Cuando llenas tu vida de amor y gratitud todo se hace más fácil.

Todos en algún momento hemos tenido situaciones y personas a nuestro alrededor que hacen de «la piedra en el zapato» , pareciera que estuvieran en nuestro camino solamente para molestar e incomodar y por más que  intentamos no podemos entender las razones de su existencia.

Cuando tengas momentos complicados, acéptalos, agradece y llénate de amor. Piensa que si aparecen en tu camino es porque necesitas aprender una lección de allí.

Estos momentos difíciles se presentan en la vida como maestros, de estas situaciones es cuando más provecho sacamos. Por ejemplo, en mi caso, cuando  estaba aprendiendo a conducir automóvil me dio muchísimo trabajo parquear en reversa y ahora con pasar del tiempo es lo que mejor y  más fácil hago. Igual es en la vida, se nos presentan pruebas para afinar nuestro carácter y personalidad que necesitamos superar y nos llevan crecer.

Cuando es una persona la que se te presenta como «enemigo» y tiene un pensamiento totalmente en contra al tuyo, piensa que desde su óptica lo está haciendo de la mejor manera que puede. Su comportamiento responde a patrones que aprendió de tiempo atrás y  que repite de la misma forma que lo aprendió, muchas veces sin saber que te está haciendo daño.Y si sabe que sí hace daño, pues simplemente agradece que aparezca en tu vida, aprende la lección, perdona y deja ir.

Lo más sano es dejarlo ir para que puedas superar la prueba. No te llenes de resentimientos ni alimentes  rencor y odio pues estas emociones al que más lastiman es al que las lleva dentro y cuando se van acumulando van afectando no solamente tu parte energética y emocional sino también se puede ver reflejado en tu cuerpo en forma de enfermedad como el cáncer.

No dejes que la lección que necesitas aprender se te muestre más fuerte aún.

Agradece los obstáculos porque son retos que tienen intrínseco un aprendizaje y llénate de amor que es el arma más valiosa para afrontarlos, pues el amor es el motor de la vida.