Un divorcio no es fácil para nadie. Además de las consecuencias materiales que puede traer a quien lo pasa, están las afectaciones emocionales, en particular, la autoestima. El golpe que da un divorcio a la imagen propia es usualmente negativo y los cuestionamientos y la autocrítica no se hacen esperar.

La construcción de una autoestima fuerte y saludable antes, durante y si es el caso, después del matrimonio, es importante para enfrentar los cambios que la vida trae. Seguir un curso de autoestima es importante en todos los momentos de la vida.

Consejos para salir rápidamente del proceso de duelo que trae un divorcio:

Reafirma lo bueno en tu vida. Agradecer lo bueno que tienes y cambiar los pensamientos y afirmaciones negativas por positivas cambiará poco a poco tu estado mental.

Piensa positivamente. Es difícil en esos momentos de soledad pensar positivamente, pero hay que darse una oportunidad. Observa cuidadosamente lo que piensas y atrapa los pensamientos negativos para cambiarlos por ideas de alto valor.

Deja el pasado atrás. No hay que darle vueltas al pasado tratando de adivinar qué pasó. Úsalo como un ejercicio de aprendizaje, para que no se vuelva a repetir.

Haga cambios significativos. Toma cursos, inscríbete a talleres, estudia en casa, únete a un club, cambia de empleo, rompe con la rutina y lo que no te gusta para que te motives.

Visualización es el nombre que se le da a un tipo de ejercicio de manejo de las emociones que se basa en el uso de la imaginación. Se trata de provocar emociones a través del uso de la imaginación para ir programando o entrenando a nuestro cerebro para activar esas respuestas emocionales con más facilidad en el tipo de circunstancias en que más nos convienen.

El principio sobre el que funciona es simple, sin embargo un ejercicio efectivo requiere de una serie de etapas e instrucciones específicas, de lo contrario no será útil para alcanzar el objetivo de reprogramar la mente.

Por ejemplo, si una persona le tiene miedo a un profesor o a un jefe, y se le pide que cierre los ojos e imagine a ese jefe o profesor y piense en que le están regañando, la persona se empieza a poner nerviosa, siente miedo y muy probablemente prefiera dejar de imaginar el evento porque le causa mucho displacer. Lo importante es el hecho de que el evento no está ocurriendo en realidad, pero la persona siente y reacciona física y emocionalmente como sí estuviera pasando.

Este principio es la base de la visualización. Sucede que es posible y además increíblemente efectivo el hecho de provocar transformaciones en nuestra manera de reaccionar ante cualquier situación usando ejercicios de visualización correctamente diseñados. Es una manera garantizada de transformar nuestra personalidad.

Las visualizaciones correctamente diseñadas y realizadas son un medio infalible para transformar nuestras emociones, actitudes y rasgos de personalidad. Ser más seguro, más carismático o atractiva, dejar de fumar, seguir una dieta, no reaccionar violentamente, dejar de sentirse deprimido, y miles de objetivos que implican la transformación de la personalidad son alcanzados de manera efectiva a través de la visualización.

Algunas personas siempre salen con grandes ganancias de las situaciones en que la mayoría sólo puede resignarse a soportar las pérdidas de una situación general de crisis.

Sucede en todos los sentidos de la vida, tanto en los momentos de una crisis emocional personal, como en las relaciones interpersonales.

A la vez que las presiones económicas se van sintiendo más hoy en día, se empiezan a ver poco a poco esas pocas personas a quienes curiosamente les empieza a favorecer la situación que a los demás tanto les afecta.

Si lo observas detenidamente las vas a encontrar. Se trata de personas que se vuelven más y más importantes para la empresa en que trabajan porque conforme despiden a otras, ellas son las únicas capaces de mantener el barco a flote en su respectiva área. O bien, son personas cuya manera de ser inspira confianza a los demás y en momentos de crisis generan una sensación de seguridad a todos los demás involucrados en una actividad.

Al final de cuentas, son estas personas las que pueden aprovechar las oportunidades que siempre surgen de una situación de crisis, porque cuando hay crisis hay problemas, y cuando hay problemas las personas están dispuestas a invertir los recursos que tengan en aquellas personas que tengan la fortaleza y la actitud profesional para ayudarlos a resolver esos problemas.

