La concentración es la capacidad de dirigir la atención a un solo pensamiento o sujeto, con exclusión de todo lo demás. Cuando nuestra mente está concentrada, nuestras energías no se disipan en actividades irrelevantes o pensamientos. Por ello, el desarrollo de la concentración es crucial para cualquier persona que aspira a hacerse cargo de su vida.

Esta habilidad es esencial para todo tipo de éxito. Sin ella, nuestros esfuerzos se dispersan, pero con ella, podemos lograr grandes cosas.

El poder de la concentración se puede describir vívidamente en un simple experimento físico: con una lupa, un trozo de papel o viruta de madera y los rayos del sol. Cuando los rayos del sol se enfocan a través de la lupa y se reflejan en el papel o la viruta pueden quemarlo. El incendio puede comenzar sólo cuando los rayos del sol se concentran en un punto pequeño. Cuando la lupa se mueve demasiado lejos o demasiado cerca del papel, los rayos no se centran lo suficiente y no pasa nada.

Esta potencia puede ser descrita como el poder de la atención. La concentración tiene muchos usos y beneficios. Ayuda a estudiar y comprender más rápido, mejora la memoria y ayuda a enfocarse en cualquier tarea, trabajo, actividad u objetivo, y lograr que sea más fácil y eficiente. También se requiere para el desarrollo de poderes psíquicos, y es una herramienta de gran alcance para el uso eficiente de la visualización creativa.

Cuando esta capacidad se desarrolla, la mente nos obedece más fácilmente y no se involucra en pensamientos inútiles, negativos o preocupaciones. Ganamos dominio mental y experimentamos la verdadera paz de la mente.

Esta capacidad también juega un papel importante en la meditación. Sin ella, la mente sólo salta sin cesar de un pensamiento a otro.

La concentración al igual que todas las facultades que desarrollamos como seres humanos se puede y debe ejercitar y entrenar diariamente.