¿Alguna vez has ido a un nuevo lugar pero sentías como si hubieras estado antes ahí? ¿Conociste a alguien por primera vez pero tenías la sensación de que lo habías visto antes? ¿Has estado en una situación totalmente nueva, sin embargo, sentías que te era familiar, y que ya lo habías experimentado? Estas experiencias se llaman déjà vu.

El término «déjà vu» proviene del francés, que significa «ya visto», y describe la experiencia de sentir que uno ha sido testigo o experimentado previamente una situación nueva.
Se dice que la experiencia de déjà vu parece ser muy común, y que el 70% de las personas reportan haberla experimentado al menos una vez en sus vidas.
Qué explicación le podríamos dar a una experiencia de déjà vu:

  1. Es posible que hayas visto las imágenes del lugar en el pasado.
  2. Es posible que hayas leído acerca de un determinado lugar o situación, incluso muchos años antes, y al estar en ese lugar o en una situación similar, se siente como si ya se hubiera experimentado lo mismo antes.
  3. Es posible que hayas visto una película sobre una experiencia similar, y aunque se te haya olvidado que viste esa película, la mente subconsciente todavía lo recuerda, y le da la extraña sensación de estar familiarizado con él.
  4. Es posible que hayas visto el lugar o la situación o algo similar en tus sueños, y ahora te resulta familiar.]
  5. Deja vu también puede ser activado a través de los cinco sentidos. Podría ser un olor, el sabor de la comida, la decoración, la combinación de colores, el tono de la voz, los ruidos de fondo o cualquier otra cosa que desencadena viejos recuerdos. No puede ser que recuerdes conscientemente la situación original que llevó a aquella memoria, pero este recuerdo de haberlo experimentado lo asocia a la experiencia presente.
  6. La vista, la ropa o manera de hablar de la persona o personas, podrían hacerte recordar a alguien con quien alguna vez  compartiste en el pasado.
  7. Algunos dicen que este sentimiento de familiaridad puede ser causado por un estado del cerebro, por factores neuroquímicos durante la percepción que no tienen nada que ver con la memoria.
  8. Las personas que creen en la reencarnación dicen que la razón de déjà vu es que se ha experimentado la misma situación en una vida pasada.

Podría haber muchas más razones y explicaciones para experimentar un déjà vu.

Lo cierto es que la mente es un maravilloso y potente motor que genera todo tipo de experiencias, y que hacen falta muchos siglos de investigación para empezar a entender su mágico funcionamiento.

La meditación está al alcance de todos y no está reservada sólo para las personas que viven en un ashram o una cueva o para gente cuyo único interés es la espiritualidad.

El convertirla en un hábito trae muchos beneficios a la persona más práctica, y también al más visionario.

En el plano físico, relaja el cuerpo, llena de vitalidad, y restaura la energía, la salud y el equilibrio. Evita el agotamiento por exceso de trabajo o de actividad.

En los niveles emocional y mental, reduce la ansiedad, la preocupación y la cólera; desarrolla paz, tolerancia, y paciencia a nivel interno y hacia el mundo exterior. Las facultades mentales funcionan mejor, y la memoria, la concentración y la fuerza de voluntad se refuerzan.

Se puede vivir una vida normal, con un trabajo y familia, y, sin embargo, al mismo tiempo, meditar y llevar una vida espiritual intensa.

Puedes prepararte poniéndote ropa relajada, velas de incienso, música suave, y esto ayuda mucho al principio, pero no es totalmente necesario, también puedes hacerlo en cualquier lugar sin necesidad de acondicionamientos especiales, pues lo más importante no es el sitio, ropa y la cubierta exterior sino lo que cuenta es la Actitud y lo que sucede en tu interior.

La meditación adecuada y eficaz requiere un poco de fuerza interior. Tiene que haber la ambición, el deseo, la fuerza de voluntad, empuje y la perseverancia. Todas estas cualidades son  las mismas cualidades básicas necesarias para el éxito en el mundo material.

Incluso si eres empleado, diriges tu propio negocio o estás estudiando, puedes sacarle el máximo provecho a esta práctica. El concepto de que la meditación no es para gente práctica es totalmente equivocado.