De hecho, esas personas acaban por tener las mejores oportunidades en las relaciones de amistad y hasta de pareja, porque mientras todos los demás se ven golpeados por el desánimo de una crisis económica, estás personas se vuelven más populares y admiradas.

¿Y cuál es la clave para ser de este tipo de personas y poder convertir en éxitos y oportunidades de crecimiento las situaciones que todos los demás viven como una crisis? Una mentalidad valiente, realista, positiva. Una actitud ante la vida y ante los demás que viene de una profunda serie de emociones positivas construidas alrededor de nuestra idea de nosotros mismos.

Cuando una persona desarrolla y mantiene una autoestima verdadera y sana (porque como algunas veces hemos comentado ya, existen estructuras emocionales de autoestima falsas y poco sanas), se generan automáticamente la seguridad, la alegría la claridad mental y la actitud positiva pero realista que se necesita para lograr tener un gran éxito a partir de una crisis.

La hipnosis es un estado alterado de conciencia, en el que la persona alcanza un estado de profunda conciencia, pero dirige toda su atención hacia adentro, a emociones y sensaciones internas. Se desconecta del exterior, lo que no significa que no se da cuenta de lo que está sucediendo afuera; simplemente tiene su atención puesta en procesos internos.

No es necesario que una persona llegue a inducirnos el trance. Cuando estamos leyendo una novela, por ejemplo, y nos metemos tanto en la lectura que no notamos nada de lo que está sucediendo en el exterior, o cuando vamos conduciendo nuestro auto, tan concentrados en algún pensamiento, que nos sorprendemos de darnos cuenta que llegamos a nuestro destino y ¡no recordamos nada del camino!

La hipnoterapia es un proceso en el que se le ayuda a la persona a utilizar sus propias asociaciones mentales, recuerdos y recursos para lograr un objetivo. Las sugestiones hipnóticas ayudan a activar habilidades y recursos potenciales que ya existen en la persona, pero que no están siendo utilizados por falta de entrenamiento o de entendimiento.

El trance terapéutico es un estado en el que las limitaciones de nuestros pensamientos y nuestras creencias, son temporalmente alteradas, lo cual permite a la persona ser receptiva a nuevos patrones de pensamiento que le facilitan resolver un problema determinado.

La hipnosis es una herramienta efectiva para comunicarnos con la mente inconsciente. Pocas personas se dan cuenta del poder que su mente inconsciente tiene sobre sus vidas. Muchas conductas y hábitos están basados en vivencias que nuestra mente consciente tal vez ya no recuerda, sin embargo en la mente inconsciente se quedan grabadas esas vivencias como recuerdos inconscientes.

Existen varios factores que influyen en que una persona sea depresiva. Hay también diferentes tipos de depresión, los cuales varian en su duración e intensidad.

Hay personas que han vivido durante años con una sensación leve de tristeza y desánimo, pero hacen su vida normal a pesar de eso.

Estrés. Cuando nos sentimos presionados por nuestro ritmo de vida, responsabilidades, situaciones laborales o familiares, estamos extremadamente estresados y esto puede llevar a una depresión.

Pensamientos. Mucha gente se deprime por la manera en que piensa. Si tendemos a pensar en todo lo negativo de las situaciones, y a tener pensamientos fatalistas de todo lo que puede salir mal, es normal que nos sintamos deprimidos. Si tenemos una baja autoestima, es probable incluso que tengamos pensamientos negativos sobre nosotros mismos, y veamos solamente aquello que nos desagrada.

Aprendizaje. En ocasiones aprendemos a estar deprimidos si venimos de un ambiente familiar en el que todos estaban deprimidos, y creemos que ese es el estado de ánimo normal. Aprendemos a sentirnos así y a pensar y actuar de manera depresiva.

Fisiología. En ocasiones la depresión es causada por un desbalance bioquímico. Nuestras neuronas se comunican por medio de substancias químicas llamadas neurotransmisores. Si hay un desbalance de ciertos neurotransmisores, puede dar como resultado una depresión.

Circunstancias. En ciertas ocasiones vivimos experiencias difíciles y dolorosas que pueden llevarnos a una depresión. Situaciones como la pérdida de un ser querido, un accidente, un divorcio, problemas económicos y familiares, son algunos ejemplos.

Todas las personas sienten miedo alguna vez. Quizás los miedos más tempranos son aquellos que ponen en peligro nuestra sensación de seguridad como la oscuridad, el estar solos, el sentirnos abandonados.

