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La muerte es sólo un niño de cara triste
un niño sin motivo, sin miedo, sin fervor
un pobre niño viejo que se parece a Dios.

A veces, sin embargo es tan sólo un silencio
sin pasado, sin molde, sin olor
un silencio en que ladran los perros esos perros
y uno se pregunta quiénes son.

Otras veces es una niebla espesa
que se mete en los ojos
que destruye la voz
y lo arrincona a uño definitivamente
bueno definitivamente no
tan sólo hasta que uno
se siente sin amor.

Por lo común la muerte es solamente un niño
de cara triste un niño que sale de la noche
sin motivo, sin miedo, sin fervor
un pobre niño viejo
que deja caer su mano
sobre mi corazón.

 Poema de Mario Benedetti – Más o menos la muerte.

Si no puedes ser pino de la cumbre
sé la mata del valle, la más linda
de las matas que van junto al arroyo;
sé el arbusto, si el árbol está arriba.

Si no llegas a arbusto, sé la hierba
que al camino feliz y humilde vista;
de no ser almizcleña, sé la atocha
que entre todas el lago más estima.

Tripulantes, si no los capitanes
que un lugar siempre guárdanos la vida;
hay que hacer cosas grandes y pequeñas,
pero siempre ha de hacerse la más chica.

De no ser el camino, sé el sendero,
si no sol, sé la estrella que titila;
no busquemos tamaño en la pelea
sino ser el mejor en nuestras filas.

 Douglas Malloch

 

No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú has hecho tu vida.

Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar; corrigiéndote, el triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error.

Nunca te quejes del ambiente o de los que te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer, las circunstancias son buenas o malas según la voluntad o fortaleza de tu corazón.

Aprende a convertir toda situación difícil en un arma para luchar.

No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfrenta con valor y acepta que de una u otra manera, todo dependerá de ti; no te amargues con tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño, recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar.

Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso.

Si, tú has sido el ignorante, el irresponsable, tú, únicamente tú, nadie pudo haber sido por ti.

No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.

Aprende de los fuertes de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.

Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas sin alimento morirán.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande, que el más grande de los obstáculos.

Mírate en el espejo de ti mismo.

Comienza a ser sincero contigo mismo. Reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para justificarte.

Reconócete dentro de ti mismo, más libre y fuerte, dejarás de ser un títere de las circunstancias, porque tu mismo eres tu destino.

Y nadie puede sustituirte en la construcción de tu destino.

Levántate mira las mañanas y respira la luz del amanecer.

Tú eres parte de la fuerza de la vida. Ahora despierta, camina, lucha.

Decídete y triunfarás en la vida.

Nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.

Atribuido a Pablo Neruda