que los llenaba en la vida no era esto.

También pueden surgir inconformidades sino aprendemos que cuando “alcanzamos el éxito”, subimos sólo un escalón  que detrás de ello hay otras metas más que debemos seguir para continuar en ese constante devenir y luchar.

En el momento en que analizamos lo que realmente “nos llena” y empezamos a luchar por ello, avanzando íntegramente, también mejorarán nuestros ingresos personales y nuestra vida personal y sí sentiremos satisfacciones cuando esas metas  las forjamos nosotros mismos a conciencia, sin influencias externas.

Además estaremos en paz en nuestro interior y esto se reflejará automáticamente en nuestro ser y en la relación con los seres que nos rodean.

Entonces, no debemos dejarnos llevar por el “que dirán” y qué piensa la sociedad que es mejor para mí en este momento, sino que nuestras acciones, esfuerzos y metas sean fijadas conforme a nuestros principios, pensamientos y sentimientos más internos.

Aunque muchas veces hay personas que en algunos momentos atrás no te caen muy bien, no congenias con ellas y por consiguiente no interactúas con ellas porque piensas que su forma de pensar y mirar la vida es diferente, de pronto te das cuenta de que tienen expectativas muy parecidas a las tuyas, que viven etapas muy similares y que recuerdan algunas anécdotas como tú lo haces también.

Por eso, por más distante, más diferente que parezca un individuo de ti, siempre hay algo en lo que puede compartir contigo. Así como hay la individualidad, también hay la similitud, al fin y al cabo podemos empezar porque ambos somos seres humanos, ambos estamos viviendo, ambos estamos aprendiendo, ambos estamos luchando….el medio puede ser diferente pero al final todos tenemos un mismo propósito: VIVIR

Lo más importante es darte cuenta de ello y así respetar e incluir al otro en tu vida.


Albert Einstein dijo que las generaciones futuras apenas podrían creer que un hombre como Gandhi hubiera existido. Su mensaje sigue vivo. Un mensaje que habla de la paradójica fuerza de la no violencia, con su correspondiente corolario: que la violencia es siempre un síntoma de debilidad.

Más todavía, que la violencia implica una fisura en las propias creencias y remite a un fenómeno de proyección: volcar hacia el exterior el odio que uno siente por sí mismo. El odio o el desprecio. Gandhi no era estrictamente un pacifista. «Prefiero la violencia al miedo», llegó a decir. Y la no violencia exige más coraje que la violencia.

Y si Gandhi no era estrictamente un pacifista, tampoco fue tan hinduista ortodoxo como él mismo pretendía. Más allá de su genio escénico-folclórico, la visión del Mahatma era ecléctica. De hecho, Gandhi descubre su propia tradición hindú como resultado de sus lecturas europeas, y muy especialmente de Tólstoi, Thoreau y los Evangelios.

En su autobiografia dice que fue en Londres cuando el joven abogado indio, enfermo de soledad y timidez, y tras algunos poco afortunados tanteos para convertirse en gentleman -llegó a tomar lecciones de dicción, francés e incluso danza-, se sumerge en una profunda crisis y renuncia al fin a toda pretensión de «occidentalizarse».

La verdad es que estaba occidentalizado ya. Tocante a la no violencia, no estará de más recordar que los dioses hindúes nunca fueron un modelo de pacifismo: ni Shiva, ni Vishnú, ni Krishna, ni Rama practicaron el ahimsa. Incluso en la Bhagavad-Gita, el libro preferido del Mahatma, se recomienda que Arjuna retorne a la batalla. Gandhi construye un hinduismo a su medida, con ingredientes del jainismo, del budismo y del cristianismo evangélico. Pone el énfasis en la tolerancia porque él mismo se define como un mero buscador de la verdad, siendo la verdad un campo de exploración.

Gandhi es un espíritu religioso que siente una necesidad digamos «romántica» de verdad, es decir, de lo qué él llama verdad-realidad. Sólo se puede luchar externamente desde una plenitud interna; no cabe vivir de una manera y pensar de otra. Ello es que hay una articulación muy coherente en los dos grandes temas gandhianos: la no violencia (ahimsa) y la fuerza de lo real (satyagraha, un término acuñado por el propio Gandhi).


Millones de palabras, decenas de libros y películas y 30 años en la escena internacional determinaron el pasaje de Mandela de hombre a mito, y de político a santo. Mandela es un ser humano inusitado y extraordinario.

Fue el encarcelamiento de Mandela en Robben Island durante 20 años gobierno de su partido. Con frecuencia, Mandela se ha referido de palabra o por escrito a la forma en que el encarcelamiento en “La isla” le proporcionó un ingrediente esencial a su lucha: “tiempo para pensar”, según sus propias palabras. Tiempo para madurar políticamente y para elaborar estrategias.

Uno de los elementos clave en su trato con los guardianes fue su dominio del afrikaans, detestado por la mayoría poblacional negra como el idioma de la opresión. Esta elección no fue accidental. Conocer la lengua madre del enemigo era un arma esencial en la batalla. Durante todo su encarcelamiento leyó historia, poesía y filosofía en afrikaans con avidez, e insistió en que sus compañeros presos hicieran lo mismo.

