Entradas

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme.. Hoy sé que eso tiene nombre… seguridad.
Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.
Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo.
Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.
Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.
Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.
Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!
Autor: Charles Chaplin.

Pax(latín), शािन्‍त śāntiḥ(sánscrito), frieden(alemán), vrede(africano), paix(francés), peace(inglés),  pace(italiano),shalom(hebreo), mír(checo), paco(esperanto),amani(suajili),pace(rumano), paz(portugués),平和(japonés),мир(ruso)

No importa en qué idioma lo pronuncies, lo importante es que la lleves siempre presente en tu interior equilibrando y fortaleciendo tu mente y espíritu y permitiendo abrir tu ser siempre a la comprensión para mantenerte firme y feliz ante la ansiedad y tormentas externas.
Y que esa paz interior haga eco y reflejo en tu exterior y se replique a tu alrededor en todos los seres que te rodean y siga siendo multiplicada una y otra vez

 


Ser maestro es un arte, una profesión y una vocación.

Un arte porque cada grupo, cada niño, necesita una variación, un ajuste y una atención personal, que exigesensibilidad, flexibilidad y originalidad.

Una profesión porque debe saber quienes son los niños y cómo se desarrollan, y, además, debe saber de escritura, matemáticas, ciencias etc..
Debe conocer muchas estrategias y metodologías y tener clara su visión de mundo y su rol como maestro.

Pero, más allá de esto, tiene que tener la vocación necesaria para visualizar que su trabajo es contribuir a la formación de una persona que debe enfrentar sus propios retos y aprendizajes, que llega a la escuela con su alma, corazón, mente y espíritu dispuesto a ser lo mejor.

De cada maestro depende, dentro del medio escolar, cuánto avanza, y cuándo aprende cada niño en todos los aspectos de su desarrollo: físico, intelectual y socioemocional.

El ejercicio y movimiento físico, combinado con una buena alimentación y respiración son los pilares para mantener un óptimo estado de salud y mantenernos jóvenes. Las personas que realizan ejercicio habitualmente mínimo dos veces por semana aparentan menos edad de la que normalmente tienen.

Ya sabemos  los beneficios a nivel fisiológico, como fortalecimiento de músculos, mejor irrigación sanguínea, incremento de elasticidad, control de peso corporal, protección contra enfermedades degenerativas como osteoporosis y artritis al fortalecer también sus huesos, etc.

Adicional a estos beneficios físicos también tiene beneficios emocionales y psicológicos. Pues mejora el estado mental y el ánimo y genera una mayor sensación de confianza.

Aquí algunos beneficios a nivel psicológico que podemos encontrar en la práctica constante de ejercicio:

  • Menor depresión
  • Menos ansiedad
  • Menos ira
  • Menos desconfianza
  • Mejor imagen de uno mismo
  • Mejor tolerancia al estrés
  • Mejor sueño

Si eres organizado puedes ir al gimnasio o al parque y realizar una rutina de ejercicios y esto sería genial;  pero esto no se debe volver la única condición para mantenerte en movimiento pues puedes también buscar oportunidades durante el día para mantenerte físicamente activo.

Por ejemplo puedes subir las escaleras para llegar a tu oficina en lugar del ascensor, o estaciona tu vehículo a algunas cuadras de tu trabajo para que recorras el resto de la distancia a pie. Si necesitas comprar algo en el supermercado puedes ir en bicicleta, así obtienes doble beneficio pues también  ahorras algo de combustible.

Al tomar conciencia de la necesidad del ejercicio encontrarás los lugares y momentos para cubrirla. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán respondiendo con mayor energía y vitalidad.

Un día, un Maestro y su discípulo llegaron a la gran ciudad. No tenían dinero con ellos, pero sabían que necesitaban comida y un lugar para quedarse. El discípulo estaba seguro de que iban a mendigar su comida, y dormir en el parque por la noche.

«Hay un gran parque, no lejos de aquí. Podemos dormir allí por la noche», dijo el discípulo.
«¿Al aire libre?» -Preguntó el Maestro.
«Sí», respondió el estudiante.

El Maestro sonrió y dijo: «No, esta noche vamos a dormir en un hotel y comer allí también».

El estudiante fue sorprendido y exclamó: «¡No nos podemos permitir eso!»
«Ven y siéntate», dijo el Maestro.

Ambos se sentaron en el suelo, y dijo el Maestro:
«Cuando enfocas tu mente intensamente sobre cualquier tema, te unes en armonía al Universo para que se materialice».

El Maestro cerró los ojos y comenzó a meditar con plena concentración. Después de unos diez minutos se levantó y comenzó a caminar, con su discípulo después de él. Caminaron por varias calles y callejones, hasta que llegaron a un hotel.

«Ven, vamos a entrar en el interior», el Maestro le dijo a su discípulo.

Acababan de poner un pie en la entrada, cuando un hombre bien vestido se acercó a ellos.

«Yo soy el gerente de este hotel. Se ven como peregrinos de viaje, y creo que no tienen dinero. ¿Les gustaría trabajar en la cocina, y a cambio darles comida y un lugar para quedarse?»

«Bien», respondió el Maestro.

El discípulo se quedó perplejo y le preguntó al Maestro: “¿Has usado alguna magia? ¿Cómo lo hiciste?»

El Maestro sonrió y dijo: «Yo quería mostrarte cómo obra el poder de los pensamientos. Cuando piensas con plena concentración y fuerte sobre algo que quieres que suceda, y tu mente la dejas fluir sin resistirte al objeto de tu pensamiento, ineludiblemente tu pensamiento se materializa».

«El secreto está en concentrarse, visualizar, ver los detalles, teniendo fe y la proyección de la energía mental y emocional en la escena mental. Estos son los requisitos previos generales. Cuando tu mente está vacía de pensamientos, y sólo le permites entrar a un único pensamiento, gana un poder muy grande. Hay que tener mucho cuidado con lo que se piensa. Un pensamiento concentrado es de gran alcance, y ejerce una influencia muy fuerte».

El discípulo miró a su maestro y le dijo: «. Veo que tengo que afinar mi concentración con el fin de poder utilizar este poder»

«Sí, este es el primer paso», dijo el Maestro.