Aquí hay un método sencillo, práctico y eficaz que aumentará tu tranquilidad y concentración  y del cual se pueden obtener excelentes resultados practicando todos los días durante diez minutos:

  1.  Busca un lugar donde puedas estar solo.
  2.  Siéntate y presta atención a tu cuerpo. Relaja los músculos y alivia cualquier tensión física.
  3. Realiza unas cuantas respiraciones profundas y concéntrate en el flujo del aire cómo ingresa y sale de tu cuerpo.
  4. Observa tus pensamientos como si estuvieras viendo una película carente de interés. Considera tus pensamientos como las aves    que vuelan en torno a una miga de pan. Este trozo de pan es tu atención. Todos esos pensamientos quieren buscar tu atención. Ellos traerán asociaciones, imágenes y sentimientos. Tu trabajo es dejarlos pasar pero sin ahondar en ellos, sin que “cojan la miga de pan”.
    Esos  pensamientos son visitantes que vienen a visitar tu mente. No son los dueños ni los jefes de tu mente, basta con mirarlos cómo se van alejando y no tienes interés en ver esa escena de la película.
  5. Mantente relajado y sin tensiones. No luches contra tus pensamientos, no te sientas enojado y frustrado si no puedes permanecer lejos de ellos. Se trata de un hábito natural que cada pensamiento entra libremente en la mente. Se necesita tiempo y esfuerzo para cambiar este hábito. El secreto del éxito con este ejercicio es el desapego.

Es cuestión de práctica con  determinación, paciencia y constancia y después de varios intentos, se aprende  a meditar para dejar la mente libre de  pensamientos y obtener serenidad,  felicidad y encontrar tu SER INTERIOR.

» Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos»
Nicolás Maquiavelo.

» En lo que parecemos, todos tenemos un juez; en lo que somos, nadie nos juzga»
Johann Christoph Friedrich von Schiller.

Cuando las personas toman consciencia de su pensar, de su sentir y de su actuar, logran un mejor control de ellos mismos, debido a que aprecian, valoran y comprenden mejor sus tres niveles o dimensiones: pensar, sentir y actuar.

Según la Cromociencia los colores tienen relación con estos niveles o dimensiones, así:

  • El blanco con el pensar.
  • El rojo con sus sentimientos. El amarillo con sus emociones.
  • El negro con sus temores.
  • El verde con su flexibilidad y tolerancia y
  • El azul con su actuar o desarrollo de las actividades.

La comunicación es indispensable para lograr organización y entendimiento en todos los aspectos de nuestra vida, pues es la transmisión de información de un sujeto a otro, que puede ser la pareja, un hijo, el compañero de trabajo, etc.

La comunicación es un arte, ya que es la forma de expresar nuestros pensamientos y sentimientos. Un buen artista analiza qué mensaje quiere plasmar en su obra y busca la forma de materialización que sea práctica, sencilla y más entendible para el observador.

La comunicación es una ciencia, ya que es exacta y precisa. Si decimos palabras ofensivas, conseguimos de inmediato el efecto rechazo en nuestro interlocutor. Si transmitimos palabras dulces  con amor o una sonrisa también conseguiremos el efecto positivo en el otro.

La comunicación es el medio para conocer y entender más acerca del otro y poder llegar a su interior. Debo profundizar e investigar las necesidades del otro para conocer su verdad, que puede ser igual o diferente de mi verdad. Todos interpretamos el mundo de manera diferente.  Pero utilizando eficazmente la comunicación encontramos un punto intermedio que genere hermandad.

Hay que estudiar y perfeccionar diariamente nuestra comunicación para que seamos congruentes con el mensaje que queremos expresar, pues la comunicación abarca no sólo las palabras, sino nuestros gestos, postura,  lenguaje corporal y tono de voz.  El antropólogo Albert Mehrabian realizó estudios durante los años 70 en los que analizaba la importancia relativa de los mensajes verbales y no verbales. Y concluyó:

  • El lenguaje verbal (lo que se dice) participa escasamente en la comunicación de emociones y sentimientos: apenas un 7%.
  • El lenguaje paraverbal (entonación, proyección, tono, énfasis, pausas, ritmo, etc.) corresponde aproximadamente un 38% de la comunicación
  • El lenguaje corporal (gestos, posturas, mirada, movimiento de los ojos, respiración, etc.). Abarca el 55% de nuestra comunicación.

La importancia de los elementos no verbales sobre los verbales aumenta si existen incongruencias entre ellos: si las palabras y el cuerpo están en descuerdo, uno tiende a creer al cuerpo.

