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Cierto día, un becerro tuvo que atravesar un bosque virgen para volver a su pradera. El animal abrió un sendero tortuoso, lleno de curvas, subiendo y bajando colinas.

Al día siguiente, un perro que pasaba por allí usó ese mismo sendero para atravesar el bosque. Después fue el turno de un carnero, jefe de un rebaño, que viendo el espacio ya abierto hizo a su rebaño seguir por allí.

Más tarde, los hombres comenzaron a usar ese mismo sendero: entraban y salían, giraban a la derecha y a la izquierda, descendían, se desviaban de los obstáculos, quejándose y maldiciendo, con toda razón. Pero no hacían nada para crear una nueva vía.

Después de tanto uso, el sendero acabó convertido en una amplia carretera donde los pobres animales se cansaban bajo pesadas cargas, obligados a recorrer en tres horas una distancia que podría realizarse en treinta minutos, si no hubieran seguido la vía abierta por el becerro.

Pasaron muchos años y el camino se convirtió en la calle principal de un poblado y, finalmente, en la avenida principal de una ciudad. Todos se quejaban del tránsito, porque el trayecto intrincado era el peor de todos.

Mientras tanto, el viejo y sabio bosque se reía al ver que los hombres tienen esa ciega tendencia rutinaria a seguir la vía que ya está abierta, sin preguntarse si habría acaso una mejor opción o camino. Tal vez hubiesen descubierto otros paisajes más bellos.

En años pasados, investigadores e inventores en varias disciplinas, jamás imaginaron el potencial de sus inventos y el cambio que éstos generarían. Se pueden citar algunos inventos que fueron menospreciados por los que estaban a su alrededor y hasta por sus mismos creadores:
  • “Máquinas voladoras más pesadas que el aire son imposibles.” – Lord Kelvin, 1895.
  • “ En el siglo XIX, Louis Pasteur fué ridiculizado por sugerir que los minúsculos organismos a los que llamó microbios podían causar enfermedad ”…
  • “El verdadero valor del fonógrafo era permitirle a las personas que agonizaban registrar sus últimos deseos…” , esto lo dijo Thomas Edison.
  • «El teléfono es un invento maravilloso, pero no podría servir para el mercado de negocios por anular las negociaciones personales…” esto lo dijo en 1880 Rutherford B. Hayes.
  • “La demanda mundial de equipos de cómputo para procesamiento de información no será mayor de 50…”  Lo dijo Thomas Watson, fundador de IBM,  en 1940’s.
  • “Taladro para extraer el petróleo? ¿Quieres decir perforar el suelo para tratar de encontrar petróleo? Estás loco.” Asociados de Edwin L. Drake rechazar su propuesta de extracción de petróleo en 1859.
  • “Un cohete nunca será capaz de salir de la atmósfera de la Tierra.”– New York Times, 1936.

Esto nos indica que nunca se podrán hacer predicciones exactas sobre el futuro.  Así que, si alguien alguna vez se burla o ridiculiza alguna idea tuya, pues no te preocupes y nno te dejes decaer, ya que hasta a los grandes les ha pasado!

roger_bannister

El 6 de mayo de 1954, en Inglaterra, Roger Bannister hizo lo que nadie creía posible. Bannister se convirtió en el primer hombre en correr una milla en menos de 4 minutos, exactamente en 3 minutos con 59.4 segundos. Previo a esto, era comúnmente aceptado que nadie podía romper la barrera de los 4 minutos.

Se creía que era físicamente imposible. La creencia se convirtió casi en un hecho científico, como si se hablara de la aceleración de la gravedad o la velocidad de la luz.

Todo mundo, excepto Roger Bannister, tenían esta creencia. En realidad, la milla de cuatro minutos era una barrera psicológica más que cualquier cosa. Lo más curioso es que después de la hazaña de Bannister, en un lapso de sólo 56 días, John Landy rompió el récord de Bannister con 3 minutos y 57.9 segundos, en Finlandia.

Y para el año siguiente, ¡otros 16 corredores habían roto la barrera de los cuatro minutos! Bannister fue el pionero que demostró el efecto de ver más allá de una creencia limitante. Hace falta gente atrevida, que tenga esa cualidad clave: arrojo. Pero quien tiene dicha cualidad primero es catalogado como “loco”, y con el paso de los años se le llama “visionario” y ya después de mucho, genio.

Esto nos hace pensar que en el mundo hacen falta estos Bannister’s que nos hagan creer a los demás que sí se puede, que rompan las barreras de la incredulidad, de la limitación. Pioneros que desafíen la convención para recordarnos lo que es posible.

Así que ve por esa milla de cuatro minutos, aquello que sabes que vas a lograr si tan sólo te lo propones.