Si observas las personas exitosas siempre están “sacando el pecho”, erguidas.

A veces, sin darnos cuenta, tomamos como costumbre ciertas posturas que nos tuercen la columna y nos encogen de hombros afectando no solamente nuestra parte física, ya que con la repetición nos generan dolores de espalda y hasta enfermedades, sino también la parte emocional ya que nos comprime el pecho y no nos deja respirar libremente.

Los seres humanos tenemos muchas maneras de comunicarnos y una de las más importantes es la corporal, con la postura de tu cuerpo hablas más que con palabras. Por eso y por salud es importante ser conscientes de corregir la postura, pues al tener una correcta postura todos tus huesos, músculos y tejidos podrán hacer sin obstáculos su trabajo. A nivel emocional el estar erguidos nos permite sentirnos más seguros.

Acomoda tu postura: Abre tu pecho, endereza tu espada, estira tus hombros y abre tu corazón para recibir toda la grandeza que el universo tiene para ti. Deja que tu caja toráxica se abra al máximo para respirar todo el amor que hay a tu alrededor. Que el centro del pecho-tu corazón- sea tu escudo y que sea el primer contacto con los que te rodean, recuerda que con amor todo es posible.

El amor te protege, te llena, te sana y te acompaña siempre. De ti depende dejarlo entrar y disfrutarlo. Abre tu corazón a nivel físico, mental y espiritual y acepta la luz que guía en tu camino.