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Algunas personas tienen la capacidad de empatizar con los animales y entender su lenguaje.

No es raro pues, observar cómo las personas que tienen la suerte de acompañar su vida con «mascotas» empiezan a comprender su idioma y reacciones y pareciera que a veces sólo les faltaría a los animales hablar como los humanos para comunicarse eficazmente.

¿Será que nos falta a los humanos abrir más nuestros sentidos para ponernos en su lugar?

El siguiente video es un comercial, pero nos abre el camino a reflexionar sobre qué nos dicen posiblemente nuestros hermanos animales y no los hemos observado con la atención que se merecen.

https://www.youtube.com/watch?v=czmv4ipNkTA

Cuando observamos los retos sólo desde nuestro punto de vista, sin ampliar más información, podemos caer en el error de juzgar deliberadamente las actitudes de las personas a nuestro alrededor.

Y si adicional nos tomamos esas actitudes a modo personal sin tener en cuenta que cada ser actúa de la mejor manera que sabe en cada momento acorde a su nivel (físico, emocional, educativo, económico, etc.) , podremos  renunciar y perdernos de los mejores deleites de la vida como compartir en armonía con nuestros semejantes, por falta de una comunicación adecuada.

En el siguiente video hay una hermosa historia que nos enseña a no juzgar a los demás por una simple actitud de un momento y buscar la mejor manera para comunicarnos.

A través del espejo de una relación, descubro mi yo más interior.

Por esta razón, el desarrollo de las relaciones es la actividad más importante de mi vida. Todo lo que veo a mí alrededor es una expresión de mí mismo. Las relaciones son una herramienta para la evolución espiritual cuya meta última es la unidad en la conciencia. Todos somos inevitablemente parte de la misma conciencia universal, pero los verdaderos avances tienen lugar cuando empezamos a reconocer esa conexión en nuestra vida cotidiana.

Las relaciones son una de las maneras más efectivas para alcanzar la unidad en la conciencia, porque siempre estamos envueltos en relaciones. Piensa en la red de relaciones que mantienes: padres, hijos, amigos, compañeros de trabajo, relaciones amorosas. Todas son, en esencia, experiencias espirituales. Cuando estás enamorado, romántica y profundamente enamorado, tienes una sensación de intemporalidad. En ese momento, estás en paz con la incertidumbre. Te sientes de maravilla, pero vulnerable; sientes cercanía pero también desprotección. Estás transformándote, cambiando, pero sin miedo. Te sientes maravillado. Ésa es una experiencia espiritual.

A través del espejo de las relaciones, de cada una de ellas, descubrimos estados prolongados de conciencia. Tanto aquellos a quienes amamos como aquellos por quienes sentimos rechazo, son espejos de nosotros.
¿Hacia quiénes nos sentimos atraídos? Hacia las personas que tienen características similares a las nuestras, pero eso no es todo. Queremos estar en su compañía porque subconscientemente sentimos que al hacerlo, nosotros podemos manifestar más de esas características.

Del mismo modo, sentimos rechazo hacia las personas que nos reflejan las características que negamos en nosotros.
Si sientes una fuerte reacción negativa hacia alguien, puedes estar seguro de que tú y esa persona tienen características en común, características que no estás dispuesto a aceptar. Si las aceptaras, no te molestarían.

Cuando reconocemos que podemos vernos en los demás, cada relación se convierte en una herramienta para evolución de nuestra conciencia. Gracias a esta evolución experimentamos estados extendidos de conciencia.

La próxima vez que te sientas atraído por alguien, pregúntate qué te atrajo. ¿Su belleza, gracia, elegancia, autoridad, poder o inteligencia? Cualquier cosa que haya sido, sé consciente de que esa característica también florece en ti. Si prestas atención a esos sentimientos podrás iniciar el proceso de convertirte en ti más plenamente.

Autor: Dr. Deepak Chopra

La humanidad ha buscado diferentes soluciones en los últimos cien años. Pero tanto el avance tecnológico como la industrialización, han fallado en mejorar el carácter del hombre y en crear un medio ambiente equilibrado. No estamos dejando un planeta saludable, ni mucho menos un sistema que funcione, como para vivir tal como hemos estado acostumbrados hasta ahora.

La vida sofisticada de alta tecnología que nos han presentado como la meta, no es posible concretarla ya que no existen los suficientes recursos naturales como para que cada ser humano pueda «disfrutar» de una vida al estilo europeo o americano. Por ello, la necesidad de un cambio se ha hecho inevitable. Siempre hemos deseado ser progresistas y exitosos, y ahora es nuestra última oportunidad para hacer lo correcto. En teoría esto es fácil, tan sólo basta con aceptar una forma de vida espiritual donde no se permita hacer daño a los demás.

