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No importa en qué idioma lo pronuncies, lo importante es que la lleves siempre presente en tu interior equilibrando y fortaleciendo tu mente y espíritu y permitiendo abrir tu ser siempre a la comprensión para mantenerte firme y feliz ante la ansiedad y tormentas externas.
Y que esa paz interior haga eco y reflejo en tu exterior y se replique a tu alrededor en todos los seres que te rodean y siga siendo multiplicada una y otra vez

 

Nunca serás mejor y nunca serás peor que otra persona, simplemente sé tu mismo

Si dejas escapar el presente leyendo estas líneas, ten en cuenta que tan pronto como las acabes será demasiado tarde. Habrás perdido el tiempo. Actúa, muévete: Enfréntate al futuro asumiendo los posibles riesgos que conlleva: No vivirás para siempre. Cada minuto puede ser el último.

Ric Elias tenía un asiento en primera fila en el vuelo 1549, el avión que hizo un aterrizaje forzoso en el río Hudson en Nueva York en enero de 2009. ¿Qué pasó por su mente mientras el siniestrado avión caía?

Si el sacrificio de tu vida personal es infructoso, deja de asumirlo y disfrútalo. 
En caso contrario: Plantéatelo.

«I choose to be happy»… Creo que ahí está la solución a todo. En nuestras manos está elegir lo que queremos

Hay mucha gente que prefiere tener razón antes que ser feliz…

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Ser maestro es un arte, una profesión y una vocación.

Un arte porque cada grupo, cada niño, necesita una variación, un ajuste y una atención personal, que exigesensibilidad, flexibilidad y originalidad.

Una profesión porque debe saber quienes son los niños y cómo se desarrollan, y, además, debe saber de escritura, matemáticas, ciencias etc..
Debe conocer muchas estrategias y metodologías y tener clara su visión de mundo y su rol como maestro.

Pero, más allá de esto, tiene que tener la vocación necesaria para visualizar que su trabajo es contribuir a la formación de una persona que debe enfrentar sus propios retos y aprendizajes, que llega a la escuela con su alma, corazón, mente y espíritu dispuesto a ser lo mejor.

De cada maestro depende, dentro del medio escolar, cuánto avanza, y cuándo aprende cada niño en todos los aspectos de su desarrollo: físico, intelectual y socioemocional.

  •  Admite que no siempre tienes la razón y reconoce al otro su razón o su parte de razón.
  • Respeta los derechos de los demás, iguales a los tuyos, y jamás abuses de los que te pertenecen.
  • Tus intereses merecen ser defendidos, pero tienes que aceptar que los de los otros son igualmente valiosos.
  • Muy pocas cosas, o ninguna, justifican el empleo de la fuerza, a menos que se atente contra tu vida.
  • Busca las identidades, las afinidades y las coincidencias constructivas, haciendo a un lado lo que genera pugnas y encono.
  • Témele al ventajoso, al aprovechado y oportunista, y tiéndele la mano al que carece de habilidades para la ganancia deshonesta.
  • Dedica una parte de tu tiempo al servicio de la comunidad, devolviendo así algo de lo que de ella recibes.
  • Corresponde a la frialdad con el compañerismo que aproxima y solidariza las voluntades y los corazones.
  • Concierta, acuerda, dialoga, sin discutir estérilmente; que tus palabras tiendan puentes al entendimiento mutuo y la amistad.
  • Reconoce a tu hermano y reconcíliate con tu enemigo; en ese sentido da siempre el primer paso».

Luis Carlos Sáchica

Un conferencista hablaba sobre el manejo de la tensión. Levantó un vaso de agua y preguntó al auditorio:

– ¿Cuánto creen ustedes que pesa este vaso de agua?

Las respuestas del público variaron entre 20 y 500 gramos. Entonces el conferencista comentó:

– No, eso depende. No es un asunto de peso sino de tiempo. En verdad poco importa el peso absoluto. Lo que importa considerar es el tiempo que voy a sostenerlo. Si lo sostengo por un minuto, no pasa nada. Si lo sostengo durante una hora me empezará a doler el brazo. Si lo sostengo durante un día completo, tendrán que llamar una ambulancia. Y es exactamente el mismo peso: pero mientras más tiempo paso sosteniéndolo, más pesado se va volviendo.

Y concluyó:

– Si cargamos nuestros pesos todo el tiempo, más temprano o más tarde no seremos capaces de continuar: la carga se irá volviendo cada vez más y más pesada. Lo que tienes que hacer es dejar el vaso en algún lugar y descansar un poco antes de sostenerlo nuevamente. Tienes que dejar la carga periódicamente: eso es reconfortante y te permite continuar de nuevo. Por lo tanto, antes de que regreses esta noche a tu casa deja afuera el peso de tus tensiones. No lo lleves a tu casa. Mañana podrás recogerlo otra vez, al salir.

