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La vida es un camino que recorremos paso a paso, poco a poco, así como en un reloj de arena el tiempo se marca grano por grano.

Es como un laberinto, que cuando encontramos la salida ya no es tan interesante y lo dejamos para buscar y encontrar algo mejor; lleva consigo muchos retos y compromisos pero el secreto para aprender la lección no es evadirlos sino enfrentarlos y darles una solución lógica. Y lo destacado  de ello es la satisfacción que nos queda después de resolverlos.

Nunca debemos quedar en el pasado pensando, pensando y emocionándonos con él….EL PASADO YA PASÓ y no podemos regresar para hacerlo mejor.

Tampoco debemos fijar todos nuestros pensamientos en el futuro, ni tener ansiedad por el mañana, porque todavía no llega y no podemos , por ejemplo, comernos en este instante el pan que se horneará dentro de un mes.

Lo más sensato que podemos  hacer es vivir el hoy, en este mismo instante porque este minuto en el que estás leyendo es el único que podemos vivir y modificar.

Viviendo bien el presente dejaremos un pasado agradable y vamos construyendo  bases sólidas para un futuro feliz.

¿Que hay después de la muerte? Por ahora no podemos saberlo a ciencia cierta, ya que los que han muerto no pueden darnos un relato de dicho acontecimiento.

Sin embargo, algunos se preparan para la muerte, mientras otros temen este inevitable momento.

Estamos vivos y eso es un milagro, hay que aprovechar este hecho . No nos preocupemos tanto por lo que viene luego de la muerte y más bien preguntarnos ¿Qué hay antes de la muerte? Para que podamos concentrarnos en vivir plenamente.

Desde esta perspectiva no podemos saber si la consciencia prevalece ante tal acontecimiento… la mayoría de religiones nos dicen que sí. Desde el punto de vista de la rencarnación todos tenemos que pasar por muchos nacimientos y muchas muertes como un camino de aprendizaje para unirnos con la Fuerza Superior.

Pero dado que no podemos recordar nuestras muertes anteriores, y tampoco podemos recordar cuando se originó nuestra existencia, entonces sólo nos queda  suponer que siempre estamos vivos y que el universo se las arregla para crear la ilusión del nacimiento y la muerte.

«Cuando corro soy como el viento. Desde ese día, si tenía que ir a algún sitio… ¡iba corriendo!»

«Aquel día, sin ningún motivo decidí salir a correr un poco. Corrí hasta el final del camino, y cuando llegué allí, pensé que podía correr hasta el final del pueblo. Y cuando llegué allí, pensé que podría cruzar el condado de Greenbow. Y luego pensé ya que he llegado hasta aquí, también podría cruzar el gran Estado de Alabama. Y eso hice, cruzar todo el Estado de Alabama. Y sin ningún motivo seguí corriendo. Y llegué hasta el océano. Cuando llegué allí, pensé: ya que he llegado hasta aquí podría dar la vuelta y seguir corriendo. Y cuando llegué hasta otro océano, pensé ya que he llegado hasta aquí podría volver a dar la vuelta y seguir corriendo. Cuando me cansaba dormía. Cuando tenía hambre, comía. Cuando tenía que ir… ya sabes, iba.»

«Es curioso lo que un jóven recuerda. Porque yo no recuerdo haber nacido, no recuerdo lo que me regalaron para mi primera Navidad y no recuerdo a dónde fui para mi primer pic-nic. Pero si recuerdo la primera vez que escuché la voz más dulce de todo el mundo

«Yo no soy muy listo, pero sé lo que es el amor»

«Mamá tenía una manera de explicar las cosas que yo siempre entendía»

«Yo no sé si mamá tenía razón o si la tiene el teniente Dan, yo no sé si todos tenemos un destino, o si estamos flotando casualmente como en una brisa… pero yo creo que pueden ser ambas, puede que ambas estén ocurriendo al mismo tiempo.»

