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Alcanzar la felicidad es una cuestión de elección. Es nuestra actitud la que nos hace felices o infelices.

En la cotidianidad siempre nos encontramos con todo tipo de situaciones y circunstancias y, de las reacciones y sentimientos que tengamos ante ellos depende entregar nuestra felicidad o dejarla acompañándonos el resto del día. Podemos optar por dejar de pensar en los sucesos tristes, y en su lugar, saborear los momentos felices.

Si dejamos que los acontecimientos externos influyan en nuestro estado de ánimo, nos convertimos en sus esclavos. Perdemos nuestra libertad. Al dejar que nuestra felicidad sea determinada por fuerzas exteriores perdemos nuestro PODER. Por otro lado, podemos liberarnos de las influencias externas. Podemos elegir ser felices, y podemos hacer mucho para aumentar la felicidad de nuestras vidas.

Para la mayoría de la gente, la felicidad parece efímera y temporal, debido a que permiten afectarse por las circunstancias externas. Una de las mejores maneras de mantenerla, es mediante la obtención de la paz interior a través de la meditación diaria .  A medida que la mente se vuelve más pacífica, es más fácil elegir el hábito de la felicidad.

Imagen de Miguel Hachen de la obra “Avá” publicada en el álbum de picasaweb: picasaweb.google.com

Indígena: Los blancos quieren siempre algo, están inquietos y desasosegados. No sabemos lo que quieren. No les comprendemos. Creemos que están locos.

Jung: ¿Por qué creéis que todos los blancos están locos?

Indígena: Dicen que piensan con la cabeza.

Jung: Pues claro, ¿con qué piensas tú?

Indígena: Nosotros pensamos aquí. -Dijo el indígena, señalando su corazón

Anima Mundi.

Qué es el Éxito? En la sociedad de consumo en que vivimos tener éxito es tener “un buen empleo” con una buena remuneración laboral, tener casas, fincas,(bienes terrenales), autos, almacenes, empresas, propiedades.

Ser un alto ejecutivo, una persona con muy poco tiempo, una persona demasiado ocupada e importante a la que todo el mundo admira con respeto porque es recta, excelente en su trabajo. Esa persona además tiene una familia bien constituída ante la sociedad.

Es una persona que “cuida su imagen”, una persona que siempre se ve bien, rosagante, poderosa con la satisfacción de haber logrado sus metas.

Todos en cierta medida y según nuestra capacidad  buscamos alcanzar este nivel, incluso muchas veces sin detenernos a pensar si es realmente lo que nos gusta o lo que nos hace sentir bien pero como la sociedad  ha “catalogado” que se llega a una satisfacción absoluta alcanzándolo, lo hacemos y luchamos por conseguirlo.

Y en la mayoría de los casos, cuando llegamos allí se siente que “no llena” que en realidad  lo que se había visionado experimentar al llegar a este punto no se logra. Se consigue sólo una satisfacción parcial y nos damos cuenta que hemos sido “muñecos” de la sociedad porque en lugar de aprovechar todo nuestro tiempo en analizar qué sería lo que nos llenaría, esforzándonos hacia una realización personal en donde podemos evolucionar mental y espiritualmente, nos hemos dedicado a conseguir lo que la sociedad nos impone.

Por eso es que muchas personas que supuestamente han alcanzado el  éxito, caen inmediatamente, no duran mucho en la cima, ya que se enteran que eso no cuenta, lo que los llenaba en la vida no era esto.

También pueden surgir inconformidades sino aprendemos que cuando “alcanzamos el éxito”, subimos sólo un escalón  que detrás de ello hay otras metas más que debemos seguir para continuar en ese constante devenir y luchar.

En el momento en que analizamos lo que realmente “nos llena” y empezamos a luchar por ello, avanzando íntegramente, también mejorarán nuestros ingresos personales y nuestra vida personal y sí sentiremos satisfacciones cuando esas metas  las forjamos nosotros mismos a conciencia, sin influencias externas.

Además estaremos en paz en nuestro interior y esto se reflejará automáticamente en nuestro ser y en la relación con los seres que nos rodean.

Entonces, no debemos dejarnos llevar por el “que dirán” y qué piensa la sociedad que es mejor para mí en este momento, sino que nuestras acciones, esfuerzos y metas sean fijadas conforme a nuestros principios, pensamientos y sentimientos más internos.

