¿Alguna vez te has encontrado en una situación en la que aceptas hacer algo que en realidad no querías? A todos nos ha pasado. Hay muchas razones por las cuales nos cuesta trabajo decir“no. Por supuesto, depende de la situación, y de la persona.

La dificultad para decir no es algo normal y adaptativo en cierta medida. Como en todas las conductas humanas, existen los extremos, y mientras más nos acercamos a uno u otro, comenzamos a tener problemas.

En el caso de saber decir no, en un extremo están las personas a las que prácticamente nunca les cuesta trabajo decirlo. Estas personas que de primera instancia pudieran parecer muy seguras de si mismas, suelen tener muy poca capacidad para empatizar con las necesidades de los demás y por lo mismo tienen fuertes problemas interpersonales.

En el otro extremo están aquellos a los que les es prácticamente imposible decir no, y viven su vida resolviendo las necesidades de otros anulándose a sí mismos y a sus propias necesidades y deseos.

El decir no es difícil cuando implica ir en contra de las expectativas o deseos de otro, es decir, cuando nos piden algo o esperan algo de nosotros, ya sea una reacción determinada, una opinión, una conducta, etc., o cuando otra persona manifiesta su deseo y depende de nosotros satisfacerlo.

El conflicto surge específicamente cuando se encuentran dos necesidades opuestas. Si alguien nos pide hacer algo que sí deseamos hacer, no hay conflicto alguno. Son dos necesidades que van en la misma dirección. Pero si nos piden hacer algo que nosotros no deseamos hacer, es cuando entramos en conflicto. Tenemos que decidir a qué necesidad darle prioridad, si a la mía, o a la del otro.


A menos que tengamos una extensa práctica de meditación y hayamos logrado silenciar el diálogo interno que ocurre en nuestra mente, todo el día nos estamos diciendo algo, a veces positivo, aunque la mayor parte del tiempo, negativo.

Defensores del poder de las afirmaciones como Louise L. Hay y Burt Goldman señalan que repetirnos frases sin darnos cuenta afecta nuestra vida en la medida en que “nos digamos” algo positivo o negativo.

Muchas de estas cadenas de afirmaciones que nos decimos repetidamente son creencias o deseos arraigados por años, pero sobre todo automáticos, a los cuales no les prestamos atención consciente, pero que influyen de manera sutil en nuestra forma de pensar y comportarnos.

De esta forma estaríamos atrayendo a nuestro entorno lo que nos repetimos sin cesar. Entonces, ¿por qué no hacer de ello algo positivo y que impacte nuestra vida para bien?

Para usar afirmaciones en tu vida lo primero es construirlas de manera que ayuden a cambiar los patrones negativos y a instalar nuevas formas de pensar más positivas y adecuadas.En ese sentido, las emociones son la mejor guía para saber si lo estás haciendo bien.

Cuando una frase, ya sea negativa o positiva, resuena en tu interior y sabes que es cierta, te darás cuenta que es una creencia que tienes arraigada.

Por ejemplo, si la frase “Nadie es digno de confianza” te da una sensación de seguridad, de estar en lo correcto, quiere decir que tienes esa idea arraigada, a pesar de que la frase no sea verdad o no la hayas comprobado como cierta.

Igualmente si una frase positiva como “La vida me sonríe siempre” te hace sentir rar@, como que te estás diciendo una mentira, quiere decir que en el fondo no lo crees realmente.

La clave para comenzar a trabajar con afirmaciones que te ayuden a progresar es diseñar frases que al principio resuenen contigo aunque sea sólo un poco, ayudando a cambiar las creencias más arraigadas.

Las afirmaciones deben retar a tus opiniones negativas y cambiarlas, llevándote a un proceso de autoexamen en el que tomes conciencia de lo profundas que son tus ideas negativas y opiniones personales.

 


Es positivo aprender la forma de llevar una vida más práctica, financieramente tranquila y acorde con una actitud positiva ante la vida. Lo anterior puede englobar aspectos importantes que hoy se pieden resumir en el hecho de vivir más con menos.

Una de las máximas de las finanzas personales se basa en vivir por debajo de tus ingresos, lo cual quiere decir que gastes menos de lo que ganas. Una de las máximas de la productividad se refiere a la adecuada administración de tu tiempo para cumplir mejor con tus actividades. Una de las máximas de la teoría minimalista es que ocupes solo lo necesario para el desarrollo de tus actividades y tu vida diaria.