¿Son las grandes tensiones sólo pequeñas cargas aumentadas por nuestro hábito de seguirlas cargando?

¿Puedes descargar tu tensión laboral antes de llegar a tu casa?

Parvati es una de las diosas más amorosas, benevolentes y misericordiosas del panteón hindú. Es la consorte de Shiva y se manifiesta como extraordinariamente compasiva. Cierto día, uno de sus hijos, Kartikeya, hirió a una gata con sus uñas.

De regreso a casa, corrió hasta su madre para darle un beso. Pero al aproximarse al bello rostro de la diosa, se dio cuenta de que ésta tenía un arañazo en la mejilla.

–Madre -dijo Kartikeya-, hay una herida en tu mejilla. ¿Qué te ha sucedido?
Con sus ojos de noche inmensa y profunda, la amorosa diosa miró a su querido hijo. Era su voz melancólica y dulce cuando explicó:

–Se trata de un arañazo hecho con tus uñas.

–Pero, madre -se apresuró a decir el joven-, yo jamás osaría dañarte en lo más mínimo. No hay ser al que yo ame tanto como a tí, querida madre. Una refrescante sonrisa de aurora se dibujó en los labios de la diosa.

–Hijo mío -dijo-, ¿acaso has olvidado que esta mañana arañaste a una gata?

–Así fue, madre -repuso Kartikeya.

–Pues, hijo mío, ¿es que no sabes ya que nada existe en este mundo excepto yo? ¿No soy yo misma la creación entera? Al arañar a esa gata, me estabas arañando a mí misma.

*El Maestro dice: Al herir, te hieres. A quienquiera que dañes, te dañas a ti mismo.

Fuente: :yogainbound.org

“Cuando te inspira un objetivo importante, un proyecto extraordinario, todos tus pensamientos rompen sus ataduras: tu mente supera los límites, tu conciencia se expande en todas direcciones tu te ves en un mundo nuevo y maravilloso. Las fuerzas, facultades y talentos ocultos cobran vida, y descubres que eres una persona mejor de lo que habías soñado ser”

Filósofo indio Patanjali

 

Un maestro y su alumno caminaban de un pueblo a otro, cuando de repente se oyó un rugido detrás de ellos. Volviendo su mirada en la dirección del ruido, vieron a un gran tigre después de ellos. La primera cosa que el alumno quería hacer era salir corriendo, pero como  había estado estudiando y practicando la auto-disciplina, fue  capaz de detenerse para observar lo que su maestro iba a hacer.

«¿Qué vamos a hacer maestro?» Preguntó el alumno.

El maestro lo miró y respondió con voz tranquila:

«Hay varias opciones. Podemos llenar nuestras mentes con el miedo paralizante que nos impide movernos, y dejar que el tigre haga con nosotros lo que quiera. No podemos desmayar. Podemos huir, pero luego el tigre irá después por nosotros. Podemos luchar con él, pero físicamente es más fuerte que nosotros».

«Podemos orar a Dios para salvarnos. Podemos elegir usar el poder de nuestra mente para influir en el tigre , si nuestra concentración es lo suficientemente fuerte.  También podemos concentrarnos y meditar en nuestro poder interior, y en el hecho de que somos uno con el universo entero, como el tigre, y de esta manera influir en su alma. »

«¿Qué opción eliges?»

«Tú eres el maestro. Tú me dirás qué hacer. No tenemos mucho tiempo». El alumno respondió.

El maestro volvió su mirada sin temor hacia el tigre, vació su mente de todo pensamiento, y entró en un profundo estado de meditación. En su conciencia, abrazó a todo en el universo, como el tigre. En este estado la conciencia del maestro se convirtió en uno con la conciencia del tigre.

Mientras tanto, el alumno comenzó a temblar de miedo, pues el tigre ya estaba muy cerca, listo para dar un salto hacia ellos. Se sorprendió al ver cómo su maestro podía quedarse tan tranquilo y distante en la cara del peligro.

Mientras tanto, el maestro continuó meditando sin miedo. Después de un rato, el tigre paulatinamente bajó la cabeza y la cola y se fue.

El alumno preguntó a su maestro con asombro: «¿Qué hiciste?»

«Nada. Sólo limpié todos los pensamientos de mi mente y me uní en el espíritu con el tigre. Nos hicimos unidos en la paz en el plano espiritual. El tigre sintió la calma interior, la paz y la unidad y no sentía la amenaza o la necesidad de expresar la violencia , y así fue. »

«Cuando la mente está en silencio y  calma, su paz se transmite automáticamente a todo y a todos a su alrededor, influyendo en ellos profundamente», concluyó el maestro.

Un lobo halló un busto en el campo, que registró y olió, mas viendo que no tenía sentido, dijo: ¡Bella imagen! ¡Qué lástima que no tengas cerebro!

Semejantes imágenes abundan por doquier, pues la hermosura sin prudencia es busto sin sentido.

Esopo