Cada día que despertamos tenemos la suerte de disponer de de más de 57.600 segundos cargados de infinitas posibilidades para ser felices. Enfocamos nuestros pensamientos en aprovechar este tiempo o simplemente dejamos que se vayan como agua entre nuestros dedos?

«Los amantes de ciertas teorías hablan de que todo lo que a uno le ocurre bueno en la vida, es gracias a un golpe de suerte. Otros, no le dan la importancia a la suerte, o por lo menos hablan de una combinación de trabajo, lucha y suerte, y hay unos terceros que dicen que la suerte no toca sino una sola vez en la puerta.

Yo pienso que para hacer algo fructífero en la vida primero que todo hay que fijarse metas, tener voluntad y luego trabajar con disciplina y constancia en lo que nos da satisfacción y alegría. Que uno sienta que realiza su trabajo y que se siente contento…

…Uno puede trazarse las metas que quiera y la suerte lo acompañará. Aunque haya momentos difíciles, aunque existan desalientos, aunque se reciban ingratitudes. Siempre es el optimista, el disciplinado y trabajador constante quién llega a su meta; por su propio esfuerzo y seguramente acompañado por algún momento de suerte, de chispa.

Porque la suerte comienza a actuar desde el mismo momento en que uno se levanta. Hay nuevamente luz del día y uno tiene de nuevo unas horas por delante para producir, para disfrutar, para corregir… Esta suerte de vivir a diario hay que admirarla, hay que apreciarla, hay que seguirla y hay que defenderla a toda costa».

Extracto del Libro BAJO CERO EMPEZAR DE LA NADA del Autor Francisco Vélez