Mandela aprendió sobre el “enemigo afrikaner” en términos humanos gracias a los guardias de su prisión. En palabras de uno de sus biógrafos: “aprendió las lecciones de la naturaleza humana en la Universidad de Robben Island”. Según el propio Mandela: “Al momento de llegar a Robben Island, comenzó un debate entre nuestros guardias afrikaners: algunos decían: Tratemos a esta gente con rigor para que respeten la supremacía blanca; otros decían: Su bando triunfará en última instancia; debemos tratarlos de forma tal que cuando ganen no instauren un gobierno revanchista. “Establecimos una relación muy fuerte hablando con los guardias y convenciéndolos de que nos trataran como seres humanos. Y la lección que aprendimos fue que una de las armas más poderosas es el diálogo”, dijo Mandela.

La evolución política de Mandela fue pasar de agitador a moderador político. Mandela afiló sus dientes políticos en la Liga Juvenil militante del Congreso Nacional Sudafricano, que él ayudó a establecer. Pero para 1964, durante su juicio por “alta traición”, ya había sembrado la semilla que sugería, inclusive entonces, que el monolito blanco no sería reemplazado por su equivalente negro.

De todos modos, en su famoso discurso desde el banquillo de los acusados, Mandela esbozó una visión que sostuvo durante el resto de su vida política: “He luchado contra el dominio blanco y contra el dominio negro. He atesorado el ideal de una democracia y una sociedad libre, en la que las personas vivan en armonía y con iguales oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir y que espero alcanzar.


La historia de Stephen Hawking es de un verdadero hombre, que vive en un encierro dentro de su propio cuerpo, pero con una mente capaz de liberar hasta a las personas que le rodean y conozcan de su historia.

Cabe recordar que Hawking está paralizado de pies a cabeza por una enfermedad degenerativa que desde hace treinta años ha ido acabando poco a poco su movilidad.

Sin posibilidades de hablar porque una traqueotomía dañó sus cuerdas vocales, está condenado irremediablemente a que lo bañen, lo alimenten y lo vistan. A pesar de esto, Hawking no se resignó a vivir como un inválido. Se recuperó de una profunda depresión y decidió estudiar física.

No solamente se doctoró, sino que dejó una huella profunda en la ciencia. Por encima de todo, cuando fue descubierta la causa del deterioro de su salud, este hombre no sólo estaba condenado a ser parapléjico, sino que le fueron diagnosticados tres meses de vida, los cuales superó con determinación y espíritu de lucha, para convertirse en la columna vertebral de la física cuántica, y de paso en el científico viviente más reconocido.

A pesar de que únicamente puede mover los ojos y escasamente los dedos de una de sus manos, ha escrito varios libros. Sus publicaciones han vendido millones de copias alrededor del mundo.

Es profesor, está casado y viaja por el mundo dictando conferencias. Vive sentado en una silla de ruedas, a la cual le ha sido integrado un procesador de palabras con 2600 expresiones programadas, de las cuales él escoge una presionando levemente un botón. Paulatinamente va formando las frases, que luego pueden transformarse en habla por medio de un sintetizador.

De esta dificultosa manera Hawking se comunica y escribe sus libros.

Stephen Hawking no se descalificó a sí mismo por lo que no tenía y se enfocó en creer que su fuerza y su capacidad de actuar eran los elementos de los que él dependía. En vez de sentirse como una víctima y auto compadecerse, decidió que su voluntad y su poder eran mayores que las circunstancias, por adversas e insuperables que éstas parecieran.

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Esta es una de las bebidas que más beneficios aporta a las personas. Científicamente las propiedades se han comprobado como por ejemplo, ser antioxidante, ayuda a perder peso y hasta para mantener una buena dentadura.

Poco a poco el té verde gana adeptos en el mundo por muchas razones. Muchas de ellas van más allá de su sabor. Y es que esta bebida puede traer beneficios para el ser humano.

Algunas propiedades

Se destaca por ser un poderoso antioxidante. Su alto contenido de catequinas e isoflavonas lo transforman en un aliado para luchar contra el envejecimiento, la circulación y evitar el endurecimiento de las paredes arteriales.

Anticancerígeno. Hay investigaciones favorables que hablan del tema y se debe a su gran contenido de antioxidantes. El té verde sería el responsable de la baja tasa de cáncer en Asia, también bueno para la próstata.

Ayuda a perder peso. De hecho, hay investigaciones que determinaron que reduce la acumulación de grasa en el hígado y que es un buen agente de termogénesis.

Tiene capacidades estimulantes. Posee cafeína y ayuda a la concentración y el trabajo mental.

Ayuda a prevenir la caries. Según estudios realizados en Asia, los consumidores de la bebida tienen menos problemas en sus dentaduras. Las últimas investigaciones dicen que el té verde es bueno para los dientes y encías en general.