  • Nunca dejes de soñar
  • Jamás te burles de los sueños de los demás
  • Recuerda que el más grande amor y los más grandes logros involucran mayores riesgos
  • Cuando Pierdas, No pierdas la lección
  • Recuerda las 3R…Respeto a ti mismo, Respeto a los demás y Responsabilidad para todas las acciones
  • Cuando te des cuenta que has cometido un error toma medidas inmediatas para corregirlo
  • Sonríe cuando respondas al teléfono, quien llama lo podrá escuchar en tu voz.
  • Abre tus brazos al cambio pero no te desprendas de tus valores
  • Mantén una atmósfera amorosa en tu hogar, es muy importante
  • Comparte tu conocimiento, es una manera de lograr la inmortalidad
  • Los sueños que se convierten en objetivos se hacen realidad

«Si observas las abejas van construyendo su colmena de una en una, de pasito en pasito…igual en nuestras vidas vamos alcanzando nuestras grandes metas y logros con las pequeñas acciones bien encaminadas que realizamos dia por día. Así, el alcanzar nuestros sueños está siempre en nuestras manos y en el momento presente».

Hay gente que se distraen fácilmente en su trabajo. Es un hecho. Hay terceros que colaboran para que la situación se de. Aquí le presentamos algunos tips para que rinda bastante a nivel laboral.

1. Reduzca el ruido a su alrededor. La mayoría de personas se distraen mucho con el ruido y los sonidos. Si reduces la cantidad y frecuencia de ellos, podrás concentrarte mejor y por más rato. Elimina los sonidos, o mejor aun, cierra completamente el messenger cuando trabajes. No chequees emails cada 2 minutos, sino que prográmate para revisar y contestar los mensajes cada 30, o 45 minutos.

2. Simplifica tu escritorio. Si tu escritorio es de aquellos que están plagados por miles de papeles uno encima de otros, además de tu computadora, tasas de café, desperdicios, fotos de tus seres queridos, etc, el simple hecho de sentarte en él a trabajar te distrae y te estresa. Bota todo papel que no sirva; archiva los que es importante, pero que no tienes que realmente trabajar en ellos. Cómprate una bandeja donde pongas arriba los documentos entrantes, y abajo los que están listos.

3. Define claramente tus objetivos. Esto es casi como hacer una lista de pendientes. Anota cual es el objetivo final al cuál quieres llegar. Muchas veces el no tener un objetivo claro, hace que te vayas por las tangentes. Si tienes varias tareas pendientes, define las que tienes que terminar en un tiempo determinado.

4. Planifica tu trabajo. Si el trabajo que tienes por delante es muy grande, es conveniente que definas previamente el camino que piensas tomar para resolver o cumplir tu objetivo. Muchas veces tomar algunos minutos antes para planificar las cosas puede traducirse en varias horas de trabajo ahorradas. Trata además de planificar los pasos a seguir para llegar a la meta, eso te ayudará bastante.

6. Establece un tiempo límite. Así como todo proyecto requiere tener un tiempo límite de entrega, lo mismo debes plantearte con tus propias tareas, de lo contrario, estas tareas o metas no pasarán de ser simples sueños.

7. Rompe tus bloqueos. No sabemos qué hacer o cómo resolver un problema. La mejor manera de hacerlo es encarar dicho bloqueo. Trata de ver si lo puedes dividir en partes más pequeñas y simples. También puedes conversarlo con otros, haciendo un brainstorming de ideas para tratar de ver quien consigue un camino de respuesta.

La ley de la atracción es la idea o supuesto de que los pensamientos influyen sobre las vidas de las personas, argumentando que son unidades energéticas que devolverán a la persona una onda similar.

La frase «ley de la atracción» ha sido utilizada por algunos escritores esotéricos, aunque el sentido con el que se usa actualmente es diferente del original. La mayoría de los autores asocian a la ley de la atracción con la frase «te conviertes en lo que piensas», usualmente aplicado al estado mental del ser humano: Esto significa que los pensamientos que una persona posee, las emociones, las creencias y las acciones atraen consecuencias que corresponden a experiencias positivas o negativas.

Hágala realidad

1. Al levantarse dedique 5 minutos a enfocarte en su deseo

2. Use imágenes externas para representar sus deseos. Recorte frases e imágenes que estén relacionadas con sus deseos y archívelas en una carpeta. Vale la pena repetir: Esto es mio ahora, esto es quien soy ahora.

3 – Preste atención a todas aquellas respuestas emocionales que impiden tener todo lo que se desea; recuerde que los sentimientos reflejan su realidad.

4 – Hay que tener una actitud de gratitud; es muy importante que en todo momento se enfoque en lo bueno que tiene y agradezca por ello.

