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“De vez en cuando viene bien dormir”…dice una canción del cantautor argentino Piero. Lo cierto es que siempre viene bien dormir, pues el momento de reposo es aprovechado por nuestro organismo para restaurar y regenerar todas las células de nuestro cuerpo  y al no conceder el suficiente descanso vamos agotando y dañando incluso parte de nuestras neuronas.

Este punto de la regeneración celular en el momento de reposo lo podemos comprobar más fácilmente cuando tenemos gripe o alguna herida, si dormimos bastante y bien en ese tiempo,  nos sanaremos más rápido que si dormimos poco.

La cantidad de horas de sueño al día varía de acuerdo a cada persona, aunque siempre nos han dicho que se debe dormir ocho horas, hay quienes necesitan hasta diez horas diarias para recuperarse. Todo organismo es particular y hay que aprender a conocernos para darle lo que necesita en el momento adecuado.

Cuando pasamos de 48 a 72 horas sin dormir, pueden aparecer los primeros síntomas neurológicos: leves alteraciones en los reflejos (corporales y oculares), alteraciones en los tiempos de reacción, movimiento involuntario e incontrolable de los ojos. Además nos volvemos sumamente irritables. Si pasamos más tiempo sin dormir de 72 horas se empieza afectar también el metabolismo afectando: hormonas, sistema inmunológico e hipotermia.

La calidad del sueño también es importante. A veces nos despertamos en la mañana y parece como si no hubiéramos descansado nada. Para que no te pase y que tengas una mejor calidad de sueño debes vigilar  los hábitos que tienes al momento de irte a la cama. Por ejemplo debes librarte de preocupaciones, miedos, tensiones o pensamientos negativos y apagar tu cabeza agitada, esto lo logras a través de la respiración lenta y profunda, concentrándote solamente en el ingreso y salida del aire sin dejar que pase ningún otro pensamiento, sino el de  vivir el momento presente.  Además tambien, puedes utilizar estas claves para dormir placenteramente.

Esta es la letra inspiradora de una hermosa canción del cantautor argentino Facundo Cabral, quien escribía historias basado en sus experiencias vividas sacando lo mejor de los acontecimientos y dejando una gran enseñanza no sólo para el sino para compartirla con todas las personas.

Prosa:
Esta es la canción que canto cada mañana al despertar, Para agradecerle al Cielo, La gentileza de un nuevo día, Es decir de una nueva oportunidad. Porque siempre se puede empezar de nuevo, En una eternidad siempre se puede empezar de nuevo, Y esto es tan cierto como que el paraiso no está perdido sino olvidado.

Canto:
Este es un nuevo día, Para empezar de nuevo, Para buscar al ángel, Que me crece los sueños. Para cantar, Para reir, Para volver A ser feliz Bis

Prosa:
Todos nacemos con un ángel de la guarda, Pero pocos lo conservamos, Hay quien prefiere un sicoanalista. Todos tenemos una conciencia, Pero pocos la escuchamos, Hay quien prefiere la televisión. Todos somos ricos, es decir hijos de Dios, Pero pocos lo sabemos, Perdona hermano que yo no entienda que no seas feliz en tan bello planeta, que hayas hecho un cementerio de esta tierra, que es una fiesta. Tienes un corazón, un cerebro, Un alma, un espíritu, Entonces como puedes sentirte pobre y desdichado.

Canto:
En este nuevo día, Yo dejaré al espejo, Y trataré de ser, Por fin un hombre nuevo, De cara al Sol, Caminaré, Y con la Luna, Volaré. Bis.

Prosa:
Ahora mismo le puedes decir basta a la mujer que ya no te gusta, Al hombre que ya no amas, Al trabajo que odias, A las cosas que te encadenan a la tarjeta de crédito, A los noticieros que te envenenan desde la mañana y desde el helicóptero, A los que quieren dirigir tu vida. Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, Porque la vida es aquí y ahora mismo, Por eso:

Canto:
Este es un nuevo día, Para empezar de nuevo, Para buscar al ángel, Que nos crece los sueños. Para cantar, Para reir, Para volver A ser feliz Bis

Si Señor.

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Uno sólo entre la multitud, uno sólo entrecruza sus brazos y elude realizar el saludo nazi de rigor, un individuo que se niega a dejarse llevar por la masa y el miedo y mantiene un criterio propio.

Era tan singular su actitud, en aquel 1936 en el que el nacional-socialismo estaba en pleno auge, que su gesto termina por concitar todas las miradas sobre su persona y nos lleva a preguntarnos: ¿Cuál era la razón de su gesto? ¿Cuál sería la historia de este hombre que se convertía por decisión propia en el verso suelto de un poema negro?

Este pequeño héroe, ya que también se puede ser héroe por gestos pequeños pero valientes, se llamaba August Landmesser, y hasta 1991 fue solamente un obrero anónimo que durante un acto en los astilleros Blohm und Voss de Hamburgo se negó a levantar su brazo. Pero en esa tardía fecha una de sus hijas le puso nombre al reconocerle en la foto y de camino nos trajo su historia y el porqué de su comportamiento.

Nuestro protagonista había sido miembro del partido nazi entre 1931 y 1935, algo obligado para quien pretendiera tener un trabajo en aquellos difíciles años. El caso es que Landmesser mantenía una relación con una mujer de ascendencia judía, Irma Eckler, con la que tuvo dos hijas en 1935 y 1937, y con la que quiso casarse en 1935, siéndole denegada su solicitud de matrimonio por contravenir la «Ley de Nuremberg» que prohibía relaciones con mujeres judías en «pro» de su pretendida pureza de la raza aria. No se rindió y tras varios juicios en los que intentó formalizar la relación con su pareja, fue definitivamente condenado a trabajos forzados en el campo de concentración de Börgemoor, mientras su mujer fue trasladada al de Ravensbrück donde finalmente murió en 1942 a la vez que sus hijas fueron separadas.

En 1941 August fue liberado y obligado a trabajar en una fabrica de vehículos militares para poco después enrolarlo en el 1er Batallón de Libertad Condicional «999», en el que se pierde el rastro de su persona teniendose por segura su muerte en combate.

La foto como contábamos corresponde a 1936 fecha posterior a la decisión de las autoridades alemanas de no dar vía libre a su matrimonio, cuando ya se había desligado del partido nazi, con lo que podemos presuponer que su gesto estaba presidido por la crítica hacía aquel sistema que le impedía de forma irracional casarse con su pareja.

Una vez más una historia de amor.

El hombre piensa, debe utilizar todos sus sentidos; debe examinar; debe razonar.

El hombre que no puede pensar es menos que un hombre;

El hombre que no quiere pensar es un traidor a sí mismo.

El hombre que teme pensar es un esclavo de la superstición.

Robert Ingersoll.