Así como hay miedos innatos también hay aprendidos. Los miedos innatos han evolucionado a lo largo del tiempo y forman parte de la supervivencia. Dentro de los miedos innatos, hay una categoría que se refiere a los miedos preparados. Estos miedos no están activos al nacer, pero tienen la tendencia a accionarse rápidamente bajo determinadas circunstancias. Los miedos más comunes de éste tipo son los miedos a las arañas, serpientes, alturas y lugares cerrados, y se presentan en todas las culturas.

Los miedos aprendidos se generan debido a determinadas experiencias particulares que experimenta una persona y que le generan un miedo a un estímulo determinado. Todos los animales aprenden a tener miedo de aquello en el medio que les causa dolor o sufrimiento. Los seres humanos hemos aprendido no sólo a tener miedo de aquello que nos puede causar dolor físico, sino también de aquello que nos causa dolor emocional como humillación, culpa, desesperanza, arrepentimiento, etc.

El miedo es una alarma que nos avisa de la existencia de un peligro, con lo cual se activa todo un sistema de alerta tanto fisiológico como psicológico, para superar la amenaza y conservar la vida. Es un mecanismo útil ya que sin el miedo, no tendríamos cautela ante situaciones como acercarnos a una serpiente venenosa, cruzar la calle sin fijarnos si vienen coches o aventarnos de un avión sin paracaídas, por nombrar unos ejemplos.

El miedo es nuestra emoción más primaria. El miedo intenso toma control de todo lo que esté en nuestra mente y de nuestro cuerpo. Al sentir un peligro intenso, perdemos el interés por comer, dormir, por el sexo, o por cualquier otra cosa que no sea el buscar la manera de superar la amenaza.


La meditación se usa de diferentes maneras para referirse a ciertos ejercicios emocionales y de manejo del pensamiento que se han utilizado en diferentes  disciplinas de desarrollo personal desde hace muchos años.

Son ejercicios que provocan un estado mental muy placentero, de profunda lucidez y conciencia, y que además generan un poderoso estado de bienestar emocional. Existen diversas técnicas y escuelas de meditación, sin embargo, al final todas buscan generar ese estado mental, que abre las posibilidades para que aquella persona que lo practica se vaya convirtiendo en una persona más segura, sensible y abierta al entendimiento del mundo y su propio ser.

Beneficios físicos de practicar meditación:

  • Relajación física.
  • Alivio de malestares causados por tensión muscular.
  • Alivio de problemas gastrointestinales relacionados a estrés.
  • Respiración más lenta y profunda.
  • Mejor circulación de la sangre.
  • Mejor oxigenación de órganos y tejidos.
  • Ritmo cardiaco más lento (menos riesgo de problemas cardiacos).

Beneficios psicológicos de la meditación:

  • Aumenta autoestima.
  • Aumenta la seguridad y confianza en uno mismo.
  • Se reduce la depresión.
  • Se reduce la ansiedad.
  • Se logra una visión de la vida más optimista y centrada.
  • Se aprende a mantenerse estable frente a los problemas y obstáculos cotidianos.
  • Las personas se sienten más felices.

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Cuando revisamos nuestros objetivos, nos damos cuenta de que no hemos logrado aquello que deseábamos, lo que nos habíamos propuesto lograr para determinada fecha, ya sea que nos hayamos quedado cortos, o ni siquiera estamos ni remotamente cerca de lo que pensábamos lograr.

Los objetivos más comunes que pueden generar frustración son: lograr un mayor ingreso, lograr un viaje, conseguir una pareja, formar una familia, cambiar de trabajo, bajar de peso, emprender un negocio, comprar una casa, etc.

La frustración de metas no alcanzadas puede ser muy intensa, y provocar ansiedad, depresión y baja autoestima. Nos atormentamos pensando en por qué no logramos lo que deseamos. Nos comparamos con otros que sí lo han logrado, y eso nos hace sentir peor.

La realidad es que si no has logrado lo que deseas al día de hoy, una sola cosa es definitiva: no has logrado lo que deseas hasta el día de hoy. Es un hecho. Si no lo has logrado, no lo has logrado y esa es la realidad. Por lo menos no lo has logrado hasta el día de hoy. Pero la verdad es que tienes dos alternativas al reconocer esta verdad: o la sufres, o la aceptas.