Debemos también aprender, de la mejor forma posible, a construir casas económicas con elementos naturales que no perjudiquen la salud. La nueva tecnología ya está adoptando el uso de materiales naturales tales como barro, bambú, paja y piedra pómez, y éstos se están popularizando.

  • Trate de vivir sin electricidad siempre que le sea posible. Use energía alternativa como la proporcionada por el sol y el viento. Coma en tal forma que se preserve la energía para otros.
  • No se vista con fibras artificiales, pues el material sintético no permite respirar a los poros del cuerpo. Apoye la industria casera y los oficios de artesanía, ya que de las cosas naturales emanan vibraciones saludables. El algodón, yute, cáñamo, son muy buenas fibras naturales para vestidos y muchos otros utensilios. Usted sentirá la diferencia tan pronto se deshaga de todo material no natural que lo rodee.
  • No use pinturas venenosas. Muchas pinturas y materiales artificiales despiden veneno en forma constante, y éstos poco a poco afectan la salud.
  • No destruya la capacidad auditiva con sonidos ensordecedores. Desarmonía sin sentido, a muy alto volumen, daña nuestra capacidad meditativa e intelectual. Muchos grupos de música moderna causan efectos indeseados, y perturban nuestra salud y equilibrio.
  • No apoye las compañías que perjudican la naturaleza y a nuestros semejantes.
  • No más televisión, pues contamina a los niños y a los adultos de muchas maneras, como por ejemplo: aumenta la violencia, causa pérdida de imaginación  y disminuye la comunicación familiar.
  • Evite el uso de muebles innecesarios, que sólo por vanidad, acaban con los árboles. Utilisemos sólo lo indispensable y dediquemos más tiempo a nuestra vida espiritual y a nuestros niños. La adquisición de bienes suntuosos es muestra de nuestra ignorancia y es un intento por competir con otros adoradores solitarios de la materia.
  • No preste atención a los avisos económicos. Invierta parte de su dinero en algo útil para Dios, el mundo y las necesidades propias. No conservemos más intereses separados del interés universal.

En mi infancia y adolescencia cuando veía películas orientales en las que hacían unos saludos inclinando el cuerpo con una pequeña o gran reverencia me parecía que eran demasiado exagerados y que los que lo hacían mostraban señales de inferioridad ante quien le hacían el saludo.

¡Cómo cambia la forma de ver las mismas situaciones a lo largo de la vida!, ahora veo que el Gassho como se llama este saludo es una forma de mostrar respeto hacia uno mismo y hacia quien lo hace desde lo más profundo del ser. Si todos aprendiéramos y practicáramos el gassho, o las formas de saludar que nos enseñan las culturas ancestrales nos soltaríamos de tantos condicionamientos que nos separan del corazón de los demás seres y podríamos tener un mundo más armonioso y lleno de respeto.

Gassho es un gesto de respeto hacia los demás y hacia todas las existencias. Dirige el espíritu por encima del ego y de las consideraciones personales. Gassho crea armonía entre los seres, por muy diferentes que sean. Cuando la acción es la justa, el mundo se vuelve justo. Cuando hacemos sinceramente gassho por los demás, se crea una mutua simpatía. Si lo hacemos por el universo entero, incluso los árboles, las montañas y los ríos sienten esta simpatía y nos la devuelven a su vez.

Cuando era pequeña me encantaban las adivinanzas y la sensación que tenía mientras las resolvía. Me he encontrado una que nos hace reflexionar sobre el tesoro más valioso que tenemos. Lo interesante es que mientras la resuelves te deja una gran enseñanza. Aquí va, anímate a resolverla:

Tres hermanos viven en una casa:

son de veras diferentes;

si quieres distinguirlos,

los tres se parecen.

El primero no está: ha de venir.

El segundo no está: ya se fue.

Sólo está el tercero, menor de todos;

sin él, no existirían los otros.

Aún así, el tercero sólo existe

porque en el segundo se convierte el primero.

Si quieres mirarlo

no ves más que otro de sus hermanos.

Dime pues:¿los tres son uno?,

¿o sólo dos?, ¿o ninguno?

Si sabes cómo se llaman

reconocerás tres soberanos.

Juntos reinan en un país

que ellos son. En eso son iguales.

La he encontrado en el libro Momo del autor Michael Ende.

Érase una vez, seis hombres ciegos en una aldea. Un día, un aldeano les dijo: «Hoy en el pueblo ha llegado un elefante”

Los hombres ciegos no tenían ni idea de lo que era un elefante. Entonces decidieron ir a conocerlo a pesar de que no serían capaces de verlo, podrían sentirlo de todos modos.

Todos ellos fueron a donde estaba el elefante y lo rodearon. Cada uno de ellos tocó al elefante en una parte diferente.