«Tonto es aquel que hace tonterías.»

«Mi mamá dice que la vida es como una caja de chocolates, nunca sabes qué te va a tocar».

Texto de la película: Forrest Gump.
1994 – ROBERT ZEMECKIS.

Ciertas cosas pueden capturar tu mirada.
Pero sigue sólo a las que puedan capturar tu corazón.

Proverbio Sioux

Este es Joshua Bell tocando incógnito en la estación de metro fue organizada por el diario The Washington Post como parte de un experimento social sobre la percepción, el gusto y las prioridades de la gente. Las líneas generales fueron los siguientes: en un entorno común a una hora inapropiada: ¿Percibimos la belleza? ¿Nos detenemos a apreciarla? ¿Reconocemos el talento en un contexto inesperado?

Toco seis piezas de Bach durante unos 45 minutos. Durante ese tiempo, se calcula que 1.100 personas pasaron por la estación, la mayoría de ellos en su camino al trabajo.

Un hombre de mediana edad cuenta de que había músico que toca. Se aminoró el paso y se detuvo por unos segundos, y luego se apresuró a cumplir con su horario.

Un minuto más tarde, el violinista recibió su primera dólar de propina: una mujer arrojó el dinero en la caja y sin parar, y siguió caminando.

Unos minutos más tarde, alguien se apoyó contra la pared a escuchar a él, pero el hombre miró su reloj y comenzó a caminar de nuevo. Es evidente que se le hizo tarde para el trabajo.

El que paga la mayor atención fue un niño de 3 años. Su madre ha marcado a lo largo, se apresuró, pero el chico se detuvo a mirar al violinista. Por último, la madre empuja duro, y el niño siguió caminando, volviendo la cabeza todo el tiempo. Esta acción fue repetida por varios otros niños. Todos los padres, sin excepción, los forzaron a seguir adelante.

En los 45 minutos que el músico tocó, sólo 6 personas se detuvieron y permanecieron por un tiempo. Recaudó $ 32. Cuando terminó de tocar y el silencio se hizo cargo, nadie se dio cuenta. Nadie aplaudió, ni hubo ningún reconocimiento.

Nadie lo sabía, pero el violinista era Joshua Bell, uno de los músicos más talentosos del mundo. Dos días antes de tocar en el metro, Joshua agotó la boleteía en un teatro en Boston, donde las boletas costaban un promedio de $ 100.

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Conclusiones de esta experiencia:

Si no tenemos un momento para detenernos y escuchar a uno de los mejores músicos del mundo tocando la mejor música jamás escrita, ¿cuántas otras cosas nos estamos perdiendo?

Si te has dado cuenta todo en la naturaleza y en el universo constantemente tiene cambios y transformaciones, el agua de los ríos corre y a su paso lleva piedras, cambia el camino y se va acomodando de acuerdo a las circunstancias que se le van presentando.

Incluso lo que visiblemente no parezca  en movimiento, lo está. Por ejemplo en los seres humanos aunque aparentemente  nos veamos estáticos nuestras células van reemplazándose constantemente por nuevas. Cada clase de tejido tiene su tiempo de renovación, que depende del trabajo desempeñado por sus células. Las células que recubren el estómago, duran sólo cinco días. Las células de los glóbulos rojos, magulladas y golpeadas después de viajar casi 1500 kilómetros a través del laberinto del sistema circulatorio, sólo duran alrededor de 120 días antes de ser enviadas al cementerio del bazo. La epidermis, la capa superficial de la piel, se recicla más o menos cada dos semanas.

En general renovamos totalmente nuestro cuerpo aproximadamente entre cada siete a cada diez años pero conservando  la forma y el lienzo de nuestro ADN como lo han comprobado los estudios de  Jonas Frisen biólogo celular del Instituto Karolinska, de Estocolmo.