Si decides sufrirla, te pasarás un buen rato sintiéndote mal, triste, sin motivación, y preguntándote por qué tú no puedes ser feliz como otros. Te pelearás con esa realidad y te molestarás con la vida. Esto de ninguna manera va a cambiar la realidad, que es que al día de hoy no tienes aquello que deseabas.

Si decides aceptar esta realidad, dejarás de pelearte y de resistirte a ella. Esto te ayudará a algo muy importante que es: aceptar que las cosas son como son. El aceptarlo te permite relajarte y resignarte a esa realidad, lo cual a su vez te permite disfrutar aquello que sí tienes al día de hoy.

Piénsalo y decide si es más inteligente enojarte con la vida por lo que no has logrado, o mejor disfrutas lo que si es una realidad hoy, y mientras sigues en la búsqueda de aquello que anhelas, pero con una actitud de disfrute y alegría.


El minimalismo es un camino para avanzar más ligero hacia las metas. Es una forma de vida, un estilo que libera el peso de la tradición, de los hábitos e incluso de la cotidianidad. ¿Por dónde se debe empezar?

«Para iniciar en el Minimalismo tenemos que definir qué es lo importante para nosotros, que es lo que te hace realmente feliz, pueden ser muchas cosas, tu pareja, tu familia, tus amigos, todo aquello que te permita disfrutar plenamente tu vida y de ahí parte todo», dice Omar Carreño, creador del Blog Analisis Realista.

El Minimalismo es un proceso largo, no consiste nada más en tirar todo aquello que no utilizamos, hay que mantener la sintonía. El primer paso para lograr un buen comienzo consiste en eliminar aquellas actitudes que nos saturan.

Cada vez que depuremos algo de nuestra vida, estamos iniciando. Es una parte compleja. De un escritorio se pueden tirar las cosas que contaminen el espacio, elimina lo que no te ayuda, aquello que se vea desordenado, acomódalo.

En la casa hay que hacerlo despacio. El desapego es un factor minimalista que cuesta mucho trabajo incorporar, así que no trates de hacerlo de golpe, hay que ir poco a poco o te decepcionarás muy fácilmente. Hay que ver si hay recuerdos que se puedan guardar por un tiempo.

En la vida, empieza a llevar todo con más calma, no hay que presionarse innecesariamente, aprende a valorar aquellas cosas que realmente sean importantes y descarta lo que no lo es, tampoco se puede cambiar de la noche a la mañana, pero es un proceso que vale la pena tratar.

De esta manera, tu actitud ante la vida irá cambiando y entonces podrás mantener un equilibrio, adquiriendo experiencias, momentos y nuevos ideales que mejorarán tu vida en cuestión de tiempo.

La mayoría de personas puede sentir miedo cuando se dirigen al público. Tenemos miedo al ridículo y la mejor forma de superarlo es la práctica, y pensar que nos estamos dirigiendo a un grupo de amigos. No todos somos grandes oradores, pero sí se puede llegar a ser amenos y eficaces.

Aquí te presentamos cinco puntos relevantes que deben tener en cuenta los oradores. No sólo para vencer el miedo sino para ganar credibilidad y audiencia frente a un público determinado.

1. Prepararse. No hay peor situación que llegar a una presentación o dar una charla en público sin haberse preparado. Debes dominar el tema, documentarte sobre todos los términos que va a usar; convertirse en un experto del tema.

2. Seleccionar adecuadamente el material. El público quiere escuchar un orador, no ver una presentación realizada en un computador. Hay que revisar el material y que sea conciso, relevante y ameno.

3. Presentación. La presentación del orador u oradora es importante. Hay que llegar vestido según la ocasión y según el tipo de público. Hay que lograr que el público esté pendiente de tu presentación y no de tus movimientos.

4. Preguntas. Hay que estar preparado para las preguntas. En el momento de la preparación de la presentación, siéntese como si fuera parte del público y pregúntese que le preguntaría al conferencista.

5. Conocer la audiencia y el lugar. No se puede llegar a una presentación sin conocer al público frente al cual se estará. Investiga quienes asistirán, pregunta sus edades, sexo, si son profesionales, si conocen algunas preferencias y lo mas que puedas. Visita al menos una vez el lugar donde darás la charla.