-«El elefante es un pilar», dijo el primer hombre que tocó la pierna.

-«Oh, no, ¡es como una soga!», dijo el segundo hombre que tocó la cola.

-«Oh, no, ¡es como una gruesa rama de un árbol!», dijo el tercer hombre que tocó la trompa del elefante.

-«Es como un ventilador de mano grande», dijo el cuarto hombre que tocó la oreja del elefante.

-«Es como una pared enorme», dijo el quinto hombre que tocó el vientre del elefante.

-«Es como un tubo sólido», dijo el sexto hombre que tocó el colmillo del elefante.

Pronto comenzaron a discutir sobre el elefante y cada uno de ellos insistió en que él tenía la razón.

Un hombre sabio pasaba por allí y vio esto. Se detuvo y les preguntó: -«¿Cuál es el problema?»

Ellos dijeron: -«No podemos estar de acuerdo en cómo y qué es un elefante.»

Cada uno de ellos le dijo al hombre sabio lo que pensaba que era el elefante.

El hombre sabio tranquilamente les explicó:

-«Todos ustedes están en lo cierto. La razón por la que cada uno de ustedes está diciendo diferentes cosas es que cada uno de ustedes tocó una parte diferente del elefante. Por lo tanto el elefante tiene todas las características que mencionaron.»

La moraleja de la historia es que puede haber algo de verdad en lo que dice alguien.  Cada quien, de acuerdo a su experiencia y perspectiva tiene su propia verdad así no estemos de acuerdo.  En vez de gastar el tiempo en discusiones vanas podemos entender que tal vez la otra persona tiene “sus razones”.

Cuento Jainista

 

Escuchar es una gran herramienta que tenemos en el manejo de relaciones personales que sabiéndola aprovechar correctamente nos sirve para:

  • Reducir la tensión
  • Aumentar el poder porque permite  obtener más información
  • Comprender a los demás
  • Aprender
  • Estimular la cooperación de los demás
  • Facilitar la negociación y la solución de los diferentes criterios
  • Proyectar una imagen de inteligencia y respeto hacia los demás
  • Aumentar la confianza del interlocutor

El hombre se demora dos años en aprender a hablar y gasta el resto de su vida aprendiendo a callar y escuchar.

¿Pero qué factores influyen en la dificultad para escuchar? Pues aunque parezca extraño hay un factor fisiológico que nos hace más ardua esta tarea: El ser humano emite 150 palabras por minuto pero el cerebro tiene la capacidad de procesar hasta 600 palabras por minuto osea que tenemos un 75% de tiempo libre.

Este 75% de tiempo libre de interferencia en la comunicación es el que nos permite pensar cantidades de cosas que nos pueden desconcentrar y perder el hilo de la comunicación porque usualmente lo dedicamos a:

  • Volvernos adivinos  imaginando lo que el otro va a decir
  • Preparar las respuestas
  • Ponerse a pensar en otras cosas
  • Aburrirse
  • Distraerse
  • Criticar y juzgar
  • Atendiendo otros medios de distracción

Para afrontar estos factores de dificultad en la escucha, aquí resaltamos algunos hábitos para adoptar cuando estemos conversando:

  1. Debemos concentrarnos en nuestro interlocutor mirándolo cara a cara y permitiendo que los ojos entren en contacto: así no hay oportunidad de distraerse mirando hacia otros lados y además reflejamos una imagen de respeto hacia el otro, al mostrarnos interesados en lo que está diciendo.
  2. Mentalmente organiza la información en forma de notas (si te queda fácil también las puedes hacer por escrito) entrando con empatía en el contexto del otro, si es necesario realiza preguntas para que exista una buena retroalimentación y puedas entender el mensaje que te quiere comunicar.
  3. Evita que elementos externos te desconcentren y enfócate en tu interlocutor, realiza las preguntas que necesites en el momento adecuado, debes esperar a que el interlocutor termine la idea para evitar juicios y suposiciones  y  poder intervenir.

Si analizamos la misma naturaleza  nos está diciendo la importancia del arte de escuchar, pues  tenemos dos orejas y una boca porque debemos enfatizar en la escucha más que en el hablar.

 

La comunicación es indispensable para lograr organización y entendimiento en todos los aspectos de nuestra vida, pues es la transmisión de información de un sujeto a otro, que puede ser la pareja, un hijo, el compañero de trabajo, etc.

La comunicación es un arte, ya que es la forma de expresar nuestros pensamientos y sentimientos. Un buen artista analiza qué mensaje quiere plasmar en su obra y busca la forma de materialización que sea práctica, sencilla y más entendible para el observador.