Sin comunicación efectiva no hay buenas relaciones


En muchas empresas hay un resurgimiento de la preocupación y tensión entre los ejecutivos. Y es que esa preocupación podría afectar a los empleados, y hacer que ellos también se tensionen y disminuya su concentración y productividad.

Podríamos nombras tres escenarios donde se presenta esta situación. El tiempo dedicado a preocuparse es tiempo que podríamos dedicar a buscar soluciones a los temas que nos afectan.

La preocupación sobre las personas, el lugar y las cosas que no se pueden controlar es tiempo perdido y no permite tomar medida sobre las cosas que sí se puede tener control. Finalmente, el hecho de sentirse de determinada forma, no significa que sea real y preocuparse por algo irreal es una pérdida de tiempo.

En conclusión, el tiempo dedicado a la preocupación es tiempo perdido. Entonces, si usted no tiene tiempo que perder puede tener presente estas medidas: Deje de lado las cosas que no pueda controlar; use técnicas de relajación para mantener la calma ante situaciones estresantes y practique ejercicio físico para energizarlo, y ríase de sí y de algunas de sus preocupaciones, a menos que sea algo grave y que pueda hacer algo al respecto.

La forma de pensar tiene mucho que ver y se pueden establecer tres maneras: Cuando se sienta abrumado u obsesionado con algo que no pueda controlar, sustituya esos pensamientos por una situación o evento que lo hizo sentir grande y poderoso.

Utilice su pensamiento para replantear y observar qué es lo que ha aprendido de esas situaciones preocupantes y cómo es que las cambia por mensajes positivos.

Finalmente, piense en los mensajes que ha recibido en el pasado, tales como no confíe en nadie mas que en usted mismo y nunca pida ayuda e identifique a las personas a las que podría recurrir en cualquier momento cuando atraviese por una situación preocupante.

La ortorexia define un desorden alimenticio relacionado con la fanatismo por mantener una cierta calidad alimentaria, consumiendo únicamente alimentos considerados saludables, buscando la dieta perfecta.

Se peude considerar como una obsesión perjudicial para la salud, como el trastorno obsesivo-compulsivo, con lo que el paciente considera alimentación saludable. El problema que conlleva este trastorno es que el paciente puede seguir teniendo una mala alimentación, aun cuando ha omitido de su dieta alimentos que contienen grasas, preservantes o productos animales. La desnutrición suele ser un común denominador entre los seguidores estrictos de dietas saludables.

¿Cuáles son sus síntomas?

Los expertos pueden detectarla cuando el paciente presenta desordenes alimentarios en los que lo importante no es la cantidad de comida consumida, como en la anorexia, sino la calidad de la misma.

•    Dedicar tiempo excesivo para organizar una dieta

•    Preocuparse más por la dieta que por el placer de consumir los alimentos

•    Predominante preocupación por la composición bioquímica de los alimentos

•    Disminución de la calidad de vida por la pseudoalimentación

•    Sentimientos de culpabilidad al no cumplir las creencias dietarias propias

•    Planificación estricta y obsesiva de los alimentos que se consumirán a futuro

•    Aislamiento social por el tipo de alimentación que se consume

•    Se siente juzgado por los demás por el tipo de dieta que lleva

No se conoce el funcionamiento de este trastorno, y como todo problema alimentario, proviene de una combinación de la personalidad, el entorno y la manera como la persona maneja los conflictos internos. Se ha encontrado que la ortorexia suele ser más común en personas psicorrígidas.


El miedo al martes 13 es exclusivo de culturas latinas como España, Grecia y los países latinoamericanos -ya que en países anglosajones el día temido es el viernes 13-, y se compone de las cosas negativas asociadas por separado al tercer día de la semana y al número 13.

¿De dónde nace la leyenda?

El martes 13 es un mito medieval que pudo surgir porque el 13 de octubre de 1307, el papa Clemente V dictó una orden contra los Caballeros Templarios, por lo que se tomó como un día aciago.

Martes viene de Marte, dios de la guerra en la mitología romana. Y el 13 se entiende como número imperfecto asociado a la traición, pues a Judas se le señaló como el 13 en la Última Cena; en la saga artúrica eran 13 en la mesa redonda y uno mató al rey Arturo, y en las leyendas nórdicas, Loki, el espíritu del mal, era el decimotercer invitado.

Además, el capítulo 13 del Apocalipsis habla del anticristo y la Cábala enumera a 13 espíritus malignos. Henríquez indica que mitos como este muestran la necesidad del ser humano de explicar el tiempo y romper la rutina.