Nuestro problema como sociedad está determinado por una falta de guía para aprender a vivir eficientemente y disfrutar de cada uno de los momentos como es debido. En razón de nuestros intereses cada uno podemos definir lo que es importante para ser felices.

Nuestra sociedad ha sido invadida con el pensamiento del consumismo, acumular y destinar nuestros ingresos a adquirir lo último y lo mejor para ser así más productivos, estar en concordancia con los demás y así lograr nuestros objetivos, cuando la realidad es que no necesitamos muchas de las cosas que tenemos actualmente.

Hay que rodearse de aquellas cosas que te permitan acercarte a tu motivo de felicidad, pero evita las distracciones que en el camino se aparecen, hay muchas cosas que no son necesarias para tu vida, si algo te impide cumplir con tus metas ese algo no es necesario para ti.

Como complemento aquí les dejamos una presentación realizada por el escritor y diseñador Graham Hill, donde nos pregunta: ¿es posible que tener menos cosas, en menos espacio, nos lleve a ser más felices? De igual forma, comparte tres reglas para ir eliminando aspectos innecesarios en nuestras vidas.

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Es normal tener conflictos con otros. Este no es el problema sino el saber cómo manejarlos cuando suceden. Un mal manejo del conflicto puede hacer que lo que era un simple malentendido se convierta en un verdadero problema.

Aquí van algunos tips de comunicación para poner en práctica la próxima vez que entres en conflicto con tu pareja, jefe o algún compañero, los cuales te ayudarán a tener una comunicación mucho más efectiva y productiva:

1. Escucha. Escuchar no significa dejar que el otro hable sin interrumpirlo, esperando a que termine para entonces yo decirle en qué está mal. Escuchar es realmente ponerme en los zapatos de la otra persona. Entender qué siente y por qué lo siente. Entender qué de lo que yo he hecho o dicho le está afectando de qué manera.

2. Resuelve el problema presente. No hay que traer 10 ejemplos pasados que se parecen al problema presente. No van a poder resolver todos y solamente va a hacer que el enojo aumente.

3. Habla de lo que sientes, no critiques a la otra persona. No juzgues al otro con calificativos como: estás mal, siempre te equivocas, eres muy malgeniado. Habla de lo que tú sientes. Hazte responsable de tus sentimientos, en vez de atacar al otro.

4. No reacciones a la crítica. Si la otra persona te critica, mantén tu tranquilidad. Se trata de que no te sientas vulnerable a los comentarios de la otra persona. Que entiendas que el otro está alterado y por lo tanto va a tratar de defenderse. No es nada fácil no tomarse personal este tipo de críticas en medio de un conflicto.

5. Reconoce tus errores. Una vez que hayas escuchado lo que la otra persona tiene que decir, reconoce la parte que sí te corresponde. En la gran mayoría de los conflictos, las dos partes tienen parte de la responsabilidad. A veces queremos hacernos víctimas y poner a la otra persona como la causante absoluta del conflicto, pero si somos objetivos y realmente aprendemos a escuchar, podrás darte cuenta de cual es tu parte en el conflicto.

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La electricidad nos permite  vivir más cómodamente. Pero, a medida que la población mundial ha ido creciendo, ha aumentado la demanda por este servicio y, a veces, debido a la falta de mantenimiento ocurren los llamados apagones. Que hacer cuando esto ocurre:

Si es de día:

  • Aprovechar el tiempo y leer algún buen libro
  • Si estás con amigos o familia, aprovecha el tiempo para entretenerse con algún juego de mesa o cartas
  • Si vives en un ambiente fresco o frío aprovecha el tiempo para estar al aire libre y reflexionar

Si es de noche:

  • Ten una linterna a mano y úsala para buscar velas y fósforos.
  • Enciende unas cuantas velas y ten cuidado al desplazarte de no tropezarte en la oscuridad con algún mueble.
  • Sal un rato afuera y admira las estrellas, generalmente estas, no se ven bien por la luz eléctrica de las ciudades
  • Reúnete con tu familia o amigos para hablar y disfrutar del tiempo sin mayores distracciones
  • Aprovecha y duerme un poco más temprano

Visualización es el nombre que se le da a un tipo de ejercicio de manejo de las emociones que se basa en el uso de la imaginación. Se trata de provocar emociones a través del uso de la imaginación para ir programando o entrenando a nuestro cerebro para activar esas respuestas emocionales con más facilidad en el tipo de circunstancias en que más nos convienen.