La comunicación es una ciencia, ya que es exacta y precisa. Si decimos palabras ofensivas, conseguimos de inmediato el efecto rechazo en nuestro interlocutor. Si transmitimos palabras dulces  con amor o una sonrisa también conseguiremos el efecto positivo en el otro.

La comunicación es el medio para conocer y entender más acerca del otro y poder llegar a su interior. Debo profundizar e investigar las necesidades del otro para conocer su verdad, que puede ser igual o diferente de mi verdad. Todos interpretamos el mundo de manera diferente.  Pero utilizando eficazmente la comunicación encontramos un punto intermedio que genere hermandad.

Hay que estudiar y perfeccionar diariamente nuestra comunicación para que seamos congruentes con el mensaje que queremos expresar, pues la comunicación abarca no sólo las palabras, sino nuestros gestos, postura,  lenguaje corporal y tono de voz.  El antropólogo Albert Mehrabian realizó estudios durante los años 70 en los que analizaba la importancia relativa de los mensajes verbales y no verbales. Y concluyó:

  • El lenguaje verbal (lo que se dice) participa escasamente en la comunicación de emociones y sentimientos: apenas un 7%.
  • El lenguaje paraverbal (entonación, proyección, tono, énfasis, pausas, ritmo, etc.) corresponde aproximadamente un 38% de la comunicación
  • El lenguaje corporal (gestos, posturas, mirada, movimiento de los ojos, respiración, etc.). Abarca el 55% de nuestra comunicación.

La importancia de los elementos no verbales sobre los verbales aumenta si existen incongruencias entre ellos: si las palabras y el cuerpo están en descuerdo, uno tiende a creer al cuerpo.

Sin comunicación efectiva no hay buenas relaciones

Bruce Lee no solamente era un gran artista marcial, también estudió filosofía en la Universidad de Washington lo que en conjunto le permitió vivir lo que enseñaba e interesarse por todos los aspectos que abarca la vida de los seres humanos incluso el dinero. Y sobre éste decía que es sólo una herramienta útil, nada más. Estas son algunas de sus ponencias:

  1. La naturaleza del dinero:  El dinero por sí mismo no tiene una naturaleza explícita. El dinero es lo que uno hace de él. Muchos de nosotros le damos un cierto poder al dinero. Eso no está bien. El dinero en sí no tiene poder. Si cambiamos nuestra percepción sobre el dinero y entendemos que se trata de una herramienta solamente para conseguir lo necesario, ya no tiene el mismo poder. El dinero no está sólo para ser guardado, no se puede hacer nada de él teniéndolo guardado. De hecho, se puede vivir la vida con una visión más equilibrada al entender que el dinero es una parte de la vida y no el centro de la existencia.
  2. El dinero es un medio para llegar a un fin.  A los niños se les debe enseñar desde pequeños que el dinero es sólo un medio, un tipo de utilidad, una aplicación. Al igual que todos los instrumentos tiene ciertos fines pero no va a ser todo en la vida. Hay que aprender cómo usuarlo, lo se podrá conseguir con el dinero   y sobre todo lo que no se podrá conseguir.Todos hemos oído decir que el dinero no pueden comprar el amor. En realidad, no se pueden comprar un montón de cosas en la vida. Mientras que los medios de comunicación y publicitarios anuncian que los nuevos vehículos, bolsos, zapatos, ropa  y productos que compramos pueden traer felicidad, prestigio, etc. , conocemos que esto es de momento. La felicidad no se compra, es un estado interno.

    Una vez se entienda que el dinero no puede comprar las emociones, relaciones o sentimientos que realmente llevan a la felicidad, el dinero (y las posesiones materiales) serán cada vez menos importantes.

  3. El dinero viene indirectamente.  Cuando disfrutas tu trabajo y te diviertes realizando tus labores el dinero llega por añadidura, pero lo más importante es ese momento de felicidad que vives al ejecutar tu trabajo. Y ese gozo te permite que se prolongue por más tiempo aún y que aparezcan nuevos negocios, nuevos retos y por consiguiente más dinero.
  4. Una participación equitativa de los beneficios.  Cuando estas realizando un proyecto en el que están vinculadas varias personas lo más justo es que las utilidades sean repartidas de manera equitativa. Ya que si quieres sacarle la máxima tajada, los otros integrantes podrían sentirse desmotivados  y finalmente verse afectado el éxito del proyecto.  Si eres justo y todos los integrantes son justos y equitativos el grupo trabaja como un solo engranaje y fluye  mejor el funcionamiento del proyecto.
  5.  No siempre hay bonanza.  Se debe aprovechar los buenos tiempos, dejando un ahorro, en caso de que vengan tiempos menos provechosos. Es cuestión de hábito, así sea un poco cada vez pero siempre ahorrar.