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La vida la debes vivir paso a paso y no desesperarte; porque es como una escalera, que tú la subes peldaño por peldaño, paso a paso, empezando por la base y luego sigues al segundo y el tercer escalón y así hasta que llegas a subirla toda.

Pero no debes subirla toda de un solo esfuerzo porque te desesperarías, te agotarías y al final no lograrías tu cometido.

Cuando te desesperas, te ciegas y no te das cuenta de todo lo que tienes a tu alrededor y no disfrutas de las cosas más sencillas que son las que realmente valen y condimentan tu vida.

Al desesperarte no te das cuenta de lo privilegiado que eres, porque lo eres. Si pones en una balanza tus dones y bendiciones comparando lo que te aqueja, verás que pesa más  lo que tienes por agradecer que lo que te molesta. Además siempre tienes posibilidades de cambiar lo que te disgusta y puedes empezar corrigiendo el prisma de visualización: algo que para ti pudiera ser terrible, el universo lo tiene allí por una razón, busca cuál es esa razón, aprende de la experiencia y sigue adelante.

Entonces, vive este momento que es el único que puedes disfrutar de todos, porque el pasado no lo puedes devolver aunque quisieras y, el futuro es incierto: no sabes si siquiera llegará.

Luego, el único momento que puedes modificar y vivir haciendo lo que realmente tú quieres es AHORA, en este preciso momento que estás leyendo. Y de lo que vivas AHORA en tu presente depende que puedas tener un pasado grato y un futuro cada vez mejor lleno de oportunidades.

Vive tranquilo, evita las prisas. La ansiedad y el apresuramiento ahogan la satisfacción de vivir, pues crean confusión interior.

Si actúas con serenidad frente a los problemas podrás solucionarlos, y tendrás mayor aceptación entre aquellos que te rodean.

Regálate un instante para pensar en lo que dice tu interlocutor y en tu respuesta adecuada.

La serenidad es tu fuerza interna que trabaja a tu favor y facilita la convivencia armoniosa.

El incremento de la energía y vigor que acompaña un levantar temprano es fácilmente notable.

Levantarse antes del amanecer se vuelve el máximo punto de importancia del día, ya que uno aprende a sintonizar su mente y cuerpo con el poder y fuerza eléctricas y los eventos químicos que ocurren en el momento del amanecer.

Levantarse temprano hace que uno sea una persona calmada, centrada, energética, y con mente despejada. Las diferencias de animo y vigor son asombrosas.

La madru­gada puede ser muy pro­duc­tiva para quien sabe apro­ve­charla. Todo está mucho más tran­quilo. De lo que hay en la tele­vi­sión, nada ape­tece.

Pero no tiene sen­tido des­per­tarte antes de lo que tu cuerpo te deje, por esto para poder madrugrar debes dor­mir temprano, para asi de este modo descansar bien.

Tú puedes disminuir y liquidar tu angustia si afrontas con calma cualquier situación difícil.

Al experimentar un disgusto puedes convertirlo en un tormento de tu alma,si le permites ocupar el plano total de tu conciencia.

Tu dolor es tu dolor; pero tu sufrimiento es fruto de tu posición mental.

No hagas de tu pena un cruel instrumento para atormentarte.

Puedes recobrar el equilibrio y la serenidad, si mantienes de continuo una ACTITUD MENTAL POSITIVA y, por lo mismo, constructiva.

El pensamiento positivo y optimista construye una vida placentera.