El principio sobre el que funciona es simple, sin embargo un ejercicio efectivo requiere de una serie de etapas e instrucciones específicas, de lo contrario no será útil para alcanzar el objetivo de reprogramar la mente.

Por ejemplo, si una persona le tiene miedo a un profesor o a un jefe, y se le pide que cierre los ojos e imagine a ese jefe o profesor y piense en que le están regañando, la persona se empieza a poner nerviosa, siente miedo y muy probablemente prefiera dejar de imaginar el evento porque le causa mucho displacer. Lo importante es el hecho de que el evento no está ocurriendo en realidad, pero la persona siente y reacciona física y emocionalmente como sí estuviera pasando.

Este principio es la base de la visualización. Sucede que es posible y además increíblemente efectivo el hecho de provocar transformaciones en nuestra manera de reaccionar ante cualquier situación usando ejercicios de visualización correctamente diseñados. Es una manera garantizada de transformar nuestra personalidad.

Las visualizaciones correctamente diseñadas y realizadas son un medio infalible para transformar nuestras emociones, actitudes y rasgos de personalidad. Ser más seguro, más carismático o atractiva, dejar de fumar, seguir una dieta, no reaccionar violentamente, dejar de sentirse deprimido, y miles de objetivos que implican la transformación de la personalidad son alcanzados de manera efectiva a través de la visualización.

Existen varios factores que influyen en que una persona sea depresiva. Hay también diferentes tipos de depresión, los cuales varian en su duración e intensidad.

Hay personas que han vivido durante años con una sensación leve de tristeza y desánimo, pero hacen su vida normal a pesar de eso.

Estrés. Cuando nos sentimos presionados por nuestro ritmo de vida, responsabilidades, situaciones laborales o familiares, estamos extremadamente estresados y esto puede llevar a una depresión.

Pensamientos. Mucha gente se deprime por la manera en que piensa. Si tendemos a pensar en todo lo negativo de las situaciones, y a tener pensamientos fatalistas de todo lo que puede salir mal, es normal que nos sintamos deprimidos. Si tenemos una baja autoestima, es probable incluso que tengamos pensamientos negativos sobre nosotros mismos, y veamos solamente aquello que nos desagrada.

Aprendizaje. En ocasiones aprendemos a estar deprimidos si venimos de un ambiente familiar en el que todos estaban deprimidos, y creemos que ese es el estado de ánimo normal. Aprendemos a sentirnos así y a pensar y actuar de manera depresiva.

Fisiología. En ocasiones la depresión es causada por un desbalance bioquímico. Nuestras neuronas se comunican por medio de substancias químicas llamadas neurotransmisores. Si hay un desbalance de ciertos neurotransmisores, puede dar como resultado una depresión.

Circunstancias. En ciertas ocasiones vivimos experiencias difíciles y dolorosas que pueden llevarnos a una depresión. Situaciones como la pérdida de un ser querido, un accidente, un divorcio, problemas económicos y familiares, son algunos ejemplos.

¿Tú o alguien que conoces está teniendo problemas de pareja? A todos nos ha pasado. Se comienza una relación de pareja y al principio todo es maravilloso. Sientes una gran cercanía y compenetración con al otra persona, no le ves defectos al otro, y los que le llegas a ver realmente son insignificantes.

Sin embargo, a medida que va pasando el tiempo en la relación, por alguna extraña razón tu pareja comienza a cambiar. De repente adopta actitudes y conductas que antes no estaban. Sus defectos comienzan a hacerse más notorios y molestos.

Esto es algo normal en la vida de pareja y es casi inevitable pasar por esto. Lo que sucede es que al principio, cuando recién conoces a alguien e inicias una relación de pareja, entras en este estado tan agradable conocido como “enamoramiento”.

El enamoramiento es una especie de engaño de la naturaleza, es un estado “de ilusión” por así llamarlo, en el que solamente percibimos aquello que nos gusta y nos hace sentirnos identificados con el otro.

Lo idealizamos, lo vemos de una manera casi perfecta, le perdonamos todo, estamos dispuestos a darle todo, etc. Y esto es útil sólo al principio de la relación, ya que ayuda a que realmente nos acerquemos al otro. Si desde el principio viéramos claramente los defectos del otro y lo que no nos gusta, sería mucho más difícil estar dispuestos entablar una relación de pareja.

