Escuchar es una gran herramienta que tenemos en el manejo de relaciones personales que sabiéndola aprovechar correctamente nos sirve para:
- Reducir la tensión
- Aumentar el poder porque permite obtener más información
- Comprender a los demás
- Aprender
- Estimular la cooperación de los demás
- Facilitar la negociación y la solución de los diferentes criterios
- Proyectar una imagen de inteligencia y respeto hacia los demás
- Aumentar la confianza del interlocutor
El hombre se demora dos años en aprender a hablar y gasta el resto de su vida aprendiendo a callar y escuchar.
¿Pero qué factores influyen en la dificultad para escuchar? Pues aunque parezca extraño hay un factor fisiológico que nos hace más ardua esta tarea: El ser humano emite 150 palabras por minuto pero el cerebro tiene la capacidad de procesar hasta 600 palabras por minuto osea que tenemos un 75% de tiempo libre.
Este 75% de tiempo libre de interferencia en la comunicación es el que nos permite pensar cantidades de cosas que nos pueden desconcentrar y perder el hilo de la comunicación porque usualmente lo dedicamos a:
- Volvernos adivinos imaginando lo que el otro va a decir
- Preparar las respuestas
- Ponerse a pensar en otras cosas
- Aburrirse
- Distraerse
- Criticar y juzgar
- Atendiendo otros medios de distracción
Para afrontar estos factores de dificultad en la escucha, aquí resaltamos algunos hábitos para adoptar cuando estemos conversando:
- Debemos concentrarnos en nuestro interlocutor mirándolo cara a cara y permitiendo que los ojos entren en contacto: así no hay oportunidad de distraerse mirando hacia otros lados y además reflejamos una imagen de respeto hacia el otro, al mostrarnos interesados en lo que está diciendo.
- Mentalmente organiza la información en forma de notas (si te queda fácil también las puedes hacer por escrito) entrando con empatía en el contexto del otro, si es necesario realiza preguntas para que exista una buena retroalimentación y puedas entender el mensaje que te quiere comunicar.
- Evita que elementos externos te desconcentren y enfócate en tu interlocutor, realiza las preguntas que necesites en el momento adecuado, debes esperar a que el interlocutor termine la idea para evitar juicios y suposiciones y poder intervenir.
Si analizamos la misma naturaleza nos está diciendo la importancia del arte de escuchar, pues tenemos dos orejas y una boca porque debemos enfatizar en la escucha más que en el hablar.