Al trasladar y aplicar la observación de este ciclo natural de renovación a nuestra trayectoria en la vida  podríamos concluir que:

  • Debemos alimentar nuestro cuerpo y nuestra mente muy bien diariamente para que esta renovación se realice con los mejores materiales.
  • Así como todo cambia en la naturaleza debemos fluir con los acontecimientos y circunstancias(renovar nuestra forma de pensar y actuar)  y  volvernos maleables conservando siempre nuestra esencia(asi como conservamos nuestro ADN).
  • Si nos quedamos estáticos y no aceptamos el cambio, vamos en contravía del ciclo haciendo cada vez más difícil la trayectoria por nuestra vida, seria como nadar contra la corriente.

Búscate a ti mismo, por tus propios medios.

No permitas que otros hagan tu camino por ti.

Es tu senda y sólo tuya.

Otros pueden caminar contigo, pero nadie puede hacer tu camino, o caminar tu senda por ti.


La vida un día me enseño a que no todo está en manos de uno.

Hay veces que por más fuerza que uno le ponga a las cosas, escapan de nuestras manos. Lo importante es dar lo mejor de uno en todo momento.

Dejar que todo siga su curso.

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar…

decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas,

decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución,

decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis,

decidí ver cada noche como un misterio a resolver,

decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.

Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos.

Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar, descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui.,

Me dejó de importar quién ganara o perdiera; ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.

Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien “Amigo”.

Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, “el amor es una filosofía de vida”.

Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.

Aquel día decidí cambiar tantas cosas… Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad.

Desde aquel día ya no duermo para descansar… ahora simplemente duermo para soñar.

(Walt Disney)


“Los buenos desempeños de los trabajadores pueden llegar a desaparecer si no reciben ningún tipo de reconocimiento, aprecio o valoración por la labor que realizan”: B. F. Skinner. Claro, muchos jefes pensarán que recibimos un salario por hacer nuestro trabajo, sin embargo lo bueno que uno hace como empleado podría ser apreciado por los superiores.

Un especialista del tema asegura que: “todos parecen entender que no es fácil que te suban el sueldo o que es algo que puede que ni esté entre los poderes del jefe directo, pero escatimar una palabra amable, un apoyo especial, un reconocimiento del esfuerzo realizado… eso ya es más difícil de comprender”.

¿Por qué a los jefes les cuesta tanto felicitar a sus subordinados? Para otros es egocentrismo. Les cuesta felicitar a los empleados porque nos encanta el reconocimiento individual y nos olvidamos de pluralizar y compartir con los demás los logros.

¿Qué se puede hacer al respecto? Lo primero es olvidarse de la actitud del jefe malo; la obsesión por pillar en una falta a los empleados y orientarse a lo que los demás van a hacer bien.

Hay que pensar positivamente, hay que ser conscientes de que a todos nos gusta que nos reconozcan el esfuerzo y no que sólo nos critiquen lo que no hacemos bien. Hay que intentar ver más allá de los resultados, y valorar también las actitudes. Hay muchas cosas que podemos reconocer: el compañerismo, la colaboración, la asunción de riesgos, la toma de decisiones, la autosuficiencia, la iniciativa.

Las felicitaciones son positivas, pero deben estar justificadas y no convertirse en rutinario. La primera vez que uno recibe un reconocimiento surte efecto, pero si se hace rutinario pierde valor. Es importante felicitar cada vez que se quiera reforzar una conducta, pero luego debe hacerse de forma irregular.

Eso sí, hay que tener en cuenta que es mejor pasarse que quedarse corto. Una felicitación de menos puede ser suficiente para tirarse el ánimo de un colaborador.

No hay que esperar ver los resultados para felicitar, lo mejor es hacerlo en el camino hacia la consecución de objetivo: valorar el esfuerzo, la ampliación de la jornada, la sobrecarga de tareas, la actitud. Reconocer lo que ya se ha conseguido es una obviedad que tiene mucho menos impacto en el ánimo del empleado.