5 – Póngale acción a sus deseos. Por ejemplo, si deseas un auto, aprenda a manejar, saca la licencia de conducir, etc.

6 – Si comienzas a ver q todo empieza a mejorar pues hay que reconocer. Si le aprobaron el crédito para comprar el auto, reconozca que la ley de atracción está funcionando.

Video: http://www.youtube.com/watch?v=AeQY3t_SHEs


No es fácil identificar a un líder aunque todos necesitamos de ellos. Lo que sí sabemos es que no es el que manda o el que tiene el poder.

Un líder es una persona que ejerce su influencia de una manera muy particular, sin violencias, sin imposiciones, con máxima sencillez. Líderes fueron Jesucristo, Mahatma Gandhi, etc. No lo fueron Mussolini, Hitler, Atila? Es inherente al término líder el que sea positivo, proactivo, dicen ahora, que desarrolla. Los últimos fueron tiranos, dictadores, caudillos, adalides, pero no líderes.

El liderazgo no depende del dinero o de la posición social, es algo más profundo.

  • Un líder es un ser humano que se ha desarrollado a sí mismo, se conoce, tiene capacidad de reflexión, de pensamiento, autoestima.
  • Es responsable de sus actos y da la cara siempre. Sabe que se puede equivocar en sus acciones y es el primero en reconocer, aprender y corregir el error. Eso sí, sabe que no se puede equivocar en sus intenciones.
  • El líder conoce su misión. Sabe a dónde va y en qué está porque quien no sabe a dónde va no sabe dónde está.
  • Cree en sí mismo. Tiene claras sus debilidades y sus fortalezas.
  • No depende de los otros en lo esencial pero trabaja y fortalece el trabajo en grupo, basado en el respeto.
  • Asume lo difícil, no le saca el cuerpo, sabe que las dificultades son la mejor forma de desarrollarse y de aprender.
  • Siempre es agradecido con la vida misma y con los demás y por ello siempre está celebrando algo.
  • No pierde el tiempo juzgando a otros, solo se juzga a sí mismo para avanzar.
  • Tiene la capacidad de arriesgar aunque lo haga bajo ciertas seguridades.
  • Es intuitivo, capacidad que está por encima de la inteligencia y el conocimiento.
  • Conoce y acepta los imposibles, no lucha contra ellos pero tiene al mismo tiempo la capacidad de lograr metas que parecían imposibles.
  • Se apasiona por la causa. Ama profundamente lo que hace y desborda un entusiasmo que contagia a los demás.
  • Entre las dos fuerzas que mueven al mundo, el odio y el amor, escogió contundentemente el amor, porque es la única manera como su vida tiene sentido y sirve para algo.
  • No descuida las cosas pequeñas. Aunque tiene la capacidad infinita de soñar, sabe que la vida cotidiana la hacen las acciones cotidianas.
  • Domina sus temores aunque tema. Y es especialmente sencillo.

Como ven, líderes hay pocos, pero que los hay los hay y ¡hay que creer en ellos!

Fuente:  elcolombiano.com

El ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani estuvo en Colombia y le concedió una entrevista a la periodista Paola Ochoa, quien le preguntó qué hacer frente al problema de inseguridad en las grandes ciudades.

Giuliani respondió haciendo referencia a la “teoría de las ventanas rotas”… ¿De qué se trata esta teoría?

En 1969, en la Universidad de Stanford, el profesor Philip Zimbardo realizó un experimento de psicología social. Dejó dos autos idénticos, de la misma marca, mismo modelo y hasta mismo color; abandonados en la calle. Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York y el otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. Dos autos idénticos abandonados, dos barrios con poblaciones muy diferentes y un equipo de especialistas en psicología social estudiando las conductas de la gente en cada sitio.

Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser desvalijado en pocas horas: se perdieron las llantas, el motor, los espejos, el radio, etc. Todo lo aprovechable se lo llevaron, y lo que no, lo destruyeron.

En cambio, el auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto.

Es común atribuir a la pobreza las causas del delito. Sin embargo, el experimento en cuestión no finalizó ahí: cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable, los investigadores decidieron romper un vidrio del automóvil de Palo Alto, California.

El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx de Nueva York y el robo, la violencia y el vandalismo terminaron por dejar el vehículo en el mismo estado que el del barrio pobre.

¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente seguro es capaz de disparar todo un proceso delictivo?

No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología, con el comportamiento humano y con las relaciones sociales. Un simple vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación; que va rompiendo códigos de convivencia y deja la sensación de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que todo vale nada.

