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¿Estás trabajando ocho horas diarias de tu vida sólo por el dinero que genera esa labor? ¿Eres feliz con ello? ¿Qué harías en tu vida si el dinero no importara?

El siguiente video acompañado de un discurso del filósofo y orador británico Alan Watts, nos hace reflexionar sobre el tiempo que  dedicamos en nuestra vida para ser  felices. Es genial disfrútalo dura sólo 3 minutos pero deja una gran enseñanza.

«La gran tragedia de la vida no es la muerte física. La gran tragedia de la vida es lo que dejamos morir en nuestro interior mientras estamos vivos».

Norman Cousins.

 


“Los buenos desempeños de los trabajadores pueden llegar a desaparecer si no reciben ningún tipo de reconocimiento, aprecio o valoración por la labor que realizan”: B. F. Skinner. Claro, muchos jefes pensarán que recibimos un salario por hacer nuestro trabajo, sin embargo lo bueno que uno hace como empleado podría ser apreciado por los superiores.

Un especialista del tema asegura que: “todos parecen entender que no es fácil que te suban el sueldo o que es algo que puede que ni esté entre los poderes del jefe directo, pero escatimar una palabra amable, un apoyo especial, un reconocimiento del esfuerzo realizado… eso ya es más difícil de comprender”.

¿Por qué a los jefes les cuesta tanto felicitar a sus subordinados? Para otros es egocentrismo. Les cuesta felicitar a los empleados porque nos encanta el reconocimiento individual y nos olvidamos de pluralizar y compartir con los demás los logros.

¿Qué se puede hacer al respecto? Lo primero es olvidarse de la actitud del jefe malo; la obsesión por pillar en una falta a los empleados y orientarse a lo que los demás van a hacer bien.

Hay que pensar positivamente, hay que ser conscientes de que a todos nos gusta que nos reconozcan el esfuerzo y no que sólo nos critiquen lo que no hacemos bien. Hay que intentar ver más allá de los resultados, y valorar también las actitudes. Hay muchas cosas que podemos reconocer: el compañerismo, la colaboración, la asunción de riesgos, la toma de decisiones, la autosuficiencia, la iniciativa.

Las felicitaciones son positivas, pero deben estar justificadas y no convertirse en rutinario. La primera vez que uno recibe un reconocimiento surte efecto, pero si se hace rutinario pierde valor. Es importante felicitar cada vez que se quiera reforzar una conducta, pero luego debe hacerse de forma irregular.

Eso sí, hay que tener en cuenta que es mejor pasarse que quedarse corto. Una felicitación de menos puede ser suficiente para tirarse el ánimo de un colaborador.

No hay que esperar ver los resultados para felicitar, lo mejor es hacerlo en el camino hacia la consecución de objetivo: valorar el esfuerzo, la ampliación de la jornada, la sobrecarga de tareas, la actitud. Reconocer lo que ya se ha conseguido es una obviedad que tiene mucho menos impacto en el ánimo del empleado.

Casi todos tenemos o hemos tenido enemigos. Personas con quienes hemos tenido conflictos, y que simplemente no logramos llevarla en paz. Tal vez hayas tenido enemigos en tu pasado, incluso desde el kinder.

Hoy puedes tener algunos enemigos. Alguna persona en el trabajo, o algún vecino, o incluso algún pariente.

Aunque nuestro primer deseo es que nuestros enemigos desaparecieran de nuestra vida, y hacemos lo posible por evitarlos, en realidad son algo que debemos aprender a valorar y agradecer.

Quiere decir que un enemigo es una persona que realmente te hace enfrentarte a ti mismo. Te obliga a aprender a manejar aspectos de ti, que realmente te hacen crecer y madurar.

Estar con amigos es fácil y realmente no representa un gran reto. Ellos nunca te van a confrontar contigo mismo como lo hace un enemigo.

Con un enemigo tienes la oportunidad de practicar un aspecto crucial de la superación personal, que es la tolerancia.

Puedes practicar tu tolerancia, por ejemplo, cada vez que enfrentas alguna situación con tu enemigo. La realidad es que las personas son como son por alguna razón que nosotros no podemos entender, y aprender a tolerar es un gran trabajo de superación para ti.

Cuando logres estar tranquilo y mantener tu felicidad personal, aún mientras enfrentas a tu enemigo, ese día podrás aplaudirte y reconocer que has logrado un gran crecimiento personal.

 


El minimalismo es un camino para avanzar más ligero hacia las metas. Es una forma de vida, un estilo que libera el peso de la tradición, de los hábitos e incluso de la cotidianidad. ¿Por dónde se debe empezar?

«Para iniciar en el Minimalismo tenemos que definir qué es lo importante para nosotros, que es lo que te hace realmente feliz, pueden ser muchas cosas, tu pareja, tu familia, tus amigos, todo aquello que te permita disfrutar plenamente tu vida y de ahí parte todo», dice Omar Carreño, creador del Blog Analisis Realista.

El Minimalismo es un proceso largo, no consiste nada más en tirar todo aquello que no utilizamos, hay que mantener la sintonía. El primer paso para lograr un buen comienzo consiste en eliminar aquellas actitudes que nos saturan.

Cada vez que depuremos algo de nuestra vida, estamos iniciando. Es una parte compleja. De un escritorio se pueden tirar las cosas que contaminen el espacio, elimina lo que no te ayuda, aquello que se vea desordenado, acomódalo.

En la casa hay que hacerlo despacio. El desapego es un factor minimalista que cuesta mucho trabajo incorporar, así que no trates de hacerlo de golpe, hay que ir poco a poco o te decepcionarás muy fácilmente. Hay que ver si hay recuerdos que se puedan guardar por un tiempo.

En la vida, empieza a llevar todo con más calma, no hay que presionarse innecesariamente, aprende a valorar aquellas cosas que realmente sean importantes y descarta lo que no lo es, tampoco se puede cambiar de la noche a la mañana, pero es un proceso que vale la pena tratar.

De esta manera, tu actitud ante la vida irá cambiando y entonces podrás mantener un equilibrio, adquiriendo experiencias, momentos y nuevos ideales que mejorarán tu vida en cuestión de tiempo.