Sin embargo llega un momento en que la etapa de enamoramiento termina, y comenzamos a ver al otro como es en realidad. No es que el otro haya cambiado, es que ya no lo vemos a través del enamoramiento, sino que lo vemos más como realmente es. A veces lo que nos encontramos nos gusta, y otras veces no nos gusta tanto.

Este es un momento crucial en la vida de una pareja, ya que este es un punto en donde muchas parejas van a decidir si siguen juntos o no. Es el punto en donde realmente conocemos al otro, donde podemos verlo con todas sus virtudes y todos sus defectos, y es así como debemos tomar la decisión de si queremos estar con esa persona o no.


La meditación se usa de diferentes maneras para referirse a ciertos ejercicios emocionales y de manejo del pensamiento que se han utilizado en diferentes  disciplinas de desarrollo personal desde hace muchos años.

Son ejercicios que provocan un estado mental muy placentero, de profunda lucidez y conciencia, y que además generan un poderoso estado de bienestar emocional. Existen diversas técnicas y escuelas de meditación, sin embargo, al final todas buscan generar ese estado mental, que abre las posibilidades para que aquella persona que lo practica se vaya convirtiendo en una persona más segura, sensible y abierta al entendimiento del mundo y su propio ser.

Beneficios físicos de practicar meditación:

  • Relajación física.
  • Alivio de malestares causados por tensión muscular.
  • Alivio de problemas gastrointestinales relacionados a estrés.
  • Respiración más lenta y profunda.
  • Mejor circulación de la sangre.
  • Mejor oxigenación de órganos y tejidos.
  • Ritmo cardiaco más lento (menos riesgo de problemas cardiacos).

Beneficios psicológicos de la meditación:

  • Aumenta autoestima.
  • Aumenta la seguridad y confianza en uno mismo.
  • Se reduce la depresión.
  • Se reduce la ansiedad.
  • Se logra una visión de la vida más optimista y centrada.
  • Se aprende a mantenerse estable frente a los problemas y obstáculos cotidianos.
  • Las personas se sienten más felices.

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La obesidad, que está alcanzando número de epidemia en todo el mundo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el problema no sólo afecta a la población adulta de los países desarrollados.

En el mundo, más de 22 millones de niños menores de cinco años son obesos o tienen sobrepeso. De ellos, 17 millones viven en países en de desarrollo.

Con estos siete pasos usted puede darle guerra a la gordura y convertirse en una persona saludable.

1. No haga dieta. Creando un déficit calórico de aproximadamente 500 calorías al día se debe perder en una semana 500 grs de peso. La mayoría de la gente provoca este déficit haciendo ejercicio y haciendo moderados cambios en su alimentación.

2.Comuníquese con su cuerpo. Las señales que nos envía el cuerpo, como ruidos en el estómago, dolor de cabeza, fatiga, irritabilidad, poca concentración, significa que están disminuyendo nuestras energías y no vamos a poder mantener nuestro ritmo metabólico basal normal. Escuchando estas señales podremos regular nuestras comidas.

3. Distinga entre hambre emocional y física. El hambre física es un proceso fisiológico que ocurre siempre durante 3 o 4 horas. Si usted no escucha los avisos del hambre, su cuerpo comienza a bajar el metabolismo para ahorrar energía. El  hambre emocional nos lleva a comer cuando estamos tristes, felices, ansiosos o aburridos.

4. Neutralize la comida. No hay comida buena o mala. Toda la comida es buena cuando se come con moderación. La comida que más nos prohibimos es la que más deseamos. El problema es el control de las porciones de ese tipo de comidas.

5. No saltear comidas. Coma frecuentemente durante el día, 3 comidas livianas y 2 o 3 snaks, estimula su metabolismo. Salteando comidas, incluyendo el desayuno, baja el metabolismo y guardamos energía.

6. No todos son iguales. La gente no pierde peso de igual manera, unos lo hacen más rápido al principio y luego van despacio y otros al revés. Lo más importante es el resultado a largo plazo. Es un trabajo duro pero de   efecto permanente.

7. Pensar positivo. No piense: «nunca voy a bajar de peso»; «me siento gordo». Use lo negativo como soporte de sus metas, transfórmelo en positivo.