¿Y si quiero tener un buen martes 13?

1. Cinco minutos de reflexión. Disfrute relajadamente del desayuno y tenga pensamientos positivos. Trátese como a un ser humano y mime sus pensamientos.

2. Evite los ruidos altos a primeras horas. No es necesario inundar nuestra cabeza con acontecimientos negativos ni pesados desde temprano, ni con ruidos estridentes. Ya tendremos el resto del día para eso. Para empezar nuestro martes 13 de suerte, queremos paz y tranquilidad.

3. Salga de la rutina. Todos los días es lo mismo, pero si hoy decide hacer algo distinto que le apetezca, fuera de sus comportamientos habituales, pensamientos negativos no lo dejarán. Vale la pena un capricho, grande o pequeño.

4. Sonria. La risa es contagiosa y si es capaz de reirse de usted mismo, pues el martes 13 tendrá que irse a otro sitio.


La persona que envidia sólo expresa su infelicidad. Es un modo de desnudarse ante los demás y mostrar su propia insatisfacción y auto odio.

La envidia crece en el núcleo más secreto de la persona, allí donde se almacena su disgusto por lo que otros tienen y ella no puede tener, el resentimiento por algo que no salió según sus expectativas, el sentimiento de inferioridad que le inculcaron en su infancia, la frustración permanente. La envidia vive allí donde no acampa el bienestar psíquico ni emocional.

Los psicólogos dicen que la envidia señala una carencia. Se manifiesta como un dolor punzante y al mismo tiempo causa vergüenza sentirlo. ¡Cuán desgraciadas son las personas envidiosas!

Un modo positivo de afrontar la envidia está en alegrarse por lo que son o tienen los demás, aunque se sienta el dolor de su falta. También resulta útil tomar conciencia de que se es envidiosa o envidioso. Finalmente, desear lo que no se tiene puede ser el punto de partida para saber qué queremos conseguir y el precio que estaríamos dispuestas a pagar por ello.

Para prevenirla

La envidia es consecuencia de un par de procesos sicológicos necesarios para el desarrollo: el deseo y la comparación. Para prevenir la envidia no se pueden suprimir dichos procesos sino que hay que controlar sus efectos.

Para que los dos procesos produzcan una envidia sana, conviene desarrollar habilidades que ayuden a comprender lo que se siente y por qué se siente; convertir el malestar emocional producido por la envidia en un motor para conseguir lo que uno desea tener y controlar la hostilidad que dicha situación puede generar, evitando que deteriore las relaciones con los demás.

La envidia es incompatible con la empatía, que desempeña un papel importante en el desarrollo de la comprensión de uno mismo y de los otros. Para prevenir la envidia es importante tratar de estimular la empatía y, a través de ella, la capacidad para ponerse en el lugar del otro.


Según los neurocientíficos, algún día podremos ser mucho más inteligentes de lo que somos ahora. ¿Qué pasaría si tenemos un coeficiente intelectual de 200?

Vida más sana. Un coeficiente intelectual de 200 nos permitiría llevar a cabo las actividades y carreras que más nos interesan, no sólo las que estamos mentalmente más preparados para hacer.

Podríamos aprender idiomas en pocas semanas y hasta ser cirujanos cardiacos en pocos meses. Los seres humanos más inteligentes también tendríamos una vida más larga y más saludable, según los científicos.

Sociedad más corrupta. La sociedad no se beneficiaría tanto como los individuos de un aumento de la inteligencia de las masas. A la gente le gusta culpar de los problemas sociales a la ignorancia y la estupidez humana, estos científicos dicen que la eliminación de estos factores no daría lugar a la aparición de una utopía armoniosa.

Mientras que la pequeña delincuencia sí que caería por los suelos, los delitos de cuello blanco, tales como las estafas bancarias y fraudes entre las grandes compañías podría aumentar e incluso volverse más sofisticados.

Pérdida de la fe. No hay evidencias que sugieran que muchos seres humanos, si son apreciablemente más inteligentes, pierdan su creencia en Dios. Es cierto que existe una pequeña tendencia para las personas con altos C.I a ser más liberales en sus actitudes sociales y menos propensos a aceptar las creencias religiosas fuertes.

Las personas continuarán aceptando la fe basada en las cosmologías. Además ha habido muchos ejemplos en la historia de gran inteligencia y personas muy religiosas, así que no está muy claro que la fe se precipite al abismo de la indiferencia con el crecimiento de nuestra materia gris.