En lo primero que se piensa es en los castigos. Revise primero si la causa fue el descuido de los deberes escolares, una dificultad en particular o alguna situación personal o familiar que pudo afectar el rendimiento académico del niño.

Los padres deben reflexionar sobre cuál fue su papel en la vida escolar de su hijo y si participaron en las actividades académicas del colegio. Las instituciones tienen que cuestionarse y revisar los planes de estudio, modelo pedagógico y sistema de evaluación para saber qué pudo haber fallado, dice un experto en el tema.

Los padres también deben sentarse a discutir con los colegios sobre qué esperan de ellos y cómo pueden ayudar. Si un niño reprobó se debe empezar por el colegio. Éste debe hacer un ejercicio de evaluación en el que los docentes analicen las razones por las cuales se dio la reprobación escolar, qué planearon y programaron, qué se cumplió y si lo implementado apoyó o no el desarrollo del aprendizaje.

Las instituciones deben revisar si sus currículos y sistemas de evaluación se implementaron de forma correcta. Si el profesor, agrega, no hace un buen diagnóstico de la causa de la reprobación, puede tomar decisiones equivocadas. Las instituciones deben esforzarse para que sus alumnos aprendan con agrado y, aunque educarse es un derecho, éste debe ir amarrado a ciertas obligaciones.

Hay estudiantes que pierden el año porque emocionalmente se han visto afectados con el divorcio de sus padres y el poco interés que los adultos les muestran. De allí la importancia de revisar el entorno familiar del niño y mirar, por ejemplo, si hubo exceso de permisos y libertades.

Los estudiantes, por su parte, deben hacer una autoevaluación acerca de cuál fue su falla y cómo subsanarla. Aquí se le hace un llamado a los padres para que no retiren del colegio a sus hijos y los apoyen en superar sus falencias y a los colegios, reforzar la cultura y el deporte en los currículos para retener a los estudiantes.
El divorcio y los problemas entre los padres afectan a los estudiantes. Al encontrar las causas que motivaron la pérdida de año escolar, padres, colegio y estudiante deben trabajar de la mano para superar esta falla. El castigo no es la solución.