En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron la ‘teoría de las ventanas rotas’, misma que desde un punto de vista criminológico concluye que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.

Si se rompe un vidrio en el ventanal de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos todos los demás.

Si una comunidad exhibe signos de deterioro, y esto es algo que parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Si se cometen ‘esas pequeñas faltas’ como estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja y estos comportamientos no son sancionados, entonces comenzarán a desarrollarse faltas mayores y luego delitos cada vez más graves.

Si los parques y otros espacios públicos son deteriorados progresivamente y nadie toma acciones al respecto, estos lugares serán abandonados por la mayoría de la gente y serán progresivamente ocupados por los delincuentes.

La respuesta de los estudiosos fue más contundente aún, indicando que ante el descuido y el desorden, crecen mucho los males sociales y se degenera el entorno cualquiera que éste sea.

Tan solo tomemos un ejemplo en casa: Si un padre de familia deja que su casa tenga algunos desperfectos, como falta de pintura en las paredes, puertas en mal estado, falta de limpieza, malos hábitos alimenticios, malas palabras, falta de respeto entre los miembros del núcleo familiar, etc., entonces poco a poco se caerá en un descuido de las relaciones inter personales de los familiares y a su vez comenzarán a crear malas relaciones con la sociedad en general.

La solución a este problema yo no la tengo, pero he comenzado a reparar las ventanas de mi casa, estoy tratando de mejorar los hábitos alimenticios, les he pedido a todos los miembros de la familia que evitemos decir malas palabras y también hemos acordado no mentir. Así mismo hemos decidido aceptar las consecuencias de nuestros actos con valor y responsabilidad pero sobre todo, dar una muy buena dosis de educación a nuestros hijos.

Con esto espero comenzar a cambiar en algo lo que antes hubiera hecho mal, he soñado que los míos algún día repitan esto, con la finalidad de que los hijos de mis hijos, o los nietos de mis hijos vean una nueva ciudad y un nuevo país sin ventanas rotas.

 

Todos somos susceptibles a un ataque de pánico ante una situación extrema, como puede ser un desastre natural, violencia o accidentes.

Pero el pánico también puede hacer presa de las personas en circunstancias ordinarias o cotidianas, es decir que pueden padecer este fenómeno síquico sin un motivo aparente, o por lo menos sin que se dé en su entorno alguna circunstancia fuera de lo común.

Quien es susceptible de pánico sin motivo aparente alguno, se trata de un individuo con alguna patología que altera su sique.

Este problema mental que aqueja a algunas personas puede aparecer sin previo aviso, y generalmente se presenta por primera vez en individuos con una edad entre los 18 y los 25 años. Intempestivamente sufren taquicardia, alteración de la presión sanguínea, sudoración exagerada, nauseas, vomito y una percepción falsa de la realidad, entre otros síntomas que desequilibran el organismo. Y se caracterizan por un nivel elevado de ansiedad. Lo cual repercute casi simultáneamente en la fisiología del afectado.

Y algo que aparentemente no debía por que tener consecuencias graves, desencadena en una espiral de temores, angustia y arrebato, como un torbellino incontrolable de miedo extremo, que afecta irremediablemente a la función orgánica del cuerpo. El efecto es irrefrenable y puede devastar al afectado en pocos minutos, aunque para la víctima parezcan horas de sufrimiento y congoja.

El terror a lo desconocido hace presa fácil al individuo que no sabe cómo contrarrestar la avalancha de ráfagas emocionales y pronto puede ser víctima de una convulsión severa que afecta su mente y físico. La persona se siente como atrapado en un callejón sin salida, con temores de muerte, lo cual le produce un presagio hacía el desfiladero sin retorno, lo cual se convierte en un círculo vicioso que le impide encontrar una salida a su pesadilla, sino que, como un remolino, lo arrastra hasta el fondo con la intención de asfixiarlo.

En las primeras experiencias no tiene recurso alguno para enfrentarla, pues ni siquiera sabe qué está pasando en su mente y su cuerpo. Resulta entonces un martirio indecible que lo marca con un temor más acendrado a la crisis y lo predispone a otra más impactante y cruel. Se dice que aproximadamente un 3 por ciento de la población mundial padece este mal.

En síntesis, podemos afirmar que las reacciones fisiológicas alteran a las sicológicas, formando una reacción en cadena que provoca un miedo desbocado, angustia y perturbación de la razón, que bien puede poner al borde del abismo al paciente, y sin saber por qué.